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El velo del destino

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en el Sur de Europa y en Oriente que se hallan de tal modo cohibidos, estando esta<br />

aplicación agravada especialmente en Sicilia, Córcega y Cerdeña. Tribus completas<br />

de África en las que prevalecen las prácticas de magia negra tienen con ellas tales<br />

horrorosos espectros, estando influenciados por los mismos también, los indígenas<br />

de América y los negros de los Estados <strong>del</strong> Sur.<br />

Pero desgraciadamente el mal no está confinado a estas llamadas inferiores o<br />

retrasadas razas. Entre nosotros mismos, entre los habitantes de los países<br />

conocidos como civilizados, en el Norte de Europa y Norte y Sudamérica vemos que<br />

la posesión demoníaca es muy frecuente, aunque, como es natural, su forma no es<br />

de naturaleza tan abyecta como en la de los casos arriba citados, en los que a<br />

menudo va acompañada de las prácticas más abominables y repulsivas.<br />

<strong>El</strong> escritor estuvo en una época muy preocupado sobre el efecto que la guerra<br />

pudiera tener referente a la trabazón <strong>del</strong> cuerpo vital y de deseos produciendo el<br />

nacimiento de legiones de monstruos que afligirían a las generaciones futuras.<br />

Pero es con la mayor alegría y agradecimiento que él se complace en indicar la<br />

convicción de que no debemos estar temerosos por tal causa. Únicamente cuando el<br />

hombre es perverso y vengativo premeditadamente, y con persistencia anhela la<br />

ocasión y el propósito de venganza, solamente cuando tales sentimientos son<br />

cultivados, estimulados y mantenidos producen la cristalización <strong>del</strong> cuerpo vital y<br />

causan la ligazón de estos dos vehículos.<br />

Sabemos por los registros de la gran guerra que las tropas no tienen sentimientos<br />

semejantes unas contra otras, sino que esos enemigos se relacionan como amigos y<br />

camaradas cuando la ocasión les lleva a entrar en relación y pueden charlar unos<br />

con los otros. Así, pues, aunque la guerra es responsable por tan tremenda<br />

mortandad actual, que acarreará una deplorable mortalidad infantil en fecha próxima,<br />

no merece censuras con respecto a las enfermedades desastrosas engendradas por<br />

la obsesión y los crímenes sugeridos por estos cuerpos demoníacos pecadores.<br />

Los Cuerpos <strong>del</strong> Pecado abandonados a que nos hemos referido en la parte anterior<br />

de este capítulo habitan normal y preferiblemente las regiones más inferiores <strong>del</strong><br />

éter y llegan a una condensación hasta la misma línea de la visión física. Algunas<br />

veces aun pueden hacer uso de algunos de los constituyentes <strong>del</strong> aire y parecen<br />

usualmente ser perfectamente visibles para aquellas gentes a las que molestan y<br />

obstruyen, aunque sus víctimas tienen casi siempre mucho cuidado para que nadie<br />

advierta que tienen tal demonio a su alrededor, por lo menos en el mundo<br />

occidental. Parece que en la parte Sur de Europa no son tan <strong>del</strong>icados en este punto<br />

ni toman esta preocupación.<br />

Siguiendo las investigaciones anteriores hemos intentado un número de<br />

experimentos con los espíritus que estaban en los planos superiores <strong>del</strong> éter que<br />

acababan de abandonar su cuerpo y con personas que habían estado en el Mundo<br />

<strong>del</strong> Deseo un tiempo más o menos largo, algunos de ellos estando ya en<br />

condiciones para pasar al Primer Cielo. Un número de espíritus que habían partido<br />

de este plano cooperaron cariñosamente con nosotros en este sentido. <strong>El</strong> objeto de<br />

estos experimentos era el de determinar hasta qué punto sería posible para ellos el<br />

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