La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas
La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas
La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
www.elaleph.com<br />
<strong>La</strong> <strong>vida</strong> <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>abejas</strong> don<strong>de</strong> los libros son gratis<br />
mientras tanto nuestro camino, como si nada anormal hubiera <strong>de</strong> ocurrir.<br />
Aunque supiéramos que mañana mismo una revelación, una comunicación<br />
con un planeta más antiguo y más luminoso por ejemplo,<br />
había <strong>de</strong> trastornar nuestra Naturaleza, suprimir <strong>las</strong> pasiones, <strong>las</strong>. leyes<br />
y <strong>las</strong> verda<strong>de</strong>s radicales <strong>de</strong> nuestro ser, lo más sensato sería consagrar<br />
todo este día <strong>de</strong> hoy a interesarse en esas pasiones, esas leyes y esas<br />
verda<strong>de</strong>s, a armonizar<strong>las</strong> en nuestro espíritu, a permanecer fieles a<br />
nuestro <strong>de</strong>stino, que es el <strong>de</strong> esclavizar y elevar algunos grados en<br />
nosotros mismos y en torno nuestro, <strong>las</strong> fuerzas obscuras <strong>de</strong> la <strong>vida</strong>.<br />
Posible es que nada <strong>de</strong> ello subsista en la nueva revelación, pero es,<br />
imposible que los que hayan cumplido hasta el fin la misión, que es la<br />
misión humana por excelencia, no se hallen en la primera fila para<br />
recibir esa revelación, y aunque les hiciera saber que el único <strong>de</strong>ber<br />
verda<strong>de</strong>ro era la falta <strong>de</strong> curiosidad y la resignación ante lo incognoscible,<br />
ellos sabrían, mejor que los <strong>de</strong>más, compren<strong>de</strong>r esa falta <strong>de</strong> curiosidad<br />
y esa resignación <strong>de</strong>finitivas y aprovechar<strong>las</strong>.<br />
XIX<br />
Y luego, no llevemos nuestro sueño <strong>de</strong> ese lado, que la posibilidad<br />
<strong>de</strong> una <strong>de</strong>strucción general como tampoco la <strong>de</strong> la ayuda misteriosa <strong>de</strong><br />
una casualidad no entre en nuestros cálculos. Hasta ahora, a pesar <strong>de</strong><br />
<strong>las</strong> promesas <strong>de</strong> nuestra imaginación, siempre nos hemos visto entregados<br />
a nosotros mismos y a nuestros propios recursos. Con nuestros<br />
esfuerzos más humil<strong>de</strong>s hemos realizado Cuanto <strong>de</strong> útil y dura<strong>de</strong>ro se<br />
ha hecho sobre la tierra. Libres somos <strong>de</strong> esperar lo mejor o lo peor <strong>de</strong><br />
algún acci<strong>de</strong>nte extraño; pero bajo la condición <strong>de</strong> que esa expectativa<br />
no se mezcle a nuestra tarea humana. También en esto <strong>las</strong> <strong>abejas</strong> nos<br />
dan una lección excelente, como todas <strong>las</strong> <strong>de</strong> la Naturaleza. Para el<strong>las</strong><br />
ha habido realmente una intervención prodigiosa. Más manifiestamente<br />
que nosotros, se hallan en manos <strong>de</strong> una voluntad que pue<strong>de</strong> aniquilar<br />
o modificar su raza y transformar sus <strong>de</strong>stinos. No por eso <strong>de</strong>jan <strong>de</strong><br />
seguir cumpliendo su <strong>de</strong>ber primitivo y profundo. Y precisamente<br />
169