La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas
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<strong>La</strong> <strong>vida</strong> <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>abejas</strong> don<strong>de</strong> los libros son gratis<br />
himenópteros, y señalaremos con un simple rasgo los puntos salientes<br />
<strong>de</strong> esa ascensión varias veces milenaria. <strong>La</strong> tribu en cuestión es, ya lo<br />
sabemos, la <strong>de</strong> los Apianos 18 cuyos rasgos esenciales están tan bien<br />
fijados y son tan distintos, que no nos está prohibido creer que todos<br />
sus miembros <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un antepasado único.<br />
Los discípulos <strong>de</strong> Darwin, entre otros Hermann Müller, consi<strong>de</strong>ran<br />
una pequeña abeja silvestre, esparcida por todo el Universo, y<br />
llamada Prosopis, como la representante actual <strong>de</strong> la abeja primitiva <strong>de</strong><br />
que <strong>de</strong>ben haber nacido todas <strong>las</strong> <strong>abejas</strong> que conocemos hoy en día.<br />
<strong>La</strong> infortunada Prosopis es a la habitante <strong>de</strong> nuestras colmenas,<br />
poco más o menos lo que el hombre <strong>de</strong> <strong>las</strong> cavernas a los dichosos <strong>de</strong><br />
nuestras gran<strong>de</strong>s ciuda<strong>de</strong>s. Quizá sin advertirlo tengáis ante los ojos a<br />
la venerable abuela a la que probablemente <strong>de</strong>bemos la mayoría <strong>de</strong><br />
nuestras flores y <strong>de</strong> nuestros frutos. Se calcula, en efecto, que <strong>de</strong>saparecerían<br />
más <strong>de</strong> cien mil especies <strong>de</strong> plantas si <strong>las</strong> <strong>abejas</strong> cesaran <strong>de</strong><br />
visitar<strong>las</strong>, y si quién sabe quizá nuestra misma civilización, porque<br />
todo se enca<strong>de</strong>na en estos misterios. Quizá la hayáis visto en algún<br />
rincón abandonado <strong>de</strong>l jardín, agitándose en torno <strong>de</strong> la maleza. Es<br />
bonita y viva; la que más abunda en Francia; está elegantemente salpicada<br />
<strong>de</strong> blanco sobre fondo negro. Pero esa elegancia oculta una <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z<br />
increíble. Lleva una <strong>vida</strong> <strong>de</strong> hambre. Casi siempre está poco<br />
menos que <strong>de</strong>snuda cuando sus hermanas van vestidas <strong>de</strong> pieles abrigadas<br />
y suntuosas. No posee instrumento alguno <strong>de</strong> trabajo. No tiene<br />
canastilla para recoger el polen como los Apidos, ni en su <strong>de</strong>fecto el<br />
penacho coxal <strong>de</strong> <strong>las</strong> Adrenas, ni el cepillo <strong>de</strong>l vientre <strong>de</strong> la Gastrilégidas.<br />
Es menester que recoja penosamente, valiéndose <strong>de</strong> sus pequeñas<br />
garras, el polvo <strong>de</strong> los cálices y que lo trague para llevarlo a su cueva.<br />
No tiene más, herramientas que la lengua, la boca y <strong>las</strong> patas, pero la<br />
lengua es <strong>de</strong>masiado corta, <strong>las</strong> patas son débiles y <strong>las</strong> mandíbu<strong>las</strong> sin<br />
18 Importa no confundir estos tres términos: Apinos, Apidos y Apitos que<br />
emplearemos sucesivamente y que tomamos <strong>de</strong> la c<strong>las</strong>ificación <strong>de</strong> M. Emile<br />
Blanchard. <strong>La</strong> tribu apiana compren<strong>de</strong> toda <strong>las</strong> familias <strong>de</strong> <strong>abejas</strong>. Los ápidos<br />
forman la primera <strong>de</strong> esas familias y se subdivi<strong>de</strong>n en tres grupos: <strong>las</strong> Meliponitas,<br />
<strong>las</strong> Apitas y <strong>las</strong> Bombitas. Por último, los Apitos encierran <strong>las</strong> diversas<br />
varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> nuestra abeja doméstica.<br />
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