La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas
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Mauricio Mæterlinck don<strong>de</strong> los libros son gratis<br />
más, y refuerza proporcionalmente la población y la prosperidad <strong>de</strong> la<br />
colonia. De modo que todas <strong>las</strong> razas <strong>de</strong> <strong>abejas</strong> <strong>de</strong> <strong>las</strong> regiones frías y<br />
templadas, han abandonado casi por completo este método primitivo.<br />
Es evi<strong>de</strong>nte que la selección natural ha sancionado la iniciativa inteligente<br />
<strong>de</strong>l insecto, no <strong>de</strong>jando que sobrevivan a nuestros inviernos sino<br />
<strong>las</strong> tribus más numerosas y mejor protegidas.<br />
Lo que en un principio habla sido solamente una i<strong>de</strong>a contraria al<br />
instinto, se ha convertido poco a poco en una costumbre instintiva.<br />
Pero no es menos cierto que en un principio fue una i<strong>de</strong>a audaz y probablemente<br />
llena <strong>de</strong> observaciones, <strong>de</strong> experimentos y <strong>de</strong> raciocinios,<br />
renunciar <strong>de</strong> ese modo a la amplia luz natural y adorada, para fijarse en<br />
<strong>las</strong> grietas obscuras <strong>de</strong> un ma<strong>de</strong>ro o <strong>de</strong> una caverna. Casi podría <strong>de</strong>cirse<br />
que fue tan importante para el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> la abeja doméstica, como la<br />
invención <strong>de</strong>l fuego para el <strong>de</strong>l género humano.<br />
Después <strong>de</strong> este gran progreso, que aun siendo antiguo y hereditario<br />
es sin embargo actual, encontramos una multitud <strong>de</strong> <strong>de</strong>talles infinitamente<br />
variables, que nos prueban que la industria y la política misma<br />
<strong>de</strong> la colmena no están fijadas en fórmu<strong>las</strong> inquebrantables. Acabamos<br />
<strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> la substitución inteligente <strong>de</strong>l polen por la harina y <strong>de</strong>l<br />
propóleos por el barniz artificial. Hemos visto con cuánta habilidad<br />
saben a<strong>de</strong>cuar a sus necesida<strong>de</strong>s <strong>las</strong> moradas, <strong>de</strong>sconcertantes a veces,<br />
en que se <strong>las</strong> introduce. Hemos visto también con qué <strong>de</strong>streza, inmediata<br />
y sorpren<strong>de</strong>nte han sacado partido <strong>de</strong> los panales <strong>de</strong> cera estampada,<br />
que se les ofreció. Aquí, la utilización ingeniosa <strong>de</strong> un fenómeno<br />
milagrosamente feliz pero incompleto, es absolutamente extraordinaria.<br />
A la verdad, han comprendido al hombre a media palabra. Figuraos<br />
que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siglos atrás construyéramos nuestras ciuda<strong>de</strong>s, no con piedras,<br />
cal y ladrillos, sino por medio <strong>de</strong> una substancia maleable, penosamente<br />
secretada por órganos especiales <strong>de</strong> nuestro cuerpo. Cierto día,<br />
un ser omnipotente nos <strong>de</strong>posita en el seno <strong>de</strong> una fabulosa ciudad.<br />
Reconocemos que está construida con una substancia igual a la que<br />
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