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El Alfarero Desvelado -L-ensayos-1964- 571kb - andes

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Carecemos de una política internacional que nos fisonomice en la tensión de fuerzas del<br />

planeta. No tenemos un frente táctico y de acción que represente la voluntad concertada de<br />

nuestros países. Somos una masa teórica, vacilante en la política mundial; en el hecho un<br />

hemisferio, un haz de naciones dividido e inconexo. Basta el caso cubano: no hemos acordado una<br />

acción conjunta en problema tan claro, tan vital que atañe a la seguridad actual y al futuro de<br />

América.<br />

¿Que la OEA representaría esa unidad, esa energía concertada en dimensión continental?<br />

Craso error. La OEA ha demostrado su inoperancia activa, su pesantez burocrática. Refleja<br />

mejor el criterio de Washington que la mentalidad latinoamericana. Se requiere un organismo<br />

continental organizado y manejado desde adentro —en México, Río de Janeiro, Buenos Aires,<br />

Montevideo— que no se concrete al principismo teórico ni a la simple defensa pasiva. Algo muy<br />

distinto de la OEA que por su estructura y sus mecanismos de funcionamiento, es un sistema tardo,<br />

pesado, poco apto para la dinámica veloz de la política moderna.<br />

Necesitamos una filosofía política, un sistema jurídico, una economía planeada que miren<br />

al conjunto, capaces de unificarnos y engrandecernos.<br />

La integración económica por el Mercado Común, la unificación política son metas futuras.<br />

Tardaremos en alcanzarlas. Pero la problemática continental es apremiante, y si los Jefes de<br />

Estado autorizados por sus parlamentos y respaldados por sus expertos no se reúnen<br />

periódicamente, o al menos se consultan y acuerdan medidas generales para defender sus<br />

comunes intereses y promover el desarrollo armónico de nuestras veinte naciones jóvenes, no<br />

podremos hablar de una patria continental del sur. Sin unidad de planes, sin voluntad de<br />

coherencia, sin dirección propia y conjunta, no será posible el Estado multinacional que soñamos.<br />

¿Cómo enfrentar esa fuerza de absorción que baja del Norte?<br />

Oponiéndole una energía compacta y resistente, sin puntos débiles, capaz de absorber y<br />

devolver tensiones penetrantes. La Patria del Sur es ya en modo potencial —debe serlo en sentido<br />

literal, afirmativo— uno de los gr<strong>andes</strong> bloques regionales del planeta. 18.600.000 Kms. cuadrados<br />

de tierras, vírgenes en sus dos tercios. 220.000.000 de habitantes. Todas las riquezas naturales.<br />

Una mezcla maravillosa de paisajes, climas, razas y costumbres. Mercados de producción y de<br />

consumo ilimitados. Sangre joven en osatura vieja si se mira a lo cultural. En suma: el continente<br />

de la esperanza convertido en la surgente realidad de un ascenso incontenible.<br />

¿Qué falta para empezar a caminar con paso de adulto seguro de: su marcha y su destino?<br />

La decisión de ser, la voluntad de hacer.<br />

Las gr<strong>andes</strong> líneas para un desarrollo planeado y sistemático del continente sur, no deben<br />

venir impuestas desde afuera, por políticos y expertos que desconocen nuestros veinte ámbitos<br />

nacionales y sus características particulares. Deben brotar de la necesidad interna y trazarse por<br />

manos conocedoras de lo suyo.<br />

En política internacional o en materia de comercio, no es lo mismo hablar y negociar en<br />

nombre de uno, que hacerlo representando a muchos. Consorcio es más que empresa. <strong>El</strong> bloque<br />

de naciones supera el concepto clásico y expande las posibilidades potenciales de cualquier<br />

Estado por grande que sea. <strong>El</strong> mundo actual, complejo de estructura, vertiginoso en sus<br />

mecanismos de desarrollo, ha rebasado la relación bi-nacional. <strong>El</strong> siglo XX se mueve hacia metas<br />

acumulativas. Trabajo en equipo, asociación de pueblos e intereses, unidad en la pluralidad son,<br />

más que frases, filosofías del vivir contemporáneo. Entre hombres como entre naciones,<br />

aislamiento equivale a suicidio.<br />

En el vasto espacio geográfico que señorean nuestras veinte naciones jóvenes, se han de<br />

ver pueblos con lente de aproximación en el sentido visual y en el de fraterna convivencia. Todo<br />

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