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El Alfarero Desvelado -L-ensayos-1964- 571kb - andes

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horrible, lo grotesco, lo lacerante, Hermann Hesse es el diamante blanco que emana en finas<br />

chispas cromáticas su misteriosa sabiduría del mundo, del destino, del hombre y su contorno, y<br />

aun de la vocación del escritor; supremo incitador, que ha de sacar al prójimo de los nimbos y<br />

penumbras que lo acosan, en vez de sumergirlo en confusión y pesadumbre.<br />

Hay, además —por supuesto— lo otro: el poder de comunicación del genio literario innato.<br />

Aunque no hubiera sido un idealista ni un fino estilista, el gran alemán habría llegado siempre a<br />

críticos y lectores con la fuerza lenta y poderosa de su magia narrativa.<br />

Saber contar ¿no es lo más fácil y lo más difícil del arte literario? Nadie sabe qué padecer<br />

desmesurado, qué dudas inquietantes, qué larguísimas fatigas se emboscan detrás de esta prosa<br />

noble y sencilla que sugiere, siempre, más de lo que dice.<br />

No he conocido un artista de más profunda intimidad ni de mayor riqueza expresiva. <strong>El</strong><br />

mundo inédito, el hombre nuevo brotan de su pluma. Es un griego del siglo XX. Lo mira todo con<br />

ojos serenos, lo capta y reelabora con segura inteligencia, lo devuelve al mundo bajo la suprema<br />

distinción de un arte armonioso. <strong>El</strong> “agon” bulle en lo hondo. Atenea poliada preside este pensar<br />

magistral y remansado.<br />

Por la amplitud dé su saber se parecía a Goethe. Por el vuelo de su inspiración a Hölderlin.<br />

Por su capacidad de aproximación a lo humano a Hauptmann. Pero en el sondeo del alma y en la<br />

lírica arquitectura de su prosa seductora es sólo Hermann Hesse, el más universal de los escritores<br />

modernos.<br />

Poeta, pensador, ensayista y sobre todo un maravilloso narrador. Hizo de la novela un arte<br />

mayor, profundo, bello, traspasado de incitaciones. Pensamiento y estilo, en su pluma, se<br />

transmutaban en fina artesanía. Manejó todos los registros de la expresión. Claridad, idealidad.<br />

Una técnica tan depurada en la construcción del lenguaje, que servía dócilmente sus ideaciones.<br />

Despertó zonas olvidadas, descubrió áreas inéditas, ennobleció el destino del hombre y el grave<br />

misterio del mundo, iluminando los abismos de la mente. Fue maestro y aprendiz a la vez. Caía y<br />

se volvía a levantar. Su mensaje fue uno de coraje y resurgimiento. Cada uno de sus libros nos<br />

llega como lección contra-puntística de sabiduría esencial, certeras intuiciones, hondura<br />

psicológica y clásica elegancia de discernimiento.<br />

Sabía remontarse de la angustia del pensador a los planos líricos del poeta. Miseria,<br />

basura, penas, impotencia del ser eran ahuyentadas al golpe de luz de una sola de sus páginas.<br />

Desde "Peter Camenzind", hermosa novela poética de juventud, hasta la trágica dispersión<br />

del "yo" en "<strong>El</strong> Lobo Estepario", se manifiesta como el más poderoso y sutil indagador de la psique<br />

humana. En los relatos autobiográficos —"Una Hora Después de Medianoche", "<strong>El</strong> Novalis", "Bajo<br />

la Rueda", "<strong>El</strong> Agüista "— luce con primores de orfebre.<br />

Acaso sus tres mejores libros sean "Demian", "Narciso y Golmundo", y "<strong>El</strong> Juego de<br />

Abalorios".<br />

Es "Demian" la historia conmovedora de un corazón juvenil que afronta la tempestad del<br />

mundo con insaciable afán de interrogación. En ella el caudal filosófico y la intuición poética se<br />

ajustan con admirable perfección. Más que personajes los protagonistas son arquetipos o<br />

símbolos; esto ocurre siempre en las novelas de Hesse, y es lo que lo hace, a un tiempo, superior<br />

e inferior a Thomas Mann en un sentido de pura construcción novelística. Mann pinta al hombre, a<br />

los hombres con trazo realista. Hesse los ve, los idealiza, los sublima hasta alcanzar la suprema<br />

majestad del tipo. Así "Demian" es la encarnación de la juventud inquieta, ansiosa, rica de sueños<br />

y ambiciones. Nadie puede ser íntegramente Demian, en su desconcertante y elaborada<br />

complejidad, psicológica, pero todos nos reconocemos, en cierto modo, en su carácter noble y<br />

hermoso, abierto al sentir y al meditar, juguete y simultáneamente antagonista del destino.<br />

En "Narciso y Golmundo" se contraponen el amor cristiano y el amor pagano, el varón<br />

espiritual y el varón sensual. ¿Cuál vencerá? <strong>El</strong> novelista se inclina por el hombre de ideas, ¡pero<br />

cuántas veces cederá ante la potencia ofuscadora del hombre de goces! La historia sucede en una<br />

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