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El Alfarero Desvelado -L-ensayos-1964- 571kb - andes

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oscuro, que no se mide en magnitudes de poderío ni de precedencia según los cánones estéticos<br />

de la paisajística viajera.<br />

Copakawana es el punto fugaz en que se tocan ideal y, realidad para volverse a separar.<br />

Se siente el soplo trémulo de las antiguas teogonías, la sensual armonía pagana, un hálito<br />

de paz que trasciende al Cristo y su doctrina de amor y de perdón.<br />

Y si mira en sí mismo y revierte al sentido de su propio transcurrir, dirá el visitante que el<br />

encuentro con el Lago legendario y el Santuario sacratísimo, en esta región de ritmo lento y<br />

recogido, equivale al "mysterium magnum” perseguido por alquimistas y soñadores: resurrección,<br />

recuperación, que la juventud retorne al cuerpo cansado y al corazón desengañado.<br />

En cierto modo Copakawana es la cura por la fe, por el encantamiento de los sentidos.<br />

Pero todo esto se refiere al primer encuentro y al día inicial, porque cuanto se repite y<br />

prolonga extenúa al soñador. Y Copakawana es un hada cuyo rostro se mira una sola vez. Y es<br />

para siempre.<br />

En la peña más encumbrada está el Calvario de Copakawana: lo remata una Cruz que<br />

veneran los peregrinos. Se trepa a ella por un largo y escarpado camino rocoso, de toscos y<br />

agudos peldaños, punzantes, resbaladizos, que causaron quebranto a muchos romeros. En la cima<br />

existen rastros de edificaciones arcaicas, huellas de gr<strong>andes</strong> pies que se atribuye al Thunupa<br />

mítico.<br />

En otro paraje próximo se yergue la Horca del Inka, tres piedras donde el monarca<br />

autóctono castigaba a los delincuentes.<br />

La llanura y la playa de Copakawana están como salpicadas de peñas y colinas, de<br />

manera que apenas trepa el visitante una loma cualquiera, domina el doble escenario de la tierra y<br />

del mar. Y hay tales linduras naturales desparramadas en el ámbito lacustre y sus tierras aledañas,<br />

que no se comprende cómo no ha surgido todavía el rapsoda digno de cantarlas.<br />

También los arqueólogos se impacientan por descubrir lo que ocultan las aguas. Un día<br />

Arturo Posnansky, sabio alemán-boliviano, autor de una obra monumental, en dos volúmenes de<br />

gran formato, "Tihuanacu, cuna del hombre americano", verdadero precursor y sistematizador del<br />

pasado andino en el siglo XX, halló en Jakonta-Palayani, en las riberas del Titikaka, restos de una<br />

gran muralla sumergida que —sostuvo— circundaba una metrópoli anterior a los Inkas y a los<br />

Kollas.<br />

Para el viajero ávido de experiencias nuevas, nada más seductor que el trayecto de La Paz<br />

a Copakawana.<br />

Muchas curvas y recodos al cabo de los cuales brotan parajes fascinadores. <strong>El</strong> Lago<br />

aparece y desaparece en las vueltas del camino. Pequeñas quebradas, sementeras verdeantes,<br />

bahías diminutas. De pronto, al voltear una loma surge la gran extensión marina: un azul jubiloso<br />

que decoran las islas hasta perderse en lejanía. Se va el decorado lacustre y otra vez las tierras<br />

duras, pedregosas. Los altos eucaliptos en escuadrones apretados. Chozas con techo de paja.<br />

Linderos de piedras blancas. Las campesinas de trajes multicolores se diseminan por el camino.<br />

Todo es viejo y joven a la vez. ¿Giramos nosotros, gira el paisaje? La cinta visual se desenvuelve<br />

en novedad y revelación.<br />

<strong>El</strong> tardo cruce del estrecho de Tiquina, en las viejas barcazas que se tragan vehículo y<br />

viajeros, es una experiencia inolvidable. Al fondo, por ilusión óptica, se divisa la mole imponente y<br />

armoniosa del nevado “lllimani" como brotando del Lago: un manto acuático le sirve de pedestal.<br />

En San Pedro y en San Pablo, los dos pueblecillos aledaños de Tiquina, hay quienes piensan que<br />

el estrecho y sus riberas nada tienen que envidiar a Copakawana. Y aunque carezca de su<br />

amplitud escenográfica y de la belleza y variedad de sus perspectivas panorámicas, cuando<br />

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