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2 - Universidad Manuela Beltran

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CONTEXTO: EL CASO COLOMBIANO<br />

“Es la teroría la que decide sobre lo que podemos observar”<br />

Albert Einstein<br />

Es en este contexto, que se plantea: que en Colombia a pesar de reconocidos esfuerzos 20 , no se está<br />

avanzado en el fortalecimiento de una cultura ambiental, como consecuencia de varios aspectos, adicionales a<br />

que en los paradigmas aceptados culturalmente no se ha introducido con rigor la temática ambiental, entre<br />

ellos los siguientes:<br />

Los significados que se han construido desde el ámbito académico, no han llegado con la profundidad<br />

requerida al contexto popular, político y económico; básicamente a estos dos últimos, donde se toman las<br />

decisiones fundamentales que afectan el funcionamiento de la sociedad. Esto se debe, entre otras cosas, a que<br />

en muchos medios académicos de formación disciplinar, no se ha realizado el ejercicio riguroso de<br />

conceptualización que se requiere en el campo de lo ambiental, lo cual difiere considerablemente de manejar<br />

el significado como palabra. Por tanto, aunque el tema ambiental es relativamente cotidiano –debido a la<br />

popularidad del tema–, términos como ambiente, ecosistema, ecología, contaminación, recurso natural –entre<br />

otros– no han sido debidamente incorporados con un sentido y significado riguroso en la cotidianidad, ni en el<br />

ejercicio profesional; debido, muy probablemente, a la simplificación y reducción de los significados, con el<br />

fin de hacerlos “más fácilmente comprensibles” a la mayoría de las personas. Esto es debido, entre otras<br />

razones, a que muchas actitudes, acciones y valores coherentes con el discurso que sustenta el pensamiento<br />

ambientalista, no se han incorporado dentro del quehacer de la mayoría de los campos disciplinares, ni se ha<br />

integrado dentro de los argumentos sobre los cuales se soportan los discursos profesionales.<br />

Es importante resaltar que en muchos ámbitos, el discurso académico va por un lado y las actitudes, las<br />

acciones y los valores van por otro. La falta de coherencia y consecuencia entre lo que se piensa, se dice y lo<br />

que se hace, se refleja en el medio académico, y de manera notoria en el campo de lo ambiental. Pues aunque<br />

en muchos campos disciplinares, se aborda la temática ambiental, bien como materia, como optativa o como<br />

temática al interior de una asignatura, en gran medida, esta información no se ha convertido en conocimiento;<br />

no se ha construido, a partir de un proceso de conceptualización. Esto se debe a que la información no se ha<br />

interiorizado a través de una reflexión, ni ligado a una estructura de red conceptual con sentido y significado,<br />

por tanto no se ha construido conocimiento; en muchos casos, tampoco se ha realizado el proceso de<br />

transferencia desde lo abstracto hasta lo aplicable, lo cual explica la difícil comprensión, concreción y<br />

aplicación en la cotidianidad, y mucho menos se ha elaborado el procedimiento de ligar este conocimiento a<br />

una estructura de valores, lo cual es el principio de la toma de conciencia para un cambio de actitud.<br />

Los referentes de significado que se tienen frente a lo ambiental se reflejan en el planteamiento de acciones<br />

facilistas, inmediatas y simplistas. No es raro, por ejemplo, que el significado de ecología, sea relacionado con<br />

“tener un corazón verde”, con “plantar árboles” o “colocar la basura en su lugar”; en este contexto, el<br />

significado que se tiene de naturaleza no se aleja de esta situación crítica, debido a que el paradigma<br />

tradicional se fortaleció con la división del humano frente al resto de la naturaleza, propiciando que éste sea<br />

entendido como diferente y superior a ella, así como que ésta existe para su servicio. Más crítico aún, es que<br />

la naturaleza fue cosificada, –fue convertida en cosa, – y es concebida como proveedora ilimitada de bienes y<br />

servicios, así como acumuladora de desechos; es en este sentido que la gran mayoría de las personas tiene su<br />

referente de significado, lo cual hace que este se comparta, se maneje y se acepte culturalmente, y que<br />

obviamente, dificulte el avance hacia la comprensión de lo ambiental, de la construcción y el fortalecimiento<br />

de una cultura alrededor, así como de la búsqueda de la sostenibilidad.<br />

Otro aspecto, es lo entendido por ambiente, lo cual difiere dependiendo del enfoque y significado que se<br />

le da desde cada disciplina o ciencia –incluso dentro de las relacionadas con el tema–, así como, los diversos<br />

significados que se le dan en el lenguaje común. Todo esto unido a la dificultad de diálogo interdisciplinario,<br />

20 Son sobresalientes los esfuerzos de personalidades como Augusto Angel Maya, Julio Carrizosa Umaña, Gustavo Wilches Chaux, que<br />

se han dedicado a un juicioso proceso de conceptualización en el tema ambiental, y cuyos trabajos tienen un gran reconocimiento<br />

internacional.

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