10.05.2013 Views

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Amonestaciones fieles y fervientes 77<br />

¡Cuánta paciencia tuvo Dios con la nación judía al soportar sus<br />

murmuraciones y rebeliones, su transgresión del sábado y todos<br />

<strong>los</strong> demás preceptos de la ley! El Señor declaró repetidamente que<br />

<strong>los</strong> judíos eran peores que <strong>los</strong> paganos. Cada generación excedía<br />

a la precedente en culpa. El Señor permitió que fueran llevados en<br />

cautiverio, pero después de su liberación sus requerimientos fueron<br />

olvidados. Todo lo que confiara a ese pueblo <strong>para</strong> que lo guardase<br />

como sagrado era pervertido o desplazado por las invenciones de<br />

hombres rebeldes. Cristo les dijo en sus días: “¿No os dio Moisés la<br />

ley, y ninguno de vosotros cumple la ley?” Y ésos eran <strong>los</strong> hombres<br />

que se erigían como jueces y censores de aquel<strong>los</strong> a quienes el<br />

Espíritu Santo estaba impulsando a declarar la Palabra de Dios al [76]<br />

pueblo. Véase Juan 7:19-23, 27, 28; Lucas 11:37-52.<br />

Ha de quitarse todo impedimento al Espíritu Santo<br />

Leed estos pasajes de la Biblia a la gente. Leed cuidadosa y<br />

solemnemente, y el Espíritu Santo estará a vuestro lado <strong>para</strong> impresionar<br />

las mentes mientras leéis. Pero no leáis sin tener el verdadero<br />

sentido de la palabra en vuestro propio corazón. Si Dios alguna vez<br />

ha hablado por mi intermedio, estos pasajes significan mucho <strong>para</strong><br />

aquel<strong>los</strong> que <strong>los</strong> escuchen.<br />

Los hombres finitos deben cuidarse de tratar de controlar a sus<br />

semejantes, ocupando el lugar asignado al Espíritu Santo. No sientan<br />

<strong>los</strong> hombres que es su prerrogativa dar al mundo lo que el<strong>los</strong><br />

piensan que es la verdad, e impedir que se le dé algo contrario a<br />

sus ideas. Esta no es su obra. Muchas cosas inaceptables aparecerán<br />

como verdades evidentes <strong>para</strong> aquel<strong>los</strong> que creen que su propia interpretación<br />

de las Escrituras siempre es correcta. Habrá que realizar<br />

cambios muy importantes con respecto a ciertas ideas que algunos<br />

han aceptado como perfectas. Estos hombres dan evidencia de falibilidad<br />

en muchísimas maneras; trabajan guiándose por principios<br />

que la Palabra de Dios condena. Lo que me conmueve hasta lo más<br />

profundo de mi ser, y me hace saber que sus obras no son las obras<br />

de Dios, es que el<strong>los</strong> suponen que tienen autoridad <strong>para</strong> gobernar a<br />

sus semejantes. El Señor no les ha dado más derecho a gobernar a<br />

otros que el derecho que ha dado a otros <strong>para</strong> gobernar<strong>los</strong> a el<strong>los</strong>.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!