10.05.2013 Views

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

[75]<br />

76 <strong>Testimonios</strong> <strong>para</strong> <strong>los</strong> <strong>Ministros</strong><br />

collantes de su pasada actuación como opositores son considerados<br />

por el<strong>los</strong> preciosos tesoros que deben ser ce<strong>los</strong>amente guardados. Y<br />

el odio y la saña que inspiraron aquel<strong>los</strong> actos se concentran ahora<br />

contra <strong>los</strong> apóstoles.<br />

El Espíritu de Dios manifestó su presencia a aquel<strong>los</strong> que, sin<br />

importarles el temor o el favor de <strong>los</strong> hombres, declaraban la verdad<br />

que les había sido encomendada. Bajo la demostración del poder del<br />

Espíritu Santo, <strong>los</strong> judíos vieron su culpa al rechazar la evidencia<br />

que Dios había enviado; pero no quisieron cejar en su malvada<br />

resistencia. Su obstinación se hizo cada vez más decidida y obró<br />

la ruina de sus almas. No es que no pudiesen ceder, pues podían<br />

hacerlo; sin embargo no quisieron. No se trataba sólo de que habían<br />

sido culpables y merecían ser objetos de la ira, sino que se armaron<br />

a sí mismos de <strong>los</strong> atributos de Satanás, y con toda determinación<br />

continuaron oponiéndose a Dios. Día tras día, al rehusar arrepentirse,<br />

renovaban su rebelión. Se estaban pre<strong>para</strong>ndo <strong>para</strong> cosechar lo que<br />

habían sembrado. La ira de Dios no se declara contra <strong>los</strong> hombres<br />

meramente a causa de <strong>los</strong> pecados que han cometido, sino porque<br />

deciden permanecer en un estado de resistencia, y, aun cuando tienen<br />

luz y conocimiento, siguen repitiendo sus pecados del pasado. Si<br />

quisieran someterse, serían perdonados; pero están determinados a<br />

no rendirse. Desafían a Dios con su obstinación. Estas almas se han<br />

entregado a Satanás, y él las domina según su voluntad.<br />

¿Qué ocurrió con <strong>los</strong> rebeldes habitantes del mundo antediluviano?<br />

Después de rechazar el mensaje de Noé, se entregaron al<br />

pecado con mayor abandono que nunca antes, y duplicaron la enormidad<br />

de sus prácticas corruptas. Aquel<strong>los</strong> que se niegan a reformarse<br />

rehusando aceptar a Cristo, no encuentran en el pecado nada que<br />

<strong>los</strong> reforme; su mente está resuelta a seguir albergando el espíritu de<br />

rebelión, y no se ven ni nunca se verán obligadas a la sumisión. El<br />

juicio que el Señor trajo sobre el mundo antediluviano declaró su<br />

incurabilidad. La destrucción de Sodoma proclamó que <strong>los</strong> habitantes<br />

del territorio más hermoso del mundo estaban irreversiblemente<br />

entregados al pecado. El fuego y azufre del cielo consumieron todo<br />

lo que había, excepto a Lot, su esposa y dos hijas. La esposa, al<br />

mirar hacia atrás, desoyendo la orden de Dios, se volvió una estatua<br />

de sal.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!