10.05.2013 Views

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Principios vitales acerca de nuestras relaciones mutuas 423<br />

vida; la hoja verde no aparecerá. A menos que las primeras precipitaciones<br />

hayan hecho su obra, la lluvia tardía no podrá perfeccionar<br />

ninguna semilla.<br />

Ha de haber “primero hierba, luego espiga, después grano lleno<br />

en la espiga”. Debe haber un desarrollo constante de la virtud cristiana,<br />

un progreso permanente en la experiencia cristiana. Debiéramos<br />

procurar esto ardientemente, <strong>para</strong> que adornemos la doctrina de<br />

Cristo, nuestro Salvador. [507]<br />

Muchos, en gran medida, han dejado de recibir la lluvia temprana.<br />

No han obtenido todos <strong>los</strong> beneficios que Dios ha provisto <strong>para</strong><br />

el<strong>los</strong> por medio de ella. Esperan que la deficiencia sea suplida por<br />

la lluvia tardía. Cuando se conceda la gracia en forma abundante y<br />

rica, se proponen abrir sus corazones <strong>para</strong> recibirla.<br />

Están cometiendo una terrible equivocación. La obra que Dios<br />

ha comenzado en el corazón humano al darle su luz y conocimiento,<br />

debe progresar continuamente. Todo individuo debe ser consciente<br />

de su propia necesidad. El corazón debe estar exento de contaminación,<br />

y limpio, <strong>para</strong> que en él more el Espíritu. Por medio de la<br />

confesión y el abandono del pecado, por medio de la oración ferviente<br />

y la consagración a Dios, <strong>los</strong> primeros discípu<strong>los</strong> se pre<strong>para</strong>ron<br />

<strong>para</strong> el derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés.<br />

La misma obra, sólo que en mayor medida, debe realizarse ahora.<br />

En aquel entonces el instrumento humano sólo tenía que pedir la<br />

bendición y esperar que el Señor perfeccionara la obra concerniente<br />

a él. Es Dios quien comienza la obra, y la terminará, perfeccionando<br />

al hombre en Cristo Jesús.<br />

Pero no debe descuidarse la gracia representada por la lluvia<br />

temprana. Sólo <strong>los</strong> que estén viviendo a la altura de la luz que tienen,<br />

recibirán más luz. A menos que estemos avanzando diariamente en la<br />

ejemplificación de las virtudes cristianas activas, no reconoceremos<br />

las manifestaciones del Espíritu Santo en la lluvia tardía. Podrá estar<br />

derramándose en <strong>los</strong> corazones de <strong>los</strong> que están en torno de nosotros,<br />

pero no lo percibiremos ni lo recibiremos.<br />

En ningún momento de nuestra experiencia podemos prescindir<br />

de la ayuda que nos capacitó <strong>para</strong> comenzar. Las bendiciones recibidas<br />

en ocasión de la lluvia temprana nos son necesarias hasta el<br />

mismo fin. Sin embargo, no bastan por sí solas. Al mismo tiempo [508]<br />

que atesoramos las bendiciones de la lluvia temprana, no debemos

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!