10.05.2013 Views

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

[466]<br />

390 <strong>Testimonios</strong> <strong>para</strong> <strong>los</strong> <strong>Ministros</strong><br />

Pero no todos están siguiendo la luz. Algunos se están apartando<br />

del camino seguro, que a cada paso es una senda de humildad. Dios<br />

ha encomendado a sus siervos un mensaje <strong>para</strong> este tiempo, pero<br />

este mensaje no coincide en todos sus detalles con las ideas de todos<br />

<strong>los</strong> dirigentes, y algunos critican el mensaje y a <strong>los</strong> mensajeros.<br />

Se atreven incluso a rechazar las palabras de reprensión que se les<br />

envían de parte de Dios por medio de su Santo Espíritu.<br />

¿Qué poder tiene en reserva el Señor <strong>para</strong> alcanzar a <strong>los</strong> que<br />

han rechazado sus amonestaciones y reprensiones y han considerado<br />

que <strong>los</strong> testimonios del Espíritu de Dios no provienen de una<br />

fuente más alta que la sabiduría humana? En el juicio, ¿qué podréis<br />

ofrecer a Dios vosotros, <strong>los</strong> que habéis hecho esto, como excusa por<br />

apartaros de las evidencias que él os ha dado de que Dios estaba<br />

en la obra? “Por sus frutos <strong>los</strong> conoceréis”. No quisiera repasar<br />

ahora ante vosotros las evidencias dadas en <strong>los</strong> dos años anteriores<br />

de la forma en que Dios ha obrado por medio de sus siervos<br />

escogidos; pero ante vosotros está la evidencia actual de que él está<br />

obrando, y tenéis ahora la obligación de creer. No podéis desatender<br />

<strong>los</strong> mensajes de amonestación de Dios; no podéis rechazar<strong>los</strong> o<br />

tratar<strong>los</strong> livianamente sino con peligro de experimentar una pérdida<br />

incalculable.<br />

Cómo se envilece el alma<br />

Uno puede permitirse buscar faltas, ridiculizar y deformar deliberadamente<br />

el carácter de <strong>los</strong> demás, sólo a expensas del envilecimiento<br />

de su propia alma. El uso de tales armas no contribuye al<br />

logro de preciosas victorias por parte de vosotros; por el contrario<br />

envilece la mente y se<strong>para</strong> al alma de Dios. Se rebajan las cosas<br />

sagradas al nivel de las comunes y se crea una situación que agrada<br />

al príncipe de las tinieblas y entristece y ahuyenta al Espíritu de Dios.<br />

El buscar faltas y el criticar dejan el alma tan desprovista del rocío<br />

de la gracia como las colinas de Gilboa estaban privadas de lluvia.<br />

No se puede confiar en el juicio de <strong>los</strong> que acostumbran ridiculizar<br />

y deformar el carácter de <strong>los</strong> demás. No se le puede dar importancia<br />

a su consejo o a sus resoluciones. Debéis llevar las credenciales<br />

divinas antes de tomar medidas definidas que contribuyan a modelar<br />

la obra de Dios.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!