10.05.2013 Views

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Elevad la norma 369<br />

se dedica a un ídolo la mitad del corazón. Dios requiere todo el<br />

corazón, toda la mente. No estáis autorizados <strong>para</strong> apartar vuestra<br />

mente de Dios y entronizar en ella algún otro objeto.<br />

Se pesa el carácter<br />

En un platillo se pone el requisito divino y en el otro el carácter<br />

del hombre, y la balanza del santuario celestial decide la suerte de<br />

todo hombre <strong>para</strong> la eternidad. Mirad esto, <strong>los</strong> que habéis vivido descuidadamente<br />

y habéis considerado el pecado con liviandad. Durante<br />

años habéis ignorado vuestra responsabilidad hacia Dios—años [440]<br />

en que os habéis entregado egoístamente a una conducta prohibida.<br />

Considerad el carácter perfecto, inmutable, de la ley, cuyos requisitos<br />

habéis defendido verbalmente La ley demanda obediencia perfecta,<br />

indeclinable. En este último platillo se coloca también el pecado, la<br />

insensatez, el engaño, <strong>los</strong> pensamientos impuros, las acciones impías;<br />

y el mayor o menor peso determina la felicidad o la desgracia<br />

de <strong>los</strong> individuos; y sobre la balanza de muchos se pone la siguiente<br />

inscripción: “Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto”.<br />

¿Querrán considerar sus propios casos <strong>los</strong> destinatarios de esta<br />

carta, sin pronunciar sentencia sobre algún otro, sino examinando su<br />

propio carácter a la luz de la ley de Dios?<br />

¿Ha sido transformado vuestro carácter? ¿Ha sido reemplazada<br />

la oscuridad por la luz, el amor al pecado por el amor a la pureza y<br />

la santidad? ¿Os habéis convertido, vosotros que estáis ocupados en<br />

enseñar la verdad a otros? ¿Se ha producido en vosotros un cambio<br />

cabal y radical? ¿Habéis entretejido a Cristo en vuestro carácter?<br />

Necesitáis tener certeza absoluta de ello. ¿Se ha levantado el Sol<br />

de justicia y ha estado brillando sobre vuestra alma? Si tal es el<br />

caso, vosotros lo sabéis; y si no sabéis si estáis convertidos o no,<br />

no prediquéis un solo sermón desde el púlpito hasta que lo sepáis.<br />

¿Cómo podéis guiar a las almas a la fuente de la vida si vosotros<br />

mismos no habéis bebido de ella? ¿Sois simuladores o sois realmente<br />

hijos de Dios? ¿Estáis sirviendo a Dios, o a <strong>los</strong> ído<strong>los</strong>? ¿Habéis sido<br />

transformados por el Espíritu de Dios, o estáis todavía muertos en<br />

vuestras transgresiones y pecados? Ser hijos de Dios significa más<br />

de lo que muchos sueñan, porque no se han convertido. Se pesa a <strong>los</strong><br />

hombres en la balanza y se <strong>los</strong> halla faltos cuando viven cometiendo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!