10.05.2013 Views

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

[391]<br />

[392]<br />

330 <strong>Testimonios</strong> <strong>para</strong> <strong>los</strong> <strong>Ministros</strong><br />

nunca satisfacen ni sanan al alma. Pero Jesús nos dice: “El que come<br />

mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna”.<br />

La benigna presencia de Cristo en su Palabra está siempre hablando<br />

al alma, representándolo por medio de la fuente del agua viva<br />

que refresca el alma sedienta. Es nuestro privilegio tener un Salvador<br />

vivo y permanente. El es la fuente de poder espiritual implantada<br />

dentro de nosotros, y su influencia se manifestará en palabras y<br />

acciones, refrigerando a todos <strong>los</strong> que están dentro de la esfera de<br />

nuestra influencia, creando en el<strong>los</strong> deseos y aspiraciones de fuerza<br />

y pureza, de santidad y paz, y del gozo que no trae consigo dolor.<br />

Este es el resultado cuando el Salvador mora dentro de nosotros.<br />

La intercesión de Cristo<br />

Jesús dice: “He aquí yo estoy con vosotros todos <strong>los</strong> días, hasta<br />

el fin del mundo”. El anduvo una vez como hombre sobre la tierra,<br />

revestida su divinidad de humanidad, un hombre que sufría y era<br />

tentado, perseguido por <strong>los</strong> ardides satánicos. Fue tentado en todo<br />

punto como nosotros, y sabe cómo socorrer a <strong>los</strong> que son tentados.<br />

Ahora está a la diestra de Dios; está en el cielo como nuestro abogado<br />

<strong>para</strong> interceder por nosotros. Siempre hemos de cobrar consuelo y<br />

esperanza al pensar en esto. El está pensando en <strong>los</strong> que están sujetos<br />

a las tentaciones de este mundo. Piensa en nosotros individualmente,<br />

y conoce cada una de nuestras necesidades. Cuando seáis tentados,<br />

decid tan sólo: El cuida de mí, él intercede en mi favor, él me ama,<br />

él ha muerto por mí. Me entregaré sin reservas a él. Entristecemos<br />

el corazón de Cristo cuando vamos condoliéndonos de nosotros<br />

mismos como si fuéramos nuestro propio Salvador. No; debemos<br />

encomendar la guarda de nuestras almas a Dios como a un Creador<br />

fiel. El siempre vive <strong>para</strong> interceder por <strong>los</strong> probados y tentados.<br />

Abra su corazón a <strong>los</strong> brillantes rayos del Sol de justicia y no permita<br />

que un solo suspiro de duda, una sola palabra de incredulidad escape<br />

de sus labios <strong>para</strong> que no siembre las semillas de la duda. Hay ricas<br />

bendiciones <strong>para</strong> nosotros; apropiémonos de ellas por la fe. Le ruego<br />

que tenga valor en el Señor. La fortaleza divina es nuestra; hablemos<br />

palabras de ánimo, fortaleza y fe. Lea el tercer capítulo de Efesios.<br />

Practique la instrucción dada. Presente un testimonio viviente en<br />

favor de Dios bajo toda circunstancia.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!