10.05.2013 Views

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Exhortaciones a la verdad y la lealtad 319<br />

de su dependencia de Dios. Tan pronto como se pone al hombre en<br />

el lugar que le corresponde a Dios, pierde su pureza, su vigor, su<br />

confianza en el poder divino. El resultado es la confusión moral,<br />

porque sus facultades dejan de estar santificadas y se pervierten.<br />

Se siente competente <strong>para</strong> juzgar a sus semejantes, y se esfuerza<br />

ilícitamente <strong>para</strong> ser un dios sobre el<strong>los</strong>. [377]<br />

“Haya, pues, en vosotros este sentir”<br />

Pero no debe haber exaltación propia en la obra de Dios. Por<br />

mucho que sepamos, por grandes que sean nuestras dotes intelectuales,<br />

ninguno de nosotros puede jactarse, porque lo que poseemos<br />

no es sino un don que se nos ha confiado, que se nos ha prestado a<br />

prueba. El fiel desarrollo de estas dotes decide nuestro destino <strong>para</strong><br />

la eternidad; pero no tenemos motivo alguno <strong>para</strong> exaltar el yo o<br />

<strong>para</strong> glorificarnos porque lo que tenemos no nos pertenece.<br />

Debemos ser corteses hacia todos, tiernos de corazón y compasivos;<br />

este carácter manifestó Cristo en la tierra. Cuanto más<br />

estrechamente nos unamos con Jesucristo, más tierno y afectuoso<br />

será nuestro comportamiento mutuo. La redención de la raza humana<br />

fue planeada <strong>para</strong> que el hombre, caído como estaba, pudiera ser<br />

participante de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción<br />

que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. Si por la gracia<br />

de Dios llegamos a ser participantes de la naturaleza divina, nuestra<br />

influencia sobre <strong>los</strong> que nos rodean no será peligrosa, sino benéfica.<br />

Al mirar a Jesús, el autor y consumador de nuestra fe, podremos<br />

ser una bendición <strong>para</strong> todos aquel<strong>los</strong> con quienes nos asociamos,<br />

pues el poder del Espíritu Santo sobre el corazón humano puede<br />

purificarlo y mantenerlo así.<br />

Los que no reciben a Cristo como su Salvador personal, que no<br />

sienten la necesidad de su gracia sobre el corazón y el carácter, no<br />

pueden influir <strong>para</strong> bien sobre <strong>los</strong> que <strong>los</strong> rodean. Cualquiera sea su<br />

posición en la vida, llevarán con el<strong>los</strong> una influencia que Satanás<br />

utilizará en su servicio. Los tales pierden toda esperanza de vida<br />

eterna el<strong>los</strong> mismos, y por su mal ejemplo descarrían a otros.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!