10.05.2013 Views

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Exhortaciones a la verdad y la lealtad 299<br />

“No he venido—dijo Cristo—, a llamar a justos [a vosotros que<br />

no sentís necesidad de arrepentimiento], sino a pecadores al arrepentimiento”.<br />

Los colaboradores de Dios trabajarán a semejanza de<br />

Cristo. Hay más de una pobre alma que es mal entendida, inapreciada,<br />

llena de angustia y agonía: una oveja perdida y errante. Su mente<br />

está entenebrecida, no puede encontrar a Dios, y, casi desesperada,<br />

la incredulidad toma posesión de ella. Sin embargo tiene un deseo<br />

intenso y anhelante de perdón y de paz. [352]<br />

Al contemplar este cuadro, podéis hacer la pregunta: ¿No hay<br />

algún cristiano al cual puede ir una persona tal <strong>para</strong> encontrar alivio?<br />

Esta pregunta Dios la contesta así: “Pero tengo contra ti, que has<br />

dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y<br />

arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti,<br />

y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”. Un<br />

fariseísmo frío, de corazón duro, ha tomado posesión de muchos de<br />

<strong>los</strong> profesos seguidores de Cristo, y el amor de Jesús está muerto.<br />

“Sé vigilante”<br />

“Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene <strong>los</strong> siete<br />

espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus<br />

obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. Sé vigilante,<br />

y afirma las otras cosas que están <strong>para</strong> morir; porque no he hallado<br />

tus obras perfectas delante de Dios”. Aquí el problema está resuelto.<br />

Las personas que aquí se describen han tenido la luz que <strong>los</strong> habría<br />

inducido a realizar obras completamente diferentes, si hubieran<br />

seguido la luz y hubiesen fortalecido las cosas que quedaban y que<br />

estaban por morir. Ayudando a <strong>los</strong> que necesitaban auxilio habrían<br />

mantenido viva la luz que brilló en sus propios corazones cuando<br />

Jesús habló a sus almas diciendo: “Tus pecados te son perdonados”.<br />

Se especifica claramente la obra que ha de ser hecha: “Sé vigilante,<br />

y afirma las otras cosas que están <strong>para</strong> morir; porque no he<br />

hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo<br />

que has recibido y has oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no<br />

velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré<br />

sobre ti”. Muchos han oído y recibido la palabra de vida y han sido<br />

poderosamente conmovidos por la verdad, pero han permitido que [353]<br />

sus almas se volvieran frías, su fe oscura, por su justicia propia, por

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!