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Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

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A <strong>los</strong> hermanos que ocupan puestos de responsabilidad 249<br />

hechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar<br />

vuestras buenas obras”.<br />

El mal de servirse a sí mismo<br />

¿Cómo consideran <strong>los</strong> hombres la obra del Señor cuando se sienten<br />

con libertad <strong>para</strong> ser desobedientes, desagradecidos, carentes de<br />

santidad, condenadores, rudos, amantes de servirse a sí mismos antes<br />

que al Señor? Los que han recibido cometidos sagrados están forjando<br />

su propio destino mediante el espíritu y el carácter que revelan.<br />

¿Y piensan el<strong>los</strong> alguna vez cómo serán evaluadas sus obras en el<br />

juicio? Si la importante verdad <strong>para</strong> este tiempo fuera un principio<br />

arraigado en el alma de <strong>los</strong> que ministran en la obra del Señor, ¡cuán<br />

fervientemente lucharían <strong>para</strong> obtener la perfección de carácter, <strong>para</strong><br />

poder rodear a las almas de las personas que se relacionan con el<strong>los</strong><br />

de una atmósfera vitalizadora y santa que reviviera <strong>los</strong> corazones de<br />

<strong>los</strong> humildes y contritos!<br />

Es ley de Dios que quien cree la verdad tal como es en Jesús<br />

la dará a conocer. Las ideas y convicciones que alberga la mente<br />

tratarán de expresarse. Todo aquel que da pábulo a la incredulidad y<br />

la crítica, todo el que se sienta capaz de juzgar la obra del Espíritu<br />

Santo, difundirá el espíritu que lo anima. Forma parte de la naturaleza<br />

de la incredulidad, la infidelidad y la resistencia a la gracia de<br />

Dios, el hacerse sentir y oír. La mente dominada por esos elementos<br />

siempre estará luchando <strong>para</strong> abrirse paso y lograr adherentes. Todos<br />

<strong>los</strong> que anden junto a un apóstata serán imbuidos de su espíritu de<br />

compartir con otros sus pensamientos, el resultado de sus propias [291]<br />

averiguaciones y <strong>los</strong> sentimientos que <strong>los</strong> impulsan; porque no es<br />

fácil reprimir <strong>los</strong> motivos que nos inducen a la acción.<br />

Algunos, a quienes se cree consagrados a Dios de corazón y<br />

alma, están obrando en contra de él y su obra. Otros han puesto su<br />

confianza en el<strong>los</strong>; pero el engaño <strong>los</strong> cubre como un manto. Sus<br />

mentes son impulsadas por una energía incansable, irreprimible;<br />

están ávidos de dar a conocer sus sentimientos. Así se siembran por<br />

todas partes ciertas semillas. Mediante un sentimiento parcialmente<br />

expresado, arrojan duda sobre la verdad, y fomentan la incredulidad.<br />

Estos son <strong>los</strong> que no están de acuerdo con <strong>los</strong> testimonios, porque<br />

ciertos hombres que ocupan altos puestos de confianza han expresa-

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