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Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

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Métodos, principios y motivos correctos 233<br />

adulación y el aprecio humano. El temor y el amor de Dios no están<br />

entretejidos en su experiencia.<br />

¡Cuán lamentable y triste es ver caer tan completamente en<br />

manos del mundo a hombres que han conocido algo del Espíritu<br />

de Dios, al punto de dejarse regir e influir por su voz y depender<br />

de sus favores <strong>para</strong> lograr fortaleza y éxito! ¡Cuán ciertamente se<br />

han alejado de Cristo, cuán llenos están de confianza propia, cuán<br />

colmados de ostentación, de vanidad, y cuán cortos de vista son<br />

<strong>para</strong> las cosas espirituales! ¡Cuán poco discernimiento tienen <strong>para</strong><br />

distinguir al que es hijo de Dios, heredero del reino, del que es hijo<br />

del maligno, hijo de desobediencia y enemigo de Dios!<br />

Las dos clases de personas<br />

Hay sólo dos clases de personas en el mundo: <strong>los</strong> que son obedientes<br />

a Jesucristo y buscan al Maestro <strong>para</strong> hacer su voluntad,<br />

y obran <strong>para</strong> la salvación de su propia alma y la de todos <strong>los</strong> que [271]<br />

se relacionan con el<strong>los</strong> y llevan el nombre de Cristo; y <strong>los</strong> hijos<br />

de desobediencia. Hay sólo dos clases de personas en el mundo.<br />

Escuchad, pues, las palabras de Alguien que sabe: “Hijitos, vosotros<br />

sois de Dios, y <strong>los</strong> habéis vencido; porque mayor es el que está en<br />

vosotros, que el que está en el mundo. El<strong>los</strong> son del mundo; por eso<br />

hablan del mundo, y el mundo <strong>los</strong> oye”. Hay almas que están siendo<br />

engañadas. El temor y el amor de Dios no prevalecen sobre ellas. El<br />

mundo es su señor, y el<strong>los</strong> se lanzan tras ese espejismo engañoso y<br />

adulador. Escuchad al que dio su vida por el mundo, “<strong>para</strong> que todo<br />

aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Habló<br />

como nadie lo hizo. Todo el (capítulo 15) de Juan contiene una<br />

lección muy importante. Leedlo; obedecedlo. Escuchad de nuevo la<br />

voz de Dios: “No podéis servir a Dios y a las riquezas”.<br />

La mezcla de creyentes con no creyentes<br />

No firme el pueblo de Dios en ninguna de nuestras instituciones<br />

una tregua con el enemigo de Dios y del hombre. El deber de la iglesia<br />

hacia el mundo no consiste en acomodarse a sus ideas ni aceptar<br />

sus opiniones y sugerencias, sino en prestar oídos a las palabras de<br />

Cristo por medio de su siervo Pablo: “No os unáis en yugo desigual<br />

con <strong>los</strong> incrédu<strong>los</strong>; porque ¿qué compañía tiene la justicia con la

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