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Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

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Obreros dirigidos por Dios 187<br />

conveniente. No debemos pensar que todas las cosas han de colocarse<br />

bajo la jurisdicción de unos pocos hombres finitos que necesitan<br />

recurrir constantemente a Dios <strong>para</strong> obtener sabiduría y no cometer<br />

graves desatinos. No es el propósito del Señor que todas las cosas<br />

estén centralizadas en Battle Creek. [veasé el Apéndice.] El quisiera<br />

que <strong>los</strong> hombres se hicieran a un lado y no sintieran que la obra de<br />

Dios depende totalmente de el<strong>los</strong> y que todo problema debiera ser<br />

referido a su juicio. Me resulta difícil expresar lo que deseo, pero en<br />

el nombre del Señor levanto la señal de peligro. Los hombres responsables<br />

deben temer y temblar por sí mismos. No deben sentirse<br />

competentes <strong>para</strong> adelantarse a Aquel que dijo: “Sígueme”. Dios no<br />

se agrada de que <strong>los</strong> hombres en países distantes tengan que esperar<br />

antes de aventurarse a tomar una determinación. Debemos creer en<br />

el poder del Señor <strong>para</strong> guiar, por-sabiduría y comprensión a sus<br />

representantes en toque él tiene el comando de su propia obra. El<br />

dará das partes de su gran viña. El dice: “No me elegisteis vosotros<br />

a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto <strong>para</strong> que vayáis<br />

y llevéis fruto”. Quiero decirles a mis hermanos de Battle Creek: El<br />

Señor no necesita enviar sus órdenes a sus mensajeros que están en [213]<br />

todas partes del mundo por medio de Battle Creek. El no ha colocado<br />

esta responsabilidad sobre todos <strong>los</strong> que se arrogan el derecho de<br />

decir a <strong>los</strong> obreros del Señor: “Haz esto”, y “No hagas aquello”.<br />

Dios es deshonrado cuando <strong>los</strong> hombres son inducidos a depender<br />

tanto de Battle Creek.<br />

La gente de cada país tiene sus propias características peculiares<br />

y distintivas y es necesario que <strong>los</strong> hombres sepan adaptarse a las<br />

ideas peculiares de <strong>los</strong> habitantes e introducir de tal manera la verdad<br />

que puedan hacerles bien. Deben ser capaces de comprender sus<br />

necesidades y hacerles frente. Surgirán circunstancias que demanden<br />

acción inmediata, y será necesario que aquel<strong>los</strong> que se encuentran<br />

en el lugar atiendan el interés y hagan lo que debe ser hecho bajo la<br />

dirección del Espíritu Santo. Si esperaran, en un tiempo de crisis,<br />

que viniera de Battle Creek la indicación de lo que deben hacer,<br />

perderían mucho. Los hombres que manejan la obra deben ser fieles<br />

mayordomos de la gracia de Dios. Deben ser hombres de fe, y deben<br />

ser animados a depender de Dios y a confiar en él.

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