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Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

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Un llamamiento solemne a <strong>los</strong> ministros 131<br />

de las almas. Si el pastor pronuncia palabras extraídas de <strong>los</strong> orácu<strong>los</strong><br />

vivientes de Dios; si cree en la cooperación de Cristo y la espera, de<br />

Aquel cuyo siervo él es; si esconde el yo y exalta a Jesús, el Redentor<br />

del mundo, sus palabras alcanzarán <strong>los</strong> corazones de sus oyentes, y<br />

su obra llevará las credenciales divinas. El Espíritu Santo debe ser el<br />

agente divino <strong>para</strong> convencer de pecado. El agente divino presenta<br />

al orador <strong>los</strong> beneficios del sacrificio hecho en la cruz; y cuando la<br />

verdad es puesta en contacto con las almas presentes, Cristo las gana<br />

<strong>para</strong> sí, y obra <strong>para</strong> transformar su naturaleza. El Señor está listo a<br />

auxiliarnos en nuestras debilidades, a enseñar, a guiar, a inspirarnos<br />

ideas de origen celestial.<br />

¡Cuán poco pueden hacer <strong>los</strong> hombres en la obra de salvar almas,<br />

y sin embargo, cuánto pueden hacer por medio de Cristo si están<br />

imbuidos de su Espíritu! El maestro humano no puede leer <strong>los</strong><br />

corazones de sus oyentes, pero Jesús dispensa la gracia que toda alma<br />

necesita. El comprende las posibilidades del hombre, su debilidad,<br />

y su fuerza. El Señor está obrando en el corazón humano, y un [145]<br />

ministro puede ser <strong>para</strong> las almas que escuchan sus palabras un sabor<br />

de muerte <strong>para</strong> muerte, alejándolas de Cristo; o, si es consagrado y<br />

devoto, si desconfía de sí mismo y mira a Jesús, puede ser un sabor de<br />

vida <strong>para</strong> vida <strong>para</strong> las almas que ya están bajo el poder convincente<br />

del Espíritu Santo, y en cuyos corazones el Señor está pre<strong>para</strong>ndo<br />

el camino <strong>para</strong> <strong>los</strong> mensajes que él ha dado al agente humano. Así<br />

es tocado el corazón del incrédulo, y responde al mensaje de la<br />

verdad. “Nosotros somos colaboradores de Dios”. Las convicciones<br />

implantadas en el corazón, y la iluminación del entendimiento por<br />

la exposición de la Palabra actúan en perfecta armonía. La verdad<br />

traída ante la mente, tiene poder <strong>para</strong> despertar las dormidas energías<br />

del alma. El Espíritu de Dios obrando en el corazón, coopera con<br />

la obra de Dios por medio de sus instrumentos humanos. Cuando<br />

<strong>los</strong> ministros advierten la necesidad de una reforma cabal en sí<br />

mismos, cuando sienten que deben alcanzar una norma más elevada,<br />

su influencia sobre las iglesias será elevadora y refinadora.<br />

Las faltas secretas deben ser vencidas<br />

Hay pecadores entre <strong>los</strong> ministros. No están agonizando por<br />

entrar por la puerta estrecha. Dios no obra con el<strong>los</strong>, porque no puede

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