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Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

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La alta norma de Dios 125<br />

se lo conservara libre de todo trabajo secular. Al poner aparte así<br />

el sábado, Dios dio al mundo un monumento conmemorativo. No<br />

apartó un día cualquiera de <strong>los</strong> siete, sino un día específico, el séptimo<br />

día. Y al observar el sábado, manifestamos que lo reconocemos<br />

como el Dios viviente, el Creador de <strong>los</strong> cie<strong>los</strong> y la tierra.<br />

No hay nada en el sábado que lo restrinja a una clase particular<br />

de personas. Ha sido dado <strong>para</strong> todo el género humano. Ha de ser<br />

empleado, no en la indolencia, sino en la contemplación de las obras [137]<br />

de Dios. Esto habían de hacer <strong>los</strong> hombres <strong>para</strong> que “supiesen que<br />

yo soy Jehová que <strong>los</strong> santifico”.<br />

El Señor se acerca mucho a su pueblo en el día que él ha bendecido<br />

y santificado. “Los cie<strong>los</strong> cuentan la gloria de Dios, y el<br />

firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra al<br />

otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría”. El sábado es el<br />

monumento divino que señala a <strong>los</strong> hombres a su Creador que hizo<br />

el mundo y todas las cosas que hay en él. En las colinas eternas, en<br />

<strong>los</strong> árboles majestuosos, en todo capullo que se abre y en toda flor<br />

que florece, podemos contemplar la obra del gran Artífice Maestro.<br />

Todo nos habla de Dios y de su gloria.<br />

Todo leal hijo de Dios tratará de conocer la verdad. Juan presentó<br />

la verdad tan claramente que un niño puede entenderla. “Si<br />

me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os<br />

dará otro Consolador, <strong>para</strong> que esté con vosotros <strong>para</strong> siempre: al<br />

Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le<br />

ve, ni le conoce”. ¿Escogemos ser clasificados entre aquel<strong>los</strong> que no<br />

disciernen la verdad, que están tan cegados por el poder engañoso<br />

del enemigo que sus ojos no ven a Aquel que es la misma imagen<br />

de la sustancia del Padre?<br />

Los seguidores de Cristo pertenecen completamente a otra clase.<br />

“Pero vosotros le conocéis porque mora con vosotros, y estará en<br />

vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. Todavía un<br />

poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque<br />

yo vivo, vosotros también viviréis”. “El que tiene mis mandamientos,<br />

y <strong>los</strong> guarda, ése es el que ama; y el que me ama, será amado por mi<br />

Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”. “El que me ama, mi<br />

palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos [138]<br />

morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la<br />

palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió”.

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