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Don Francisco Borraz - MFC Zaragoza

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<strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong> <strong>Borraz</strong> Boletín del<br />

Movimiento<br />

Familiar Cristiano<br />

Especial<br />

Octubre 2010<br />

“El gigante de la familia cristiana”<br />

Monseñor Carlos Escribano<br />

“El detonante de mi vocación sacerdotal”<br />

Javier Pérez, Vicario<br />

“Consiliario, amigo y hermano”<br />

Pedro Luis Roncalés


PRESIDENCIA<br />

Vida entregada al <strong>MFC</strong><br />

Señor:<br />

Cuantas gracias tenemos que darte por la<br />

vida de D. <strong>Francisco</strong> <strong>Borraz</strong>; vida entregada,<br />

fi el, constante; vida que se tradujo en<br />

un cuidar, mimar, arropar a la familia.<br />

Así este Movimiento Familiar Cristiano<br />

del que fue fundador junto a un numeroso<br />

grupo de matrimonios, y del que fue<br />

consiliario diocesano durante treinta y<br />

seis años, sólo puede decir que seguro<br />

que le has dado un gran abrazo, y estás en<br />

animada charla con él, hablando de todas<br />

esas cosas que quería preguntarte.<br />

No podemos enumerar aquí las anécdotas<br />

y experiencias que casi todos tenemos,<br />

serían muchas, y Tú, Señor ya las<br />

conoces. No, tan sólo queremos pedirte<br />

por él, y unirnos a él en esta oración<br />

2 • Especial <strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong><br />

Entrañable y<br />

concurrido funeral<br />

en el Pilar<br />

plena, que hace que vivamos la comunión<br />

de los santos en toda su profundidad.<br />

A tus manos Señor entregamos su alma,<br />

agradecidos por su vida, su oración y<br />

su trabajo por y para las familias, por y<br />

para el Movimiento Familiar Cristiano de<br />

<strong>Zaragoza</strong>. Amén.<br />

José Miguel y<br />

Charo (Ruiz-<br />

Cambra)<br />

Matrimonio<br />

Presidente<br />

Diocesano


Gracias, <strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong><br />

Hace siete años Dios me concedió la<br />

gracia de suceder a D. <strong>Francisco</strong> <strong>Borraz</strong><br />

como consiliario del <strong>MFC</strong> diocesano de<br />

<strong>Zaragoza</strong>.<br />

Mi primera actividad como nuevo consiliario<br />

de nuestro querido Movi, consistió en<br />

acudir a la convivencia de inicio de curso<br />

que aquel año se celebraba en Búbal junto<br />

a la preciosa ermita de Santa Elena. Yo me<br />

quedé gratamente sorprendido por el<br />

vigor, la fuerza y el potencial evangelizador<br />

que manaba de aquel conjunto de familias<br />

que se habían convocado durante un fi n<br />

de semana para trabajar y comenzar a<br />

trabajar en favor de la evangelización de<br />

la familia. Al volver a <strong>Zaragoza</strong> visité a D.<br />

<strong>Francisco</strong>, le comenté la experiencia y le<br />

agradecí el trabajo efi caz y constante que<br />

durante tantos años realizó como consiliario<br />

diocesano del <strong>MFC</strong> de <strong>Zaragoza</strong>. Los<br />

frutos eran evidentes.<br />

Hoy quiero actualizar ese sentimiento<br />

de gratitud. Muchas gracias D. <strong>Francisco</strong><br />

por sus años de dedicación a las familias<br />

cristianas de la diócesis de <strong>Zaragoza</strong> y en<br />

concreto a las familias del <strong>MFC</strong>. Desde el<br />

primer momento D. <strong>Francisco</strong> apostó por<br />

cuidar a las familias como camino fecundo<br />

para transmitir el Evangelio. Su cuidado<br />

fue calculado, solícito. Tuvo claro desde<br />

el principio qué era lo importante y qué<br />

lo accesorio. Oración y formación.<br />

Convivencia y amistad. Convertir al<br />

CONSILIARIO<br />

<strong>MFC</strong> de <strong>Zaragoza</strong> en una<br />

gran familia.<br />

Los retiros, la oración ante<br />

el Santísimo, las reuniones constantes para<br />

animar y coordinar las distintas actividades<br />

del Movimiento. Su empeño para que<br />

desde el <strong>MFC</strong> se pudiese acompañar a<br />

muchos novios que, en nuestra diócesis,<br />

caminaban hacia el matrimonio. Y todo<br />

ello con una inquebrantable y fi lial<br />

fi delidad a la Iglesia y a su Magisterio.<br />

Como decía al comienzo, una siembra tan<br />

hábil y constante fue bendecida por el<br />

Señor. D. <strong>Francisco</strong> pudo contemplar los<br />

frutos en sus años de consiliario del <strong>MFC</strong>.<br />

El mejor de ellos vuestra alegría de ser<br />

familia cristiana: ¡cuanto os quería a todos<br />

y a cada uno de vosotros!.<br />

En honor a la verdad, hay que decir, que<br />

muchas de las cosas que se están realizando<br />

hoy en la pastoral familiar de nuestra<br />

diócesis surgen del rico poso que dejaron<br />

tantos años de trabajo. Y lo que queda aún<br />

por hacer.<br />

Muchas gracias D. <strong>Francisco</strong> por tantos<br />

años de trabajo, de dedicación y de cariño<br />

constatado. Muchas gracias por haber<br />

enseñado a muchas familias zaragozanas el<br />

camino que lleva hasta Dios. Que el Señor<br />

le bendiga y le haya acogido ya en su seno.<br />

Carlos Escribano Subías<br />

Consiliario Diocesano <strong>MFC</strong><br />

movi • 3


FUNDADORES<br />

Despedida en la Basílica de<br />

Santa Engracia<br />

Señor Jesús, nos hemos reunido hoy aquí<br />

en esta Basílica de Santa Engracia muchas<br />

familias del Movimiento Familiar Cristiano<br />

para participar en esta eucaristía, durante<br />

la cual vamos a dar las gracias a Dios<br />

Padre por la fructífera vida de su siervo y<br />

sacerdote, <strong>Francisco</strong> <strong>Borraz</strong>.<br />

Hace medio siglo comenzamos el aprendizaje<br />

del camino hacia Dios a través de<br />

la vida familiar. En 1967, al constituirse el<br />

<strong>MFC</strong>, lo iniciamos de la mano de nuestro<br />

consiliario, amigo y hermano,<br />

<strong>Francisco</strong>.<br />

Tanto nosotros, como los siguientes<br />

matrimonios de las comisiones ejecutivas<br />

diocesanas (CED) fuimos ayudados<br />

y orientados por <strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong> y así,<br />

4 • Especial <strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong><br />

muchas familias fueron recibiendo las<br />

enseñanzas, en las que fundamentar sus<br />

vidas en el apostolado familiar, que en<br />

aquel entonces, la Iglesia Católica comenzaba<br />

a reconocer, después del Concilio<br />

Vaticano II.<br />

Todos debemos dedicar un recuerdo<br />

especial hacia los miembros del <strong>MFC</strong> que<br />

llamados por Dios han pasado a gozar de<br />

su presencia y de la vida eterna.<br />

Sea hoy una acción de gracias a Dios por<br />

toda la vida que <strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong> dedicó<br />

hacia todos nosotros y a muchas familias<br />

cristianas.<br />

¡El Señor lo tenga ya en su gloria!<br />

Pedro Luis e Isabelita (Roncalés-Rabinal)


<strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong><br />

<strong>Borraz</strong> Girona<br />

Nació el 8 de marzo de 1930 en Barcelona.<br />

Su niñez transcurrió en Las Parras de<br />

Castellote (Teruel). Entró en el Seminario<br />

de Alcorisa, en1941, cuando tenía once<br />

años. Cursó la licenciatura de Teología en<br />

la Universidad Pontifi cia de Salamanca. Fue<br />

ordenado en la Iglesia de San Carlos, con<br />

la asistencia del obispo auxiliar D. Lorenzo<br />

Bereciartúa, el 8 de agosto de 1948.<br />

Destinado como párroco a Martín del<br />

Río (Teruel) y Villafeliche (<strong>Zaragoza</strong>),<br />

donde sólo estuvo dos meses, porque, a<br />

continuación, fue enviado a Roma para<br />

hacer la licenciatura en Derecho Canónico<br />

y el doctorado en Teología. La tesis la<br />

desarrolló sobre San Juan de Ávila.<br />

De Roma fue a Madrid donde estuvo tres<br />

años como consiliario nacional de la J.E.C.<br />

(Juventud Estudiante Católica).<br />

El 2 de octubre de 1967, en unión con<br />

varios matrimonios, inició en <strong>Zaragoza</strong> el<br />

Movimiento Familiar Cristiano, siendo su<br />

primer matrimonio presidente diocesano,<br />

los Roncalés – Rabinal, y desde entonces<br />

fue Consiliario Diocesano hasta el año<br />

2003.<br />

Hizo oposiciones al puesto de Canónigo<br />

Penitenciario del Cabildo Metropolitano<br />

de nuestra ciudad, aprobándolas en<br />

el año 1974. Ha desarrollado una gran<br />

acción pastoral en las Catedrales zaragozanas,<br />

no solamente en el confesionario,<br />

BIOGRAFÍA<br />

donde atendía con auténtico carisma a<br />

numerosos penitentes fi jos y no pocos<br />

ocasionales, sino que también lo hizo con<br />

otros encargos que recibió del Cabildo,<br />

como Delegado de Culto y Pastoral del<br />

Pilar y Consiliario de los Caballeros y<br />

Damas de Honor de Nuestra Señora del<br />

Pilar. Simultaneando estos ministerios con<br />

los de Consiliario Diocesano del Movimiento<br />

Familiar Cristiano (1967 a 2003),<br />

Delegado Diocesano de Enseñanza (1970<br />

a 2006), Miembro de los Consejos del<br />

Presbiterio y de Pastoral y del Colegio de<br />

Consultores en varias ocasiones.<br />

Además de Consiliario Diocesano, ha<br />

sido consiliario de varios equipos del<br />

<strong>MFC</strong> y actualmente lo era de los equipos<br />

47 y 48.<br />

movi • 5


TESTIMONIOS<br />

El detonante de<br />

mi vocación sacerdotal<br />

La primera vez que escuché la propuesta de ser sacerdote fue cuando todavía era un<br />

niño. Mis padres me llevaban al Pilar, junto a mis hermanos, a confesarme con D. <strong>Francisco</strong>.<br />

Me dijo que si nunca había pensado en ser sacerdote…entonces no hice mucho<br />

caso de aquella proposición. Pero, pasados los años, en plena juventud, volvió a insistir<br />

en la propuesta, y el Señor se sirvió de él como instrumento para hacerme descubrir<br />

la vocación sacerdotal a la que Dios me estaba llamando.<br />

Siempre me impresionó la frase que me dijo el día de mi ordenación sacerdotal: “ahora<br />

ya me puedo morir tranquilo, porque te he visto como sacerdote y eres la mejor<br />

herencia que puedo dejar”. Pasados los años siempre me recordaba esta idea,<br />

y la volví a comentar con él, en la cama del hospital, la última vez que pudimos hablar.<br />

Estoy muy agradecido a la oración diaria que D.<strong>Francisco</strong> hacía ante la Virgen del Pilar<br />

pidiéndole por mi vocación sacerdotal y que hace posible que yo hoy sea sacerdote.<br />

Javier Pérez Mas<br />

El regalo de la confesión<br />

A menudo he dado gracias a Dios por el regalo tan grande que fue para mi la ayuda de<br />

<strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong> cuando comencé a presentir mi vocación. El siempre me alentó, disipó<br />

mis incertidumbres y creyó en mi vocación, escuchando entre todas la llamada más<br />

profunda que veía en mi corazón, a lo largo de todos esos<br />

años que precedieron mi entrada en el monasterio, y<br />

durante los cuales me confesaba frecuentemente con él.<br />

Gracias doy también a mis padres, pues desde pequeños<br />

teníamos costumbre de ir a confesarnos con D. <strong>Francisco</strong><br />

en familia.<br />

La vocación es un don, nunca un motivo de orgullo<br />

personal pero siempre de acción de gracias por todas las<br />

personas que Dios nos pone en nuestro camino.<br />

¡Cuánto nos necesitamos unos a otros! ¡Gracias, D.<br />

<strong>Francisco</strong>!<br />

Besos<br />

Mª Antonia Osácar Jiménez (Sor Carmen).<br />

6 • Especial <strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong>


Espiritualidad<br />

Al ponerme a escribir pasan por mi mente<br />

muchos momentos emotivos, nuestras<br />

reuniones de equipo de presidencia,<br />

retiros, ejercicios espirituales, confesiones,<br />

etc., y todas tienen un denominador<br />

común: la espiritualidad.<br />

<strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong> fue hasta el fi nal de su vida<br />

un gran sacerdote y un extraordinario<br />

director de almas. Él era feliz cuando<br />

podía ejercer su ministerio sacerdotal.<br />

Recuerdo mi última confesión con él<br />

(dos semanas antes de partir hacia la casa<br />

del Padre). Había ido a misa de 11 y al<br />

fi nalizar la Eucaristía me fuí a la sacristía a<br />

saludarle. Se fatigaba mucho, pero aun así,<br />

le pregunté: ¿“D. <strong>Francisco</strong>, puedo confesarme?”<br />

Y él me contestó: “Por supuesto,<br />

chatica.” Cuando íbamos hacia el confesionario,<br />

él apoyado en mi brazo y parándonos<br />

varias veces porque se fatigaba, me<br />

dijo:”Cuánto cuesta morirse, chatica.” Al<br />

terminar me acerqué para darle un beso<br />

de despedida (como hacía siempre) y con<br />

lágrimas en los ojos me dijo: “Gracias,<br />

Lydia, muchas gracias”. Me fui a la capilla<br />

de la Virgen llorando, porque por un lado<br />

tuve la certeza que había sido mi ultima<br />

confesión con él, y por otro que me diese<br />

las gracias a mí, por haberle permitido<br />

sentirse útil. ¡Era demasiado!, si la que<br />

tenía que haberle dado las gracias era yo,<br />

porque una vez más, había sido Padre y<br />

Guía Espiritual.<br />

Peregrinación a Roma 1972<br />

La víspera de su operación estuve a verle<br />

en la clínica Montpellier y ¿casualidad<br />

o designio de Dios? Estaba en la misma<br />

habitación en que murió Adolfo. Recuerdo<br />

que me dijo. “! Qué gran hombre era<br />

Adolfo, Lydia! Cuánto me acuerdo de él”.<br />

Y yo, con la voz entrecortada le dije: “El<br />

espíritu de Adolfo esta aquí en esta habitación”<br />

Y era cierto, lo sentía a mi lado.<br />

El Señor puso dos hombres excepcionales<br />

en mi vida: Adolfo y D. <strong>Francisco</strong>. Los<br />

dos me han marcado pues han infl uido en<br />

mi forma de ser. Junto a Adolfo he madurado<br />

como persona y D. <strong>Francisco</strong> me ha<br />

ayudado en mi peregrinar hacia Dios.<br />

Ellos ya están gozando del Amor infi nito<br />

del Padre, pero yo me siento huérfana<br />

y sola. En mi interior oigo la frase que<br />

tantas veces me repetía en el confesionario,<br />

especialmente en los últimos tiempos:<br />

“Sólo Dios basta, Lydia. Sólo Él puede<br />

llenar nuestra soledad”.<br />

Gracias, D. <strong>Francisco</strong> por todo el bien que<br />

me ha hecho. Hasta el Cielo.<br />

Lydia Hirsch<br />

movi • 7


Con sus padres en Barcelona 1933<br />

Párroco de Villafeliche<br />

En Roma con el<br />

Papa Juan XXIII<br />

8 • Especial <strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong><br />

Ordenación sacerdotal<br />

Estudiando en Roma<br />

Primeros grupos de matrimonios<br />

con José Antonio Usán<br />

Ejercicios en Aguarón 1969


Convivencia de zona<br />

Equipo responsable de <strong>Zaragoza</strong><br />

en la Asamblea Nacional<br />

Presidencia con D. Alfonso Milián<br />

Celebración de las Bodas de Plata del <strong>MFC</strong><br />

con todos los presidentes<br />

Peregrinación a Tierra Santa<br />

Ejercicios espirituales en las Angélicas<br />

El Señor en medio movi de • 9<br />

dos grandes consiliarios


Desde jóvenes hemos conocido a <strong>Don</strong><br />

<strong>Francisco</strong>. Ha sido una suerte que el<br />

Señor lo pusiera en nuestro camino.<br />

Desde novios nos ayudó poco a poco y<br />

con mucho cariño, haciéndonos saborear<br />

el noviazgo y después el matrimonio, teniendo<br />

siempre a Dios en nuestras vidas.<br />

A través de la oración y el trabajo,<br />

él siempre nos decía que el Señor nunca<br />

se deja ganar en generosidad. Nos ha<br />

regalado mucho con su vida, pero lo que<br />

más le agradeceremos siempre es hacernos<br />

conocer y vivir en esa gran familia<br />

que es el Movimiento Familiar Cristiano,<br />

donde él tanto trabajó al servicio de la<br />

familia.<br />

10 • Especial <strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong><br />

Agradecimiento<br />

Nosotros pensamos desde el agradecimiento,<br />

que nuestra familia sin el Movi<br />

sería otra, ni mejor ni peor, diferente.<br />

Por eso siempre tendremos muy presente<br />

a esa persona, ese sacerdote bueno<br />

que tanto nos ayuda y sigue ayudando.<br />

Con cariño,<br />

Pili y Gregorio,(Añaños – Alcalde)


El equipo 48 hemos tenido la suerte de<br />

poder compartir la vida y la fe de D. <strong>Francisco</strong><br />

durante 37 años, lo cual hace que él<br />

sea parte integral de nuestra vida.<br />

Ha sido nuestro soporte en la fe y ejemplo<br />

de entrega a la labor de apostolado. Ha<br />

bautizado a nuestros hijos y les ha seguido<br />

con cariño y desvelo en su crecer. Cuántos<br />

momentos compartidos de alegrías y también<br />

de preocupaciones. Al fi nal todo queda<br />

en manos de Dios cuando él lo deja en el<br />

altar en la misa de cada día.<br />

GRACIAS por compartir con todos los<br />

miembros del equipo su fe, para nosotros<br />

ha sido un enriquecimiento constante, su<br />

profundo amor al sacramente del matrimonio.<br />

Enamorado de la familia hasta la médula,<br />

ha sido un regalo recibir su doctrina de la<br />

espiritualidad matrimonial y conyugal y enseñarnos<br />

a vivirla. Sus ejercicios espirituales<br />

llenaban a los matrimonios de energía para<br />

EQUIPO 48<br />

Compartir la vida y la fe<br />

profundizar en el compromiso<br />

con Cristo.<br />

Cuando ya las fuerzas le<br />

han disminuido, hemos<br />

tenido un contacto con él<br />

muy especial.<br />

Le recordábamos la fecha<br />

de la reunión del equipo, lo<br />

recogíamos en su casa y lo<br />

acompañábamos de vuelta;<br />

para él la reunión del equipo<br />

era su gran momento.<br />

Llegamos a conseguir cierto<br />

grado de complicidad en la conversación<br />

informal del trayecto. Se le hacía corta la vida.<br />

Su vida fue un compromiso con la<br />

verdad y de ese enriquecimiento dimana<br />

su gran facilidad para comunicarla.<br />

Le llenaba el día la confesión en El Pilar, la<br />

misa, y las reuniones. Al preguntarle que si<br />

podría asistir a la convivencia del equipo en<br />

junio, nos contestó: “con vosotros a donde<br />

sea”. Ya no hubo ocasión, la enfermedad se lo<br />

comía y se nos fue, pero es tan fuerte su presencia<br />

entre nosotros que no se producirá<br />

una ausencia porque él está en nuestros<br />

corazones, nuestros pensamientos y<br />

oraciones.<br />

Nos queda su amor a la Iglesia, su fi delidad<br />

a la vocación del Sacerdocio, y su<br />

amor a la Virgen del Pilar que le llenaba el<br />

corazón. D. <strong>Francisco</strong> con Vd. en el cielo<br />

no estamos solos. Le queremos.<br />

El Equipo 48<br />

movi • 11


Equipo 47<br />

Érase una vez una historia real, veinticuatro<br />

años ha.<br />

Corría el año 1986, cuando dos matrimonios<br />

jóvenes (Bienve - Alejandro y Mª Jesús<br />

- Eduardo), se unieron a otro también<br />

jóven (Mª Carmen (q.e.p.d.) e Ignacio)<br />

y que ya pertenecía al <strong>MFC</strong>. Acertaba a<br />

pasar por allí un personaje singular, de<br />

nombre D. <strong>Francisco</strong> <strong>Borraz</strong>, y se quedó<br />

con ellos. Tal fue su fortuna que al tiempo<br />

se unieron otros matrimonios (Mª José y<br />

Gabriel, Yolanda y Eugenio, Ana y Marcelo<br />

y Lucía y Enrique). De esta forma se creó<br />

el grupo primigenio que años después y<br />

con toda su descendencia como testigo,<br />

pasó a Equipo 47.<br />

12 • Especial <strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong><br />

Una historia real<br />

D. <strong>Francisco</strong> entró en nuestras vidas por<br />

dos vías: el enriquecimiento espiritual<br />

(acompañado por unos conocimientos<br />

densísimos) y la sonrisa franca<br />

(cuando no carcajada explícita). Entraba<br />

en tu casa y cuando te decía con su tono<br />

único “¿qué tal estás?”, dejaba bien claro<br />

que era nacido en Las Parras de Castellote<br />

y lo demás estaba de más.<br />

Con su pequeña agenda en mano, anotaba<br />

sus compromisos y citas, para pasado el<br />

tiempo, reunirse con nosotros y explayar<br />

sobre lo divino y lo humano. Nunca tuvo<br />

duda alguna, nunca se le resistió pregunta<br />

compleja, nunca dejó de sorprender<br />

su verbo claro y contundente. Sus ser-


mones en la misa de 11 del Pilar eran<br />

pequeños compendios de doctrina, fácil de<br />

asimilar. El suyo era un cristianismo para<br />

todos; un cristianismo para la familia.<br />

Tuvimos la ocurrencia de regalarle un viaje<br />

a Roma, con motivo de su cincuenta aniversario<br />

como sacerdote, y él nos regaló<br />

su compañía y su enseñanza, además de<br />

una audiencia con Juan Pablo II. Cada mañana,<br />

puntualmente, nos decía misa traduciendo<br />

directamente del italiano, los textos<br />

bíblicos, dando muestra a su edad de una<br />

inteligencia brillante y vivaz como<br />

pocas, lo cual no impedía que perdiera su<br />

billete de transporte, o incluso se perdiera<br />

a sí mismo en Roma. Era de esas personas<br />

a las que cabe califi car como únicas.<br />

Uno de los momentos más inolvidables<br />

fue precisamente una celebración veraniega<br />

en su casa natal de Las Parras de<br />

Castellote, a la que acudimos después de<br />

visitar la Iglesia que él consiguió restaurar<br />

y a la que casi no entramos… porque no<br />

llevaba las llaves. La genialidad tiene estas<br />

peculiaridades.<br />

<strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong> ha iniciado la vida cristiana<br />

de la mayoría de nuestros hijos, a través<br />

del bautismo y ha bendecido con el sacramento<br />

del matrimonio, la unión de varios<br />

de ellos. Está pues, íntimamente ligado a<br />

nuestras familias, su familia.<br />

Si alguien tiene alguna duda de dónde está<br />

el Cielo, ahora la tendrá resuelta. Un hombre<br />

como él no tiene cabida en otro lugar,<br />

donde quiera que esté y como quiera que<br />

sea. Descanse en paz.<br />

El Equipo 47, siempre con D. <strong>Francisco</strong>:<br />

Mª Carmen (madre y cristina ejemplar) e<br />

Ignacio (a quien recordamos con afecto<br />

en la lejanía)<br />

Bienve (la más decente de las docentes)<br />

y Alejandro (defensor fehaciente de la fe<br />

cristiana)<br />

Mª José (madre paciente de familia omnipresente)<br />

y Gabriel (fi el asesor de todo<br />

trabajador)<br />

Yolanda (esposa singular de marido<br />

militar) y Eugenio (militar paciente, con<br />

destino pendiente)<br />

Ana (el perfecto complemento de un<br />

personaje único) y Marcelo (un personaje<br />

único)<br />

Lucía (la nota musical con el alma más<br />

sensible) y Enrique (el único capaz de<br />

emocionar cantando a la Virgen del<br />

Pilar)<br />

Mª Jesús (la sonrisa de la vida) y Eduardo<br />

(a quien la vida ha sonreído).<br />

Peregrinación a Roma 1980<br />

movi • 13


Vivir con gozo<br />

Querido D. <strong>Francisco</strong>:<br />

Seguro que desde el cielo está feliz, viviendo<br />

con “gozo” (su palabra preferida) como<br />

lo que Ud. nos decía, ha marcado nuestra<br />

vida matrimonial y familiar.<br />

Lo primero, la experiencia de sentirnos matrimonio que camina con “zapatos de<br />

barro” y que se apoya en la oración mutua como base de nuestra fortaleza<br />

“donde no lleguemos, El llegará”<br />

La experiencia de sentirnos familia que participa en la vida de la Iglesia: “rezar por los<br />

hijos y con los hijos” nos decía.<br />

Nos enseñó a sustituir el “me ha pasado” por el “nos ha pasado”, “mi hijos” por “nuestro<br />

hijos” Siempre los dos: marido y mujer.<br />

Gracias por su cercanía, gracias por reforzar nuestra Fe.<br />

Gracias de parte de todos los matrimonios que hemos formado parte de su vida.<br />

¡Le echamos de menos!<br />

Gabriel y Mª José (Camín-Latre)<br />

Bodas de plata del <strong>MFC</strong><br />

Si las obras son las que justifi can a cada hombre, las que le dan tono y calidad, las que<br />

le conceden valía, la obra de servicio a los demás es la más grande de <strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong>.<br />

Nunca ha regateado días, horas, ni esfuerzo para el trabajo, por difícil y costoso que<br />

fuese para cumplir la misión que tenía encomendada.<br />

Entre sus virtudes destacar la autenticidad. Ha ajustado su forma de vivir a normas<br />

rectilíneas y claras.<br />

Nos ha animado siempre a buscar la perfección. Quien la busque sabe muy bien que la<br />

encontrará por el camino de los difícil.<br />

Sus padres han ocupado un lugar privilegiado en su corazón. Su padre fue modelo de<br />

entrega y doña María , su madre ha regido su hogar con ternura, serenidad y sacrifi cio.<br />

Con todo nuestro afecto y amistad, gracias por la valiosa ayuda que ha prestado al<br />

<strong>MFC</strong> de <strong>Zaragoza</strong><br />

José Luis y Rosa Mª (Jiménez-Palacios)<br />

14 • Especial <strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong>


Bodas de oro sacerdotales<br />

<strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong> nos enseñó a confi ar en<br />

Dios y en nosotros mismos. A llenar nuestro<br />

amor de oraciones y de detalles. A saber<br />

escuchar y comprender, a dialogar, sin imponer<br />

nuestro criterio., a abrir el corazón sin<br />

callarnos las penas y a saber recibir las del<br />

otro., a vivir en familia haciendo felices a los<br />

demás sin buscar la propia felicidad.<br />

Gracias porque nos enseñaste a amarnos<br />

como Cristo amó a su Iglesia. Gracias porque<br />

nos ayudaste a recibir a nuestros hijos<br />

y a muchos los bautizaste en la FE. Gracias<br />

porque nos guiaste en su educación y los<br />

pusiste en torno al altar. Gracias porque nos<br />

aconsejaste en las virtudes del matrimonio e<br />

hiciste que nos volviéramos a enamorar en<br />

cada Retiro, en cada homilía, en cada charla.<br />

Gracias porque nos acompañaste a orar<br />

como personas, como matrimonio, como<br />

familia, como equipo, como <strong>MFC</strong>. Gracias<br />

porque nos condujiste como a niños<br />

en nuestros balbuceos apostólicos y nos<br />

animaste a trabajar por Dios y a anunciar su<br />

mensaje. Gracias porque has estado hasta<br />

el fi nal en nuestras vidas y has sido el Angel<br />

conductor, paciente, amable, constante, siempre<br />

con tu sonrisa, tu trabajo, tu agotamiento<br />

y tu amor a los matrimonios.<br />

Padre <strong>Borraz</strong>, tu carcajada alegre y tu<br />

apretón de manos fuerte, largo y seguro, a<br />

cuantos hemos recibido tu ayuda espiritual,<br />

siempre los sentiremos dentro de nuestra<br />

alma.<br />

María Luisa Casas<br />

movi • 15


Al servicio de los hombres para las<br />

cosas de Dios (Hebreos 5-1)<br />

16 • Especial <strong>Don</strong> <strong>Francisco</strong>

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