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EXPLOTACIÓN DE LA INDUSTRIA SERÍCOLA. 85
hay que hasta han incubado 1.000 y 2.000, entre ellos los
más notables del respetable Conde Dándolo, que llegó á
incubar 2.500 onzas cada año con un producto de 1 5.000
kilogramos de seda, y cuyo valor era entonces de 1.500.000
francos, la que hoy casi valdria el doble.
A la muerte de este ilustre sericultor, sus descendientes,
que ya habian adquirido una considerable fortuna,
pasaron á manos de otros sus importantes establecimientos,
inclusos los 80.000 pies de moreras que destinaban á
esta notable producción.
Los edificios dedicados á la producción sérica en. la
proporción de '100 onzas anuales consisten en un edificio
cuadrilongo de 40 metros de largo por 10 de ancho, con
una elevación total de 12 metros, formando cada cuatro
un piso. Las paredes de estos edificios son en manipostería
y fábrica de ladrillos bastante gruesas, no sólo bajo el
punto de solidez, sino de resistencia á las variaciones
atmosféricas, á fin de que los cambios de temperatura no
se hagan sensibles en el interior de ellos. Estos edificios
están provistos de puerta de entrada, depósito para las
hojas, sala de incubación, estufas de agua caliente que
por medio de tubos comunican un calor graduado, constante
y uniforme, sin producir humo, ni menos sequedad
en las habitaciones, y un número de ventanas laterales
de dos metros de alto y 1'20 de ancho, equidistantes 2'50
metros unas de otras, provistas de cristales y de persianas
ó cortinas de esteras ó juncos que permitan la circulación
del aire y moderen la luz interior, al mismo tiempo que
sea fácil contener la temperatura en los límites necesarios
que indicaremos al tratar de la cria.
Al construir todo edificio debe tenerse por norma que
para cada onza de semilla que trate de incubarse se necesita
un espacio interior de 48 metros cúbicos, de modo que