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80 PRIMERA l'ART'I!. Mientras que las hojas de las antiguas moreras aparecían de un color pálido, de pequeñas dimensiones , y en general presentaban un aspecto caduco y enfermo, las hojas de las moreras primitivas, recientemente importadas de su país de origen, eran de un color verde subido, anchas, robustas y lucientes, y al comprimirlas daban un jugo lácteo, azucarado, abundante en materias resinosas y setíferas, de las que carecían por completo nuestras moreras indígenas. Los más célebres agricultores italianos, entre los que figuran todas las ilustraciones de aquel país, hoy el más importante de Europa por la considerable producción sérica, han tenido ocasión de hacer experimentos de plantaciones de estas moreras; y en las muchas publicaciones agronómicas y científicas que felizmente abundan en aquel país, han podido exponer el resultado ventajoso que les ofrecía la nueva introducción de estas plantas, tanto en su cultivo como en el alimento de los gusanos. La facilidad con que se reproducía esta nueva variedad, aun en terrenos pedregosos y de inferior calidad, y la vigorosa vegetación que ostentaba, demostraba desde luego que existían en ella otros elementos de vida que faltaban en las especies indígenas. Vistas las ventajas que ofrecía con su. vigoroso desarrollo una planta que tanto interesaba á la agricultura, las numerosas plantaciones han podido propagarse admirablemente en aquel país, y han podido ofrecer ancho campo á ensayos en la alimentación de los gusanos de seda, con la cual ha podido disminuirse notablemente la terrible enfermedad que antes ocasionaba la muerte de estos insectos. A pesar de la poca edad de estas nuevas plantaciones, sus abundantes hojas han podido suministrar el elemento

CULTIVO DE LA MORERA. 81 necesario para demostrar con su eficacia la conveniencia que ofrecia su cultivo. Se ha observado que los gusanos la comían con la mayor avidez, y que no dejaban, comparativamente á las viejas especies, casi ningún residuo; la mortandad había disminuido notablemente, y la mayor parte de los que fueron alimentados con estas hojas pudieron concluir perfectamente su capullo, que era más pesado y de seda más fina que los de los gusanos nutridos con las hojas de las antiguas moreras. Hecha la plantación de pequeñas moreras silvestres de un año, lo cual fué fácil ejecutarlo, mayormente no exigiendo terrenos de las mejores condiciones, en la primavera del año siguiente se pudieron podar, y con estos tallos se ingertaron algunas moreras indígenas, las que presentaron desde luego una vegetación superior con ramas robustas y grandes hojas consistentes, que produjeron la admiración de cuantos la preseríbiaron. El desarrollo, tanto de las plantas silvestres como de las indígenas ingertaclas, ha sido notablemente precoz. Los troncos de los árboles, que apenas tienen tres años, presentaban una elevación y un diámetro igual al de los otros que casi tenian doble edad. Esta circunstancia manifestaba la importancia que bajo el punto de vista económico ofrecia esta variedad por la que ha sido suficientemente recomendada. Los datos importantes que posteriormente hemos podido adquirir, tanto sobre el cultivo como sobre la alimentación, han venido nuevamente á confirmar las ventajas que desde luego presentaban sobre las antiguas moreras las primitivas especies introducidas en estos últimos años. Si no hubiéramos reunido estos datos, podríamos anti- 6

80 PRIMERA l'ART'I!.<br />

Mientras que las hojas de las antiguas moreras aparecían<br />

de un color pálido, de pequeñas dimensiones , y en<br />

general presentaban un aspecto caduco y enfermo, las<br />

hojas de las moreras primitivas, recientemente importadas<br />

de su país de origen, eran de un color verde subido, anchas,<br />

robustas y lucientes, y al comprimirlas daban un<br />

jugo lácteo, azucarado, abundante en materias resinosas y<br />

setíferas, de las que carecían por <strong>completo</strong> nuestras moreras<br />

indígenas.<br />

Los más célebres agricultores italianos, entre los que<br />

figuran todas las ilustraciones de aquel país, hoy el más<br />

importante de Europa por la considerable producción sérica,<br />

han tenido ocasión de hacer experimentos de plantaciones<br />

de estas moreras; y en las muchas publicaciones<br />

agronómicas y científicas que felizmente abundan en aquel<br />

país, han podido exponer el resultado ventajoso que les<br />

ofrecía la nueva introducción de estas plantas, tanto en<br />

su cultivo como en el alimento de los gusanos.<br />

La facilidad con que se reproducía esta nueva variedad,<br />

aun en terrenos pedregosos y de inferior calidad, y<br />

la vigorosa vegetación que ostentaba, demostraba desde<br />

luego que existían en ella otros elementos de vida que<br />

faltaban en las especies indígenas.<br />

Vistas las ventajas que ofrecía con su. vigoroso desarrollo<br />

una planta que tanto interesaba á la agricultura, las<br />

numerosas plantaciones han podido propagarse admirablemente<br />

en aquel país, y han podido ofrecer ancho campo<br />

á ensayos en la alimentación de los gusanos de seda, con<br />

la cual ha podido disminuirse notablemente la terrible<br />

enfermedad que antes ocasionaba la muerte de estos insectos.<br />

A pesar de la poca edad de estas nuevas plantaciones,<br />

sus abundantes hojas han podido suministrar el elemento

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