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72 PRIMERA PARTE.
y en el cual podrán cultivarse cereales, legumbres y patatas,
dejando un espacio suficiente alrededor de los árboles
para que los arados no puedan tocar sus raíces, teniendo
especial cuidado de pasarles las gradas á su alrededor á
fin de que no crezcan yerbas que perjudiquen á las
plantas.
Se acostumbra alternar el cultivo de la morera con
el de la vid en terrenos pedregosos en que no es fácil
otro; además, como la morera se halla casi privada de
sus hojas en el verano, no proyecta sombra á la viña, la
cual se planta en hileras á la distancia de siete metros
de las moreras; así es que estos terrenos pueden ofrecer
un beneficio de ambas cosechas, y el cual es fácil conseguirlo
de tierras de muy poco valor que actualmente permanecen
incultas y abandonadas en nuestras provincias.
De lo que acabamos de referir podemos deducir que
en los lugares en que haya facilidad de riegos y en terrenos
de poco fondo podemos aplicar las plantaciones de
moreras enanas, que tienen la ventaja de poderse coger
sus hojas por las mujeres y niños sin necesidad de escaleras:
también bajo el punto de su mayor precocidad y
pronta recolección, dejando la de los grandes árboles para
terrenos de mucho fondo y para los lugares que se considere
oportuno, según su exposición y circunstancias que
se relacionen con él.
CAPÍTULO V.
ENFERMEDADES DE I.AS MORERAS.
Eisfeiria del 11101-al.
Durante algunos años muy lluviosos y en terrenos
húmedos y poco permeables se ha desarrollado sobre las
hojas de la morera un parásito vegetal llamado Uredina