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54 PRIMERA PARTE.
terreno y de la elevación que convenga, y á la concentración
de la savia para mejorar sus cualidades.
Después de la cosecha de las hojas, en el verano se
acostumbra á cortar las ramas deshojadas, dejando dos
yemas sobre su base.
Esta poda intempestiva facilita el nuevo desarrollo de
las ramas y hojas que durante la estación estiva den
nueva vida y repongan la energía de la planta privada
de sus principales órganos.
Naturalmente esta poda y el corte de las hojas en la
estación en que la savia está en circulación produce una
alteración bastante profunda en su organismo que influye
notablemente en su conservación; así es que debemos limitarnos
á efectuarla cada dos ó tres años.
Algunos labradores acostumbran hacer la poda de
las ramas con las hojas , que después se trasportan al
lugar donde se tienen los gusanos; luego se desprenden
de estas, las que pueden conservarse más fácilmente, y
sobre lo cual se consigue el obtener una considerable cantidad
de hojas de repuesto por algunos chas para el caso
que amenacen lluvias, porque las hojas adheridas á las
ramas se conservan más tiempo que estando separadas
de ellas.
También en este caso no debe deshojarse enteramente
la planta, ni podarse durante el verano por completo, sino
que deberán dejarse algunas ramas y hojas que puedan
sostener la consunción de la savia que circula en ella, porque
de otro modo se formaria en el mismo tronco una
aglomeración de humores que la enfermarían, dejando
para el término del invierno la poda general bajo el principio
de la regular concentración y distribución de la
savia.
Las ramas largas y tiernas de las moreras, luego que