tratado completo

CULTIVO DE LA MORERA. 37
nuestro suelo y nuestro clima para el cultivo del árbol
que hemos ya descrito, sin que para ello ofrezca más que
insignificantes inconvenientes de exposición y localidad
fáciles de comprender.
Aliónos.
Existen algunos terrenos en que por razón de la vegetación
que ha existido espontáneamente en ellos se
encuentran provistos de las materias orgánicas que experimentan
una lenta descomposición, y que asociadas á los
elementos atmosféricos disponen la tierra para que sea
asimilable á las plantas.
En otros, en que existen abundantes elementos iguales
á Ja naturaleza de las plantas que se cultivan en ellos,
si bien se cree que no necesitan al momento del auxilio
de los abonos, se ven expuestos á agotarse enteramente
estos elementos; así es que en todo cultivo debe indispensablemente
pensarse en restituir por medio de los abonos
los elementos que le sustrae la vegetación de las plantas.
Las labores profundas con los arados de vertedera
que remueven el terreno predisponen las partículas minerales
á la acción de los agentes atmosféricos; así es que
podemos decir experimentan naturalmente con la labor
una fertilización mineral; pero las plantas necesitan otros
elementos como el carbono y el amoniaco , que á veces
no se encuentran con tanta abundancia en el aire ni en
la tierra, y es preciso suplirlos con los abonos animales y
vegetales procedentes de los excrementos y residuos orgánicos
que se emplean en la preparación de estos abonos
; además de los guanos naturales y artificiales y de
los abonos minerales que se fabrican con los fosfatos calizos
que existen en la península , la sosa, el ácido sulfúrico
&c., y que la aplicación de estos últimos es más