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XVI INTRODUCCIÓN.
En las provincias de Lombardía y Venecia los campos
de moreras ocupan una dilatada extension que se pierden
en el horizonte, recompensando los desvelos que todas las
clases de la sociedad consagran á este ramo tan impor­
tante de su riqueza.
Ante la desolación de la referida calamidad que ha
aniquilado una de las más ricas producciones de aquel
país, sus más respetables ciudadanos se han dedicado con
el mayor afán á estudiar los medios que pudieran evitar­
la, ó á lo menos reducir sus desastres. Cada cual ha trata­
do de investigar si el origen de la enfermedad residia en
el gusano ó en las hojas.
Uno de sus más sabios naturalistas, el Doctor Cattaneo,
ha creído hallar en la hoja de la morera que los alimen­
taba el germen de ella, no á consecuencia de un parásito
vegetal ó criptógama que se posa sobre ella, y sobre
lo cual no han alcanzado á descubrirlos nuestros más
poderosos'medios de observación, sino á causa de la
degeneración que ha experimentado esta planta después
de tantos siglos ele su importación.
Por medio de análisis químicos se ha hallado que
las hojas de nuestra morera, después de tantos siglos de
su aclimatación en Europa, no contenían las mismas sus­
tancias resinosas, los mismos principios setíferos que las
de las plantas de este árbol importadas recientemente del
Norte de la China.
El vigor de la vegetación asombrosa que ostentaban
estas moreras demostraba á la simple vista que nuestras
viejas moreras presentaban un aspecto caduco, y que
podia ser el origen de la enfermedad de los gusanos. En
su consecuencia se lian hecho repetidos ensayos , alimen-