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162 SEGUNDA PARTE.
La producción de una hectárea de terreno plantada
de robles se calcula por término medio en 300 á 400 kilogramos
de capullos, que á ocho pesetas el kilogramo
valdrían 2.400 á 3.200 pesetas. Estos datos bastan para
dar una idea de la importancia de este cultivo.
De todos modos pueden hacerse ensayos, tanto en los
inmensos bosques de roble. que existen en la península,
como en menor escala, donde es posible que pueda aclimatarse
en estado silvestre como en la China y en el Japon;
porque este insecto prefiere ante todo el aire libre,
resiste á temperaturas de 8 á 4 0 grados centígrados; así
es que en los ensayos que se hagan en las casas deberá
tenerse cuidado que no respiren un aire viciado
desde que nace espontáneamente, y para lo cual requiere
una temperatura de 16 á 20 grados centígrados, bajo
la cual los robles presentan su foliación, y en caso necesario
pueden suplir las del castaño en la primera edad;
entonces no puede dañarles la temperatura mínima de la
noche en muchas provincias donde podrían aclimatarse al
aire libre, sobre todo en las últimas edades.
Durante las horas de caloB el Yama-mai se oculta debajo
de las hojas para no sufrir la acción directa de los
rayos solares, y lo mismo cuando suceden grandes lluvias
ó tempestades.
A pesar de la grande resistencia de estos gusanos á los
cambios de temperatura, al sufrir los efectos naturales de
la aclimatación de un país que no le es propio, deben experimentar
contrariedades en su desarrollo; así es que en
los ensayos que se han repetido en diferentes climas y localidades
se ha notado una considerable mortalidad, particularmente
en las primeras edades; aunque este mismo
resultado se observa, no sólo en los gusanos del moral,
sino que lo vemos en los primeros años de los animales á