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X INTRODUCCIÓN. cieron un viaje á la Serinda, país de la seda en China, y á su regreso trajeron á Constantinopla escondida en sus bastones la semilla de los gusanos, y de donde fué muy fácil propagarse á la Grecia y á la Sicilia , y desde este último punto la extendieron los árabes á nuestra península; aun­ que San Isidoro refiere en sus escritos que ya existia en tiempo de los godos el cultivo de la morera y cria de los gusanos de seda, con la cual se tejian preciosos ornamen­ tos para la Iglesia. Los célebres naturalistas, Aristóteles tres siglos antes de nuestra era, y Plinio á principios de ella, describieron en sus obras el Bombyx morí, gusano que se alimenta de la hoja de la morera y que forma el capullo en que se en­ cierra, y del cual se hilaba la seda para elaborar tejidos finísimos. Antes de la importación en Europa de la semilla de los gusanos de seda existia el cultivo del moral ó morera, negra, Morus nigra, cuyo fruto gustaba mucho á los anti­ guos, y se empleaba notablemente en la medicina de aque­ llos tiempos por Dioscórides y Galeno, y con cuyas hojas pudieron alimentarse los primeros gusanos; aunque es muy probable que los referidos monjes importasen la semilla de la morera blanca al mismo tiempo que la de los gu­ sanos. El cultivo de la morera y cria de los gusanos de seda puede considerarse que adquirió el mayor incremento en nuestra península durante la dominación árabe, como nos lo demuestran los grandiosos edificios que en Granada con el nombre de Alcaycería, y en Valencia y otras capitales se destinaban al comercio y conservación de estas precio­ sas materias.

INTRODUCCIÓN. XI Según las más exactas estadísticas que se conservan de los siglos XV y XVI, las fábricas de hilados y tejidos de seda en Granada, Sevilla, Córdoba y Toledo eran de tal importancia, que superaban á las que hoy existen en toda España, empleándose sólo en Andalucía un millón de ha­ bitantes en su producción y elaboración; pero los impues­ tos que gravaron á esta materia con el nombre de diez­ mos, alcabalas, cabildos y otras gabelas obligaron por completo á nuestros labradores á quemar las moreras; así es que desaparecieron totalmente á últimos del siglo XVII los 10.000 telares de seda que habia en Sevilla, otros tan­ tos en Granada, Córdoba, Almería y Málaga, y los 9.000 que trabajaban en Toledo. Posteriormente, en el reinado de Carlos III, se trató de reanimar esta decaída industria; y cuando principiaba á dar señales de vida, sufrió las desoladoras consecuencias de la invasion francesa á principios de nuestro siglo. Actualmente las provincias de Valencia, Alicante y Murcia son las que más se dedican al cultivo de la morera y cria del gusano de seda. Muy poco se recolecta en An­ dalucía comparado con lo que se producía antes de la expulsion de los árabes y de los judíos; algo subsiste aun en Aragón y Cataluña; pero casi nada en la provincia de Toledo, donde antes habia adquirido una notable impor­ tancia. Careciendo de una estadística agrícola, con dificultad he podido acumular algunos datos que presento; y según ellos , la producción de la seda en rama en España apenas cubre la cifra de 80 millones de pesetas. Verdaderamente es muy poco en proporción de un país que tiene tantos elementos para el cultivo de la morera y la cria del gusa-

X INTRODUCCIÓN.<br />

cieron un viaje á la Serinda, país de la seda en China, y<br />

á su regreso trajeron á Constantinopla escondida en sus<br />

bastones la semilla de los gusanos, y de donde fué muy fácil<br />

propagarse á la Grecia y á la Sicilia , y desde este último<br />

punto la extendieron los árabes á nuestra península; aun­<br />

que San Isidoro refiere en sus escritos que ya existia en<br />

tiempo de los godos el cultivo de la morera y cria de los<br />

gusanos de seda, con la cual se tejian preciosos ornamen­<br />

tos para la Iglesia.<br />

Los célebres naturalistas, Aristóteles tres siglos antes<br />

de nuestra era, y Plinio á principios de ella, describieron<br />

en sus obras el Bombyx morí, gusano que se alimenta de<br />

la hoja de la morera y que forma el capullo en que se en­<br />

cierra, y del cual se hilaba la seda para elaborar tejidos<br />

finísimos.<br />

Antes de la importación en Europa de la semilla de<br />

los gusanos de seda existia el cultivo del moral ó morera,<br />

negra, Morus nigra, cuyo fruto gustaba mucho á los anti­<br />

guos, y se empleaba notablemente en la medicina de aque­<br />

llos tiempos por Dioscórides y Galeno, y con cuyas hojas<br />

pudieron alimentarse los primeros gusanos; aunque es muy<br />

probable que los referidos monjes importasen la semilla<br />

de la morera blanca al mismo tiempo que la de los gu­<br />

sanos.<br />

El cultivo de la morera y cria de los gusanos de seda<br />

puede considerarse que adquirió el mayor incremento en<br />

nuestra península durante la dominación árabe, como nos<br />

lo demuestran los grandiosos edificios que en Granada con<br />

el nombre de Alcaycería, y en Valencia y otras capitales<br />

se destinaban al comercio y conservación de estas precio­<br />

sas materias.

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