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'138 SEGUNDA PARTE.
los pequeños cultivadores, que con más atención se dedicaban
á obtener un producto de condiciones más robustas,
y exento de esa influencia morbosa que se desarrolla al
engendrarse en medio de esas exhalaciones pestíferas, ofensivas
en sumo grado á nuestro olfato, que se notan en las
salas donde permanecen encerradas las mariposas.
CAPÍTULO VIL
PREPARACIÓN É INCUBACIÓN DE LAS SEMILLAS JAPONESAS Ï CRIA DE SUS GUSANOS.
Antes de someter la semilla á la incubación se tiene
la mala costumbre de tener las semillas algun tiempo
debajo de cobertores; lo cual, si es perjudicial en las
razas indígenas, en las japonesas, que son tan sensibles á
las variaciones de temperatura y que nacen con menor
grado de calor y más pronto, lo es más; así es que debe
evitarse esta operación conservándola siempre en un lugar
fresco que no sea húmedo y que la temperatura sea
menor de los 10 grados Reaumur, porque la semilla japonesa
con una temperatura de 1 % á 13 grados, y aun menos
si la estación es algo húmeda, puede nacer fácilmente;
así es que es menester tenerla en lugar fresco hasta tanto
que la hoja se haya desarrollado sobre los árboles.
En nuestras provincias se acostumbra en el mes de
Enero ó Febrero á desprender las semillas que se hallan
pegadas á los lienzos, sumergiéndolas en agua ó vino, y
después de lavadas y secas las ponen en las cajitas para
avivarlas en la primavera. También algunos acostumbran á
humedecer los cartones de las semillas japonesas, teniéndolos
sumergidos durante un dia en agua fria, con un
quinto del peso del agua ele sal común, y después se tiene
otro con agua pura, con la cual se lavan perfectamente
y se ponen á secar estos cartones en un lugar fresco; pero