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118 SEGUNDA PARTE.
se hace por medio de una corriente de vapor; así es que
se prefiere que los capullos sean recientes, porque con
menor graduación pueden devanarse bajo la acción del
agua que reblandece la goma que contienen; y que la hiladora,
reuniendo los cabos de cinco ó siete capullos según
el grueso que quiera ciársele á la seda, los tuerce y
los hace pasar al través de la hilera del torno en que
forman por medio de la torsion y de la goma de que
están revestidos un hilo ó cuerpo compacto que sólo el
agua hirviendo podria deshacer y que se va trasportando
á una devanadera.
Existen grandes establecimientos donde el calor del
agua, que debe ser muy pura y exenta de elementos calcáreos,
pueda reducirse de IS 0
Reaumur á 65° máximum,
lo cual se efectúa cómodamente por medio de conductos
de vapor, que permiten graduar la temperatura de las calderas
ó peroles de cobre ó de madera donde se van
echando los capullos para devanarlos é hilarlos.
Con esta temperatura el agua caliente facilita el devanar
los capullos y reunir los filamentos de cada uno de
estos en un sólo hilo, la que seria preciso aumentar un
poco más para los capullos de dobles crisálidas.
Para formar un hilo de seda en rama se toman de dos
hasta 20 filamentos de otros tantos capullos, que se van
devanando por medio del agua, y que en virtud de la torsion
y presión que experimentan forman un hilo perfectamente
redondo y unido por efecto de la goma ó resina
que estos contienen, que permite solidificarse á medida
que se seca, y para que al envolverse en el aspa no se toquen
con otro hilo, porque se pegarían; el aspa tiene un
movimiento de Aviven, por el cual hasta después de 2.000
vueltas no coincide un hilo sobre otro, de modo que en
este intervalo se ha secado completamente, y no es posi-