El juego de balón con bastones en Teotihuacan - Centro de ...

El juego de
balón con
bastones en
Teotihuacan
C L A U D E - F R . A N C - O Í S B A U D E Z
La finalidad de los juegos de pelota o balón es
incierta: representación de un episodio mítico,
alegoría cósmica, espectáculo, deporte, pelea
simulada, ocasión para apostar, etc. El autor
sugiere que la función esencial del juego
de balón con bastones era seleccionar a
las víctimas para los sacrificios. Extender
esta hipótesis a otros juegos mesoamericanos
sería muy imprudente, en vista de la pobre
za de nuestra información.
Antes de la conquista española
tos pueblos mesoamcricanos,
y algunos de sus vecinos, practicaban
juegos con el balón y
también con k pelota. (Según el Dieáonaño
adnso de¡españolad María Moliner, "pelota"
se define como "bola de material elástico,
hueca o maciza, que se empleapaia jugar";
"balón7' se define como "pelota grande
para 'jugar; parftciil ármente la de fútbol".
Aunque actualmente los balones son huecos,
en tiempos prehispánicos eran macizos.)
Se distinguía perfectamente éntrelos
diferentes juegos, así como nosotros no
corremos el riesgo de contundir el béisbol
con el tenis o el jai alai coa el futboi Por
]r.iunír. •-t^iernc>«irbwdoriíirlaHesídTortu-
J8/ARQUEOLOGÍA MEXICANA y ¿
Jvlío - Aíjc-s+o Zoo*-
nada, costumbre de hablar en
singular del juego de pelota
mesoamericano. Pelota y balón
designan objetos de tamaño y
función diferentes; la pelota
puede asirse con la mano y en
principio no excede el volumen
de una toronja. Cuando los jugadores
utilizaban el cuerpo para lanzar
o golpear, sólo seles permitía hacerlo con
la cadera, el pecho, el antebrazo y las manos.
También podían servirse de un instrumento
semejante a un bastón, un mazo (fig. 2)
o ponerse un guante para golpear él balón,
o para aventar y recibir la pelota. El
juego se podía llevar a cabo tatito ta una
cancha especialmente construida como en
1. Este marcador
de juego de balón
consta de tres partes,
que encajan una
dentro de otra. Este objeto
era portátil, ya que sus
componentes son desmontables,
por lo que, sin duda, su instalación
era temporal. La Ventila,
Teotihuacan. MNA.
FOTO:MA FACHECO.'flAlCES
algún lugar improvisado; en este
último caso, se empicaban meras
o marcadores móviles, o simples
rayas trazadas en el suelo podían
bastar. El número de jugadores
variaba y se formaban dos equipos.
Es posible que en algunos
juegos, los participantes jugaran
de manera Jmdrvidual. Con freavencia
usaban protecciones acolchadas que les
ayudaban a soportar el golpe de la pelota
o del balón, o para atenuar él inevitable
contacto con él suelo a causa de ciertos
movimientos. Según parece, esos juegos
eran brutales e incluso peligrosos. Se concedía
un lugar importante al ritual, con
ceremonia* «edificios -antes o después.

del partido-, en las competencias deporti­
vas. A detemúuados juegos se lata asocia­
do objetos simbólicos (yugos, hachas,
palmas, manoplas, piedras per toradas,
etc.), que pueden haber desernpeSadmm
papel activo -todavía en discusión- en el
desarrollo del partido.
Hemos dado un lugar muy importante
(¿desmesurado?) a! juego de balón impul­
sado con la cadera (trlama de cadera), que
se fug^amcmTcriayespe^almftr^ cons-
rruidas coa esta HnaEdad, de las ¿pe boy
•se-conocen tea vestigios de aproximada­
mente I WX>. Sibien la arqueología permi­
te apreciar la distribución espacial y tem­
poral de las canchas y por tanto del juego
de balón, la importancia de los otros jue­
gos todavía está por dererminarse. En al­
gunos sitios había varias canchas que per­
tenecen: a la rtusma época, pero son
dtfeoattes.¿Se.|>facácabam^
losque.no quedaron hueH^ Aunque siga
aumentando el inventario de las canchas
en toda Mesoamériea y se acumulen las
imágenes de diversos juegos de pelota y
balón, nuestras ls^unas continuarán sien­
do inmensas. Estamos lejos todavía de la
^idjut^iiáajde^wa^yokjgpii- taitJKftH.'Ugia
para, esos juegos, asíoaiiio de reteaKan su
¿fatateofio so el .besaran y m eVespaqrvy
aiin más de manar Jas respectivas reglas
o de determinar los actores y lo que esta­
ba en juega Las finalidades o funciones de
esos juegos rara vez se mencionan: repre­
sentación de un episodio mítico, alegoría
cósmica, espectáculo, deporte, pelea simu-
2.-B *u!ama.can niazo"e&un juega de .pBtotá.p¿ehispártico
que hoy en dia se practica en el norte
de SinaíoaT Para golpearla pelota se-trSEza-un
instrumenta que recuerda e) que usaban hace
tres mil años los jugadores da El Opeño, Mi-
lada, ocasión para apostar, etc. En nume­
rosas ocasiones se lia observado la asocia­
ción del juego con el sacrificio humano,
aunque sin. comprender bien la rtatoaleza
de la relación entre estos dos titos.
En este artículo sugerimos que el juego
dé balón con bates y bastones, tal como
esta pintado en el murd 2 del pórtico 2 de
Tepantitía, Teotihuacan —junto con otros
juegos, entre eHos el ukma de cadera-, te-
ukkfúncióii esencMdefm^ksefecaQrL
de las victorias para los «acoSaot
JUEGO DE BALÓN CON BASTONES
La escena plasmada en el estremo izquier­
do del muro noreste de Tepantitía es un
juego de balón en plena acción (fíg. 3), algo
excepcional en la iconografía mesoarrieri-
-cana.Eti vista de L\UÜ las diversas escenas;
que conforman el mural no están

Q
•
0
O -
de estas dimensiones sería ridiculamente,
pequeña para.kparticipacion.de 11 jujear
usta no pintó el partido de balón a escak
S&lvo tres excepciones,-Jos jugadores "activos"
visten el mismo atuendo: un turbante
rojo, amarillo o azul, anudado arriba de k
trente con un extremo vertical sobresaliente;
una orejera tubular, una falda triangular,
vistade perfil, que sobresaleenlaparte posterior;
cori.rncíns'OS diversos (rayas:paraieks,
líneas onduladas, círculos) enmarcados
por una orilk o una basrilkíjuelambién ríe'
nc-dibujos. Llevan también sandalias con
una proteción para el tobillo. Es- sorprendente
ver eómoparaunjuegosupuestarr^
te brutal, los jugadores estén tan poco protegidos,
con excepción de la falda, que se
supone hecha de cuerogruesrx:El rostro de
-varios-jugadores estádecorado conpintnra
o tatuajes. La voluta de lápakbra salé de k
boca de todos los participantes.
Destacan tres jugadores:
* El núm. 2, que se dirige a k izquierda
y señala -con el brazo hacia la dirección
opuesta Todo su cuerpo está cubierto con
láreas'paraleías; ifrterruiupidas por grupos
de tra"¿os-transversales'«ir el cuello, Ioshombros,
ks muñecas y ks rodillas. Dos
lineas rojo risniroadornan.sti msrro;una
atraviesa borizontalmenteel ojo,k otra une
k nariz con k oreja: Las-mismas-pinturasadornan
él rostro delnúm.lis
• El núm. 8 lleva una capa con adornossobre
los hombros. Este personaje se dirige
a la derecha, pero voltea para mirar en
dirección opuesta.,
•* Elnúrn. 10 tiene iospies: orientados hacia
k dcrecha,.k cabeza hack kizquierda y
el cuerpo de frente, farece más pequeño
y regordete que los demás jugadores ypodria
representar un enano: Lleva un turbante
anudado al frente,un tapar rabo,pero no
tiene falda, ni orejera tubular, ni sandalias.
La presencia de un personaje a )mo este
último en un juego de balón recuerda k de
los enanos en el escalón"? ele k Rstrwctura
33 déYascbilán, Qüapas, que. podría represertíar.aunfhéroe
mítico que interviene
en eí partido.
Se distinguen dos-ckses-de bastonesmanejados
por los jugadores. Unos llevan
motivos lineales negros: grupos dé traaos
verticales alternados con rombos. Estos
motivos adornan los braseros sostenidos
por viejos, sentados, llamados, "dioses, viejos
riel fucilo'', v están rckciori'ados con-d
JUEGO DE BALÓN/ 21

uego. Sentí lo que fueren, se encuentran
al nivd de los ojosdel personaje que ocupa.d
centro rid-tablerD del muro sureste
(que duda tarrjfoién aparcera en d muco
noreste, arriba del juego dé baíon): J'arecenser
de 110 a 160cmde longitud y-son
más bien gruesos, ligeramente más anchos
en ios extremos (núm. 7) y bastante pesados.
Siempre se sostienen-con: las dos manos
o descansan en el hombro (núm. 6) o
están oolocados en el suelo (iiúm. 3).
Los otos bastones no tienen adornos,
parecen más dolados y menos pesados que
los anteriores y se sostienen con una o dos
manos (núms. 2 y 11) o con el hombro (núm.
S). Los jugadores 2,8 y 10, diferentes de los
dornas por su atuendo, están armados con
estos bastones. Al parecer, la intención no
fue representar dos juegos diferentes o das
equipos; hay un solo balón y los jugadores
están mezclados. La oposición entre los dos
tipos de bastones tampoco hace una distinción
entre vencedores y vencidos; la gran
víctima del juego (núm. 13) tenía un bastón
pesado. Los jugadores 4,5 y 7, todos armados
con bastones pesados, pelean el balón;
el núm. dobla muy cerca del cuerpo.
Lejos de la escena del juego, en el extremo
sur del muro sureste, aparece otro "lloroso"
(;'.- .: ). Esun hombre totalmente desnudo,
viendo hacia k izquierda, con las
extremidades pintadas de azul; alza una
rama con k mano derecha y la izquierda se
posa en ks nalgas. Dos grandes lágrimas
ruedan por su mejilk y pecho, y de su boca
sale una sucesión de cinco volutas, como
para subrayar k intensidad de sus quejidos.
Un chorro rojo y azul (¿sangre y agua?) fluye
de su pedio abierto para mezclarse con
ks aguas dd río procedente del cerro del
centro. En este personaje se podría ver la
alegoría del sacrificio humano como filente
de fertilidad; aun si nada tiene quever con
d juego, confirma k expresión tanto visual
como sonora del dolor de los heridos.
¿Qué sentido y qué importancia pueden
darse a estas víctimas de un juego brutal?
I.a respuesta se encuentra en ks pinturas
conservadas en el conjunto residencial de
Atetelco, a dos kilómetros de Tepantitk.
Tres ccüfidos (norte, este y sur), con vista
hack el Patio Blanco, en el sector noroeste
dd conjunto, han conservado parte de sus
pinturas. En el ángulo noroeste del patio
Í.UUU
hay un estrecho pasaje que da acceso a varios
cuartos -que desafortunadamente no
han conservado sus pinturas-, que limitan
el patio por diado oeste (• ). lin las dos
jamba»dd llamadocottedor 1 se vendos
figuras aiiri-opmvrtks pintadas de ro^
curo sobreun fnndo rnío claro.' VAim-
Jugador de pelota núm. 1Z Está fuera de) juego
porque io hirieron y expresa su sufrimiento con
llanto y gemidos, que están representados porta
voluta que safe de su boca. Mural 2, pórtico 2. Tepantitía,
Teotihuacan.
s -..
5 El jugador núm. 13, también fuera del juego,
sufre masque el jugador núm. 12; su rodilla sangra
y tiene los tobillos fracturados, como lo muestran
sus pies hacia adentro. Sm embargo, no ha
muerto, ya que llora y gime. Mural 2, pórtico 2. Tepantitía,
Teotihuacan.
• Victima de sacrificio por extracción de! corazón.
Mural 3, pórtico 2. Tepantitía, Teotihuacan.
que son verticales no están representadas
de pie sino acostadas, vistas desde arriba,
cxrmolos'danzantes" dcMonteAfo^
dos personajes aparecen de frente, salvo el
rostro, que está de perfil y ve hacia los visitantes
que entran desde d patio. Estas pinturas
miden 117 y 96 cm de altura E) personaje
de la jamba sur de la puerta (bien
conservado*, con excepción del penacho
que. corona supcinado), es decir, a k izquierda
de k entrada, tiene los pies torcidos
hack adentro, lo que significa que tiene
los tobillos rotos, como los del
personaje núm 13 de Tepantitía Su brazo
deret io está ligeramente doblado alo krgo
del cuerpo y el antebrazo izquierda
oculta en parte k frente, postura descompuesta
propia.de los muertos o de los heridos.
Todo su cuerno ¿marcadoconman-

? Ubicación de los murales 1 y 2, corredor 1, Patio
Blanco. Atetelco, Teotihuacan.
Individuos heridos en el juego de pelota con bastones.
Corredor 1, Patio Blanco. Atetelco, Teotihuacan.
chas y gruesos traaos, que pudieran
representar moretones. Se ven dos S {XMUcuiiU)
en el pecho, que indican sangrado.
Una línea gmesa que va rieí ojo ai mentón
representaría una lágrima, un golpe o pintura;
es una marca que con frecuencia se
asocia al sacrificio (lo llevan el dios Q maya,
y el Xipe Totee azteca). De la boca medio
abierta sale una sucesión de dos volutas. El
peinadoesláadoínado coinlosgtandes anillos
y en la oreja lleva la flor de papel que
en ocasiones llevaban los cautivos mayas.
Forra un taparrabos con los dos faldones
posteriores decorados con dibujos geométricos,
un ciriturón y una falda corta, abierta
al frente y parecida -vista de perfil- a la
de los jugadores de Tepantitía El personaje
está rodeado por un marco de plumas.
El otro personaje, del que se ha perdido
la cabeza y el brazo derecho, adopta la
misma postura que el anterior, pero tiene
torcido sólo el pie izquierdo, mientras que
el derecho conserva la sandalia, idéntica a
las de los jugadores de Tepantitía. Las lágrimas
están indicadas mediante una espe
cíe de signos de exclamación (!!), semejante
a lo que se ve en el rostro de las víctimas
del sacrificio gladialorio y de! sacri (Icio con
Hechas del CAitice. Numü. De su boca en­
treabierta sale una serie de tres volutas, una
dentro de otra, para mostrar lo fuerte de
sus quejidos. Lleva un adorno tubular en
la oreja, un taparrabo similar al del personaje
de enfrente y una falda con una cuadrícula
que tiene la orilla decorada con puntos,
como en Tepantitía. El personaje está
enmarcado dentro de una franja de plumas
y otra franja le atraviesa el pecho.
Los diversos estudiosos, con I aurette Séjoumé
(1967) a la cabera, que han interpretado
a los personajes 12 y 13 de Tepantitía y
las figuras 1 y 2 del corredor 1 de Atetelco,
no creen que se trate de jugadores accidentados,
sino de inválidos con pies varos (con
la planta girada hacia dentro) que pudieran
representar figuras enfermas o deformes de
la mitología azteca, comoXólotl oNanáhuatí,
o incluso a la pareja de Tecciztécaf! y Nanáliuatí.
Según el mito, este último no cojea,
pero está cubierto de pústulas; cabe preguntarse
por qué uno de los personajes de Atetelco
tiene un pie varo y el otro los dos. En
mi opinión, los personajes de Atetelco son
(como los personajes 12 y 13 de Tepantitía)
víctimas heridas en el juego con bastones;
tienen en común los tobillos fracturados, las
sandalias y tobilleras, la falda, las lágrimas y
las volutas en serie. Por supuesto, debe admitirse
que hay ciertas diferencias entre un sitio
y otrn, aun si los especialistas consideran las
pinturas de Atetelco contemporáneas de ks
de Tcpanritky que pertenecen a k cuarta fase
estilística del sitio (150 dC).
La importancia otorgada a estos personajes,
honrados y glorificados en el corredor de
Atetelco, muestra que no estamos ante víctimas
meramente "acddmrale.s",a)mü ocurre
en Tcpantitk; lo son sólo en la medida en que
sus heridas (de diferente gravedad) derivan de
los avatares del juego y no de una intención
deliberada de herir a tal o cual jugador. Esto
nos lleva a proponer como una finalidad del
juego de bastones, precisamente, la de dejar
a k suerte k designación de las \icfimas, las
que no debían faltar, a juzgar por el peso y el
tamaño de los bastones y por la casi total ausencia
de protecciones (¡pensemos en un juego
de. hockey con jugadores sin protección!).
¿Qué les ocurria a los heridos? Todo nos inclina
apensar que se les daba muerte de manera
ritual, como después del sacrificio gk
diatorio, en el qué "verdaderos" guerreros
herían a un "falso" guerrera El juego de balón
con bastones sería un caso de sacrificio
convertido en juego o en batalla, del que existen
numerosos ejemplos en Mcsoamérica.
Una parte importante de las pinturas
conservadas alrededor del Patio Blanco
va de acuerdo con la iconografía de sacrificio
de las víctimas del juego de. balón del corredor
1, pues se trata de órdenes guerreras
(cánidos, jaguares, aves de rapiña), de sacrificio
y de autosacrificitt En el sur, en el ves
tíbulo o pórtico 1 se ve en tres lados dd ta
lud una procesión de coyotes; el friso que
los enmarca consta de una serie de puntas
con púas sobre fondo sombreado, que recuerda
el pekje de los animales. Los muros
(murales 5-7) están decorados con una composición
rcticukda, entre cuya trama están
pintadoscánidos antropomorfos. En lastramas
que forman k retícula, sobre un fondo
que imita el pekje del coyote, se alternan el
motivo que hemos interpretado como %acalapaplM
en Tepantitía (m< >tivo a) y un par de
volutas alargadas identificadas como símbolo
del fu ego ( ; ). La cenefa de 38 cm
de ancho que enmarca los murales tiene,
como motivo principal a un posible cerro,
en cuya silueta se ven cinco motivos a con
una sok "esp ina", menos en k cumb re, donde
el soporte tiene dos espinas (ña f'v). A
la izquierda del cerro se ve una mano que
sostiene un cuchillo excéntrico de tres garras.
A cada lado del cerro se ve una sucesión
de cuchillo» colocados en filas de tres,
una fila sobre la otra. 1 a franja superior de
kcenefa muestra una fila de punías con púas
encajadas en una ¿franja vegetal?, que sólo
dejan ver ks púas posteriores y la cok del
instrumento, que tal vez podamos interpre-
9 g Motivos a con una sola "espina", menos en
la cumbre, donde el soporte tiene dos espinas..
Cuchillos, cactus (biznaga), puntas con púas y
cuchillos curvos. Zacatapayolliy un par de valutas
alargadas identificadas como símbolo del
fuego. Atetelco. Teotihuacan.
JUEGO DE BALÓN ./ 23

tMVcxm:espfci&~átt'ótc^~patt el aufosa-
crifiuo. íhi el este, en el talud dd pórtico 2
se ve una procesión de jaguares de cuerpo
reticulado y de coyotes aprestándose a de­
vorar corazones sangrantes; en los muros
se ve una composidón retí culada, en la que
se pintaron hombres caminando con una
zit j U £¿ 0 O Q c OI i
eiemptüs en Mesoarnéfica.
conchas modo de pectoral. Las pinturas dd
edificio al norte del patio se conservan en
el pórtico y en el cuarto del fondo; en el ta­
lud dd primero, guerreros con «jos rodea­
dos de urculos, armados con jabalinas y un
cucliiUo airvo plantado en un corazón san­
grante, ejecutan un baile que se representa
con numerosas huellas de pies a su alrede­
dor; en los muros, dentro de las tearnas de
la retícula, se ven pinturas de aves antropo­
morfas (¿portadoras de espinas?). En los
bordes hay un profuso uso de espinas de
cactus y de cudiillos curvos.
En los murales 2-3 de! pórtico t de! Pa­
tio Norte de Atetelco se ven figuras de aves
de perfil, de pie. sobre pedestales con rica
iconografía referente a sacrificios con cu­
chillos, cactus (biznaga), puntas con púas
y cuchillos curvos ( ~/t). El cuerpo dd
coyote del mural está hecho con dos fran­
jas entrelazadas, dentro de las cuates se al­
ternan elementos ígneos y el motivo a con
una sola espina, como en los entrelaces de
las pinturas 5-7 del Patio Pilanca La parte
superior del mural presenta una escena in­
vertida en espejo: en un paisaje de cerros
se ven tres aves de gran cabeza, de frente,
posadas sobre un pedestal. La línea ondu­
lada de ios cerros está erizada de cudiiiios
curvos; más arriba se ven varias cactáceas
nri w li ii-tí vr-jw th' i'viwii'jv ("fu HYZUCS) iii'Jinw.
lutas del u vareador del-a Ventilla, comu un
yes y bv/i ragas), entre las cuales figurw i»i K.>-
indicio de. que el lugar de origen del juego
tivr.is a de una o dos espinas, que también
se encuentra en la rosta del f Tolfn. No cahe
se ven ahaio, en rnrnpama de! motivo K Si
duda de que los marcadores compuestos se
nuestra interpretación del motivo a como
fabricaban en el propio Teotihuacan, como
una espede de ?&"0fápayeM es acertada, sin
lo muestra un elemento esférico (localiza
descifrar d significado del motivo b, resuí
do en el museo del sitio) que lleva un ave
ta clara la intención de recordar d autesa
en bajorrelieve en el más puro estilo de la
crificio entre ios jugadores de balón.
gran metrópoli (fig. 11).
Una figurilla dd Museo Nadona) de Antropología
de la ciudad de México, sin duda Además de en Taritihuacan y ai la costa
ojjp^iiiana del Vciaoviz roT-M^Monai —Díoccdo
24 / AROÍÍFOI OÍ5ÍA MFXICANA
delacolecdón Herfedia.de Sari Andrés Tux-
tla (í:' )—, muestra a un individuo de pie
que rodea con su bravo derecho un objeto
más grande que él, y que. consta de un largo
fuste ensanchado, rematado con un borde
en forma de cono truncado y una esfera ca­
lada. En la punta de esta última, un ancho
ici un Cciso S3.crnfciij
C Í Ü O ox'sion n uní o rosos
agujero permitía introducir la espiga de un
anillo o disco. En dos puntos está amarrado
a! fuste algo pareado a un bastón, la mano
izquierda dd personaje se curva en círculo,
C O J I J O para recibir uno de esos instrumentos
que quedará en posición horizontal. El juga­
dor lleva adornos cónicos en las orejas y al­
rededor dd cuello que nos recuerdan los yo-
jtó/^w^,adomospiintiagudos deXipeTótec
(En los códices, este emblema se encuentra
en d panado, en la nariz, los brazos y las ro
dilias dd dios. Es un cono con la base rodea­
da pot un anillo, generalmente acompañada
con listones de punta ahorquillada.) W Idi-
niann interpretó el objeto sostenido por la
figurilla como un gran sonajero o un incen­
sario. Es más probable que se trate de un
marcador dd juego con bastones, lo que
confirma su sirnilitud, no sólo con d mar
cador de La Ventilla, sino también con una
escultura de piedra de Cerro de los Monos
(Arcelia, Guerrero). Esta escultura incluye
un ruste con un rostro esculpido, remara-
do con una esfera también adornada, en la
que se colocaba un disco, como en J a Ven-
tilla (•-.". 1 ). De acuerdo con un comenta­
rio de R. Santley a Marvin Cohodas, se en­
contró un marcador en la zona central de
Veracruz (agradecemos a Eric Taladoire el
habernos indicado esta referencia). Con
frecuencia se lia destacado d 'Jd' *mo de vo­
J-l t ' _ lf_ . . . L . L I . . 1 : J „ l
uo v. jt mu, es piouvioiu que 01 luuy.tj uu pas-
10. Jugador con marcador de juego de pelota. El
marcador está incompleto; la mano izquierda del
jugador forma un círculo donde se colocaba un
bastón miniatura. Un bastón se encuentra atado
al fuste del marcador, que es muy parecido al representado
en una pieza procedente de Arcelia,
Guerrero. Cultura de! Centro de Veracruz, Clásico
Tardío, Veracruz. MNA.
FOTO; fcWRCO ANTON» PACHECO / RAÍCES
í Elemento esférico de un marcador compuesto.
El estilo del ave con que está decorado hace
suponer que ese objeto fue hecho en Teotihuacan.
Museo de Sitio, Teotihuacan.
POTO. MARCO ANTONIO PACHECO / RAICES
i
:.©
-i-.i'--".'.---v-.
'. 2 El marcador monolítico de juego de pelota de
Tikal es muy parecido al de La Ventilla. Esto podría
indicar que el juego de bastones ¡legó a las
tones se practicara en las Tierras Bajas Ma­
yas. En efecto, en Tikal, en un contexto muy
teorihuacano, se encontró el marcador que
tiene más pareado al de La Ventilla; aunque
es monolítico, muestra los mismos elemen­
tos y en las mismas proporciones (': ¡ •_• • -.).
Aun si lleva la marca maya por su iconogra­
fía y los pjiíos que cubren el fuste no r^dia

dejarse de asordara un juego de ¡jalón com­
parable a aquel ilustrado en 'i (.panuda. Hay
otras esculturas que pueden mierpreíarse
como posibles marcadores: la silueta 2 de
Kamina!»íyii es nn anillo rematado ñor un
trapecio y dos monumentos de Guerrero
(Tecpan y Petarían) constan de un tustepro
longado con un solo anillo. Sin embargo,
parecen demasiado pequeñas y diferentes
formalmente de! modeio del a Ven tiiia para
ser lomadas en cuenta-
De lo anterior se desprende que e! jue­
go de balón con fitaccadoccs y bastones se
practicó durante c! (,'lásico, desde Ve cacruz
hasta Guerrero, nasando oor Teotihuacan
' x. i.
c incluyendo el este, quizá hasta Tikal.
El juego de balónpasiri-a-kuñ se practi­
ca todavía entre los purépechas de Mi-
choacán y podría representar una super­
vivencia del juego de bastones de
Tcpantida. Los jugadores, cuyo número
varia entre 7. y 30, se distribuyen en dos
campos. Se trata de hacer llegar eí balón a
la meta contraria y evitar que ios adversa­
rios lo hasan en la orooia. Se distinsuen
see un capitán y el partido está arbitrado
por jueces. El balón (que seguímos llaman­
do así, a pesar de su escaso tamaño —de 6
a i í> cm de diái iieíto—, porque uo debe lo­
marse con la mano) era de diversos mafe-
3
3 Patay bastón utilizados actualmente en el pego
de pelota purépecha llamado pasirí-a-fairi.
TOMADO oyam. IKÍ?. REPRO..-MA PACHECO r RAICES
g
ríales (cípüllas de gU'Síiiíos,..telas, piedra,
caucho), con trccucncia combinados. Los
jugadores usan dos* tipos* de instrumentos
para mover el balón (ñg ¡ ) ¡ aunque no
dentro Hel mi smn partida como en Tepnnc
- — - —
nuil, ^uíinuij ci rjaion v-.& uc pleura en
plea una pala de madera de 60 a 100 cm de
largo y en forma de remo: cuando es me
longitud, pero de madera flexible y con el
extremo curvo.
CONCLUSIONES
Las imágenes de Tcoantitla v de Atetelco.
en Teotihuacan, muestran que una de las
funciones del juego de balón con bastones
era causar heridos "accidentales", futuras
víctimas de sacrificio designada, por la
suerte, ¿Es posible extender esta hipótesis
a otros juegos mesoamericanos? La multi­
plicidad de juegos, su variedad, la amplitud
j — J : - ^ _ : I : ¿ . ni i
UC Í)U ~\. I y—. 1.-W-1 f*S\t-\o JYlílflA TT 1 A Ü11