Los Rios 232.pdf - Misiones Diocesanas Vascas

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de CASA
LA VIDA HECHA OBRA DE ARTE
A veces se dan momentos en la vida que resultan
entrañables. Lo que vivimos los que acudimos
al homenaje a Peli Romarategi, fue uno
de estos encuentros que te hacen reconciliarte
con la vida y emocionarte profundamente. Sensaciones
parecidas hemos sentido los que alguna
vez hemos visitado el taller de Peli, bien sea
en Ecuador, en Urkiola o ahora en su habitación
de la residencia de San Antonio.
Los artistas de Vitoria, buscadores, utópicos,
creadores, como deben ser los artistas, supieron
ver en Peli al maestro, al amigo, al artesano
minucioso y quedaron cautivados por su profunda
sabiduría junto a su cálida sencillez. Y ahora
han querido brindarle más que un homenaje al
uso, una expresión de amistad y de reconocimiento.
Y de verdad que lo lograron. No sólo
lograron la presencia de un numeroso público
sino algo más importante: hacerle hablar a Peli
ante casi cien asistentes durante una hora. Y
hacerlo como sabe hacerlo él: con sencillez,
salpicando su charla con infi nidad de anécdotas
y datos concretos, con agudeza y humor,
quitándose importancia sin petulancia, y de los
temas que él domina en el arte: la esencia profunda
de los materiales.
Peli, nacido en Gasteiz hace 88 años, es un
artesano especial. Las habilidades artísticas y
la sensibilidad exquisita las lleva en las venas
desde siempre. En su juventud se trasladó a
Ecuador para trabajar como misionero seglar.
Después de bastantes años haciendo de todo,
el grupo misionero le encomendó la tarea de
embellecer las iglesias y casas parroquiales que
había ido construyendo, para darles la dignidad
que se merecen los pobres. Para ello, Peli, en la
madurez de su vida, aprendió a fondo la técnica
de los vitrales en estructura de cemento, de los
mosaicos, y elaboró multitud de murales, vitrales,
sagrarios, altares, para muchas iglesias y
lugares de la Costa, La Sierra y el Oriente ecuatorianos.
Eran los años en que sus compañeros misioneros
buscaban el nacimiento de las comunidades
eclesiales de base. Hay una imbricación entre
el trabajo de Peli en el taller haciendo murales y
la labor del grupo misionero organizando a los
pobres. Los murales que hacía Peli trataban de
plasmar la utopía de un mundo más justo y solidario.
Y su trabajo sumamente detallista, tratando
de hacer perfecta cada una de las piedritas
más pequeñas o de los vidrios más escondidos,
eran una escuela para el quehacer de los misioneros
junto a la gente, lleno de minuciosidad y
afecto.
Después de más de treinta y cinco años en
Ecuador, Peli regresó a su tierra y puso el taller
en Urkiola. En este Santuario ha realizado
algunas de sus obras principales, en especial
un mosaico de 160 metros cuadrados, con diseño
de José Mari Muñoz, y diversos vitrales,
sagrario, altar…
Amigo lector, no es tarde para que te des una
vuelta por Urkiola y contemples estas obras de
Peli Romarategi. Él sigue trabajando; acaba de
comprarse una pequeña máquina que desgasta
las piedritas de mosaico sin hacer ruido ni polvo.
Y está entusiasmado con ello. Los artistas
de Vitoria han querido que toda esta belleza –la
belleza del trabajo y de la vida hecha obra de
Peliren lana
eta misiolari
taldearen
zereginaren
arteko
lotura oso
handia
da, Pelik
lantegian
hormirudiak
egiten
dituelarik
eta misiolari
taldeak
behartsuen
ibilbidea
antolatzen
duelarik.
arte- no quede escondida. El encuentro
tuvo todos
los sabores.
El de la
intimidad
y el de la
nostalgia. El
de las viejas
piedras y
el de las
ventanas
abiertas.
JUAN RAMÓN ETXEBARRIA
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