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Los Rios 232.pdf - Misiones Diocesanas Vascas

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Noticias<br />

de CASA<br />

CAYO LUÍS VEAMURGUÍA<br />

40<br />

Homenaje de los artistas de Vitoria a Peli Romarategi,<br />

misionero seglar y artista<br />

SE LO DIMOS ARTESANO,<br />

NOS LOS DEVUELVEN ARTISTA<br />

El día 13 de abril, miembros de AMBA (Amigos del Museo de Bellas<br />

Artes y Artium de Vitoria) ofrecieron un homenaje a Peli Romarategi.<br />

Cayo Luis Veamurguía, conocido de Peli desde la infancia e intenso<br />

colaborador de las <strong>Misiones</strong> <strong>Diocesanas</strong> desde la primera hora, y Juan<br />

Ramón Etxebarria, misionero como Peli y compañero suyo durante muchos<br />

años en Ecuador, nos lo cuentan, mostrando que también el arte<br />

y la artesanía pueden encajar en este número de la revista dedicado a<br />

la Educación en valores.<br />

Peli, con sus sobrinos, el día que recibió el homenaje<br />

de los artistas de Vitoria. Están mostrando la foto<br />

donde aparece Peli en su juventud bailando el aurresku<br />

en la Virgen Blanca.<br />

El encuentro tuvo todos los sabores. El de la<br />

intimidad y el de la nostalgia. El de las viejas<br />

piedras y el de las ventanas abiertas.<br />

<strong>Los</strong> jóvenes artistas alaveses (la mayoría apenas<br />

si habría dado los primeros pasos cuando<br />

él se fue a Ecuador en 1955) citaron a un superviviente<br />

seglar de las <strong>Misiones</strong> <strong>Diocesanas</strong> Vas-<br />

cas, Peli Fernández de Romarategi, en el edifi -<br />

cio ya secular, avisado no se sabe bien si de<br />

revisión o de derribo, que acogió durante todo<br />

un siglo las inquietudes músicas vitorianas.<br />

El volvía a sus fuentes entrañables: La Herrería,<br />

La Fuente de los Patos, La Catedral restaurada,<br />

La Cuchillería, La Chiquita, La Pintorería. Y ellos<br />

se sorprendían por el ritmo juvenil, la palabra<br />

cálida, el recuerdo preciso, la evocación emocionada<br />

de unas personas que habían llevado<br />

el soplo cálido de su alma al otro lado del mar,<br />

de unas comunidades cristianas que les habían<br />

brindado una acogida entre sorprendida e ilusionada.<br />

Y describía cómo el que fue inicialmente un auxiliar<br />

de la misión evangelizadora de los sacerdotes,<br />

terminó aceptando la tarea de ir creando<br />

un espacio propio, con símbolos tomados del<br />

paisaje y de la vida, con formas y colores que<br />

sorprendían a nuestros ojos, para la oración de<br />

aquel pueblo que retomaba su vinculación a la<br />

Iglesia Universal.<br />

Fueron muchas las carencias y los ensayos, las<br />

pruebas y los viajes, las manos amigas y las<br />

palabras de ánimo. Pero medio siglo después<br />

allí y aquí quedan las muestras efi caces de un<br />

trabajo atrevido y conjuntado, constante y variado,<br />

que deja huellas tangibles de la fecundidad<br />

de los espíritus y las manos de las gentes de<br />

nuestro pueblo, empujada por la fe, en las habilidades<br />

de un experto de la carpintería: “Se los<br />

dimos artesano, nos lo devuelven artita.” Así lo<br />

dijeron, así queda.

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