Los Rios 232.pdf - Misiones Diocesanas Vascas

VENTANA A OTROS CONTINENTES
Beste kontinenteetara zabalduriko leihoa
32
Ecuador
DESPEDIDA DE MONS. NÉSTOR HERRERA, OBISPO DE MACHALA-
EL ORO, 1982- 2010
A TODOS AGRADEZCO
Y POR TODOS ORARÉ
Mons. Néstor Herrera, desde su llegada a El Oro, ha tenido una
cercanía con nuestro grupo misionero vasco. En la hora de la
despedida, nos envía este cálido de mensaje, que llega también para los
lectores de Los Ríos.
Al haber llegado a su término mi servicio episcopal
en la Diócesis de Machala, siento la obligación
de agradecer a todos/as los que me ayudaron en
la acción evangelizadora y pastoral de la Iglesia en
la provincia de El Oro.
Este agradecimiento lo dirijo en primer lugar al
Grupo de Misiones Diocesanas Vascas, al que
encontré en 1982, año de mi llegada a Machala,
comprometido a fondo en la renovación de esta
Iglesia Diocesana.
La promoción de las Comunidades Eclesiales de
base, la planifi cación pastoral y la defensa de los
Derechos Humanos eran sus grandes líneas de
evangelización. Gracias a esta orientación, no fue
difícil delinear una evangelización liberadora, que,
partiendo de las Comunidades Eclesiales de Base
y la opción preferencial por los pobres, sostenida
por una profunda religiosidad popular y alimentada
Néstor Herrera Heredia
Obispo Emérito de Machala
con el culto a la Eucaristía y la devoción a la Virgen
María, abriera el camino para la construcción de la
Iglesia-Comunidad, que tuviera como centro vital
la comunión y la participación de todos los creyentes
para lograr una sociedad justa y fraterna.
La colaboración de nuevos agentes de pastoral y
del clero diocesano que nos empeñamos en promover
y formar, ha permitido tener en la actualidad
una iglesia viva, dinámica y solidaria, no pocas
veces admirada e imitada, y que con grande
alegría he entregado al nuevo Pastor, para que la
alimente y haga dar frutos sazonados y abundantes.
Mons. Luis Antonio Sánchez Armijos, vecino de
esta Diócesis, como originario de Olmedo (Loja),
se posesionó como 4º obispo de Machala el 1 de
mayo. Fue recibido con grandes aclamaciones de
júbilo y esperanza por una numerosa concurrencia
de fi eles que desbordó la iglesia Catedral. Con su
lema episcopal: “Apacienta mis ovejas”, ha emprendido
ya la tarea de hacer de El Oro “un solo
rebaño bajo el cayado de un solo pastor”. Dios,
a quien servimos con amor y entrega generosa,
bendecirá su trabajo.
Mi gratitud y mi oración imperecederas para Misiones
Diocesanas Vascas en las personas de sus
Obispos, sacerdotes, religiosas y seglares misioneros
y misioneras que compartieron generosamente
nuestra vida y se comprometieron en la
evangelización del pueblo orense. Algunos están
ya en el cielo y desde allí interceden por nosotros.
La mayoría trabajan en estas iglesias vascas a las
que tanto estimo y con las que me une una íntima
fraternidad. A todos los recuerdo y les recordaré.
Por todos oro y oraré para que Dios les siga bendiciendo
en su vida y en su misión apostólica.