Se - Memoria Chilena
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fue la responsabilidad que asumi6 el reverend0 George Packenham Despard,<br />
secretario de aquella institucibn.<br />
<strong>Se</strong> decidio por tanto llevar adelante la actividad, acordandose desde luego<br />
el establecimiento de una segura base de operaciones en la isla Keppel,<br />
archipielago de las Malvinas, y la adquisicion de una goleta para su servicio<br />
4autizada merecidamente Allen Gardiner- para realizar especialmente el<br />
recorrido de 10s canales fueguinos con fines de conocimiento y relacion con 10s<br />
indigenas y, si se brindaba la oportunidad, para recoger algunos de ellos y<br />
conducirlos hasta la base misionera, para iniciar su instruccibn y civilizacion, y<br />
devolverfos despues de un tiempo prudente a sus lugares de origen. <strong>Se</strong> pensaba<br />
que de esta manera estos podrian predisponer favorablemente a 10s demas<br />
aborigenes para el ulterior desarrollo de la actividad misionera.<br />
Superandose dificultades, se realizaron durante varios alios tales recorridos<br />
maritimos y al fin, en 1859, se consider6 oportuno instalar en el conocido paraje<br />
de la bahia de Wulaia, isla Navarino, una mision en forma. Ocurrio entonces<br />
un suceso lamentable y brutal, wmo fue el asesinato del catequista a cargo<br />
Garland Phillips, del capitan de la Allen Gardiner, R. S. Fell, de su hermano<br />
John S. Fell, piloto de la embarcacion, y de seis tripulantes, todos a manos<br />
de 10s yamana a quienes con disposicion apostolica querian hacer bien.<br />
Aquel fue un golpe doloroso absolutamente inesperado y cruel del que, otra<br />
vez, pudo reponerse la Sociedad Misionera, per0 que obligo a retomar a1 sistema<br />
anterior -la mision flotante-, comenzando desde un principio, esto es,<br />
procurandose recuperar la confianza y amistad de 10s indigenas. En ello se<br />
pas6 varios aiios, una dkada, hasta que en 1869 el pastor Waite H. Stirling,<br />
superintendente de la Mision de Keppel, consider6 llegado el momento de volver<br />
a intentar el establecimiento de una misibn en tierra firme. El tiempo transcumdo<br />
desde el ultimo tragic0 episodio, entre tanto, habia sido bien aprovechado pues<br />
se habia adelantado en el conocimiento de la lengua yamana y se habia<br />
recobrado la .confianza de y en 10s indigenas. Una vez mas, podia esperarse<br />
un sesgo favorable en 10s acontecimientos por venir.<br />
Para materializar ese acariciado proyecto, Stirling, en una decision<br />
wrdaderamente heroica que pus0 de relieve su coraje, decidi6 permanecer el<br />
mkmo en el lugar ekgido, una abrigada bahia situada sobre la costa norte del<br />
canal Beagle, llamada por 10s indigenas Ushuaia. Alli permanecio el misionero<br />
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