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Las hormigas - Fieras, alimañas y sabandijas

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La otra parece ahora completamente aterrorizada. Sus antenas tiemblan un poco. Resulta visible que<br />

la palabra «termita» evoca algo terrible para ella. Entablar conversación acerca de este tema parece<br />

exceder sus fuerzas. Se retira hacia un grupo de obreras que están bebiendo en ese momento.<br />

Estas últimas, tras haberse llenado el buche social con alcohol de miel de flores, se prueban unas a<br />

otras el abdomen, formando una larga cadena cerrada sobre sí misma.<br />

Cinco cazadoras afectas al puesto avanzado hacen entonces una entrada bastante ruidosa. Van<br />

empujando una oruga.<br />

Hemos encontrado esto. Lo más extraordinario que produce miel.<br />

La que ha emitido esta noticia tamborilea con sus antenas el cuerpo de la cautiva. Luego prepara<br />

una hoja y, en cuanto la oruga empieza a comer, salta sobre ella. La oruga se yergue, pero en vano. La<br />

hormiga asienta las garras en sus flancos, asegura bien su presa, se vuelve y le lame el último<br />

segmento, hasta que un líquido brota de él.<br />

Todo el mundo la felicita. Se pasan de mandíbula en mandíbula ese melado hasta entonces<br />

desconocido. El sabor es distinto del que dan los pulgones. Es más untuoso, con un deje de savia más<br />

acusado. Cuando la 103.683 prueba ese licor exótico, una antena roza su cráneo.<br />

Parece que estás buscando información sobre las termitas.<br />

La hormiga que acaba de lanzar esta feromona parece extraordinariamente anciana. Todo su<br />

caparazón está marcado por golpes de mandíbula. La 103.683 lleva las antenas atrás en signo de<br />

aquiescencia.<br />

Sígueme.<br />

La vieja hormiga se llama 4.000 guerrera. Su cabeza es plana como una hoja. Sus ojos, minúsculos.<br />

Cuando emite, sus efluvios temblequeantes son muy débiles. Quizá por eso ha preferido conversar en<br />

una pequeña cavidad prácticamente cerrada.<br />

No lemas; aquí podemos hablar. Aquí es donde vivo.<br />

La 103.683 le pregunta qué es lo que sabe sobre la termitera del Este. La otra separa las antenas.<br />

¿Por qué te interesa eso? Sólo has venido a la caza del lagarto, ¿no?<br />

La 103.683 decide jugar limpio con la anciana asexuada. Le cuenta que se utilizó un arma secreta e<br />

incomprensible contra las guerreras de La-Chola-kan. Al principio se creyó que era cosa de las enanas,<br />

pero no habían sido ellas. Entonces, de la manera más natural del mundo, las sospechas se dirigieron<br />

hacia las termitas del Este, los segundos enemigos...<br />

La anciana agacha las antenas en signo de sorpresa. Nunca ha oído hablar de ello. Examina a la<br />

103.683 y pregunta:<br />

¿Ha sido el arma secreta lo que te ha arrancado tu quinta pata?<br />

La joven soldado responde negativamente. La perdió en la batalla de las Amapolas, cuando la<br />

liberación de La-chola-kan. La 4.000 se entusiasma de inmediato. ¡Ella estuvo allí!<br />

¿En qué legión?<br />

¡En la 15°! ¿Y tú?<br />

¡En la 3°!<br />

Durante la última carga, una luchaba en el flanco izquierdo y la otra en el derecho. Intercambian<br />

algunos recuerdos. Siempre hay muchas lecciones que asimilar en el campo de batalla, Por ejemplo, la<br />

4.000 observó nada más iniciarse el combate la utilización de moscardones mensajeros mercenarios.<br />

Según ella, se trata de un sistema de comunicación a gran distancia mucho mejor que las tradicionales<br />

«corredoras»<br />

La soldado belokaniana, que no había visto nada de eso, lo acepta de buena gana. Luego se apresura<br />

a volver sobre su tema.<br />

¿Por qué nadie quiere hablarme de las termitas?<br />

La anciana guerrera se le acerca. Sus antenas se rozan.<br />

Aquí pasan cosas tan raras...<br />

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