Las hormigas - Fieras, alimañas y sabandijas
Las hormigas - Fieras, alimañas y sabandijas
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La hembra regresa a la cúpula dando cortos pasos agobiados. En un corredor próximo al gineceo,<br />
sus ocelos infrarrojos hacen que distinga dos siluetas. ¡Son las asesinas con olor a rocas! ¡Ahí están la<br />
grande y la pequeña que cojea!<br />
Mientras las dos se dirigen rectamente hacia ella, la 56 zumba sus alas y le salta al cuello a la coja.<br />
Pero pronto la inmovilizan entre las dos. Sin embargo, en lugar de acabar con ella, le imponen un<br />
contacto antenar.<br />
La hembra está furiosa. Les pregunta por qué han matado al macho 327, ya que de todos modos iba<br />
a morir después del vuelo. ¡Por qué le han asesinado!<br />
<strong>Las</strong> dos asesinas tratan de razonar con ella. Por lo que dicen, algunas cosas no pueden esperar. Y<br />
eso cueste lo que cueste. Hay tareas mal consideradas y gestos que se consideran mal, y que sin<br />
embargo han de llevarse a cabo si se quiere que el Nido siga funcionando con normalidad. No hay que<br />
ser ingenuo... Y la unidad de Bel-o-kan bien lo merece. Y si la necesidad se plantea, ¡se hace!<br />
Entonces, ¿es que no son espías?<br />
No, no son espías. Incluso pretenden ser las principales guardianas de la seguridad y la integridad<br />
del Nido.<br />
La princesa lanza feromonas de indignación, ¿Por qué el macho 327 era peligroso para la seguridad<br />
del Nido? Pues sí, lo era, responden las dos asesinas. Un día lo comprendería, ahora era aún demasiado<br />
joven...<br />
Comprender. Comprender ¿qué? Que hay asesinos super-organizados en el seno mismo de la<br />
Ciudad, y que éstos pretenden salvarla eliminando a unos machos que han visto «cosas cruciales para<br />
la supervivencia del Nido»<br />
La coja consiente en explicarse. Y de lo que dice se desprende que las guerreras con aroma de rocas<br />
son «soldados antimala fatiga» Hay buenas fatigas que hacen que el Nido progrese y luche. Y hay<br />
malas fatigas que hacen que el Nido se autodestruya. No toda información debe conocerse. Hay algún<br />
tipo de información que provoca angustias «metafísicas», que aún no tienen solución. Y entonces el<br />
Nido se intranquiliza, pero se encuentra inhibido, incapaz de reaccionar...<br />
Eso es muy malo para todos, el nido empieza a producir toxinas que lo envenenan. La supervivencia<br />
del Nido «a largo plazo» es más importante que el conocimiento de la realidad «a corto plazo» Si unos<br />
ojos han visto algo y el cerebro sabe que eso es peligroso para todo el resto del organismo, más vale<br />
que el cerebro acabe con esos ojos...<br />
La hormiga corpulenta se une a la coja para resumir de esta manera consideraciones tan sabias:<br />
Hemos cerrado el ojo,<br />
Hemos cortado el estímulo nervioso,<br />
Hemos contenido la angustia.<br />
<strong>Las</strong> antenas insisten, precisando que todos los organismos están provistos de ese mecanismo de<br />
seguridad paralela. Los que no lo tienen mueren de miedo o se suicidan para no hacer frente a la<br />
angustiosa realidad.<br />
56 queda bastante sorprendida aunque no se descompone. ¡Gran feromona en verdad! Si quieren<br />
ocultar la existencia del arma secreta, ya es demasiado tarde para ello. Todo el mundo sabe que Lachola-kan<br />
fue víctima suya, aunque el misterio se mantenga por entero desde un punto de vista<br />
tecnológico...<br />
<strong>Las</strong> dos soldados, siempre tan flemáticas, no relajan la presa. En cuanto a La-chola-kan, todo el<br />
mundo se ha olvidado ya de eso; la victoria ha acabado con la curiosidad. Y, por otra parte, basta con<br />
olfatear por los corredores, no queda el más mínimo olor de toxinas. Todos están tranquilos en estas<br />
vísperas de la celebración del Renacimiento.<br />
Pues entonces, ¿qué quieren de ella? ¿Por qué siguen teniéndola atrapada por la cabeza?<br />
Durante la persecución por los niveles inferiores, la coja ha descubierto una tercera hormiga. Una<br />
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