Las hormigas - Fieras, alimañas y sabandijas
Las hormigas - Fieras, alimañas y sabandijas
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distribuyendo la carne y la grasa, las plumas y la piel entre todos aquellos lugares donde serán útiles<br />
para la Ciudad.<br />
GÉNESIS. ¿Cómo se creó la civilización hormiga? Para comprenderlo hay que remontarse<br />
muchos centenares de millones de años atrás, hasta el momento en que la vida empezó a<br />
desarrollarse en la Tierra.<br />
Entre los primeros que llegaron, estaban los insectos.<br />
Parecían mal adaptados a su mundo. Eran pequeños y frágiles, las víctimas ideales de todos<br />
los depredadores. Para conseguir mantenerse con vida, algunos de ellos, como los saltamontes,<br />
eligieron el camino de la reproducción. Ponían tantos huevos que forzosamente tenía que quedar<br />
algún pequeño vivo.<br />
Otros, como las avispas o las abejas, eligieron el veneno, dotándose al cabo de generaciones<br />
con aguijones envenenados que las hacían temibles.<br />
Otros, como las cucarachas, eligieron hacerse incomestibles. Una glándula especial daba tan<br />
mal sabor a su carne que nadie querría probarla.<br />
Otros, como las mantis religiosas o las mariposas nocturnas, eligieron el camuflaje. Con su<br />
parecido con hierbas y cortezas, pasaban inadvertidas en la Naturaleza inhóspita.<br />
Sin embargo, en esta jungla de los primeros días, muchos insectos no habían encontrado un<br />
«truco» para sobrevivir y parecían condenados a desaparecer.<br />
Entre estos «menos favorecidos» estaban al principio las termitas. Esta especie comedora de<br />
madera, aparecida sobre la corteza terrestre hace cerca de ciento cincuenta millones de años, no<br />
tenía posibilidad ninguna de perennidad. Demasiados depredadores y recursos naturales<br />
insuficientes para resistirse a ellos...<br />
¿Qué pasaría con las termitas?<br />
Muchas murieron, y las supervivientes estaban en ese punto tan acosadas que supieron<br />
encontrar a tiempo una solución original: «No luchar solo, crear grupos solidarios. Les será<br />
más difícil a nuestros depredadores atacar a veinte termitas que hacen frente común que a una<br />
sola que intenta huir» La termita abría así uno de los caminos reales de la complejidad: la<br />
organización social.<br />
Estos insectos empezaron a vivir en pequeñas células, al principio familiares: todas se<br />
agrupaban en torno a la Madre ponedora. Luego las familias se convirtieron en pueblos, los<br />
pueblos crecieron y se transformaron en ciudades. Sus ciudades de arena y cemento se irguieron<br />
muy pronto en toda la superficie del globo.<br />
<strong>Las</strong> termitas fueron las primeras dueñas inteligentes de nuestro planeta, y su primera<br />
sociedad.<br />
33<br />
EDMOND WELLS<br />
Enciclopedia del saber relativo y absoluto.<br />
El macho 327 ya no ve a sus dos asesinas con olor a roca. Verdaderamente las ha perdido. Con un<br />
poco de suerte, quizás hayan muerto bajo los escombros...<br />
Pero no hay que soñar. Tampoco ha acabado de librarse de los peligros. Ya no le queda ningún olor<br />
pasaporte. Ahora, si tropieza con la menor guerrera está listo. Sus hermanas le considerarán<br />
inmediatamente un cuerpo extraño. Ni siquiera le dejarán explicarse. Un disparo con ácido o las<br />
tenazas de las mandíbulas sin más apercibimiento, tal es el trato reservado para los que no pueden<br />
emitir los olores pasaporte de la Federación.<br />
Es una insensatez. ¿Cómo ha llegado él a ese punto? Todo es culpa de las dos malditas guerreras<br />
con fragancia de roca. ¿Cómo se les ocurrió tal cosa? Deben de estar locas. Aunque sea un caso raro,<br />
se producen errores de programación genética que llevan a accidentes psicológicos de este tipo. Algo