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Las hormigas - Fieras, alimañas y sabandijas

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Hay más momias. Ya que los tres insectos se encuentran en una casa-cuna. Centenares de ninfas<br />

termitas están alineadas verticalmente a lo largo de las paredes. La 4.000 las inspecciona y se da<br />

cuenta de que algunas han muerto por falta de cuidados. <strong>Las</strong> supervivientes lanzan olores afligidos<br />

llamando a las nodrizas. Hace al menos 2 o que nadie las lame y todas están a punto de morir de<br />

inanicción.<br />

Es algo aberrante. Jamás un insecto social abandonaría ni siquiera 1 o de tiempo sus huevos. Es<br />

que... La misma idea pasa por el ánimo de las dos <strong>hormigas</strong>... O bien es que todas las obreras han<br />

muerto y sólo quedan las ninfas.<br />

La luciérnaga parpadea otra vez, haciéndoles signos de que la sigan hacia otros corredores. Un<br />

extraño olor invade el ambiente. La soldado está caminando sobre algo duro. No tiene ocelos<br />

infrarrojos y no puede ver en la oscuridad. La luz viviente se acerca e ilumina las patas de la 103.683.<br />

¡Un cadáver de soldado termita! Es bastante parecida a una hormiga, aparte de que es completamente<br />

blanca y de que su abdomen es diferente...<br />

Hay centenares de esos cadáveres blancos cubriendo el suelo. Es una matanza. Y lo más raro es que<br />

todos los cuerpos están intactos. No ha habido combate. La muerte ha debido de ser fulminante. Los<br />

habitantes están en las posiciones propias de sus trabajos cotidianos. Algunos parecen conversar o<br />

cortar madera con sus mandíbulas. ¿Qué ha podido provocar semejante catástrofe?<br />

La 4.000 examina esas mórbidas estatuas. Están impregnadas de fragancias picantes. Un<br />

estremecimiento recorre a las dos <strong>hormigas</strong>. Se trata de un gas venenoso. Eso lo explica todo: la<br />

desaparición de la primera expedición enviada contra la termitera, el último superviviente de la<br />

segunda expedición que muere sin haber resultado herido.<br />

Y si ellas mismas no sienten nada, eso se debe a que después del tiempo transcurrido el gas tóxico<br />

se ha dispersado. Pero entonces, ¿por qué las ninfas han sobrevivido? La vieja exploradora emite una<br />

hipótesis. Tienen defensas inmunitarias específicas; quizá los capullos las han salvado... Ahora deben<br />

de estar ya vacunadas contra el veneno. Es el conocido fenómeno de la mitridatización que permite a<br />

los insectos resistir todos los insecticidas produciendo generaciones mutantes.<br />

Pero, ¿quién ha podido introducir ahí ese gas asesino? Es un verdadero rompecabezas. Una vez más,<br />

al buscar el arma secreta, la 103.683 ha dado con «otras cosas» tanto o más incomprensibles.<br />

A la 4.000 le gustaría salir de ahí. La luciérnaga destella en signo de asentimiento. <strong>Las</strong> <strong>hormigas</strong> les<br />

dan un poco de celulosa a las larvas que aún pueden salvarse, y luego van en busca de la salida. La<br />

luciérnaga va tras ellas. A medida que van avanzando, los cadáveres de soldados termitas dejan lugar a<br />

cadáveres de obreras encargadas de atender a la reina. Algunas aún llevan huevos en las mandíbulas.<br />

La arquitectura se va haciendo cada vez más sofisticada. Los corredores, de sección triangular, están<br />

llenos de signos grabados. La luciérnaga cambia de color y empieza a difundir una luminosidad<br />

azulada. Ha debido percibir algo. Y, de hecho, una respiración se deja oír en el fondo del corredor.<br />

El trío llega ante una especie de santuario defendido por cinco guardias gigantes. Todos ellos<br />

muertos. Y la entrada está obstruida por los cuerpos inanimados de una veintena de pequeñas obreras.<br />

<strong>Las</strong> <strong>hormigas</strong> las apartan, pasándoselas de pata en pata.<br />

Así queda desvelada una caverna cuya forma esférica es casi perfecta. Se trata de los aposentos de<br />

la reina. De ahí procedía el ruido.<br />

La luciérnaga da una bonita luz blanca que ilumina en el centro de la estancia a una especie de<br />

extraño limaco. Es la reina termita, una caricatura de una hormiga reina. Su cabecita y su tórax<br />

raquítico se prolongan en un fantástico abdomen de más de cincuenta cabezas de largo. Este apéndice<br />

hipertrófico se ve agitado con regularidad por espasmos.<br />

La cabecita se agita de dolor, produciendo gritos en idioma olfativo y auditivo. Los cadáveres de las<br />

obreras habían bloqueado tan bien el orificio de entrada que el gas no había podido entrar. Pero la<br />

reina está a punto de morir por falta de cuidados.<br />

¡Mira su abdomen! Los pequeños se agitan ahí dentro y ella no puede poner sola.<br />

La luciérnaga sube hasta el techo y produce inocentemente una luz anaranjada similar a la que baña<br />

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