Los Diestros que Murieron por Astas de Toros de Miura. - Fiestabrava

Los Diestros que Murieron por Astas de Toros de Miura. - Fiestabrava Los Diestros que Murieron por Astas de Toros de Miura. - Fiestabrava

fiestabrava.es
from fiestabrava.es More from this publisher
10.05.2013 Views

MIURA - 2002 8 Los Diestros que Murieron por Astas de Toros de Miura. n honor a la verdad, el público siguió la campaña que originó el multicitado «pleito» montado por Bombita y Machaquito -como «cabeza de cartel»con interés creciente. Se intensificó entonces, lógicamente, la «Leyenda Trágica» de los toros de Miura hasta el extremo de que empezó a calificárseles con el sobrenombre de los toros de la muerte, a los terroríficos miuras. Se refrescó la memoria infausta de Pepete y el Espartero; de Dominguín, de Faustino Posada y de Llusío, y parecían haber queado en el olvido los de otros muchos toreros que también encontraron la muerte en el ejercicio de la profesión. Siguiendo a don Enrique Vila, si bien manteniendo la lista de los infortunados diestros por estricto orden alfabético, debido a su interesantísimo relato, que en modo alguno podría realizar mejor que él, voy a transcribir sólo muy parcialmente las páginas que aparecen en su libro ya señalado, de la 200 a la 298; si bien, al final de los relatado por cada diestro fallecido, me permitiré agregar la Cronología humana y artística de algunos de ellos, para que así el lector tenga una visión general más completa, estilo Nicolás Salas. He de comenzar por ello con Domingo del Campo, no sin antes recordar a los lectores, una vez más, que las reses de Miura han sido siempre «los toros de la gloria» y que, por tanto, este capítulo que se incia es la antítesis de aquel en que relacionamos los diestros que alcanzaron los mayores triunfos de su vida torera con los de Miura: CAMPO Alcaraz (Domingo del.), Dominguín. El día (07-10-1900), en corrida extraordinaria, última de la temporada de aquel año, en Barcelona, cayó mortalmente herido por el toro que abrió plaza, que llevó el nombre de Desertor, el espada al principio señalado, que fue el primero que ostentó el apodo, que luego, otros madrileños como él, harían famoso en todas las ricas facetas que la Fiesta puede ofrecer. Torero, ganadero, empresario, apoderado etcétera, etcétera. Ya apareció somera cuenta de esta tragedia al hablar de la gloria del Algabeño con los toros de Miura, que en definitiva, de eso se teje la leyenda de la divisa famosa: ¡Miuras...! Más de un siglo de gloria y de tragedia. Toreaba aquella corrida Dominguín mano a mano con José García (Algabeño). El toro primero, como decimos, llamado por otros Receptor, cogió al espada madrileño a la salida de una vara y le infirió una cornada gravísima de la que el infortunado torero murió horas después. El toro que hirió de muerte a Domingo del Campo (Dominguín), ha pasado a todos los relatos con el nombre de Desertor; en los archivos de la vacada está anotado de esta manera. No obstante el empresario catalán - luego famoso en el mundo taurino de España- , Eduardo Pagés, tuvo la curiosidad de mirar la hoja técnica de reconocimiento de aquella corrida y en ella figuraba el toro con el nombre de Receptor. Algún mal entendido hubo en la denominación de un toro que iba a ser célebre. Naturalmente nos inclinamos por el nombre con que salió del campo y no por el que ostentaba al lidiarse. 235

MIURA - 2002<br />

8<br />

<strong>Los</strong> <strong>Diestros</strong> <strong>que</strong> <strong>Murieron</strong> <strong>por</strong> <strong>Astas</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>Toros</strong> <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>.<br />

n honor a la verdad, el público<br />

siguió la campaña <strong>que</strong> originó<br />

el multicitado «pleito» montado<br />

<strong>por</strong> Bombita y Machaquito<br />

-como «cabeza <strong>de</strong> cartel»con<br />

interés creciente. Se intensificó<br />

entonces, lógicamente,<br />

la «Leyenda Trágica» <strong>de</strong> los toros <strong>de</strong><br />

<strong>Miura</strong> hasta el extremo <strong>de</strong> <strong>que</strong> empezó a<br />

calificárseles con el sobrenombre <strong>de</strong> los toros<br />

<strong>de</strong> la muerte, a los terroríficos miuras. Se<br />

refrescó la memoria infausta <strong>de</strong> Pepete y el<br />

Espartero; <strong>de</strong> Dominguín, <strong>de</strong> Faustino Posada<br />

y <strong>de</strong> Llusío, y parecían haber <strong>que</strong>ado en el<br />

olvido los <strong>de</strong> otros muchos toreros <strong>que</strong> también<br />

encontraron la muerte en el ejercicio <strong>de</strong><br />

la profesión.<br />

Siguiendo a don Enri<strong>que</strong> Vila, si bien<br />

manteniendo la lista <strong>de</strong> los infortunados diestros<br />

<strong>por</strong> estricto or<strong>de</strong>n alfabético, <strong>de</strong>bido a su<br />

interesantísimo relato, <strong>que</strong> en modo alguno<br />

podría realizar mejor <strong>que</strong> él, voy a transcribir<br />

sólo muy parcialmente las páginas <strong>que</strong> aparecen<br />

en su libro ya señalado, <strong>de</strong> la 200 a la<br />

298; si bien, al final <strong>de</strong> los relatado <strong>por</strong> cada<br />

diestro fallecido, me permitiré agregar la Cronología<br />

humana y artística <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong><br />

ellos, para <strong>que</strong> así el lector tenga una visión<br />

general más completa, estilo Nicolás Salas.<br />

He <strong>de</strong> comenzar <strong>por</strong> ello con Domingo <strong>de</strong>l<br />

Campo, no sin antes recordar a los lectores,<br />

una vez más, <strong>que</strong> las reses <strong>de</strong> <strong>Miura</strong> han sido<br />

siempre «los toros <strong>de</strong> la gloria» y <strong>que</strong>, <strong>por</strong><br />

tanto, este capítulo <strong>que</strong> se incia es la antítesis<br />

<strong>de</strong> a<strong>que</strong>l en <strong>que</strong> relacionamos los diestros<br />

<strong>que</strong> alcanzaron los mayores triunfos <strong>de</strong><br />

su vida torera con los <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>:<br />

CAMPO Alcaraz (Domingo <strong>de</strong>l.),<br />

Dominguín. El día (07-10-1900), en corrida extraordinaria,<br />

última <strong>de</strong> la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> a<strong>que</strong>l<br />

año, en Barcelona, cayó mortalmente herido<br />

<strong>por</strong> el toro <strong>que</strong> abrió plaza, <strong>que</strong> llevó el nombre<br />

<strong>de</strong> Desertor, el espada al principio señalado,<br />

<strong>que</strong> fue el primero <strong>que</strong> ostentó el apodo, <strong>que</strong><br />

luego, otros madrileños como él, harían famoso<br />

en todas las ricas facetas <strong>que</strong> la Fiesta<br />

pue<strong>de</strong> ofrecer.<br />

Torero, gana<strong>de</strong>ro, empresario, apo<strong>de</strong>rado<br />

etcétera, etcétera. Ya apareció somera<br />

cuenta <strong>de</strong> esta tragedia al hablar <strong>de</strong> la gloria<br />

<strong>de</strong>l Algabeño con los toros <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>, <strong>que</strong> en<br />

<strong>de</strong>finitiva, <strong>de</strong> eso se teje la leyenda <strong>de</strong> la divisa<br />

famosa: ¡<strong>Miura</strong>s...! Más <strong>de</strong> un siglo <strong>de</strong> gloria<br />

y <strong>de</strong> tragedia. Toreaba a<strong>que</strong>lla corrida<br />

Dominguín mano a mano con José García<br />

(Algabeño). El toro primero, como <strong>de</strong>cimos,<br />

llamado <strong>por</strong> otros Receptor, cogió al espada<br />

madrileño a la salida <strong>de</strong> una vara y le infirió<br />

una cornada gravísima <strong>de</strong> la <strong>que</strong> el infortunado<br />

torero murió horas <strong>de</strong>spués.<br />

El toro <strong>que</strong> hirió <strong>de</strong> muerte a Domingo<br />

<strong>de</strong>l Campo (Dominguín), ha pasado a todos<br />

los relatos con el nombre <strong>de</strong> Desertor; en<br />

los archivos <strong>de</strong> la vacada está anotado <strong>de</strong> esta<br />

manera. No obstante el empresario catalán -<br />

luego famoso en el mundo taurino <strong>de</strong> España-<br />

, Eduardo Pagés, tuvo la curiosidad <strong>de</strong> mirar<br />

la hoja técnica <strong>de</strong> reconocimiento <strong>de</strong> a<strong>que</strong>lla<br />

corrida y en ella figuraba el toro con el nombre<br />

<strong>de</strong> Receptor. Algún mal entendido hubo<br />

en la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> un toro <strong>que</strong> iba a ser<br />

célebre. Naturalmente nos inclinamos <strong>por</strong> el<br />

nombre con <strong>que</strong> salió <strong>de</strong>l campo y no <strong>por</strong> el<br />

<strong>que</strong> ostentaba al lidiarse.<br />

235


MIURA - 2002<br />

La cogida <strong>de</strong> Dominguín se produjo a<br />

la salida <strong>de</strong> la vara segunda y fue inevitable,<br />

al igual <strong>que</strong> la <strong>de</strong> Pepete. Hallábase el diestro<br />

dispuesto para el quite mientras el toro entraba<br />

al caballo. Supuso Dominguín <strong>que</strong> el animal<br />

recargaría en el puyazo segundo, como<br />

lo había hecho en el primero, y la verdad es<br />

<strong>que</strong> no cuidó mucho su colocación... vuelvo<br />

a lo mismo: no tuvieron en cuenta a<strong>que</strong>llos<br />

infortunados toreros, <strong>que</strong> no <strong>de</strong>bían <strong>de</strong> estar<br />

muy cerca <strong>de</strong> los miuras cuando éstos son<br />

picados. Ya tendría tiempo <strong>de</strong> situarse mientras<br />

el toro aguantaba la puya. Pero el animal<br />

se dolió al castigo y salió suelto <strong>de</strong> la suerte,<br />

tropezando en su huída con Dominguín, al <strong>que</strong><br />

ni siquiera dio tiempo a <strong>de</strong>splegar el capote.<br />

He aquí lo <strong>que</strong> respecto <strong>de</strong>l triste<br />

suceso escribió en Sol y Sombra el eminente<br />

crítico barcelonés Franco <strong>de</strong>l Río:<br />

«Admitió el toro la primera vara estando<br />

al quite Algabeño, <strong>que</strong> escuchó aplausos.<br />

Luego se arrancó el bicho a Moreno y<br />

Dominguín, <strong>que</strong> estaba colocado a la<br />

izquierda <strong>de</strong>l caballo, creyendo <strong>que</strong> el toro<br />

recargaría, corrió a colocarse a la cola <strong>de</strong>l<br />

miureño, para esperar <strong>que</strong> doblara y en esta<br />

forma hacer el quite; pero el bicho en vez <strong>de</strong><br />

recargar, se dolió al hierro y al ir Dominguín a<br />

hacer el quite salió suelto y la huída encontró<br />

al espada, <strong>que</strong> no tuvo tiempo <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse,<br />

siendo enganchado <strong>por</strong> la ingle izquierda,<br />

atravesando el capote todo el asta izquierda<br />

<strong>de</strong> Desertor, recibiendo el pobre Dominguín<br />

una terrible cornada.<br />

El miureño dobló con el infeliz torero<br />

en la cabeza, lo zamarreó y lo arrojó en tierra,<br />

en el tercio frente a la puerta llamada <strong>de</strong><br />

caballos y al ir nuevamente a meter la cabeza<br />

se interpuso el Algabeño con el capote y lo<br />

impidió, en tanto varios empleados <strong>de</strong> la plaza<br />

recogían el cuerpo <strong>de</strong> Dominguín casi sin<br />

vida...» En la misma crónica, el señor Franco<br />

<strong>de</strong>l Río coinci<strong>de</strong> más a<strong>de</strong>lante con lo escrito<br />

<strong>por</strong> otros periodistas, en <strong>que</strong> la cogida <strong>de</strong><br />

Dominguín fue totalmente inevitable.<br />

Des<strong>de</strong> los primeros momentos la impresión<br />

producida en la plaza era <strong>de</strong> <strong>que</strong> se<br />

236<br />

trataba <strong>de</strong> una cornada gravísima. Apenas<br />

había terminado la lidia <strong>de</strong>l toro segundo<br />

empezó a circular <strong>por</strong> los gra<strong>de</strong>ríos el texto<br />

<strong>de</strong>l lacónico parte dado a conocer <strong>por</strong> el doctor<br />

Raventós, médico <strong>de</strong> la plaza. Éste en<br />

unión <strong>de</strong>l cirujano Sr. Castro reconocieron al<br />

herido tan pronto ingresó en la enfermería. El<br />

parte <strong>de</strong>cía <strong>de</strong> esta manera:<br />

«El espada Domingo <strong>de</strong>l Campo<br />

(Domin-guín) ha sufrido una herida penetrante<br />

en la región inguinal izquierda, con rotura <strong>de</strong><br />

la vena safena, <strong>de</strong> 17 centímetros <strong>de</strong> profundidad.<br />

Abundante hemorragia. Pronóstico<br />

gravísimo.»<br />

El Algabeño -hombre <strong>de</strong> gran temple-<br />

, no perdió la serenidad ni un instante. Antes<br />

al contrario, se remontó <strong>por</strong> encima <strong>de</strong> la tragedia<br />

y llevó toda la corrida a un tren verda<strong>de</strong>ramente<br />

colosal. Sabía perfectamente el<br />

estado <strong>de</strong>l compañero, <strong>por</strong><strong>que</strong> había visto la<br />

cornada cuando lo llevaban a la enfermería y<br />

<strong>por</strong><strong>que</strong> vió salir <strong>de</strong> ella a los subalternos <strong>de</strong><br />

Dominguín en lágrimas.<br />

<strong>Los</strong> ban<strong>de</strong>rilleros <strong>de</strong> Algabeño,<br />

trataban <strong>de</strong> quitar im<strong>por</strong>tancia a la cornada,<br />

pero José estaba seguro <strong>que</strong> lo <strong>que</strong> le dictaba<br />

su intuición era la verdad. Dominguín o se<br />

había muerto, o se estaba muriendo. Ya <strong>que</strong>dó<br />

dicho cómo acabó a<strong>que</strong>lla infausta corrida<br />

para Dominguín en el haber artístico <strong>de</strong><br />

Algabeño. El mayor triunfo <strong>de</strong> su vida <strong>de</strong> torero.<br />

Seis toros <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>, seis estocadas, cuatro<br />

orejas. Una jornada apoteósica. La gente<br />

lo sacó en hombros al final. Algabeño fue a la<br />

fonda, se cambió el traje <strong>de</strong> torear y volvió<br />

nuevamente a la plaza. Dominguín se hallaba<br />

ya en periodo preagónico. Con <strong>de</strong>licado rumbo<br />

y admirable generosidad, el Algabeño dispuso<br />

<strong>que</strong> los mejores médicos <strong>de</strong> Barcelona<br />

acudieran allí para intentar salvar la vida <strong>de</strong>l<br />

compañero. El sufragaría todos los gastos <strong>que</strong><br />

fuesen necesarios.<br />

Poco tiempo <strong>de</strong>spués ante la misma<br />

mesa <strong>de</strong> operaciones <strong>de</strong> la enfermería <strong>de</strong> la<br />

plaza, se reunían los doctores Es<strong>que</strong>rdo,<br />

Car<strong>de</strong>nal, Raventós y Castro. Algabeño<br />

escuchó <strong>de</strong> labios <strong>de</strong>l primero, una vez


MIURA - 2002<br />

La cogida <strong>de</strong> «Dominguín» se produjo a la salida <strong>de</strong> la vara segunda y fue <strong>de</strong> todo punto<br />

inevitable, al igual <strong>que</strong> la <strong>de</strong> «Pepete.» Hallábase el diestro dispuesto para el quite<br />

mientras el toro entraba al caballo. Supuso Dominguín <strong>que</strong> el animal recargaría en el<br />

puyazo segundo, ya <strong>que</strong> lo había hecho en el primero, y la verdad es <strong>que</strong> no había<br />

cuidado mucho su colocación... vuelvo a lo mismo: no tuevieron en cuenta a<strong>que</strong>llos<br />

infortunados toreros, <strong>que</strong> no <strong>de</strong>bían <strong>de</strong> estar muy cerca <strong>de</strong> los miuras cuando éstos son<br />

picados. Ya tendría tiempo <strong>de</strong> situarse mientras el toro aguantaba la puya. Pero el animal<br />

se dolió al castigo y se salió suelto <strong>de</strong> la suerte, tropezando en su huída con Dominguín,<br />

al <strong>que</strong> ni siquiera dio tiempo a <strong>de</strong>splegar el capote.<br />

237


MIURA - 2002<br />

terminada la consulta, <strong>que</strong> no era posible<br />

hacer nada para salvar la vida <strong>de</strong> Domingo<br />

<strong>de</strong>l Campo (Dominguín).<br />

Todo lo <strong>que</strong> podía hacerse era<br />

someterle a una operación quirúrgica <strong>de</strong> la<br />

<strong>que</strong> el paciente no saldría vivo. Media hora<br />

más tar<strong>de</strong> Dominguín <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> existir <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> haber recibidos todos los auxilios <strong>de</strong><br />

la religión. Antes <strong>de</strong> morir había repetido<br />

muchas veces los nombres <strong>de</strong> sus padres y<br />

hermanos y pidió un beso en representación<br />

<strong>de</strong> ellos al picador Badila, <strong>que</strong> se hallaba muy<br />

próximo a la cabecera.<br />

Algabeño salió <strong>de</strong> la enfermería, pero<br />

no se fue <strong>de</strong> la plaza. Esperó a <strong>que</strong> el cadáver<br />

<strong>de</strong>l compañero fuese instalado en la Capilla.<br />

Se acercó al espada muerto y tras una<br />

oración conmovedora, lo besó en la frente.<br />

<strong>Los</strong> testigos <strong>de</strong> a<strong>que</strong>lla escena <strong>de</strong> admirable<br />

ternura no podían compaginar la recia figura<br />

<strong>que</strong> era protagonista <strong>de</strong> ella, en a<strong>que</strong>llos<br />

instantes aureolada <strong>de</strong> tanta afabilidad y dulzura,<br />

con la <strong>de</strong>l <strong>que</strong> unas horas antes había<br />

<strong>de</strong>spachado <strong>de</strong> otras tantas estocadas a seis<br />

toros <strong>de</strong> <strong>Miura</strong> <strong>de</strong> imponente presencia. José<br />

García prometió <strong>que</strong> no se separaría <strong>de</strong>l<br />

cadáver <strong>de</strong> Dominguín hasta <strong>de</strong>jarlo enterrado<br />

en el cementerio <strong>de</strong> Madrid. Cumplió extensamente<br />

lo prometido.<br />

Nunca olvidó Madrid este rasgo <strong>de</strong> generosidad<br />

<strong>de</strong> Algabeño. Nunca en lo <strong>que</strong> le<br />

<strong>que</strong>dó <strong>de</strong> torero, <strong>de</strong>jó José García <strong>de</strong> contar<br />

con el aliento y el apoyo <strong>de</strong> la afición <strong>de</strong> la<br />

capital <strong>de</strong> España. Dispuso el torero sevillano<br />

para su compañero y a sus expensas -el<br />

pobre Dominguín no <strong>de</strong>bería andar muy<br />

sobrado <strong>de</strong> recursos-, las honras fúnebres<br />

más solemnes y el martes, terminado el embalsamamiento<br />

<strong>de</strong>l cadáver fue éste trasladado<br />

a Madrid en tren, al cual subió también<br />

Algabeño acompañado <strong>de</strong> los familiares y amigos<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>sgraciado Dominguín.<br />

Así se cerró, con profundo humanismo,<br />

otra tragedia <strong>de</strong> la gana<strong>de</strong>ría <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>,<br />

en la <strong>que</strong>, <strong>por</strong> paradoja <strong>de</strong> la Fiesta, había<br />

encontrado gloria imperece<strong>de</strong>ra un torero distinto<br />

<strong>de</strong>l protagonista <strong>de</strong> a<strong>que</strong>lla. La leyenda<br />

238<br />

negra siguió su curso... al compás inseparable<br />

con la gloria triunfal <strong>de</strong> otro diestro con los<br />

mismos toros <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>.<br />

Un comentario final. La <strong>de</strong>sgraciada<br />

muerte <strong>de</strong> un diestro <strong>que</strong> pudo alcanzar<br />

in<strong>de</strong>cible gloria en la tauromaquia, se produjo<br />

<strong>por</strong> una negligencia clarísima: <strong>de</strong>sconocimiento,<br />

<strong>por</strong> un lado, <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, agilidad y<br />

prontitud en reaccionar <strong>de</strong> los <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>s; y en<br />

segundo lugar, <strong>por</strong><strong>que</strong> los matadores hacen<br />

mal colocándose a corta distancia <strong>de</strong> los picadores<br />

mientras realizan su suerte, <strong>por</strong><strong>que</strong>,<br />

al tener los capotes recogidos, para no llamar<br />

la atención <strong>de</strong>l toro durante la pica, ocurre<br />

<strong>que</strong>, si están muy cerca <strong>de</strong>l toro, no tienen<br />

tiempo para <strong>de</strong>splegar el capote, ya <strong>que</strong> para<br />

ello necesitan unos segundos y muchas veces<br />

los toros salen, si son mansos, como<br />

catapultados <strong>por</strong> el peto y en menos <strong>de</strong> dos<br />

segundos han recorrido en la huída unos seis<br />

metros, arrollándolo todo a su paso.<br />

CRONOLOGÍA <strong>de</strong> DEL CAMPO<br />

1873: El 12 <strong>de</strong> junio, nació en Madrid Domingo<br />

<strong>de</strong>l Campo Alcaraz (Dominguín). Hijo <strong>de</strong><br />

familia pobre, en cuanto tuvo edad para<br />

trabajar entró en un taller <strong>de</strong> cerrajería, en el<br />

<strong>que</strong> se hacían muchas ban<strong>de</strong>rillas, puyas,<br />

rejones y espadas. Ahí le nació el entusiasmo.<br />

1893: Dominguín, al cumplir los veinte años<br />

<strong>de</strong> edad y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> azarosas correrías<br />

toreando <strong>por</strong> los pueblos <strong>de</strong> Castilla y <strong>de</strong><br />

figurar <strong>por</strong> algún tiempo como ban<strong>de</strong>rillero en<br />

la cuadrilla <strong>de</strong> Cándido Martínez (el<br />

Mancheguito), toreó en Moratalazar.<br />

El 17 <strong>de</strong> diciembre, pisó <strong>por</strong> primera<br />

vez el coso <strong>de</strong> Madrid, toreando una novillada<br />

<strong>de</strong>l con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Patilla, esto<strong>que</strong>ando a su novillo,<br />

<strong>de</strong> nombre Bilbaíno, muy malamente. Pero<br />

co-menzó a ser conocido.<br />

1896: Habiendo llegado a Sevilla el rumor<br />

<strong>de</strong> su popularidad, estuvo a punto <strong>de</strong> torear,<br />

pero un compañero, Félix Velasco, quiso figurar<br />

antes <strong>que</strong> él en el cartel y Dominguín


no lo aceptó y perdió la ocasión. Pero toreó<br />

en una gran cantidad <strong>de</strong> plazas en España y<br />

Francia.<br />

1898: El 28 <strong>de</strong> octubre, tomó la alternativa<br />

en Madrid <strong>de</strong> manos <strong>de</strong> Antonio Moreno<br />

(Torerito), alternando a<strong>de</strong>más con Antonio<br />

Moreno (Lagartijillo). Escuchó muchos<br />

aplausos al torear bien, pero no fue incluido<br />

en las corridas <strong>de</strong> abono <strong>de</strong>l año siguiente...<br />

pero toreó.<br />

1899: El 23 <strong>de</strong> abril, pese a no figurar en los<br />

carteles <strong>de</strong> Madrid, toreó en la Corte<br />

substitutendo a Guerrita, <strong>que</strong> había caído enfermo.<br />

Tuvo una <strong>de</strong> sus mejores tar<strong>de</strong>s, alternando<br />

con Torerito y Parrao, esto<strong>que</strong>ando<br />

toros <strong>de</strong> Anastasio Martín. Fue el heroe <strong>de</strong><br />

a<strong>que</strong>lla corrida.<br />

El (24-09-1899), Dominguín volvió a<br />

torear en Madrid, alternando con el Algabeño<br />

y Ricardo Torres (Bombita Chico), <strong>que</strong> tomó<br />

a<strong>que</strong>lla tar<strong>de</strong> la allternativa.<br />

El 8 <strong>de</strong> octubre toreó nuevamente en<br />

Madrid. Alternó con Algabeño y Antonio Fuentes.<br />

Mató a su segundo <strong>de</strong> un volapié... y <strong>por</strong><br />

corrida iba ganando en conocimientos y eliminando<br />

<strong>de</strong>fectos.<br />

1900: Este año toreó corridas en Francia.<br />

El (07-10-1900) se celebró en Barcelona<br />

una corrida <strong>de</strong> toros con ganado <strong>de</strong> don<br />

Eduardo I <strong>Miura</strong>, en la <strong>que</strong> actuaron José<br />

García (Algabeño) y Dominguín. Salió el<br />

primer toro, Desertor, negro, y tomó una vara<br />

<strong>de</strong> Cabeza <strong>de</strong> Dios (<strong>de</strong> tanda con Moreno y<br />

Badila). Se arrancó la res a Moreno, y<br />

Dominguín se situó a la cola <strong>de</strong>l <strong>de</strong> <strong>Miura</strong> dispuesto<br />

a hacer el quite; pero el cornúpeto se<br />

dolió al castigo, salió rechazado a gran velocidad<br />

y al huir encontró en su camino al<br />

espada <strong>que</strong>, no teniendo tiempo ni <strong>de</strong> <strong>de</strong>splegar<br />

el capote, recibió una tremenda cornada<br />

en la ingle. Lo <strong>de</strong>más ya es conocido <strong>por</strong> el<br />

lector.<br />

MIURA - 2002<br />

CANET (Mariano) Llusio, siguió<br />

cronológicamente a la tragedia <strong>de</strong> Pepete y<br />

abece-dariamente a la <strong>de</strong> Dominguín. Mariano<br />

fue un mo<strong>de</strong>sto ban<strong>de</strong>rillero valenciano, y el<br />

fatal <strong>de</strong>senlace acaeció también en la plaza<br />

<strong>de</strong> Madrid. El toro <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>, <strong>de</strong> nombre<br />

Chocero le dio tan terrible cornada <strong>que</strong> lo <strong>de</strong>jó<br />

muerto en la misma plaza.<br />

Fue el triste suceso el día (23-05-<br />

1875). Llusio no <strong>de</strong>bía ser torero <strong>que</strong> hiciera<br />

tem<strong>por</strong>adas regulares, pues el día <strong>de</strong> su<br />

trágica muerte toreaba en Madrid <strong>por</strong> recomendaciones<br />

<strong>de</strong> unos amigos a los<br />

matadores <strong>de</strong> toros Frascuelo y Cara-Ancha,<br />

<strong>que</strong> alternaban en la lidia y muerte <strong>de</strong> la corrida<br />

en <strong>que</strong> estaba incluido Chocero.<br />

Llusio fue cogido al poner ban<strong>de</strong>rillas.<br />

Se <strong>que</strong>dó en la cara <strong>de</strong>l toro al consumar la<br />

suerte y el toro no tuvo más <strong>que</strong> empujar para<br />

<strong>de</strong>jarlo caer a tierra. El infortunado ban<strong>de</strong>rillero,<br />

con evi<strong>de</strong>nte impru<strong>de</strong>ncia, intentó levantarse<br />

teniendo el toro encima. El animal hizo<br />

<strong>por</strong> él con un <strong>de</strong>rrote tan certero <strong>que</strong> le partió<br />

la yugular. No hubo absolutamente nada <strong>que</strong><br />

hacer en la enfermería, cuando llevaron al <strong>de</strong>sdichado<br />

rehiletero. Sólo administrarle los últimos<br />

sacramentos. Al parecer ingresó en ella<br />

ya cadáver.<br />

«No <strong>que</strong>remos, recalcando los hechos<br />

o poniéndolos en claro enteramente, sostener<br />

la teoría <strong>de</strong> <strong>que</strong> los toros <strong>de</strong> <strong>Miura</strong> <strong>de</strong> entonces<br />

eran inocentes y las víctimas <strong>de</strong> ellos se<br />

entregaron a sus cuernos <strong>por</strong> las buenas y<br />

<strong>por</strong> efecto <strong>de</strong> una torpeza impru<strong>de</strong>nte, no, no»,<br />

dice don Enri<strong>que</strong> Vila.<br />

Pero, sí es bueno <strong>de</strong>tallar, <strong>de</strong> acuerdo<br />

con los relatos <strong>de</strong> la época, cómo se<br />

produjeron los tristes sucesos <strong>de</strong> <strong>que</strong> vamos<br />

dando cuenta. Ya <strong>que</strong> comentado <strong>que</strong> Pepete<br />

no hizo nada <strong>por</strong> cambiar el terreno <strong>de</strong>l toro<br />

cuando éste se le venía encima, encelado <strong>por</strong><br />

la pelea con el picador. Llusio intentó<br />

levantarse en la misma cara <strong>de</strong>l toro cuando<br />

todo el mundo sabe <strong>que</strong> es norma elemental<br />

permanecer quieto, si hay alguna posibilidad<br />

<strong>de</strong> <strong>que</strong> el animal acometa <strong>de</strong> cerca. Es posible<br />

<strong>que</strong> se dé en esta nota con más fortaleza<br />

239


MIURA - 2002<br />

<strong>que</strong> en ninguna otra <strong>de</strong> la lidia <strong>de</strong> reses bravas<br />

la tesis <strong>de</strong>l profesor veterinario Sanz<br />

Egaña, <strong>de</strong> <strong>que</strong> «el toro no embiste para acometer,<br />

sino para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> lo <strong>que</strong> él<br />

estima <strong>que</strong> le acometerá si no lo <strong>de</strong>struye.»<br />

Como afirma don José María <strong>de</strong><br />

Cossío, la cogida representa uno <strong>de</strong> los mayores<br />

fracasos <strong>que</strong> el torero pue<strong>de</strong> tener ante<br />

el toro, <strong>que</strong>, en todo caso, <strong>de</strong>be estar a merced<br />

<strong>de</strong>l mando <strong>de</strong> aquél. En el trastue<strong>que</strong> <strong>de</strong><br />

papeles se halla la raíz <strong>de</strong> ese fracaso. Es<br />

cierto, como afirmaba Belmonte, <strong>que</strong> «el toro<br />

<strong>de</strong> <strong>Miura</strong> era el <strong>de</strong> más sentido <strong>que</strong> se lidiaba<br />

en los últimos años <strong>de</strong>l siglo pasado y primeros<br />

<strong>de</strong>l siglo presente.»<br />

Este sentido, <strong>por</strong> muy alto nivel <strong>que</strong><br />

tenga, no <strong>de</strong>be superar jamás el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la<br />

inteligencia, <strong>de</strong> la <strong>de</strong>streza y <strong>de</strong>l sentido<br />

artístico <strong>de</strong>l torero. Viene a estos efectos muy<br />

a<strong>de</strong>cuadamente una anécdota belmontina <strong>de</strong><br />

su última etapa <strong>de</strong> torero. Como alguien le<br />

reprochase amigablemente <strong>que</strong> toreara,<br />

poseso como estaba <strong>de</strong> una fortuna cuantiosa<br />

<strong>que</strong> le permitiría vivir holgadamente y <strong>de</strong><br />

una gloria difícilmente superable, Belmonte le<br />

objetó sentencioso:<br />

240<br />

-No pases apuros. No me pue<strong>de</strong>n<br />

coger los toros, <strong>por</strong><strong>que</strong> yo no me equivoco<br />

toreándolos.<br />

No mucho <strong>de</strong>spués sufrió en Barcelona<br />

-lo mismo y en la misma plaza le ocurrió<br />

en otro <strong>de</strong>scuido a Domingo López Ortega-,<br />

la comada <strong>que</strong> le previno <strong>de</strong> <strong>que</strong> cuando los<br />

toreros se ponen en el sitio en <strong>que</strong> los toros<br />

cogen, cogen al más sabio, según la tesis <strong>de</strong><br />

Ricardo Torres (Bombita). Y este amigo fue a<br />

ver a Belmonte, el cual le dijo antes <strong>de</strong> <strong>que</strong><br />

empezara a hablar:<br />

-Yo no me equivoqué. Se equivocó<br />

el toro.<br />

Una y otra vez se habla y escribe <strong>de</strong>l<br />

«sentido» <strong>de</strong> los toros, pero nadie se atrevió<br />

nunca a <strong>de</strong>cir <strong>que</strong> ese sentido se basa en un<br />

<strong>de</strong>spligue certero <strong>de</strong> naturaleza reflexiva <strong>que</strong><br />

tiene lugar en un área cerebral intermedia<br />

entre el instinto y la subcorteza cerebral; luego<br />

el toro, premeditadamente, sobre todo los <strong>de</strong><br />

más sentido, <strong>de</strong>termina mediante un acto<br />

intelectivo lo <strong>que</strong> <strong>de</strong>be hacer para <strong>de</strong>struir el<br />

bulto <strong>que</strong> le trata <strong>de</strong> vencer, <strong>de</strong>sestimando el<br />

Cogida mortal <strong>de</strong> Mariano Canet, Llusío. Iustración <strong>de</strong> José Chaves.<br />

«La Lidia» (13-06-1887).


movimiento <strong>de</strong> la capa o <strong>de</strong> la muleta. Muchos<br />

toros apren<strong>de</strong>n a discenir el día <strong>de</strong> la tienta<br />

<strong>que</strong> su enemigo es el hombre y cuando tienen<br />

mucho sentido no se <strong>de</strong>jan engañar con<br />

los trapos y menos cuando los toreros no se<br />

cubren bien y ellos ven totalmente el cuerpo<br />

<strong>de</strong> torero.<br />

CARREÑO (Pedro). El día (21-05-<br />

1930) se dio en la linda ciudad <strong>de</strong> Écija una<br />

corrida <strong>de</strong> novillos con motivo <strong>de</strong> su tradicional<br />

feria, una <strong>de</strong> las más renombradas <strong>de</strong> la feraz<br />

comarca <strong>de</strong> <strong>que</strong> la «Ciudad <strong>de</strong> las bellas<br />

torres» es centro. Don Enri<strong>que</strong> Vila iba a Écija<br />

a esta feria <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>que</strong> se ocupó <strong>de</strong> su «re<br />

taurina». Le encantaba el viaje y la estancia.<br />

Écija es una <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s más acogedoras<br />

<strong>de</strong> Andalucía, llena <strong>de</strong> un señorío <strong>que</strong> inmortalizó<br />

el maestro Eugenio d’Ors en un<br />

soneto maravilloso <strong>que</strong>, <strong>por</strong> el fondo y la forma,<br />

hubiera podido ser firmado <strong>por</strong> Góngora. Ese<br />

soneto está esculpido en letras <strong>de</strong> oro en la<br />

fachada principal <strong>de</strong>l Ayuntamiento astigitano.<br />

Muchas veces en su vida llegó hasta allí Vila<br />

simplemente <strong>por</strong> el encanto <strong>de</strong> a<strong>que</strong>llos<br />

versos...<br />

«Écija al sol, Venecia en plena luna<br />

.........................................................<br />

Que Écija archiva sol cada mañana<br />

como la crisolinfa paladiana<br />

en su apretada carne la aceituna.»<br />

........................................................<br />

¡Qué gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> expresión...!, exclamaba<br />

don Enri<strong>que</strong> Vila.<br />

Este servidor <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s también<br />

visitó Écija (Sevilla) en muchas ocasiones.<br />

Era en a<strong>que</strong>llos años <strong>de</strong> 1950 pasó obligado<br />

entre Sevilla y Córdoba, en la carretera<br />

Nacional IV, entre Madrid y Cádiz. Casi treinta<br />

años <strong>de</strong>spués una mo<strong>de</strong>rna autovía cambió<br />

a<strong>que</strong>l primitivo trazado, pero hay <strong>que</strong> seguir<br />

cruzando el río Genil, <strong>que</strong> <strong>de</strong>ja a la ciudad en<br />

su margen izquierdo. A Écija se la conoce<br />

con el «sartén <strong>de</strong> Andalucía» y, efectivamente,<br />

su canícula es algunos años excesivamente<br />

rigurosa. Uno <strong>de</strong> esos verano estuve en<br />

MIURA - 2002<br />

ella con el siempre felizmente recordado y<br />

generoso compa-ñero veterinario multicitado,<br />

doctor Luis Mardones Sevilla... <strong>que</strong> nació para<br />

ser un hombre con una preparación científica<br />

y <strong>de</strong> erudición formidables ¡y político <strong>de</strong> altas<br />

miras! Él sabía <strong>de</strong> ese soneto <strong>de</strong> Don Eugenio<br />

y en pleno calor fuímos a leerlo... y <strong>de</strong> ahí, sin<br />

per<strong>de</strong>r el paso, bajo el agobiante sol, pasamos<br />

a un restaurante <strong>de</strong> su bella plaza, don<strong>de</strong> el<br />

fresco <strong>de</strong> las construcciones árabes nos<br />

calmó <strong>de</strong>l calor y <strong>de</strong>l hambre.<br />

En a<strong>que</strong>lla excursión con el doctor<br />

Mardo-nes Sevilla íbamos organizando la <strong>que</strong><br />

días <strong>de</strong>spués harían <strong>por</strong> toda Andalucía los<br />

miembros <strong>de</strong>l XIV Congreso Internacional <strong>de</strong><br />

la Unión <strong>de</strong> Estudiantes <strong>de</strong> Veterinaria, <strong>que</strong><br />

se celebró en la bella ciudad <strong>de</strong> Córdoba, <strong>de</strong><br />

la <strong>que</strong> él fue el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l evento y este<br />

autor el Secretario General.<br />

En el célebre cortijo <strong>de</strong> Bolaños, entonces<br />

<strong>de</strong> nuestro <strong>que</strong>rido amigo don José<br />

Luis Osbor-ne Váz<strong>que</strong>z (q.e.p.d), ubicado en<br />

el término <strong>de</strong> El Puerto <strong>de</strong> Santa María (Cádiz),<br />

y <strong>por</strong> gentileza <strong>de</strong> las famosas Bo<strong>de</strong>gas<br />

Osborne, se les ofreció a los estudiantes <strong>de</strong><br />

unas 14 naciones, una tienta y un suculento<br />

almuerzo. En la tienta se encontraba el<br />

matador <strong>de</strong> toros Rafael Ortega y a la comida<br />

nos acompañó el famoso escritor gaditano<br />

don José María Pemán, entre otras<br />

personalida<strong>de</strong>s.<br />

Écija es una ciudad muy antigua; se<br />

supone <strong>que</strong> la fundaron los primeros pobladores<br />

<strong>de</strong> la Península, progresando bajo el<br />

dominio <strong>de</strong> griegos, celtas y romanos. Roma<br />

la conoció con el nombre <strong>de</strong> Astigis, y fue tan<br />

adicta a la causa romana, <strong>que</strong> César la honró<br />

con el título <strong>de</strong> Colonia Julia Augusta Firme.<br />

<strong>Los</strong> visigodos y árabes contribuyeron<br />

también a su esplendor. El año 1240 fue reconquistada<br />

<strong>por</strong> los ejércitos cristianos <strong>de</strong><br />

Fernando III el Santo, <strong>de</strong>jando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces<br />

<strong>de</strong> ser ciudad árabe; y a principios <strong>de</strong> la guerra<br />

para la conquista <strong>de</strong> Granada residió en ella<br />

provisionalmente la reina Isabel la Católica.<br />

Cuenta con hermosos edificios y numerosas<br />

torres, especiamente el templo <strong>de</strong> Santiago<br />

241


MIURA - 2002<br />

es un monumento religioso interesantísimo,<br />

notable ejemplar gótico <strong>de</strong>l siglo XV.<br />

<strong>Los</strong> anteriores párrafos han tenido <strong>por</strong><br />

finalidad sacar tantito a los lectores, en<br />

expresión zacatecana, <strong>de</strong> tantas tragedias,<br />

para concluir és-te señalando el hecho <strong>de</strong> <strong>que</strong><br />

en esa ciudad tan ancestral en la historia <strong>de</strong><br />

España como hermosa, nacieron los en<br />

a<strong>que</strong>llos tiempos <strong>de</strong> principio <strong>de</strong>l siglo XIX<br />

fueron «Niños <strong>de</strong> Écija», <strong>que</strong> formaron una<br />

famosa partida <strong>de</strong> bandoleros <strong>que</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1814<br />

a 1818 dominó <strong>por</strong> el terror en las sierras <strong>de</strong><br />

Córdoba y Sevilla. Se componía constantemente<br />

<strong>de</strong> siete individuos <strong>que</strong>, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

enri<strong>que</strong>cerse con sus fechorías, lograron obtener<br />

el indulto y disfrutar en paz el producto<br />

<strong>de</strong> su rapiñas... y no lo fueron menos sa<strong>que</strong>adores<br />

algunos <strong>de</strong>scendientes, como «los<br />

Niños <strong>de</strong> Nerva», encabezados <strong>por</strong> su jefe, el<br />

bandolero Curro González Blanco.<br />

Fue en esa plaza <strong>de</strong> Écija don<strong>de</strong> un<br />

novillo <strong>de</strong> la gana<strong>de</strong>ría <strong>de</strong> <strong>Miura</strong> infirió al<br />

espada Pedro Carreño, <strong>de</strong> Huelva, una<br />

comada <strong>que</strong> le <strong>de</strong>terminó la muerte a los<br />

pocos días. Pedro Carreño, era un torero<br />

mo<strong>de</strong>sto <strong>que</strong> peleaba <strong>por</strong> la gloria con muy<br />

buen son. Había nacido en Huelva y en ella<br />

se hizo torero. Toreaba el día <strong>de</strong> su trágica<br />

cogida con Alberto Bal<strong>de</strong>ras y Palmeño II. La<br />

cogida no había tenido im<strong>por</strong>tancia al parecer;<br />

<strong>de</strong> tal manera, <strong>que</strong> una vez curado <strong>de</strong> primera<br />

intención, en la enfermería <strong>de</strong> la plaza, Pedro<br />

Carreño fue trasladado a Sevilla. <strong>Los</strong> médicos<br />

<strong>que</strong> habían sido avisados pusieron a Carreño<br />

una vacuna antitetánica y el herido continuó<br />

viaje a Huelva.<br />

En el camino sufrió una gran hemorragia<br />

y <strong>por</strong> efecto <strong>de</strong> ella murió en Huelva, el<br />

día 25 <strong>de</strong>l mismo mes <strong>de</strong> mayo. No <strong>de</strong>jó Pedro<br />

Carreño ninguna huella en la torería <strong>de</strong> Onuba,<br />

no le dio tiempo ni a marcarla. Había <strong>de</strong>butado<br />

el año antes al <strong>de</strong> su muerte en la misma<br />

plaza <strong>de</strong> su ciudad natal. Había toreado en<br />

Sevilla con muy buen éxito y ya tenía arreglada<br />

su presentación en Madrid para el mismo mes<br />

<strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> su tragedia. Contaba Pedro<br />

Carreño al morir veintitrés años <strong>de</strong> edad.<br />

242<br />

GARCÍA y Cuesta (Manuel), el<br />

Espartero. He aquí la breve reseña biográfica<br />

<strong>que</strong> <strong>de</strong> el Espartero nos <strong>de</strong>jó don Enri<strong>que</strong> Vila,<br />

tomada como la <strong>de</strong> Pepete, <strong>de</strong> la Historia <strong>de</strong><br />

los matadores <strong>de</strong> toros, <strong>de</strong> D. Ventura Bagues,<br />

sin menosacabo <strong>de</strong> <strong>que</strong> como, en las<br />

restantes figuras, se le ofrezca al lector la<br />

correspondiente Cronología <strong>de</strong>l famoso matador<br />

sevillano.<br />

Manuel García y Cuesta nació en Sevilla,<br />

en el barrio <strong>de</strong> la Alfalfa, el (18-01-1866).<br />

Fue empleado en una espartería <strong>de</strong> dicho<br />

barrio, <strong>de</strong> lo <strong>que</strong> le vino su apodo. Toreó <strong>por</strong><br />

vez primera en la plaza <strong>de</strong> la capital <strong>de</strong><br />

Andalucía el día (12-07-1885), y alternaron con<br />

él Currito Avilés y Manuel Campóo, siendo el<br />

ganado <strong>de</strong> Anastasio Martín. A partir <strong>de</strong> a<strong>que</strong>lla<br />

fecha, en cada novillada crecía la marea<br />

popular <strong>que</strong> había levantado el Espartero, <strong>que</strong><br />

dos meses <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber actuado <strong>por</strong><br />

vez primera en novillada formal, pasó al grado<br />

<strong>de</strong> matador <strong>de</strong> toros en la misma plaza <strong>de</strong><br />

Sevilla. Fue padrino Antonio Carmona Lu<strong>que</strong><br />

(Gordito), y el ganado <strong>de</strong>l marqués <strong>de</strong>l Saltillo.<br />

El toro <strong>de</strong> la cesión <strong>de</strong> trastos se llamó<br />

Carbonero.<br />

Se presentó en Madrid como matador<br />

<strong>de</strong> toros el día 14 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong>l mismo año<br />

1885, pero no entró en la afición <strong>de</strong> la capital<br />

<strong>de</strong> España hasta la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1891,<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber estado ausente <strong>de</strong> Madrid<br />

durante tres años. Toreó en 1892 la cifra <strong>de</strong><br />

67 corridas.<br />

Todas las tem<strong>por</strong>adas anteriores hubo<br />

<strong>de</strong> per<strong>de</strong>r muchas actuaciones <strong>por</strong> cogidas<br />

<strong>que</strong>, aun<strong>que</strong> no muy im<strong>por</strong>tantes, le tenían<br />

apartado <strong>de</strong> los ruedos. Fue matador <strong>de</strong> toros<br />

durante nueve años y, como <strong>de</strong>cimos,<br />

antes, ningún torero <strong>de</strong> los nacidos a la<br />

sombra <strong>de</strong> la Giralda, se vio asistido durante<br />

el profesionalismo, <strong>de</strong>l fervor popular <strong>que</strong> alentó<br />

en todo instante la actuación <strong>de</strong> Manuel<br />

García. Después <strong>de</strong> muerto se hizo muy famoso<br />

un cantar en cuya letra se <strong>de</strong>notaba<br />

bien a las claras el concepto <strong>que</strong> el Espartero<br />

mereció a la afición andaluza; <strong>de</strong>cía la copla:


Manuel García y Cuesta (el Espartero)<br />

MIURA - 2002<br />

La trágica muerte <strong>de</strong> Manuel García (el Espartero) <strong>por</strong> las astas <strong>de</strong>l toro <strong>de</strong><br />

<strong>Miura</strong> «Perdigón», acaecida en la plaza <strong>de</strong> toros <strong>de</strong> Madrid, el día (27-05-<br />

1894), dio a la Leyenda Trágica <strong>de</strong> los toros <strong>de</strong> esta divisa un auge tremendo.<br />

«El Espartero» también tenía su leyenda tejida <strong>por</strong> los hombres <strong>de</strong>l pueblo y<br />

<strong>de</strong>l campo. «Maoliyo», como llamaba casi todo el mundo al popular espada,<br />

era, en sus días, casi un símbolo.<br />

Coplas y romances le habían dado una fama sentimental <strong>que</strong> se aceptaba sin<br />

reservas <strong>por</strong> gente <strong>de</strong> la más diversa condición. Fue «el Espartero» el mito<br />

<strong>que</strong> se opuso, con evi<strong>de</strong>nte error, frente a la inmensidad <strong>de</strong> «Guerrita»; con<br />

el <strong>que</strong>, <strong>por</strong> esta misma razón, toreaba con bastante frecuencia.<br />

«<strong>Los</strong> toritos <strong>de</strong> <strong>Miura</strong><br />

243


MIURA - 2002<br />

244<br />

No le tienen miedo a nada,<br />

Que ha muerto el Espartero,<br />

El <strong>que</strong> mejor los mataba...»<br />

Su Tragedia.<br />

La trágica muerte <strong>de</strong> Manuel García<br />

(el Espartero) entre las astas <strong>de</strong>l toro <strong>de</strong> <strong>Miura</strong><br />

Perdigón, acaecida en la plaza <strong>de</strong> toros <strong>de</strong><br />

Madrid, el día (27-05-1894), dio a la Leyenda<br />

Trágica <strong>de</strong> los toros <strong>de</strong> esta divisa un auge<br />

tremendo. El Espartero también tenía su<br />

leyenda tejida <strong>por</strong> los hombres <strong>de</strong>l pueblo y<br />

<strong>de</strong>l campo. Maoliyo, como llamaba casi todo<br />

el mundo al popular espada, era, en sus días,<br />

casi un símbolo. Coplas y romances le habían<br />

dado una fama sentimental <strong>que</strong> se aceptaba<br />

sin reservas <strong>por</strong> gente <strong>de</strong> la más diversa<br />

condición. Fue el Espartero el mito <strong>que</strong> se<br />

opuso, con evi<strong>de</strong>nte error, frente a la<br />

inmensidad <strong>de</strong> Guerrita; con el <strong>que</strong>, <strong>por</strong> esta<br />

misma razón, toreaba con bastante frecuencia.<br />

Al tiempo <strong>de</strong> producirse la tragedia el<br />

nombre <strong>de</strong> el Espartero tenía conquistado en<br />

todos los medios taurinos españoles,<br />

especialmente en los <strong>de</strong> Despeñaperros hacia<br />

abajo, un predicamento <strong>de</strong> signo distinto al<br />

<strong>que</strong> ganaron todos los buenos toreros anteriores<br />

a él. Sevilla le convirtió en un verda<strong>de</strong>ro<br />

ídolo, y tal vez no sea hiperbólico <strong>de</strong>cir <strong>que</strong><br />

ningún otro torero <strong>de</strong> la historia aventajó en<br />

esto al torero <strong>de</strong> la Alfalfa, irrumpido en el<br />

mundo <strong>de</strong> los toros en plan <strong>de</strong> auténtica<br />

fenomenalidad, en lo <strong>que</strong> ésta significa la<br />

separación <strong>de</strong> todas las normas al uso.<br />

Es fama <strong>que</strong> cuando llegó la hora <strong>de</strong><br />

<strong>que</strong> el Espartero confirmara en Madrid su<br />

alternativa -apenas unos meses <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

haber <strong>de</strong>butado en Sevilla como novillero-, fue<br />

invitado <strong>por</strong> Rafael Molina (Lagartijo) al<br />

padrinazgo. El Califa se negó a ello alegando<br />

<strong>que</strong> «no podría hacer matador <strong>de</strong> toros a un<br />

muchacho <strong>que</strong> no había visto torear nunca».<br />

Era la verdad. El Espartero se había hecho<br />

torero con el aliento <strong>de</strong> la Casa <strong>Miura</strong>. Don<br />

Antonio I <strong>Miura</strong>, jefe <strong>de</strong> ella al tiempo <strong>de</strong> la<br />

iniciación <strong>de</strong> la carrera <strong>de</strong> a<strong>que</strong>l le ayudó<br />

mucho.<br />

Él no tenía ninguna preocupación especial<br />

ante los toros <strong>de</strong> don Antonio I. Precisamente<br />

la última corrida <strong>que</strong> Manuel García<br />

mató en la plaza <strong>de</strong> Sevilla, el día (20-04-<br />

1894), era, pues, <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>, y en ella conquistó<br />

el sevillano un éxito colosal. A su segundo toro,<br />

según rezan las crónicas, le hizo una faena<br />

sensacional, toda sobre la mano izquierda.<br />

El toreo con esta mano, en contra <strong>de</strong> lo <strong>que</strong><br />

la leyenda atribuye a el Espartero, <strong>de</strong><br />

estocadista feliz, era su fuerte. Un día en Sevilla,<br />

viendo el Guerra torear con la mano<br />

izquierda a el Espartero, a un toro muy resabiado,<br />

<strong>de</strong>claró con expresión, <strong>que</strong> dicha <strong>por</strong><br />

el Califa tiene un significado altísimo:<br />

-Si éste supiera <strong>de</strong>scabellar no habría<br />

quien pudiera con él.<br />

El día 26 <strong>de</strong> mayo, justamente la<br />

víspera <strong>de</strong> su muerte, el Espartero toreó en<br />

Córdoba con Guerrita. Rafael distinguía a<br />

Manuel García con afecto especial. Veía en él<br />

tal entrega ante el toro y tan sencilla y natural<br />

valentía <strong>que</strong> él, <strong>que</strong> era torero cien <strong>por</strong> cien,<br />

no podía menos <strong>que</strong> sentir una admiración<br />

<strong>que</strong> no había sentido hacia ningún compañero,<br />

viendo cómo el sevillano toreaba con a<strong>que</strong>lla<br />

muleta <strong>de</strong> escasa dimensión y <strong>que</strong> era más<br />

emocionante a cuanto hacía con ella.<br />

Terminó sin novedad la corrida <strong>de</strong> Córdoba<br />

y el Espartero se fue con su gente a<br />

comer al restaurante <strong>de</strong> la estación, durante<br />

la espera <strong>de</strong>l tren <strong>de</strong> Sevilla, <strong>que</strong> habría <strong>de</strong><br />

conducirle a Madrid. Le acompañaba un<br />

íntimo amigo, don Félix Urcola, <strong>que</strong> iba con él<br />

a casi todos los sitios don<strong>de</strong> actuaba. En el<br />

trancurso <strong>de</strong> la cena se presentó en el<br />

restaurante Guerrita, quien con una intuición<br />

inconsciente <strong>de</strong> lo <strong>que</strong> podía pasar en Madrid,<br />

<strong>que</strong>ría disuadir al compañero <strong>de</strong> <strong>que</strong> torease<br />

la corrida <strong>de</strong>l día siguiente. Es fama <strong>que</strong><br />

<strong>por</strong> a<strong>que</strong>llos días Manuel García no andaba<br />

muy feliz. ante los toros y quizá el Guerra<br />

hubiese visto en la corrida <strong>de</strong> <strong>por</strong> la tar<strong>de</strong> más<br />

acusada esta anomalía. Se unió a la intención<br />

<strong>de</strong> el Guerra el señor Urcola, y la insistencia


<strong>de</strong>l primero fue <strong>de</strong> tal naturaleza, <strong>que</strong> llegó a<br />

<strong>de</strong>cir textualmente:<br />

-No torees esa corrida. Te pue<strong>de</strong><br />

matar un toro.<br />

El Espartero no era torero <strong>que</strong> se<br />

<strong>de</strong>jase dominar <strong>de</strong> estas obsesiones, y<br />

contestó con gran tranquilidad:<br />

-No tengo más remedio <strong>que</strong> ir. Estoy<br />

comprometido. Es un compromiso <strong>que</strong> he <strong>de</strong><br />

cumplir. Iré.<br />

El Guerra apeló entonces a otros recursos.<br />

Él conocía la afición <strong>de</strong>smedida <strong>de</strong> el<br />

Espar-tero <strong>por</strong> las peleas <strong>de</strong> gallos y le<br />

propuso <strong>que</strong> organizaría algunas muy interesantes<br />

al día siguiente. Esto hizo fla<strong>que</strong>ar la<br />

recia voluntad <strong>de</strong> Manuel García.<br />

-Está bien. No iré. Me <strong>que</strong>daré en Córdoba<br />

y pelearemos los gallos.<br />

Hablaron <strong>de</strong> este tema durante un breve<br />

espacio <strong>de</strong> tiempo, y ya se disponían a<br />

marchar hacia la fonda cordobesa don<strong>de</strong> <strong>por</strong><br />

la tar<strong>de</strong> se había vestido <strong>de</strong> luces el Espartero<br />

cuando entró en la estación el tren <strong>de</strong> Sevilla.<br />

Se apeó <strong>de</strong> él el popularísimo empresario don<br />

Bartolomé Muñoz Pichardo -tío abuelo <strong>de</strong> don<br />

Enri<strong>que</strong> Vila-, <strong>que</strong> daba la corrida <strong>de</strong> Madrid.<br />

Se dirigió al grupo <strong>de</strong> los toreros, y antes <strong>de</strong><br />

<strong>que</strong> mediara palabra alguna el Guerra se a<strong>de</strong>lantó<br />

a <strong>de</strong>cirle:<br />

-Manuel no torea mañana en Madrid.<br />

Hemos organizado una pelea <strong>de</strong> gallos y se<br />

<strong>que</strong>da en Córdoba esta noche.<br />

-Pero esto no pue<strong>de</strong> ser -dijo el empresario-.<br />

Manuel tiene <strong>que</strong> torear mañana en<br />

Madrid. Es el número fuerte <strong>de</strong>l cartel.<br />

El tren se puso a hacer maniobras, y<br />

este espacio <strong>de</strong> tiempo fue suficiente para<br />

<strong>que</strong> el señor Muñoz Pichardo hablara al torero<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su punto <strong>de</strong> vista. Al cabo el Espartero<br />

dijo:<br />

-Tiene razón, Bartolo. Debo torear la<br />

corrida <strong>de</strong> mañana. Cuando el tren pitó para<br />

reanudar la marcha, subió al vagón en<br />

compañía <strong>de</strong>l empresario y <strong>de</strong>l señor Urcola.<br />

El. Guerra subió también <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> ellos, para<br />

insistir. El presentimiento trágico se había<br />

convertido en la mente <strong>de</strong>l Califa II en una ver-<br />

MIURA - 2002<br />

da<strong>de</strong>ra obsesión. Pero no pudo conseguir<br />

nada.<br />

El señor Urcola, <strong>que</strong> había ayudado<br />

nuevamente al Califa, terminó toda la<br />

conversación mientras Rafael se apeaba a<br />

toda prisa:<br />

-Sea como quieres, Manuel. Vamos a<br />

Madrid.<br />

Ninguna nota <strong>de</strong> tristeza ensombreció<br />

el viaje hasta la capital <strong>de</strong> España. Antes al<br />

contrario, en todo el recorrido el Espartero, al<br />

igual <strong>que</strong> Jose-lito, hizo gala <strong>de</strong> su ingenio y<br />

<strong>de</strong> su donaire en conversaciones y bromas<br />

con el señor Urcola y el personal <strong>de</strong> la cuadrilla.<br />

En una <strong>de</strong> las estaciones <strong>de</strong>l trayecto<br />

el tren hubo <strong>de</strong> hacer una gran parada, y<br />

durante ella el Espartero se trasladó a otro<br />

coche don<strong>de</strong> viajaban unos artistas flamencos<br />

<strong>de</strong> Sevilla, a los <strong>que</strong> hizo cantar y bailar<br />

para él, <strong>que</strong> los acompañó alegre con sus palmas.<br />

Por la mañana, en Madrid, el<br />

Espartero se fue a la fonda don<strong>de</strong> iba siempre<br />

<strong>que</strong> toreaba en la capital <strong>de</strong> España, situada<br />

en la antigua calle <strong>de</strong> la Gorguera. Toda la<br />

mañana continuó sin dar muestras <strong>de</strong> acordarse<br />

<strong>de</strong> la insistencia <strong>de</strong> Guerrita la noche<br />

anterior para <strong>que</strong> no toreara la corrida. Recibió<br />

visitas, con las <strong>que</strong> <strong>de</strong>partió cordialmente...<br />

Sólo cuando se disponía a vestir el traje<br />

<strong>de</strong> luces y hecha con gran respeto la señal<br />

<strong>de</strong> la cruz, dijo a su mozo <strong>de</strong> espadas:<br />

-Dios -los mexicanos dice «Diosito»<br />

quiera <strong>que</strong> se me dé bien esta tar<strong>de</strong>.<br />

Una hora antes <strong>de</strong> la corrida el<br />

Espartero subió con su cuadrilla a un carruaje<br />

<strong>de</strong> caballos y se encaminó a la plaza. En una<br />

<strong>de</strong> las calles <strong>de</strong>l trayecto se les interpuso un<br />

coche fúnebre. Antolín comentó impulsivo:<br />

-¡Mala pata...! Otro ban<strong>de</strong>rillero,<br />

Valencia, cortó en seguida la escena con<br />

estas palabras:<br />

-¡Al contrario, hombre, esto es buena<br />

suerte! ¡Ya no hay eso <strong>de</strong>l mal fario!<br />

El Espartero, limpio <strong>de</strong> supersticiones,<br />

no dio im<strong>por</strong>tancia alguna al inci<strong>de</strong>nte. No obs-<br />

245


MIURA - 2002<br />

tante, su característico buen humor se nubló<br />

<strong>por</strong> completo, y ya fue muy serio todo el resto<br />

<strong>de</strong>l camino.<br />

Empezó la corrida puntualmente. Manuel<br />

García había permanecido en silencio<br />

durante el cambio <strong>de</strong> la seda <strong>por</strong> el percal.<br />

Salió el toro primero, uno <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>, gran<strong>de</strong>,<br />

con po<strong>de</strong>rosas <strong>de</strong>fensas, <strong>de</strong> pelo colorado,<br />

ojo <strong>de</strong> perdiz. Un toro <strong>que</strong> estaba llamado a<br />

hacerse célebre, un cuarto <strong>de</strong> hora <strong>de</strong>spués.<br />

El Espartero lo lidió serenamente, y<br />

en el tercio <strong>de</strong> varas, <strong>que</strong> Perdigón hizo con<br />

mucho brío, conquistó el espada atronadoras<br />

ovaciones en varias intervenciones muy<br />

afortunadas. El toro llegó a la muleta con<br />

muchas reservas y nada claro, pero sin dificulta<strong>de</strong>s<br />

insuperables. A muchos toros <strong>de</strong><br />

<strong>Miura</strong>, cien veces peores <strong>que</strong> a<strong>que</strong>l, había<br />

hecho el Espartero notable faena <strong>de</strong> muleta y<br />

los había matado guapamente.<br />

A favor <strong>de</strong> <strong>que</strong>rencia dio a Perdigón<br />

unos doce pases altos y otro cambiado. Al<br />

remate <strong>de</strong> éste el animal <strong>que</strong>dó igualado y<br />

Manuel García entró a matar. Resultó volteado<br />

muy aparatosa-mente, cayendo <strong>de</strong> cabeza<br />

sobre la arena. Segundos <strong>de</strong>spués, con visibles<br />

muestras <strong>de</strong> estar conmocionado, se levantó<br />

tambaleándose, al igual <strong>que</strong> le ocurrió<br />

a Joselito Huerta en la Monumental Plaza <strong>de</strong><br />

<strong>Toros</strong> <strong>de</strong> Zacatecas, en 1995, tomó espada y<br />

muleta y sin control alguno <strong>de</strong> sí mismo se<br />

volcó materialmente sobre Perdigón, sin dar<br />

el menor juego al engaño.<br />

El toro lo tropezó con gran violencia,<br />

enganchándolo <strong>por</strong> el vientre y volteándolo sobre<br />

el pitón <strong>de</strong>recho. Todavía en el aire vióse<br />

al torero estirar las piernas y contraer el rostro<br />

en un horrible movimiento <strong>de</strong> dolor. Cuando<br />

el toro lo soltó en el suelo, vióse al espada<br />

hacer una contorsión espeluznante en la <strong>que</strong><br />

juntó las rodillas con la barba y allí <strong>que</strong>dó hecho<br />

literalmente un ovillo. Perdigón intentó<br />

<strong>de</strong> nuevo acometerle; pero, herido <strong>de</strong> muerte,<br />

cayó rodando como una pelota a dos<br />

metros <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> el Espartero. Fue recogido<br />

éste inmediatamente <strong>por</strong> los ban<strong>de</strong>rilleros<br />

y trasladado a la enfermería. En toda la<br />

246<br />

plaza se había hecho un silencio <strong>de</strong> muerte.<br />

De la muerte <strong>de</strong> el Espartero. Había sufrido<br />

éste un colapso y no pronunció ni una sola<br />

palabra. Quince minutos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> entrar<br />

en la enfermería <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> existir, confortado<br />

con los últimos auxilios <strong>de</strong> la religión.<br />

Fuentes y Zocato eran los compañeros<br />

<strong>de</strong> Manuel García, y <strong>de</strong>spacharon la<br />

corrida entera con gran <strong>de</strong>sahogo, especialmente<br />

el primero, <strong>que</strong> obtuvo un triunfo<br />

clamoroso. Uno <strong>de</strong> los mayores <strong>de</strong> toda su<br />

vida <strong>de</strong> torero. Durante la lidia <strong>de</strong>l toro segundo<br />

empezó a circular <strong>por</strong> los gra<strong>de</strong>ríos la triste<br />

noticia <strong>de</strong> <strong>que</strong> el Espartero estaba muerto<br />

en la enfermería. Pero la corrida siguió hasta<br />

su terminación, <strong>de</strong> lo cual la Prensa <strong>de</strong>l día<br />

siguiente protestó <strong>de</strong> manera muy enérgica.<br />

Dos meses antes el Espartero había<br />

matado en Almería los dos toros <strong>de</strong> <strong>Miura</strong> <strong>que</strong><br />

correspondieron a uno <strong>de</strong> los compañeros el<br />

día <strong>de</strong> la tragedia, Zocato, el cual dio cuenta<br />

<strong>de</strong>l segundo <strong>de</strong> Manuel García. El cadáver <strong>de</strong><br />

el Espar-tero <strong>que</strong>dó en la enfermería <strong>de</strong> la<br />

plaza hasta el día siguiente, en <strong>que</strong> fue<br />

trasladado a Sevilla. La noticia llegó a la capital<br />

andaluza el mismo 27 <strong>de</strong> mayo, muy<br />

avanzada la noche. Pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse <strong>que</strong> fue<br />

entonces <strong>de</strong> una exactitud avasalladora la<br />

estereotipada frase <strong>de</strong> «<strong>que</strong> corrió <strong>por</strong> toda la<br />

ciudad como un reguero <strong>de</strong> pólvora.» Nadie<br />

<strong>que</strong>ría darle crédito, hasta <strong>que</strong> llegó el telegrama<br />

<strong>de</strong>l señor Urcola al apo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong>l<br />

torero señor Mata, en el <strong>que</strong> escuetamente<br />

se confirmaba la tragedia.<br />

<strong>Los</strong> padres <strong>de</strong>l torero fueron objeto<br />

a<strong>que</strong>lla misma noche <strong>de</strong>l primer homenaje<br />

popular <strong>que</strong> Sevilla habría <strong>de</strong> rendir al<br />

Espartero. En la calle O’Donnell, don<strong>de</strong> éste<br />

tenía su domicilio, se formó una manifestación<br />

<strong>de</strong> duelo imponente. El nombre <strong>de</strong> Manuel<br />

García, empezaba ya a tener el carácter<br />

<strong>de</strong> mito legendario <strong>que</strong> aún mantiene. Y mantendrá<br />

mientras la Gran Fiesta <strong>de</strong> España<br />

aliente en el alma <strong>de</strong>l pueblo. También Madrid<br />

se llenó la noche misma <strong>de</strong> la tragedia <strong>de</strong>l<br />

dolor <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong>l Espartero. Todo el pueblo<br />

<strong>de</strong> la capital <strong>de</strong> España, se sumó a la ma-


nifestación con <strong>que</strong> el día siguiente partió para<br />

Sevilla la comitiva <strong>que</strong> acompañaba al<br />

cadáver <strong>de</strong>l Espartero. Había éste<br />

conquistado en la afición <strong>de</strong> la capital <strong>de</strong><br />

España un gran cartel, reflejo y eco <strong>de</strong>l <strong>que</strong><br />

se le dispensaba en todos los medios<br />

españoles <strong>de</strong> la Fiesta.<br />

En Sevilla la manifestación formada<br />

para recibir en la estación <strong>de</strong> la plaza <strong>de</strong> Armas<br />

el cadáver <strong>de</strong>l infortunado Manuel García,<br />

sobrepasó todos los cálculos previstos. Buena<br />

parte <strong>de</strong>l co-mercio <strong>de</strong> la ciudad cerró sus<br />

puertas en señal <strong>de</strong> duelo. <strong>Los</strong> coches <strong>de</strong> caballos,<br />

<strong>que</strong> <strong>por</strong> a<strong>que</strong>llos días eran casi el único<br />

medio <strong>de</strong> locomoción en la capital <strong>de</strong> Andalucía,<br />

llevaron a la gente hasta el cementerio<br />

<strong>de</strong> San Fernando, don<strong>de</strong> recibieron los restos<br />

<strong>de</strong>l popular torero cristiana sepultura, cerrándose<br />

<strong>de</strong> esta manera uno <strong>de</strong> los capítulos<br />

más intensos <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> la torería<br />

sevillana.<br />

El Liberal, <strong>de</strong> Madrid, en cuyas columnas<br />

hizo famoso Mariano <strong>de</strong> Cavia el seudónimo<br />

<strong>de</strong> Sobaquillo, publicó <strong>de</strong> la cogida y<br />

muerte <strong>de</strong>l Espartero una crónica admirable,<br />

como todas las salidas <strong>de</strong> la pluma <strong>de</strong>l genial<br />

periodista aragonés. He aquí algunos párrafos<br />

<strong>de</strong> los más sobresalientes <strong>de</strong> a<strong>que</strong>lla crónica:<br />

«¡Tremenda fecha en los anales <strong>de</strong>l<br />

toreo, la <strong>de</strong>l (27-05-1894)! En cien años, no<br />

ha presenciado el público <strong>de</strong> Madrid otra catástrofe<br />

igual, <strong>por</strong> la calidad <strong>de</strong>l toreo, <strong>por</strong> el<br />

género <strong>de</strong> su muerte y <strong>por</strong> la sensación <strong>que</strong><br />

el suceso ha <strong>de</strong> causar en toda España. El<br />

terrible fin <strong>de</strong>l popularísimo Espartero sólo<br />

pue<strong>de</strong> compararse con el <strong>de</strong>l popularísimo<br />

Pepe-Hillo, sevillano como Maoliyo y sostenedor<br />

como él <strong>de</strong> rudas competencias con<br />

toreros <strong>de</strong> gran valor, gran<strong>de</strong>s faculta<strong>de</strong>s y<br />

gran habilidad. ¡Pobre Manuel!<br />

La impresión <strong>que</strong> una <strong>de</strong>sgracia tan<br />

espantosa produce en el ánimo, corta las faculta<strong>de</strong>s<br />

todas <strong>de</strong>l escritor <strong>que</strong> ha <strong>de</strong> reseñar<br />

un hecho semejante pocas horas <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> acaecido. El espectáculo hiela la sangre<br />

en las venas. La <strong>de</strong>scripción hace caer la plu-<br />

MIURA - 2002<br />

ma <strong>de</strong> las manos. Sobreponiéndonos a la resistencia<br />

<strong>que</strong> opone los nervios mal calmados,<br />

<strong>de</strong>mos noticia <strong>de</strong> esta última y trágica<br />

página <strong>de</strong> un torero.<br />

La corrida era la novena <strong>de</strong> abono y<br />

los toros <strong>de</strong> don Eduardo I <strong>Miura</strong>, hijo y<br />

here<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> D. Antonio I <strong>Miura</strong>. ¡<strong>Miura</strong>s...! La<br />

casta <strong>que</strong> tantas veces ha puesto espanto<br />

en el ánimo <strong>de</strong> los lidiadores más intrépidos,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la triste muerte <strong>que</strong> el toro Jocinero<br />

dio al espada José Rodríguez (Pepete) en la<br />

plaza <strong>de</strong> Madrid... ¡<strong>Miura</strong>s...!<br />

El propio D. Antonio I <strong>Miura</strong> fue el padrino<br />

protector <strong>de</strong> Maoliyo en los primeros pasos<br />

<strong>de</strong> su peligroso oficio, y un toro <strong>de</strong> la gana<strong>de</strong>ría<br />

le había dado muerte. Vestía el torero<br />

<strong>de</strong> ver<strong>de</strong> y oro; brindó y se fue al miureño,<br />

<strong>que</strong> ya se hallaba con todas las <strong>de</strong> la ley, receloso,<br />

<strong>que</strong>dado, <strong>de</strong>fendiéndose y con la<br />

cabeza poco menos <strong>que</strong> entre las mismas<br />

manos.<br />

El diestro empezó a torearlo con precipitación<br />

y movimiento, pero <strong>de</strong> cerca y con<br />

valentía; alre<strong>de</strong>dor tiene más estorbos <strong>que</strong><br />

ayuda, dadas las condiciones <strong>de</strong> la res. Doce<br />

pases altos con la <strong>de</strong>recha y uno cambiado,<br />

precedieron a un pinchazo <strong>que</strong> el diestro soltó<br />

con su peculiar hormigueo al arrancar, pero<br />

entrando con mucho valor y saliendo<br />

enganchado <strong>por</strong> la entrepiema, lanzado a<br />

gran altura y arrojado con fuerza contra el<br />

suelo. La cuadrilla, con el Valencia en primer<br />

término, estuvo muy o<strong>por</strong>tuna. Manuel se<br />

levantó sin daño alguno al parecer y se dirigió<br />

<strong>de</strong> nuevo al animal con verda<strong>de</strong>ro coraje;<br />

coraje <strong>que</strong> le impidió hacerse cargo <strong>de</strong>l peligroso<br />

estado <strong>de</strong> la res. Entrando a matar<br />

frente a la <strong>que</strong>rencia <strong>de</strong> un caballo, con mucho<br />

corazón, pero sin dar salida al toro, <strong>de</strong>jó,<br />

una gran estocada en el lado contrario y salió<br />

arrollado <strong>por</strong> el toro.<br />

Quedóse en la arena con pérdida ya,<br />

tal vez, <strong>de</strong> todas sus faculta<strong>de</strong>s -según presumen<br />

los médicos-, <strong>por</strong> la fortísima<br />

conmoción sufrida anteriormente. Y antes <strong>de</strong><br />

<strong>que</strong>dar posibilidad alguna <strong>de</strong> salvarlo, el toro<br />

hizo <strong>por</strong> él <strong>de</strong> nuevo, lo enganchó <strong>por</strong> la parte<br />

247


MIURA - 2002<br />

superior <strong>de</strong>l vientre <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la faja, lo volteó<br />

y lo <strong>de</strong>spidió. Maoliyo experimentó una tremenda<br />

contracción convulsiva. Todavía el toro<br />

le tiró otro <strong>de</strong>rrote; pero sin enganchar ni levantar<br />

<strong>de</strong>l suelo a la inmóvil figura <strong>de</strong>l espada.<br />

La estocada había sido magnífica. ¡Magnífica...!<br />

La mano tiembla al escribir esta palabra,<br />

llena <strong>de</strong> sangrienta ironía y <strong>de</strong> siniestro<br />

sarcasmo... ».<br />

Terminó Cavia su crónica con este párrafo:<br />

«¡Y mientras el tropel <strong>de</strong> amigos y admiradores<br />

<strong>de</strong> Maoliyo se agolpaba a las<br />

puertas <strong>de</strong> la enfermería, dando vivas<br />

muestras <strong>de</strong> dolor; mientras los compañeros<br />

<strong>de</strong>l bravo lidiador entraban en a<strong>que</strong>l local, y<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> saludar los yertos <strong>de</strong>spojos <strong>de</strong>l<br />

Espartero, salían <strong>de</strong> nuevo a la plaza enjugándose<br />

el llanto; mientras el cadáver <strong>de</strong><br />

a<strong>que</strong>l hombre, lleno <strong>de</strong> brío, vida y juventud<br />

minutos antes, yacía sobre el siniestro hule,<br />

cubierto <strong>por</strong> una sábana y custodiado <strong>por</strong> dos<br />

parejas <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n público <strong>que</strong> aguardaban la<br />

llegada <strong>de</strong>l juez <strong>de</strong> guardia; la temperatura<br />

continuaba tan apacible; el público, tan impávido;<br />

el presi<strong>de</strong>nte, en su puesto y la función<br />

en su curso. Sí, la función siguió. ¡Pena<br />

y vergüenza da tener <strong>que</strong> consignarlo...!»<br />

Hay en la crónica <strong>de</strong> Cavia un error<br />

<strong>de</strong> bulto muy corriente en los medios toreros<br />

lejanos <strong>de</strong> Sevilla. D. Eduardo I <strong>Miura</strong> no era<br />

hijo <strong>de</strong> D. Antonio, sino hermano. Con más<br />

<strong>de</strong> veinte años <strong>de</strong> diferencia. El error es<br />

fácilmente comprensible. D. Juan <strong>Miura</strong>,<br />

padre <strong>de</strong> D. Antonio I y <strong>de</strong> D. Eduardo I, murió<br />

cuando el segundo contaba sólo cuatro años<br />

<strong>de</strong> edad. Antonio había <strong>de</strong> <strong>que</strong>dar con la dirección<br />

<strong>de</strong> la hacienda y la tutela <strong>de</strong>l hermano<br />

menor, Eduardo I, <strong>que</strong> heredó la gana<strong>de</strong>ría<br />

al tiempo <strong>de</strong>l fallecimiento <strong>de</strong> Antonio I. Fue<br />

éste, en realidad, un verda<strong>de</strong>ro padre para el<br />

mentado D. Eduardo, su hermano al <strong>que</strong><br />

quiso mucho. El Espartero no era, ni mucho<br />

menos, un torero corto. Generalmente se aplica<br />

este concep-to en forma ina<strong>de</strong>cuada al<br />

torero <strong>que</strong> dispone <strong>de</strong> escasos recursos <strong>de</strong><br />

or<strong>de</strong>n artístico, siendo mejor, enten<strong>de</strong>r <strong>por</strong><br />

torero corto al <strong>que</strong> es capaz <strong>de</strong> dar la lidia<br />

248<br />

a<strong>de</strong>cuada, con el repertorio <strong>que</strong> sea a pocos<br />

toros. Entre las dimensiones artísticas <strong>de</strong><br />

Guerrita y las <strong>de</strong>l Espartero había una gran<br />

distancia a favor <strong>de</strong>l <strong>de</strong> Córdoba. Esto es evi<strong>de</strong>nte;<br />

pero no lo es menos <strong>que</strong> si al Guerra<br />

le dictaba su <strong>de</strong>streza y su gran conocimiento<br />

<strong>de</strong> la técnica, normas para salir airoso <strong>de</strong> casi<br />

todos los lances, el Espartero obraba siempre<br />

guiado <strong>por</strong> el ímpetu <strong>de</strong> su valor, jamás<br />

domeñado -fundamentos <strong>de</strong> un riesgo<br />

siempre presente-, <strong>que</strong> llevóle con frecuencia<br />

a resolver con emoción y gran altura situaciones<br />

ante las <strong>que</strong> hubieran fracasado<br />

todos los métodos y normas establecidas.<br />

Manuel García se condujo en la calle<br />

siempre con la misma generosidad con <strong>que</strong><br />

toreaba. Es fama <strong>que</strong> fue uno <strong>de</strong> los hombres<br />

más rumbosos <strong>de</strong> la Sevilla <strong>de</strong> finales <strong>de</strong> siglo<br />

pasado, y <strong>que</strong> no conoció necesidad <strong>que</strong> no<br />

remediara en el acto, como Lagartijo. Por esto<br />

no es extraño <strong>que</strong> gozara en el pueblo un<br />

predicamento difícilmente superable. Su<br />

sencillez y su campechanía le habían labrado<br />

entre los humil<strong>de</strong>s el pe<strong>de</strong>stal <strong>que</strong> está<br />

reservando a los hombres buenos. Fue más<br />

sentido y llorado como persona <strong>que</strong> como<br />

torero y fue más popular <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muerto<br />

<strong>que</strong> mientras en los ruedos <strong>de</strong>safiaba todos<br />

los peligros con arrojo y valentía inigualables,<br />

<strong>que</strong> dimanaban <strong>de</strong> un carácter preparado para<br />

<strong>de</strong>cir ¿Y eso qué im<strong>por</strong>ta...? a cierto<br />

subaltemo <strong>que</strong> le argulló <strong>que</strong> el toro lo cogería<br />

si hacía lo <strong>que</strong> le mandaba.<br />

POSADA (Faustino). El día (18-08-<br />

1907), siete años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la trágica jornada<br />

<strong>de</strong> Barcelona, en la <strong>que</strong> el toro <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>,<br />

<strong>de</strong> nombre Desertor o Receptor, cogió<br />

mortalmente a Domingo <strong>de</strong>l Campo (Dominguín),<br />

el novillo llamado Agujeto <strong>de</strong> la misma<br />

vacada, aumentó la lista <strong>de</strong> víctimas <strong>de</strong> la divisa,<br />

con el nombre <strong>de</strong>l matador <strong>de</strong> novillos<br />

Faustino Posada, perteneciente a una familia<br />

<strong>de</strong> toreros sevillana, en la <strong>que</strong> <strong>de</strong>stacó el<br />

nombre <strong>de</strong> un matador <strong>de</strong> toros, Antonio, <strong>que</strong><br />

alcanzó un puesto muy <strong>de</strong>stacado entre los<br />

toreros <strong>de</strong>l estilo sevillanista.


Otros toreros <strong>de</strong> la misma dinastía fueron<br />

Francisco y Rafael. Matador <strong>de</strong> toros el<br />

primero, novillero el segundo. Curro Posada<br />

formó pareja con Juan Belmonte durante los<br />

tiempos novilleros <strong>de</strong> ambos. Con tal carácter<br />

se presentaron a torear en la plaza <strong>de</strong> Madrid.<br />

Este emparejamiento se disolvió en cuanto<br />

uno y otro pasaron a la categoría superior. Es<br />

bien conocida la <strong>de</strong>sembocadura <strong>de</strong> Belmonte<br />

para el resto <strong>de</strong> su vida <strong>de</strong> torero, hasta <strong>que</strong><br />

Joselito, permaneció en activo.<br />

Era el joven Faustino Posada una <strong>de</strong><br />

las legítimas esperanzas <strong>de</strong> la torería<br />

sevillana. Torero florido y largo en la verda<strong>de</strong>ra<br />

acepción <strong>de</strong> la palabra, conquistó un primer<br />

puesto en la novillería <strong>de</strong> su tiempo, a fuerza<br />

<strong>de</strong> un <strong>de</strong>rroche permanente <strong>de</strong> arte y <strong>de</strong> valor.<br />

Había toreado en la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1907 un<br />

gran número <strong>de</strong> corridas y ya tenía concertada<br />

la altemativa para el final <strong>de</strong> ella, en la Feria<br />

<strong>de</strong> San Miguel, en la Real Maestranza, como<br />

era el sueño dorado <strong>de</strong> todos los toreros <strong>de</strong><br />

categoría a primeros <strong>de</strong> siglo.<br />

Faustino Posada contaba en Sevilla y<br />

en los medios andaluces <strong>de</strong> la Fiesta, con<br />

legiones <strong>de</strong> admiradores. También en Madrid,<br />

don<strong>de</strong> había toreado pocos días antes <strong>de</strong> su<br />

trágica muerte, un novillo <strong>de</strong> manera excepcional.<br />

El mismo lo comen-taba luego con sus<br />

amigos: -Muchos toros quisiera yo torear así.<br />

Le <strong>que</strong>daría a mi padre muy poco tiempo <strong>de</strong><br />

trabajar.<br />

Faustino Posada encontró trágico final<br />

en la plaza <strong>de</strong> Sanlúcar <strong>de</strong> Barrameda. Fue<br />

mucha gente <strong>de</strong> Sevilla a verle, Guadalquivir<br />

arriba, en a<strong>que</strong>l inefable barco <strong>de</strong> ruedas en<br />

cuya cubierta se servía a los pasajeros <strong>de</strong>liciosos<br />

refrescos <strong>de</strong> panales. Su compañero<br />

<strong>de</strong> cartel, fue el Corchaíto, <strong>que</strong> tuvo <strong>que</strong> <strong>de</strong>spachar<br />

la corrida entera <strong>por</strong><strong>que</strong> la tragedia sobrevino<br />

en el toro primero. Fue un lote <strong>de</strong> toros<br />

«duros.» Don Eduardo I <strong>Miura</strong>, su dueño<br />

y hermano más pe<strong>que</strong>ño <strong>de</strong> don Antonio -<br />

ambos hijos <strong>de</strong> don Juan el fundador, no figuraba<br />

entre los espectadores <strong>de</strong> la Fiesta y según<br />

referencias <strong>de</strong> aficionados sevillanos, testigos<br />

también <strong>de</strong> la tragedia, el hecho ocurrió<br />

MIURA - 2002<br />

<strong>de</strong> esta manera: había toreado Posada al novillo<br />

muy bien y brillantemente con la muleta.<br />

Igualado el animal, Faustino volvió la<br />

cabeza en ese movimiento tan característico<br />

<strong>de</strong> los toreros al entrar a matar, para brindar<br />

la suerte a toda la plaza. En este mismo<br />

instante se le arrancó el novillo, no teniendo<br />

tiempo el diestro para hacer ningún movimiento<br />

<strong>de</strong>fensivo... ¡otra vez una impru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>lante<br />

<strong>de</strong> un <strong>Miura</strong>! En el primer <strong>de</strong>rrote le dio<br />

una cornada terrible en el cuello <strong>que</strong> le perforó<br />

la trá<strong>que</strong>a.<br />

El <strong>de</strong>sdichado Posada anduvo unos<br />

inciertos pasos <strong>por</strong> el ruedo con evi<strong>de</strong>ntes<br />

muestras <strong>de</strong> asfixia, hasta <strong>que</strong> en gravísimo<br />

estado, se lo llevaron a la enfermería. Rápidamente<br />

intervinieron los médicos <strong>que</strong> operaron<br />

al herido <strong>que</strong>dando éste tranquilo <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> la intervención. No se movió al herido<br />

<strong>de</strong> la enfermería <strong>de</strong> la plaza y al siguiente<br />

día fue <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Sevilla con el padre <strong>de</strong>l torero y<br />

D. Eduardo I <strong>Miura</strong>, el entonces eminente<br />

cirujano Dr. Lozano, <strong>que</strong> diagnosticó la<br />

extrema gravedad <strong>de</strong>l torero y la imposibilidad<br />

<strong>de</strong> <strong>que</strong> fuera trasladado a Sevilla, como<br />

se había pensado.<br />

A las doce <strong>de</strong> la noche el pobre<br />

Faustino Posada, <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> existir <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

haber recibido los auxilios <strong>de</strong> la religión. La<br />

agonía había sido <strong>de</strong>sgarradora. Ro<strong>de</strong>aban<br />

al torero, al tiempo <strong>de</strong>l fallecimiento, el padre,<br />

los ban<strong>de</strong>rilleros y don Eduardo I <strong>Miura</strong>, <strong>que</strong><br />

no había salido <strong>de</strong> la plaza <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>que</strong> <strong>por</strong> la<br />

mañana llegó a Sanlúcar. El cadáver fue llevado<br />

a Sevilla. Faustino Posada con-taba al<br />

morir veintidós años <strong>de</strong> edad. Una vida joven,<br />

cargada <strong>de</strong> ilusiones, había sido literalmente<br />

segada <strong>por</strong> los cuernos <strong>de</strong> un toro <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>.<br />

La funesta lista trágica crecía...<br />

RODRÍGUEZ y Rodríguez (José),<br />

Pepete. Fue el primer torero <strong>que</strong> ostentó el<br />

apodo. Era <strong>de</strong> Córdoba, pero no pertenecía a<br />

una <strong>de</strong> esas familias eminentemente toreras<br />

<strong>de</strong> las <strong>que</strong> la capital <strong>de</strong>l Califato es se<strong>de</strong> como<br />

ninguna otra ciudad <strong>de</strong> España, hasta el<br />

extremo <strong>de</strong> <strong>que</strong> los viejos aficionados<br />

249


MIURA - 2002<br />

cordobeses se muestran muy orgullosos <strong>de</strong><br />

<strong>que</strong> en la plaza <strong>de</strong> los Tejares (Córdoba) pudiese<br />

darse un día una corrida en la <strong>que</strong> absolutamente<br />

todos los toreros -picadores incluidos-<br />

fueran <strong>de</strong> Córdoba. Pepete fue un torero<br />

valiente. Probablemente no hubiera sido<br />

más <strong>de</strong> esto si el infortunio <strong>de</strong> su final no le<br />

hubiera hecho encabezar para la historia y<br />

para la anécdota la lista <strong>de</strong> víctimas con <strong>que</strong><br />

cuenta la divisa <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>.<br />

El día (12-12-1824) vio Pepete la luz<br />

primera. El viejo Camará fue su maestro en<br />

las li<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l toreo, hasta <strong>que</strong> ingresó, como<br />

subalterno, en la cuadrilla <strong>de</strong> Chiclanero, una<br />

<strong>de</strong> las renombradas <strong>de</strong> a<strong>que</strong>lla fecha, en la<br />

<strong>que</strong> se hicieron toreros notables como Salvador<br />

Sánchez (Frascuelo), <strong>por</strong> ejemplo. El<br />

(12-08-1850), Juan Lucas Blanco, dio la<br />

alternativa a Pepete en la plaza <strong>de</strong> Sevilla, con<br />

un toro <strong>de</strong> Concha y Sierra y hasta julio <strong>de</strong><br />

1852 no toreó en Madrid.<br />

Lo hizo en una corrida benéfica, nada<br />

menos <strong>que</strong> <strong>de</strong> catorce toros, y mezclado su<br />

nombre en el extenso elenco <strong>que</strong> componían<br />

los <strong>de</strong> Cúchares. El Chiclanero, el Cano,<br />

Puchete, don Gil, y un aficionado llamado<br />

Femán<strong>de</strong>z Oliva. No hubo cesión <strong>de</strong> trastos<br />

cuando le tocó torear a Pepete. Por esta razón<br />

la antigüedad <strong>de</strong> la alternativa <strong>de</strong>l cordobés<br />

en la plaza <strong>de</strong> Madrid se cuenta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

corrida <strong>que</strong> toreó mano a mano con Cayetano<br />

Sanz, el 27 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1853. El maestro madrileño<br />

doctoró con todas las ceremonias <strong>de</strong>l<br />

caso a José Rodríguez (Pepete).<br />

El día (20-04-1862) Pepete toreó con<br />

su padrino <strong>de</strong> alternativa la corrida en <strong>que</strong> encontró<br />

la muerte. Lidiáronse tres toros <strong>de</strong><br />

Agustín Salido y otros tres <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>. El<br />

primero <strong>de</strong> esta divisa, <strong>de</strong> nombre Jocinero<br />

-ya lo hemos <strong>de</strong>scrito anteriormente-, fue el<br />

<strong>que</strong> hirió mortalmente a Pepete. Lo había éste<br />

corrido <strong>de</strong> salida hasta las mismas tablas,<br />

viéndose el torero obligado <strong>por</strong> la codicia <strong>de</strong>l<br />

toro a saltar el callejón. Jocinero se <strong>que</strong>dó<br />

unos instantes mirando al espada <strong>que</strong> le había<br />

burlado y <strong>que</strong> se puso a charlar con unos<br />

amigos <strong>que</strong> ocupaban asientos <strong>de</strong> barrera.<br />

250<br />

El toro se fue y sin <strong>que</strong> precediera trámite<br />

alguno <strong>de</strong> peón se lanzó como una<br />

centella, en la vara número diecisiete, contra<br />

el picador Cal<strong>de</strong>rón, al cual <strong>de</strong>rribó estrepitosamente,<br />

<strong>de</strong>jándolo al <strong>de</strong>scubierto. Advertido<br />

Pepete <strong>de</strong>l peligro <strong>de</strong>l subalterno, corrió al<br />

lugar don<strong>de</strong> éste se encontraba. El toro lo vio<br />

venir y no lo <strong>de</strong>jó llegar. Se arrancó hacia él<br />

con ira. Pepete intentó hacer uso <strong>de</strong>l capote<br />

para vaciar la embestida, pero no le dio tiempo.<br />

Jocinero lo cogió aparatosamente, sin<br />

causarle <strong>por</strong> el momento daño im<strong>por</strong>tante.<br />

No dio tiempo a <strong>que</strong> ningún torero acudiera<br />

al quite, <strong>por</strong> la presteza con <strong>que</strong> se estaba<br />

<strong>de</strong>sarrollando toda la escena, y Jocinero<br />

enganchó <strong>de</strong> nuevo a Pepete, esta vez <strong>por</strong> el<br />

pecho. Agarróse el espada al pitón reciamente<br />

para sostenerlo. El toro tenía más fuerza <strong>que</strong><br />

él y sólo tuvo <strong>que</strong> tirar un <strong>de</strong>rrote para <strong>de</strong>jar<br />

todo el asta clavada en el pulmón. A los diez<br />

minutos Pepete <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> existir, en la misma<br />

enfermería <strong>de</strong> la plaza.<br />

He leído en alguna parte <strong>que</strong> cuando<br />

lo <strong>de</strong>jaron caer en la mesa <strong>de</strong> operaciones,<br />

Pepete pudo preguntar al médico, <strong>que</strong><br />

contemplaba aterrado el espeluznante agujero:<br />

-¿ Es algo...?<br />

Como <strong>de</strong>cíamos antes, Pepete no era<br />

<strong>de</strong> familia <strong>de</strong> toreros. su padre fue un tratante<br />

<strong>de</strong> ganados <strong>que</strong> conquistó fama en los medios<br />

cordo-beses <strong>de</strong> este negocio. El hijo siguió<br />

la huella <strong>de</strong> su progenitor, y durante algún<br />

tiempo ejerció el oficio. Cuando era mozo<br />

cuajado se <strong>de</strong>jó llevar <strong>de</strong> la influencia <strong>de</strong>l<br />

torerísimo barrio <strong>de</strong> La Merced -la tradición<br />

cordobesa <strong>de</strong>l barrio <strong>de</strong> San Bernardo, <strong>de</strong><br />

Sevilla- y se hizo torero.<br />

Casó muy joven con Rafaela Bejarano,<br />

<strong>de</strong> familia <strong>de</strong> rancio abolengo taurino, y esta<br />

nota afianzó más en él la vocación, a la <strong>que</strong>,<br />

a la sazón <strong>de</strong> la boda, se había <strong>de</strong>dicado <strong>por</strong><br />

completo, dando al olvido el oficio paterno con<br />

todas sus pingües ganancias. Tres o cuatro<br />

años fue Pepete ban<strong>de</strong>rillero no muy <strong>de</strong>stacado,<br />

hasta <strong>que</strong> ingresó en la cuadrilla <strong>de</strong><br />

Chiclanero.


MIURA - 2002<br />

«Pepete» cometió el error <strong>de</strong> salirse mentalmente <strong>de</strong> la lidia -¡y con un <strong>Miura</strong>!-, mientras<br />

estaba hablando con espectadores <strong>de</strong>l tendido 1. Al ver el peligro en <strong>que</strong> se hallaba Cal<strong>de</strong>rón,<br />

salió con el capote arrollado al brazo en recta dirección al toro; pero éste le vio, <strong>de</strong>jó<br />

al caballo y al picador en tierra, al <strong>de</strong>scubierto, arrancó rápidamente cortando terreno al<br />

lidiador, y éste, <strong>que</strong> no supo o no quiso cambiarse, lejos <strong>de</strong> esquivar la salida natural <strong>de</strong>l<br />

enemigo, encontróse con él <strong>de</strong> frente, siendo enganchado con el cuerno <strong>de</strong>recho <strong>por</strong> la<br />

ca<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> éste mismo lado, en la <strong>que</strong> sufrió un ligero puntazo, volteado sin caer al suelo,<br />

sobre la cuna, a la <strong>que</strong> el torero procuró agarrarse para su <strong>de</strong>fensa, trasladado al cuerno<br />

izquierdo, <strong>que</strong> le hirió en la tetilla <strong>de</strong>l mismo lado y resbalando en una costilla penetró<br />

<strong>por</strong> <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ella al pulmón <strong>de</strong>l lado citado, causando al <strong>de</strong>sgraciado lidiador una<br />

tremenda cornada <strong>que</strong> le <strong>de</strong>strozó el corazón. Entonces lo arrojó al suelo. Mortalmente<br />

herido, se levantó <strong>de</strong>l suelo «Pepete» y se llevó una mano a la frente, y <strong>de</strong> allí al costado;<br />

con pasos inciertos anduvo un trayecto como <strong>de</strong> cinco o seis metros, viniendo a caer, arrojando<br />

sangre <strong>por</strong> la boca, justamente <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l palco presi<strong>de</strong>ncial. Al caer se causó el <strong>de</strong>sgraciado<br />

torero otra gran herida en la cabeza, <strong>por</strong> efecto <strong>de</strong>l <strong>por</strong>razo contra el estribo <strong>de</strong> la<br />

barrera. Ya no pudo levantarse más.<br />

251


MIURA - 2002<br />

«Cuarteaba bien, paraba y clavaba en<br />

regla y con buen arte, pero se anticipaba al<br />

tomar la suerte y retrasaba las salidas.» Esta<br />

es la nota crítica <strong>de</strong> la manera <strong>de</strong> ban<strong>de</strong>rillear<br />

<strong>de</strong> Pepete, <strong>que</strong> tenemos ahora a la vista. Des<strong>de</strong><br />

la fecha <strong>de</strong> su alternativa, ya señalada,<br />

Pepete llevó una vida artística muy variada.<br />

Algunas veces toreaba arrendando las plazas<br />

en <strong>que</strong> iba a hacerlo. Ya como matador<br />

<strong>de</strong> toros, mereció este juicio <strong>de</strong> un escritor<br />

taurino <strong>de</strong> la época:<br />

«Alto, <strong>de</strong>sgarbado y frío, no le faltaba<br />

valor y se paraba y citaba como el <strong>que</strong> quiere<br />

recibir toros; y los recibiría si diese la salida<br />

con la muleta y no huyera el cuerpo con tanta<br />

anticipación. Es mo<strong>de</strong>sto y <strong>de</strong>sea complacer<br />

al público cuanto pue<strong>de</strong> y sabe, si no con gran<br />

inteligencia, con sobra <strong>de</strong> voluntad.»<br />

En toda su carrera <strong>de</strong> matador <strong>de</strong><br />

toros Pepete siguió toreando con suerte diversa<br />

en las distintas tem<strong>por</strong>adas <strong>que</strong> hizo<br />

<strong>por</strong> los ruedos <strong>de</strong> España, pero sin a<strong>de</strong>lantar<br />

nada, sino «más parado y atrevido cada día»,<br />

a juicio <strong>de</strong>l mismo escritor. He aquí cómo un<br />

testigo presencial <strong>de</strong> la tragedia <strong>de</strong> Pepete la<br />

relató en su día:<br />

«A la salida <strong>de</strong> la vara número 17,<br />

Jocinero se plantó en el centro <strong>de</strong> la plaza,<br />

frente al tendido 14; salió a picar Antonio<br />

Cal<strong>de</strong>rón, y al poner la vara cayó al suelo con<br />

el caballo, cebándose el toro. En a<strong>que</strong>l momento,<br />

advertido Pepete <strong>por</strong> los espectadores<br />

<strong>de</strong>l tendido 1 -Pepete come-tió el error <strong>de</strong><br />

salirse mentalmente <strong>de</strong> la lidia ¡y con un<br />

<strong>Miura</strong>!-, con quienes estaba hablando, <strong>de</strong>l peligro<br />

en <strong>que</strong> se hallaba Cal<strong>de</strong>rón, salió con el<br />

capote arrollado al brazo en recta dirección<br />

al toro; pero éste le vio, <strong>de</strong>jó al caballo y al<br />

picador en tierra, al <strong>de</strong>scubierto, arrancó<br />

rápidamente cortando terreno al lidiador, y<br />

éste, <strong>que</strong> no supo o no quiso cambiarse, lejos<br />

<strong>de</strong> esquivar la salida natural <strong>de</strong>l enemigo,<br />

encontróse con él <strong>de</strong> frente, siendo enganchado<br />

con el cuerno <strong>de</strong>recho <strong>por</strong> la ca<strong>de</strong>ra<br />

<strong>de</strong> éste mismo lado, en la <strong>que</strong> sufrió un ligero<br />

puntazo, volteado sin caer al suelo, sobre la<br />

cuna, a la <strong>que</strong> el torero procuró agarrarse<br />

252<br />

para su <strong>de</strong>fensa, trasladado al cuerno<br />

izquierdo, <strong>que</strong> le hirió en la tetilla <strong>de</strong>l mismo<br />

lado y resbalando en una costilla penetró<br />

<strong>por</strong> <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ella, causando al <strong>de</strong>sgraciado<br />

lidiador una tremenda cornada <strong>que</strong> le <strong>de</strong>strozó<br />

el corazón. Entonces lo arrojó al suelo.<br />

Mortalmente herido, se levantó <strong>de</strong>l<br />

suelo Pepete y se llevó una mano a la frente,<br />

y <strong>de</strong> allí al costado; con pasos inciertos<br />

anduvo un trayecto como <strong>de</strong> cinco o seis<br />

metros, viniendo a caer, arrojando sangre <strong>por</strong><br />

la boca, justamente <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l palco presi<strong>de</strong>ncial.<br />

Al caer aún se causó el <strong>de</strong>sgraciado<br />

torero otra gran herida en la cabeza <strong>por</strong> efecto<br />

<strong>de</strong>l <strong>por</strong>razo contra el estribo <strong>de</strong> la barrera. Ya<br />

no pudo levantarse más.<br />

Fue recogido con gran presteza <strong>por</strong><br />

los servidores <strong>de</strong> la plaza, <strong>que</strong> le trasladaron<br />

a la enfermería, don<strong>de</strong> con toda urgencia se<br />

le administró el sacramento <strong>de</strong> la extremaunción,<br />

falleciendo a las cinco minutos.» La impresión<br />

<strong>que</strong> la tragedia <strong>de</strong> Pepete produjo fue<br />

tan profunda, <strong>que</strong> su eco llegó hasta el salón<br />

<strong>de</strong> sesiones <strong>de</strong> las Cortes, en el cual hizo un<br />

formidable discurso contra las corridas <strong>de</strong><br />

toros el diputado don Salustiano Olózaga, discurso<br />

<strong>de</strong>l <strong>que</strong> se ocupó la Prensa muchos<br />

días en interesantisima polémica.<br />

El lunes 21 <strong>de</strong> abril el cadáver <strong>de</strong><br />

Pepete recibió sepultura en el cementerio <strong>de</strong><br />

la Sacra-mental <strong>de</strong> San Luis y San Ginés. El<br />

traslado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Hospital General, don<strong>de</strong> había<br />

sido llevado la noche anterior, fue una manifestación<br />

<strong>de</strong> duelo imponente. Llevaron a<br />

hombros el cadáver los picadores Antonio<br />

Cal<strong>de</strong>rón, Bruno Azaña, Mariano Cortés y Antonio<br />

Osuna. El duelo iba presidido <strong>por</strong> los<br />

matadores <strong>de</strong> toros Cayetano Sanz, Ángel<br />

López Regatero y Gonzalo Mora, figurando<br />

en la triste comitiva todos los toreros <strong>que</strong> a la<br />

sazón se hallaban en la capital <strong>de</strong> España y<br />

otros venidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Córdoba.<br />

Dióse en la tragedia <strong>de</strong> Pepete una <strong>de</strong><br />

las notas más trágicas con <strong>que</strong>, en la crónica<br />

general <strong>de</strong> la Fiesta, está escrita la generosidad<br />

inmensa <strong>de</strong> la torería. Por salvar la vida<br />

<strong>de</strong> un compañero, en peligro ante el toro,


Pepete no duda ni un instante y se lanza a<br />

entregar la suya, sin regateos ni reservas. Las<br />

circunstancias hace <strong>que</strong> el nombre <strong>de</strong>l torero<br />

cordobés, <strong>que</strong> inició la lista trágica <strong>de</strong> la leyenda<br />

<strong>de</strong> <strong>Miura</strong>, ocupe también un puesto <strong>de</strong><br />

honor en la relación <strong>de</strong> los <strong>que</strong>, como ejemplo<br />

imperece<strong>de</strong>ro, se entregaron con generosidad<br />

admirable a la más hermosa labor <strong>de</strong><br />

salvar a un compañero en peligro.<br />

Está <strong>de</strong>mostrado, y <strong>de</strong> ello <strong>de</strong>jamos<br />

mención en el interesantísimo relato <strong>que</strong><br />

hemos trans-crito antes, <strong>que</strong> fue una ligereza<br />

o una falta <strong>de</strong> preparación <strong>de</strong> Pepete el<br />

motivo inmediato <strong>de</strong> su tragedia, muy parecida<br />

a la <strong>de</strong> Dominguín en la plaza <strong>de</strong> Barcelona.<br />

El arrojo <strong>de</strong>l diestro <strong>de</strong> Córdoba privó a<br />

éste <strong>de</strong> la facultad precisa para cambiar un<br />

terreno en el <strong>que</strong> fatalmente había <strong>de</strong> hacer<br />

<strong>por</strong> él Jocinero con todo el brío <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r<br />

formidable.<br />

Como ya se dice, un mes antes <strong>de</strong> su<br />

muerte, Pepete había sido padrino en<br />

Córdoba <strong>de</strong> un niño, sobrino político suyo, a<br />

quien se impuso <strong>por</strong> nombre Rafael.<br />

Solamente un cuarto <strong>de</strong> siglo más tar<strong>de</strong> este<br />

niño fue un torero <strong>que</strong> asombró a su época. Y<br />

a todas las épocas: Rafael Guerra (Guerrita).<br />

Introducción<br />

RODRÍGUEZ (Manuel), Manolete.<br />

El día (28-08-1947), en la plaza <strong>de</strong><br />

Linares, el toro Islero, <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>, dio a Manolete<br />

tan certera y terrible comada <strong>que</strong> el inmenso<br />

torero, vértice <strong>de</strong> toda la Fiesta <strong>por</strong> entonces,<br />

<strong>de</strong>jó <strong>de</strong> existir a la madrugada siguiente en<br />

un cuartito recoleto <strong>de</strong>l hospital municipal.<br />

«Manolete se dio cuenta perfecta <strong>de</strong> <strong>que</strong> su<br />

vida se acababa y recibió a la muerte con la<br />

misma entereza con <strong>que</strong> la había <strong>de</strong>safiado<br />

tantas y tantas veces para conquistar la<br />

gloria», <strong>de</strong>jó escrito don Enri<strong>que</strong> Vila.<br />

A<strong>que</strong>lla madrugada también ganó<br />

Manolete una gloria <strong>que</strong> no se acaba <strong>por</strong><strong>que</strong><br />

no es <strong>de</strong> este mundo. El último hálito <strong>de</strong> su<br />

MIURA - 2002<br />

existencia le sorprendió asido a una imagen<br />

<strong>de</strong>l Cristo <strong>de</strong> los Faroles, <strong>de</strong> Córdoba, <strong>que</strong><br />

llevaba siempre consigo, como tesoro <strong>de</strong> su<br />

alma generosa y buena.<br />

Vila dice <strong>que</strong> «fue amigo y admirador<br />

<strong>de</strong> Manolete <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los días en <strong>que</strong> los admiradores<br />

<strong>de</strong> Manolete <strong>de</strong> toda España se podían<br />

contar con los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> las manos; pero<br />

no formó nunca en el círculo <strong>de</strong> su intimidad.<br />

La rápida escalada hacia la cumbre, le <strong>de</strong>jó<br />

un poco atrás en su mo<strong>de</strong>sta condición <strong>de</strong><br />

crítico <strong>de</strong> provincia. Sin embargo, sabía <strong>que</strong><br />

cuando era ocasión, Manolete guardaba<br />

siempre para él una palabra <strong>de</strong> afectuoso respeto.<br />

Por ello le afectó mucho la trágica<br />

muerte <strong>de</strong> Manolete. Supo <strong>de</strong> su cogida el<br />

mismo día <strong>por</strong> la noche, cuando acabadas<br />

las tareas cotidianas iba <strong>de</strong> recogida. De su<br />

muerte, apenas amanecida la mañana siguiente.<br />

Sintió una gran pena.»<br />

Don Enri<strong>que</strong> había escrito <strong>de</strong> Manuel<br />

Rodríguez (Manolete) muchas crónicas entusiastas<br />

como hubiera podido escribir, -salvada<br />

la distancia- Peña y Goñi las <strong>que</strong> hizo a<br />

Frascuelo. Él era manoletista «feroz e intransigente.»<br />

Le apenó mucho su muerte y anduvo<br />

todo el día 29 <strong>de</strong> agosto un poco <strong>de</strong>sequilibrado.<br />

Pero la vida seguía... Rezó en la intimidad<br />

<strong>de</strong> su casa <strong>por</strong> el alma <strong>de</strong> Manolete,<br />

como lo hicieron millones <strong>de</strong> personas, <strong>que</strong><br />

pasaba a ser como un hito en sus recuerdos<br />

<strong>de</strong> periodista taurino.<br />

No existen ya los originales <strong>de</strong> algunas<br />

crónicas <strong>que</strong> podría citar ahora casi íntegramente.<br />

El día <strong>que</strong> ganó, en Sevilla, el grado<br />

<strong>de</strong> matador <strong>de</strong> toros y terminó el comentario<br />

<strong>de</strong> Vila:<br />

«Si Dios le da suerte, antes <strong>de</strong> dos<br />

años Manolete será la primera figura <strong>de</strong>l toreo<br />

<strong>de</strong> España». Y admitió <strong>que</strong> se equivovó en el<br />

tiempo, pues, Manolete ganó esa condición<br />

justamente un año <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su doctorado.<br />

El día 30 <strong>de</strong> agosto pasaba Vila <strong>por</strong> la<br />

puerta <strong>de</strong> la cervecería Punta <strong>de</strong>l Diamante,<br />

<strong>de</strong> Sevilla, cuya entrada esquivó. Iba casi todas<br />

las mañanas a a<strong>que</strong>lla cervecería, a una<br />

tertulia <strong>de</strong> tipo literario <strong>que</strong> presidía, y presidió<br />

253


MIURA - 2002<br />

<strong>por</strong> mucho tiempo, el ilustre escritor Santiago<br />

Montoto. Allí estaba él, en la misma silla <strong>de</strong><br />

siempre, con la humeante taza <strong>de</strong> café y el<br />

pitillo en la mano. No le acompañaba nadie,<br />

temprano como era todavía. A pesar <strong>de</strong> todo,<br />

Vila intentó pasar <strong>de</strong> largo. No tenía ganas <strong>de</strong><br />

tertulia. Era preferible no hablar <strong>de</strong> nada y enfrascarse<br />

en la labor <strong>de</strong>l periódico. Sin embargo,<br />

don Santiago Montoto lo vio, le llamó y<br />

le invitó a sentarse...<br />

-¿Tú has pensado -le preguntó a Vila<br />

en tono casi patemal- <strong>que</strong> hay en la muerte<br />

<strong>de</strong> Manolete un re<strong>por</strong>taje estupendo...?<br />

-No lo he pensado -le contestó-; pero<br />

lo hay.<br />

-¿Por qué no lo haces...?<br />

-No tengo humor para eso. Quizá no<br />

sabría escribirlo.<br />

-Yo no pienso como tú -arguyó en tono<br />

amigable-. No pienso como tú. Has escrito mucho<br />

<strong>de</strong> Manolete. Eras su amigo. Ya llevas<br />

<strong>por</strong> <strong>de</strong>lante las dos cosas <strong>que</strong> más necesita<br />

un buen re<strong>por</strong>taje. Conocer el tema y tratarlo<br />

con cariño...<br />

-Gracias, Santiago; pero no entra en<br />

mis cálculos. Tardaría mucho tiempo y el re<strong>por</strong>taje<br />

tiene <strong>que</strong> ser una cosa viva...<br />

-Exactamente. Piénsalo bien...<br />

«Hablamos luego durante unos minutos<br />

sobre otros temas <strong>que</strong> no tenían nada <strong>que</strong><br />

ver con la muerte <strong>de</strong> Manolete. Me fui a la redacción<br />

<strong>de</strong>l periódico. Trabajé a<strong>que</strong>lla mañana<br />

con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l re<strong>por</strong>taje <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong><br />

Manolete dándome vueltas en la imaginación.<br />

Creo <strong>que</strong> todo lo <strong>que</strong> hice salió mal. Cuando<br />

llegué a casa al medio día, mientras tomaba<br />

una copa con mi mujer -uno <strong>de</strong> los momentos<br />

más felices <strong>de</strong> mi vida es éste <strong>de</strong> la copa<br />

<strong>de</strong>l medio día, con mi mujer y mis hijos-, le<br />

hablé <strong>de</strong> la conversación sostenida antes con<br />

Santiago Montoto.<br />

Mi mujer me animó, creo <strong>que</strong> más para<br />

<strong>que</strong> me distrajera, <strong>que</strong> <strong>por</strong><strong>que</strong> hiciera el re<strong>por</strong>taje.<br />

No necesité más. Llamé al punto a la<br />

Editorial Católica, don<strong>de</strong> tenía cierta relación<br />

profesional. Allí habían dado a la estampa algunos<br />

libros míos, tales como El negocio <strong>de</strong><br />

254<br />

los toros. Era el gerente un señor Molina, <strong>que</strong><br />

se mostró muy amable. Le hablé <strong>de</strong>l tema,<br />

cuya im<strong>por</strong>tancia percibió en el acto...<br />

Aún no había terminado <strong>de</strong> explicarle<br />

la i<strong>de</strong>a. Me preguntó:<br />

-¿Cuándo quiere empezar a<br />

escribir...?<br />

-Esta misma noche -le contesté.<br />

-Mañana, Dios mediante, a la hora <strong>que</strong><br />

diga, irán a recoger los primeros originales,<br />

<strong>que</strong> serán inmediatamente entregados a la<br />

linotipia. Estará lista esperando su llamada.<br />

Si usted no para, nosotros tampoco. Po<strong>de</strong>mos<br />

terminar todos al mismo tiempo.<br />

La realización <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a me sedujo<br />

más, y me puse a la labor con un entusiasmo<br />

<strong>que</strong> no creo haber sentido jamás, aun<strong>que</strong> el<br />

oficio <strong>de</strong> casi toda mi vida haya sido escribir.<br />

Trabajé sin <strong>de</strong>scanso durante tres días enteros.<br />

Pero al cabo <strong>de</strong> ellos estaba en la calle<br />

inundando las librerías y puestos <strong>de</strong> periódicos<br />

<strong>de</strong> Sevilla el re<strong>por</strong>taje sobre Manolete. El<br />

público respondió con una <strong>de</strong>manda poco<br />

frecuente.<br />

<strong>Los</strong> ejemplares, con la tinta fresca, salían<br />

<strong>de</strong> la rotativa en pa<strong>que</strong>tes, y una muchedumbre<br />

<strong>de</strong> ven<strong>de</strong>dores esperaba a la puerta<br />

<strong>de</strong> la editorial. Hasta un mes <strong>de</strong>spués no<br />

apareció en las librerías el primer trabajo sobre<br />

Manolete. El mío no lo era. Me refiero al libro<br />

<strong>de</strong>l maestro K-Hito: Manolete ya está muerto.<br />

Muerto está <strong>que</strong> yo lo vi.»<br />

Se vendieron <strong>de</strong> a<strong>que</strong>l re<strong>por</strong>taje, en<br />

una semana, varios miles <strong>de</strong> ejemplares. Tal<br />

vez yo <strong>de</strong>bí hacer sobre Manolete una cosa,<br />

si no mejor <strong>por</strong><strong>que</strong> no sabía, más im<strong>por</strong>tante.<br />

La liviandad con <strong>que</strong> había escrito hasta entonces<br />

<strong>de</strong>bería haber tenido una solución <strong>de</strong><br />

continuidad en honor <strong>de</strong> la casi mitológica figura<br />

<strong>de</strong>l Califa III. Pero fue la inquietud <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n<br />

periodístico <strong>que</strong> impulsó el breve coloquio<br />

con Santiago Montoto lo <strong>que</strong> me hizo llevar a<br />

unas páginas -<strong>de</strong> libro o <strong>de</strong> re<strong>por</strong>taje- el reflejo<br />

<strong>de</strong> afectuosa admiración <strong>que</strong> me merecía<br />

cuanto se refiería a Manuel Rodríguez.<br />

Ligo ahora, seguidamente, al re<strong>por</strong>taje<br />

sobre los toros <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>, un extracto <strong>de</strong>l


Doña Angustia Sánchez con su hijo Manolete (Imagen<br />

cortesía <strong>de</strong> <strong>de</strong> Caja Sur.)<br />

<strong>que</strong> hice sobre Manolete... y <strong>que</strong> traigo aquí,<br />

viviendo y escribiendo este libro en la hermosa<br />

ciudad colonial <strong>de</strong> Zacatecas (México). <strong>Los</strong><br />

dos se complementan en la gloria y en la<br />

tragedia. <strong>Miura</strong> es un símbolo <strong>de</strong> la Fiesta<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace ciento sesenta años, en el año<br />

2002. Cuando pase este tiempo, Manolete lo<br />

será también.<br />

A José Vicente Puente, el gran escritor,<br />

amigo <strong>de</strong> Manolete, le preguntaron un día<br />

en cierto país <strong>de</strong> América si Manolete existía<br />

en realidad o era un nuevo símbolo, como<br />

Don Quijote, lanzado <strong>por</strong> España al mundo<br />

<strong>de</strong>l toreo. Manolete, monolito -escribió el<br />

maestro Hito-. Monolito, <strong>que</strong> señala el vértice<br />

<strong>de</strong>l toreo en un tiempo no muy lejano. Monolito<br />

<strong>de</strong> gran<strong>de</strong>za histórica, indicador <strong>de</strong> una nueva<br />

teoría <strong>de</strong> torear, fundada en los dos pilares<br />

MIURA - 2002<br />

más recios <strong>que</strong> el toreo pue<strong>de</strong> tener: la<br />

vocación y el pundonor profesional. Siempre<br />

lo vi, en la plaza y en la calle, con su tristeza<br />

<strong>de</strong> sauce, con su empa<strong>que</strong> <strong>de</strong> obelisco, como<br />

escribió Adriano <strong>de</strong>l Valle.<br />

He aquí, lector, el extraordinario re<strong>por</strong>taje<br />

<strong>de</strong> hace medio siglo, romance sencillo,<br />

contado, no cantado, <strong>por</strong> la prosa <strong>de</strong>l autor<br />

<strong>de</strong> «MIURAS, Mas <strong>de</strong> un Siglo <strong>de</strong> Gloria y <strong>de</strong><br />

Tragedia...»<br />

Biografía <strong>de</strong> Manolete..., al estilo <strong>de</strong> don<br />

Enri<strong>que</strong> Vila:<br />

«A la una y media <strong>de</strong>l día (04-07-1917)<br />

vio la luz primera en Córdoba, en la casa numero<br />

2, A, <strong>de</strong> la calle <strong>de</strong> Torres Cabrera, <strong>de</strong><br />

la parroquia <strong>de</strong> Santa Marina <strong>de</strong> las Aguas,<br />

255


MIURA - 2002<br />

Manuel Rodríguez y Sánchez, <strong>que</strong>, andando<br />

el tiempo, había <strong>de</strong> ser una <strong>de</strong> las figuras geniales<br />

<strong>de</strong>l toreo <strong>de</strong> todas las épocas. Era hijo<br />

<strong>de</strong> Manuel Rodríguez y Sánchez (Manolete I)<br />

y <strong>de</strong> doña Angustias Sánchez Martínez.<br />

Estuvo ésta casada en primeras nupcias con<br />

Rafael Molina (Lagartijo Chico), sobrino <strong>de</strong>l<br />

Califa, matador <strong>de</strong> toros, alternativado en la<br />

misma corrida en <strong>que</strong> lo fue Machaquito, el<br />

día primero <strong>de</strong> nuestro siglo.<br />

Doña Angustias Sánchez tuvo <strong>de</strong> su<br />

primer matrimonio dos hijas: Dolores y Angustias.<br />

Al tiempo <strong>de</strong>l nacimiento <strong>de</strong>l niño, la<br />

familia había sido aumentada con otras dos<br />

hijas: Soledad y Teresa. No hay <strong>que</strong> <strong>de</strong>cir,<br />

pues, la alegría con <strong>que</strong> fue recibido en la casa<br />

Manolete II el primer varón, <strong>que</strong> aseguraba la<br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> un nombre con prestigio en<br />

los fastos <strong>de</strong> la tauromaquia. Por<strong>que</strong> si bien<br />

es cierto <strong>que</strong> el apodo <strong>que</strong> un día habría <strong>de</strong><br />

escalar tan alto, no tenía ganados los laureles<br />

inmarcesibles <strong>de</strong> nuestro tiempo, no lo es<br />

menos <strong>que</strong> los apellidos <strong>de</strong> la familia<br />

Rodríguez Sánchez brillaban en las páginas<br />

<strong>de</strong> la Gran Fiesta española <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los tiempos<br />

heroicos <strong>de</strong> la misma.<br />

Manuel Rodríguez y su esposa suspiraban<br />

<strong>por</strong> un varón <strong>que</strong> viniera a continuar la<br />

línea familiar directa. El padre, celoso <strong>de</strong> su<br />

profesión, enamorado <strong>de</strong> ella y <strong>de</strong> sus<br />

peligros, con la i<strong>de</strong>a remota <strong>de</strong> <strong>que</strong> hubiera<br />

siempre un Manolete entre los toreros <strong>de</strong> postín.<br />

La madre, consumida en el hogar <strong>por</strong><br />

tantas jornadas <strong>de</strong> espera y <strong>de</strong> rezo, mientras<br />

en la arena <strong>de</strong> los ruedos el esposo luchaba<br />

<strong>por</strong> la gloria y <strong>por</strong> la vida, <strong>que</strong>ría también<br />

un varón <strong>que</strong> llevara en a<strong>de</strong>lante el nombre<br />

patemo.<br />

Siempre le horrorizó a doña Angustias<br />

Sánchez la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> <strong>que</strong> «su Manuel» pudiera<br />

ser torero algún día. A la postre, no pudo evitarlo,<br />

como tantas madres, <strong>que</strong> encuentran<br />

en las lágrimas y en las oraciones el consuelo<br />

contra el signo <strong>de</strong> sus hijos. El niño Manuel<br />

Rodríguez Sánchez fue bautizado en la parroquia<br />

<strong>de</strong> San Miguel Arcángel, <strong>de</strong> Córdoba,<br />

cinco días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su nacimiento. Aun<br />

256<br />

cuando éste tuvo lugar en la iglesia mencionada,<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l típico barrio <strong>de</strong> la Merced,<br />

recibió las regeneradoras aguas en el templo<br />

a <strong>que</strong> la calle <strong>de</strong>l nacimiento -la <strong>de</strong> Torres Cabrera-<br />

<strong>que</strong>dó adscrita <strong>por</strong> a<strong>que</strong>llos días.<br />

La partida <strong>de</strong>l bautismo <strong>de</strong> Manolete,<br />

<strong>que</strong> obra al folio 125, vuelto, <strong>de</strong>l libro 28 <strong>de</strong>l<br />

archivo parroquial, dice así, copiada textualmente:<br />

«En la ciudad <strong>de</strong> Córdoba, capital <strong>de</strong><br />

su provincia y Obispado, a nueve <strong>de</strong> Julio <strong>de</strong><br />

1917, el presbítero D. Miguel Blanco Moreno,<br />

Párroco, bautizó solemnemente un niño <strong>que</strong><br />

nació el día 4 <strong>de</strong>l mismo mes y <strong>de</strong>l mismo<br />

año, a la una y media <strong>de</strong> la noche, hijo legítimo<br />

<strong>de</strong> D. Manuel Rodríguez Sánchez y <strong>de</strong> Doña<br />

Angustias Sánchez Martínez, naturales <strong>de</strong><br />

Córdoba. Abuelos patemos: D. Manuel y Doña<br />

Ángela, naturales <strong>de</strong> Córdoba. Abuelos matemos:<br />

D. Antonio y Doña Teresa, naturales<br />

<strong>de</strong> Albacete y Aranjuez, respectivamente. Padrinos:<br />

D. Francisco Sánchez, <strong>de</strong> estado casado,<br />

y la señorita María <strong>de</strong> los Dolores Molina<br />

Sánchez. Se le puso Manuel Laureano.»<br />

No es verdad <strong>que</strong> el niño Manuel<br />

Rodríguez y Sánchez hubiese nacido débil y<br />

enfermizo. Durante los primeros años <strong>de</strong> su<br />

existencia se crió rollizo y extremadamente<br />

fuerte. Cuando apenas había cumplido el segundo<br />

fue atacado <strong>por</strong> una pulmonía <strong>que</strong> <strong>que</strong>bró<br />

su normal <strong>de</strong>senvolvimiento, pero no le<br />

<strong>de</strong>jó ninguna huella. El padre, muerto prematuramente,<br />

tuvo tiempo <strong>de</strong> ver al hijo, cuando<br />

aún éste no podía tenerse en pie, simular<br />

con el capotillo <strong>de</strong> percalina -el primer juguete<br />

<strong>de</strong> todos los hijos <strong>de</strong> los toreros- suertes <strong>de</strong>l<br />

toreo <strong>que</strong>, en su pasión <strong>de</strong> padre, encontraba<br />

<strong>de</strong> una perfección maravillosa. Después <strong>de</strong><br />

estas escenas solía <strong>de</strong>cir con orgullo a la mujer:<br />

-Lo lleva en la masa <strong>de</strong> la sangre.<br />

Doña Angustias aprovechaba las ausencias<br />

profesionales <strong>de</strong>l esposo, cada día<br />

menos frecuentes, a causa <strong>de</strong> la enfermedad<br />

visual <strong>que</strong> éste pa<strong>de</strong>cía, para inculcar en el<br />

niño un sentimiento <strong>de</strong> horror a la torería. No<br />

ocultaba ante el chaval el disgusto y el sobresalto<br />

en las esperas vespertinas <strong>de</strong> estos días


<strong>de</strong> corridas. Entonces la señora estrechaba<br />

contra su pecho con más fuerza al niño, como<br />

si quisiera hacerlo más suyo.<br />

El padre en la casa hacía al chiquillo<br />

más alegre y jovial. Pero nunca <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> ser<br />

«madrero», como proclamó más tar<strong>de</strong> a los<br />

cuatro vientos, poseso <strong>de</strong> un noble orgullo.<br />

La madre también lo dijo cuando el chiquillo<br />

se había convertido en uno <strong>de</strong> los hombres<br />

más populares <strong>de</strong> España y en uno <strong>de</strong> los<br />

españoles con notas <strong>de</strong> universalidad.<br />

-Fue <strong>de</strong> niño muy madrero...<br />

Pero se iba con el padre a los toros<br />

cuando éste no toreaba. Y se entusiasmaba<br />

con los lances y las inci<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> la lidia. Y<br />

sentía miedo con la suerte <strong>de</strong> varas, cuyo aparato<br />

<strong>de</strong> caballos <strong>de</strong>stripados, fieros batacazos<br />

y enervantes griteríos <strong>de</strong> la multitud sobrecogían<br />

su ánimo infantil hasta hacerle sentir<br />

(Imagen cortesía <strong>de</strong> <strong>de</strong> Caja Sur.)<br />

MIURA - 2002<br />

miedo. Un miedo <strong>que</strong> se reflejaba en el<br />

semblante <strong>de</strong>mudado. Su padre le volvía<br />

siempre a la realidad con esta recomendación<br />

entre enérgica y cariñosa:<br />

-¿A ver la cara <strong>de</strong> los hombres...?<br />

¿Quién ha tenido miedo alguna vez en la familia<br />

<strong>de</strong> los Manolete?<br />

El niño no sabía aún cuál era la familia<br />

<strong>de</strong> los Manolete ni conocía a los personajes<br />

famosos en ella. No conocía más <strong>que</strong> a<br />

su padre, a quien había visto alguna vez como<br />

a a<strong>que</strong>llos hombres <strong>que</strong> él observaba en la<br />

plaza <strong>de</strong> toros. Más <strong>de</strong> una vez se extasió en<br />

casa viendo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>por</strong> la mañana, los días<br />

<strong>de</strong> comidas, preparado el traje <strong>de</strong> luces, y<br />

más <strong>de</strong> una vez también <strong>de</strong>scorrió la puerta<br />

<strong>de</strong>l ropero para contemplar a sus anchas la<br />

ropa brillante <strong>que</strong> <strong>de</strong>slumbraba su infantil imaginación.<br />

257


MIURA - 2002<br />

Cuando el padre <strong>de</strong> Manolete murió,<br />

allá en el año 1923, no había tenido tiempo<br />

todavía <strong>de</strong> ver en su hijo ninguna nota concreta<br />

<strong>que</strong> <strong>de</strong>terminara su futuro. Mucho menos <strong>que</strong><br />

en ese futuro, el apodo <strong>que</strong> él había llevado<br />

con dignidad seria elevado a una altura <strong>de</strong><br />

gloria comparable al más alto <strong>de</strong> la historia<br />

<strong>de</strong>l toreo. Cuando el padre <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> existir, los<br />

seis años con <strong>que</strong> contaba el hijo no eran garantía<br />

<strong>de</strong> ninguna formación <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n profesional,<br />

y mucho menos <strong>de</strong>l reflejo <strong>de</strong> su futura<br />

actividad en la línea tradicional <strong>de</strong> la familia.<br />

Ya hombre, nuestro Manolete <strong>de</strong>claró <strong>que</strong> lo<br />

menos hasta pasados los diez u once años<br />

no había sentido la vocación torera <strong>de</strong> una<br />

manera clara y terminante. No obstante, es<br />

muy probable <strong>que</strong> <strong>de</strong> chiquillo, y para fomentar<br />

la satisfacción íntima <strong>de</strong>l padre, dijera en<br />

presencia <strong>de</strong> éste, alguna vez, <strong>que</strong> <strong>que</strong>ría ser<br />

torero. Probablemente este <strong>de</strong>seo podría ser<br />

generado también <strong>por</strong> el ambiente <strong>de</strong> brillo y<br />

<strong>de</strong> bulla en <strong>que</strong>, generalmente, se <strong>de</strong>senvuelve<br />

el hogar <strong>de</strong> los toreros.<br />

Las calles <strong>de</strong>l barrio cordobés don<strong>de</strong><br />

Manuel Rodríguez vio la luz primera también<br />

estaban saturadas <strong>de</strong>l ambiente <strong>de</strong> la torería.<br />

El barrio <strong>de</strong> la Merced, entero, lo transmina<br />

<strong>por</strong> los cuatro costados. Todos los Rafaeles<br />

<strong>que</strong> integran la gloria taurina <strong>de</strong> la capital <strong>de</strong>l<br />

Califato dan vida y vigor a ese ambiente, <strong>que</strong><br />

se renueva <strong>de</strong> generación en generación con<br />

los juegos <strong>de</strong> los chiquillos en las plazuelas;<br />

con las conversaciones <strong>de</strong> los mozos en las<br />

tabernas; con los cantares <strong>de</strong> las mozas en<br />

las ventanas; con los recuerdos <strong>de</strong> los viejos<br />

juntos al fuego. Y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Pepete y el Niño <strong>de</strong><br />

Dios hasta nuestros días, pasando <strong>por</strong><br />

Lagartijo, el Guerra, Machaquito, Bocanegra<br />

y todos los Molinas, y los Sánchez, y los<br />

González, y los Rodríguez, todo habla <strong>de</strong>l<br />

toreo, <strong>de</strong> las glorias <strong>de</strong>l toreo y <strong>de</strong> la atracción<br />

trágica <strong>de</strong>l toreo.<br />

No es extraño <strong>que</strong> al niño Manuel<br />

Rodrí-guez se le formara en a<strong>que</strong>l ambiente<br />

un sexto sentido, y <strong>que</strong> ante el padre joven,<br />

torero <strong>de</strong> postín -nunca vio Manolete torear a<br />

su padre, ni siquiera <strong>de</strong> salón, a pesar <strong>de</strong> lo<br />

258<br />

cual siempre <strong>de</strong>cía <strong>que</strong> <strong>de</strong>bería haber sido<br />

muy buen torero-, el chaval repetiría la gracia<br />

<strong>que</strong> más podía enorgullecer a su progenitor.<br />

-No quiero estudiar. Quiero ser<br />

torero.<br />

Y luego correría a dar un beso a la madre,<br />

<strong>por</strong> cuyo rostro hacía siempre resbalar<br />

una lágrima esta frase <strong>de</strong>l hijo con la <strong>que</strong> el<br />

esposo reventaba <strong>de</strong> satisfacción. Murió muy<br />

joven el padre <strong>de</strong> nuestro Manolete. Contaba<br />

poco más o menos cuarenta años <strong>de</strong> edad.<br />

La muerte <strong>de</strong> su padre, y sobre todo el<br />

entierro, <strong>que</strong> constituyó en Córdoba lo <strong>que</strong> en<br />

estereotipada frase hemos dado en llamar una<br />

imponente manifestación <strong>de</strong> duelo, <strong>de</strong>jó en el<br />

niño una impresión profunda <strong>de</strong> dolor y <strong>de</strong><br />

pena <strong>que</strong>, como en el caso <strong>de</strong> Belmonte, habría<br />

<strong>de</strong> tener una traducción muy patente en<br />

toda su vida <strong>de</strong> hombre y <strong>de</strong> torero.<br />

<strong>Los</strong> niños <strong>que</strong>, como Manuel<br />

Rodríguez, tienen necesidad <strong>de</strong> ser hombres<br />

anacrónicamente, <strong>por</strong><strong>que</strong> sienten un imperativo<br />

irresistible <strong>de</strong> anticiparse al tiempo, adquieren<br />

en la infancia misma un sello <strong>que</strong> no<br />

se borra jamás <strong>de</strong> su semblante ni <strong>de</strong> su obra,<br />

cualquiera <strong>que</strong> sea la <strong>que</strong> le tenga <strong>de</strong>stinada<br />

la provi<strong>de</strong>ncia. Des<strong>de</strong> 1923 Manuel Rodríguez<br />

siente en su espíritu <strong>de</strong> niño la triste sensación<br />

<strong>de</strong> un hogar <strong>de</strong>shecho, y, muy vagamente, la<br />

responsabilidad <strong>de</strong> rehacerlo. Pero <strong>de</strong>bemos<br />

aclarar un error <strong>que</strong> se ha hecho circular<br />

mucho en los medios sensacionalistas <strong>de</strong>l toreo.<br />

En la casa <strong>de</strong> Manolete, no hubo nunca<br />

la miseria y la falta <strong>de</strong> lo indispensable,<br />

<strong>que</strong> tanto se ha proclamado en relatos más o<br />

menos imaginarios. Su padre no fue nunca<br />

un torero <strong>de</strong> categoría: esto es cierto. Pero<br />

toreaba lo suficiente para mantener a la familia<br />

con <strong>de</strong>coro. La esposa, diligente administradora,<br />

tenía siempre la previsión <strong>de</strong> guardar<br />

un poco <strong>de</strong> las ganancias <strong>de</strong>l marido.<br />

Cuando éste falleció, doña Angustias<br />

Sánchez tuvo <strong>que</strong> reducir el plan <strong>de</strong> su casa;<br />

pero los hijos no carecieron nunca <strong>de</strong> lo in-


dispensable, a pesar <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s reveses<br />

económicos <strong>de</strong> la nave sin piloto <strong>que</strong> era el<br />

hogar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong>l esposo. El hijo,<br />

más «madrero» <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>que</strong> no existe el padre,<br />

adivina las penalida<strong>de</strong>s, y allá en su interior,<br />

prematuramente recio, se dice, como dirigiéndose<br />

a la madre:<br />

-Yo te traeré algún día mucho<br />

dinero. Más <strong>de</strong>l <strong>que</strong> necesites.<br />

Empezó Manuel Rodríguez a ir al colegio.<br />

Un colegio <strong>de</strong> jesuitas; al contacto con<br />

la disciplina, Manuel Rodríguez siente el primer<br />

impulso <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> toda su vida.<br />

La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> someter su voluntad a cualquier<br />

norma le produce <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los primeros años<br />

una repulsión irresistible. Y <strong>por</strong> su cuenta<br />

rompe toda relación con este primer centro<br />

<strong>de</strong> enseñanza, al <strong>que</strong> se niega terminante-<br />

(Imagen cortesía <strong>de</strong> <strong>de</strong> Caja Sur.)<br />

MIURA - 2002<br />

mente a volver. La madre no contrarió <strong>de</strong> momento<br />

la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>l hijo, <strong>que</strong>, <strong>por</strong> otra parte,<br />

no se separaba <strong>de</strong> ella en casi ningún momento<br />

<strong>de</strong>l día. Manolete no había cedido áún<br />

a las tentaciones <strong>de</strong> la calle.<br />

Pasado algún tiempo doña Angustias<br />

llevó al hijo, en calidad <strong>de</strong> alumno medio pensionista,<br />

a un colegio <strong>de</strong> salesianos. Era propósito<br />

<strong>de</strong>cidido <strong>de</strong> la abnegada señora hacer<br />

cuanto estuviera <strong>de</strong> su parte para apartar al<br />

muchacho <strong>de</strong> la tradición taurina <strong>de</strong> la familia,<br />

a la <strong>que</strong> se había sacrificado en su hogar<br />

tanta tranquilidad, tantas lágrimas y tanto<br />

sinsabor.<br />

El muchacho no estuvo mucho tiempo,<br />

con or<strong>de</strong>n, en el nuevo colegio. Al cabo <strong>de</strong><br />

muy poco <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> ir y <strong>por</strong> contera faltó a su<br />

casa una noche entera para eludir la reprimenda<br />

<strong>de</strong> la madre. Como consecuencia <strong>de</strong><br />

todo ello, doña Angustias resolvió ponerlo en<br />

259


MIURA - 2002<br />

el mismo colegio en calidad <strong>de</strong> intemo, en el<br />

<strong>que</strong> permaneció el futuro Manolete hasta<br />

pasados los once años <strong>de</strong> edad, con toda la<br />

in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> su carácter y con toda la<br />

repulsión <strong>que</strong> le inspiraba la vida or<strong>de</strong>nada<br />

<strong>de</strong>l internado, fue Manolete en este tiempo<br />

un buen estudiante. Amaba los libros <strong>de</strong><br />

Historia, en cuyas páginas encontraba amplio<br />

campo para el solaz <strong>de</strong> su espíritu, tan abierto<br />

siempre a todas las i<strong>de</strong>as epopéyicas.<br />

La vida <strong>de</strong>l internado fortaleció gran<strong>de</strong>mente<br />

el cuerpo <strong>de</strong>l chaval. <strong>Los</strong> juegos <strong>de</strong><strong>por</strong>tivos,<br />

en los <strong>que</strong> terminó encontrando<br />

especial compla-cencia, diéronle gran<br />

agilidad. Se apasionó a la bicicleta. Y todavía,<br />

en plena pubertad, cuando ya discurría<br />

<strong>por</strong> cauce abierto su vocación torera,<br />

Manolete se acercaba a los cortijos don<strong>de</strong><br />

se realizaban faenas <strong>de</strong> tienta montando su<br />

máquina, mientras los ojos tímidos preguntaban<br />

a los campos si se podría torear allí.<br />

Ya <strong>por</strong> esta época la situación<br />

económica <strong>de</strong> doña Angustias era un poco<br />

apurada. El hogar fue trasladado a una casa<br />

más mo<strong>de</strong>sta, y fueron a vivir a la plaza <strong>de</strong> La<br />

Lagunilla, en pleno barrio <strong>de</strong> la Merced. Y<br />

aun<strong>que</strong> <strong>de</strong> antiguo tenía <strong>de</strong>mostrada Manuel<br />

Rodríguez escasa y poco entusiasta inclinación<br />

<strong>por</strong> los estudios, no es aventurado afirmar<br />

<strong>que</strong> el ambiente taurino <strong>de</strong>l barrio, don<strong>de</strong><br />

veía jugar a los chiquillos al toro, influyó mucho<br />

en la <strong>de</strong>cisión <strong>que</strong> un día se atrevió a expresar<br />

ante las lamentaciones <strong>de</strong> la madre:<br />

-¡No quiero estudiar! ¡Quiero ser torero!<br />

El hogar mo<strong>de</strong>sto vibró con esta exclamación.<br />

Y <strong>por</strong> la imaginación <strong>de</strong> la madre<br />

pasó en un instante, como una película, la<br />

torería <strong>de</strong> toda la familia bañada en ri<strong>que</strong>za,<br />

sí, pero también en tragedia. El primer Pepete,<br />

José Dámaso Rodríguez, con sus patillas,<br />

colgado <strong>de</strong> los cuernos <strong>de</strong> Jocinero, en<br />

Madrid; el hermano Manuel, el primer<br />

Manolete, padre <strong>de</strong> su esposo y abuelo <strong>de</strong>l<br />

chiquillo, <strong>que</strong>, asustado <strong>por</strong> los lloros <strong>de</strong> la<br />

madre, en un rincón tímido y anhelante.<br />

260<br />

Y los nombres <strong>de</strong>l Bebé, ban<strong>de</strong>rillero<br />

<strong>de</strong> Lagartijo, en el <strong>que</strong> Frascuelo creía haber<br />

encontrado el sucesor; el Bebé Chico; el<br />

esposo primero, Rafael Molina, continuación<br />

rediviva <strong>de</strong>l primer Califa; el esposo segundo,<br />

el Manolete padre <strong>de</strong> aquél <strong>que</strong> había dicho<br />

tan enérgicamente <strong>que</strong> <strong>que</strong>ría ser torero. Y<br />

tenía <strong>que</strong> serlo, <strong>por</strong><strong>que</strong> era el signo <strong>de</strong> la<br />

familia. La voz <strong>de</strong> la sangre, como imperativo<br />

categórico, lo or<strong>de</strong>naba sin ninguna excusa.<br />

El ambiente <strong>de</strong>l barrio, don<strong>de</strong> brotaba <strong>de</strong><br />

una generación a otra la gloria <strong>de</strong> los Rafaeles,<br />

era más fuerte <strong>que</strong> sus lágrimas y sus<br />

súplicas.<br />

Su hijo Manuel sería torero. Decididamente,<br />

la buena señora no es <strong>que</strong> se<br />

conformara, pero sentía sobre sí, más fuerte<br />

<strong>que</strong> ella misma, todo el peso <strong>de</strong> una tradición<br />

familiar inexorable, a la <strong>que</strong> estaba ligada <strong>de</strong><br />

<strong>por</strong> fuerza y <strong>por</strong> toda la vida. Su hijo, tan<br />

madrero, tan suyo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer instante<br />

<strong>de</strong> su vida, el <strong>que</strong> tantas horas tenía pasadas<br />

junto a las faldas acogedoras en pura y simple<br />

contemplación <strong>de</strong> la labor casera <strong>de</strong> la<br />

madre, había <strong>que</strong>dado en un instante -ella lo<br />

sabía- enteramente <strong>de</strong>sligado <strong>de</strong> la órbita <strong>de</strong><br />

su influencia, entrando <strong>por</strong> entero en la<br />

trayectoria <strong>de</strong> una tradición familiar<br />

in<strong>de</strong>clinable. Manuel Rodrí-guez sería torero.<br />

Doña Angustias Sánchez lo vio a<strong>que</strong>lla<br />

tar<strong>de</strong> claro y diáfano, como suelen ver las<br />

madres el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> los hijos.<br />

No obstante ser hijo y nieto <strong>de</strong> toreros,<br />

Manuel Rodríguez Sánchez tuvo <strong>que</strong><br />

someterse al duro aprendizaje <strong>de</strong> los <strong>que</strong> no<br />

tienen nada <strong>que</strong> ver con la torería.<br />

Probablemente <strong>de</strong> no haber muerto su padre<br />

tan pronto el futuro astro habría encontrado<br />

sobrados lugares don<strong>de</strong> ejercitar su<br />

vocación, sin necesidad <strong>de</strong> sobresaltos, ni<br />

buscar ocasiones tan pródigas en peligro, en<br />

percances graves y aun en malograr<br />

auténticas vocaciones. Manuel Rodríguez,<br />

<strong>que</strong> estaba enraizado en una <strong>de</strong> las familias<br />

más toreras <strong>de</strong> Córdoba, tuvo <strong>que</strong> ser, al<br />

comienzo <strong>de</strong> su espectacular carrera, el aficionado<br />

anónimo <strong>que</strong> apenas si conocen los


compañeros <strong>de</strong>l barrio <strong>de</strong> la Merced, don<strong>de</strong><br />

cada tar<strong>de</strong> se jugaba al toro con una<br />

formalidad <strong>que</strong> reflejaba muy exactamente la<br />

<strong>de</strong> las corridas <strong>de</strong> mayor cuantía.<br />

A los once años Manuel Rodríguez no<br />

había pasado <strong>de</strong> estos juegos callejeros. En<br />

realidad, <strong>de</strong> verdad, <strong>por</strong> muy intenso <strong>que</strong> fuera<br />

su entron<strong>que</strong> en una familia <strong>de</strong> abolengo<br />

taurino, tampoco había tiempo para más.<br />

Nunca se había puesto <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> una<br />

res, ni había experimentado la sensación <strong>de</strong><br />

burlar un peligro cierto. Por estos días, dos<br />

mozos <strong>de</strong> su edad y <strong>de</strong> idéntico abolengo<br />

torero, le proponen una excursión a «un sitio»<br />

-las cosas o sitios <strong>de</strong> torear se han hablado<br />

siempre en el mundillo con un secreto<br />

maravilloso- don<strong>de</strong> podrían torear «si tienen<br />

suerte.»<br />

Manuel Rodríguez (Manolete), <strong>que</strong><br />

siente ya en su espíritu joven la inquietud<br />

obsesionante <strong>de</strong> torear, acepta en el acto la<br />

(Imagen cortesía <strong>de</strong> <strong>de</strong> Caja Sur.)<br />

MIURA - 2002<br />

propuesta sin <strong>de</strong>cir a «nadie» una sola palabra.<br />

Ni en casa ni en el barrio. Y así, una buena<br />

mañana, cuando era el alba -igual <strong>que</strong> la<br />

primera salida <strong>de</strong> Don Quijote-, tres chiquillos,<br />

mo<strong>de</strong>stamente vestidos, <strong>por</strong>tando<br />

sendos «liíllos» con los avíos <strong>de</strong> torear y una<br />

merienda bastante escasa, preparada la<br />

noche antes, salen <strong>de</strong> Córdoba a la anchura<br />

colosal <strong>de</strong> los campos <strong>de</strong> Andalucía, <strong>por</strong><br />

don<strong>de</strong> andan sueltos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace siglos los<br />

duen<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l toreo, <strong>que</strong> tan estrecha amistad<br />

habrían <strong>de</strong> hacer <strong>de</strong>s<strong>de</strong> a<strong>que</strong>l mismo día con<br />

Manuel Rodríguez.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> éste figuraban en el grupo<br />

otro Manuel Rodríguez, hijo <strong>de</strong>l Bebé chico y,<br />

<strong>por</strong> consiguiente, primo hermano <strong>de</strong>l futuro y<br />

celebre Manuel Rodríguez (Manolete), y Curro<br />

Camará, hijo <strong>de</strong> Lu<strong>que</strong>, famoso ban<strong>de</strong>rillero<br />

<strong>de</strong> Machaquito. Este último era consi<strong>de</strong>rado<br />

<strong>por</strong> los «buenos catadores» <strong>de</strong> Córdoba el<br />

llamado a mantener el pendón <strong>de</strong> la ciudad<br />

261


MIURA - 2002<br />

<strong>de</strong> los califas a la altura <strong>que</strong> lo habían <strong>de</strong>jado<br />

los Rafaeles.<br />

Es muy <strong>de</strong> notar el hecho <strong>de</strong> <strong>que</strong> en<br />

la misma Córdoba Manuel Rodríguez tuviese<br />

<strong>que</strong> vencer una resistencia <strong>que</strong> no habría <strong>de</strong><br />

venirse enteramente abajo hasta <strong>que</strong> toda<br />

España se había llenado <strong>de</strong> su gloria. A<br />

Manolete le costó mucho ser profeta en su<br />

patria, en su tierra. Le costó haber ganado<br />

esta condición en casi todo el mundo. <strong>Los</strong><br />

tres muchachos iban a<strong>que</strong>lla mañana animosos<br />

y contentos.<br />

Discutían sobre la marcha y con infantil<br />

aplomo la situación <strong>de</strong>l cortijo don<strong>de</strong>, a<br />

<strong>de</strong>cir <strong>de</strong> Curro Camará, el único <strong>que</strong> hasta el<br />

momento estaba en la posesión <strong>de</strong>l secreto,<br />

se iban a «jartar <strong>de</strong> torear.» Tratábase <strong>de</strong> la<br />

hacienda Lobatón, <strong>de</strong> la propiedad <strong>de</strong> don<br />

Ricardo González, don<strong>de</strong> pastaba una punta<br />

<strong>de</strong> ganado <strong>de</strong> media sangre, pronta a ir al<br />

mata<strong>de</strong>ro, el histórico perneo <strong>de</strong> Córdoba, y<br />

aun<strong>que</strong>, como el <strong>de</strong> Sevilla, <strong>de</strong> figuras legendarias<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los tiempos en <strong>que</strong> lo cuidaba<br />

como <strong>por</strong>tero el Llaverito, padre <strong>de</strong> el Guerra.<br />

En el cortijo los tres chavales son recibidos<br />

con amabilidad. La apariencia física,<br />

<strong>de</strong>sme-drada, <strong>de</strong> los tres <strong>de</strong>spierta la<br />

simpatía <strong>de</strong>l personal, <strong>que</strong> se ocupa en los<br />

diversos menesteres <strong>que</strong> implica el trabajo<br />

im<strong>por</strong>tante <strong>de</strong> una tropa <strong>de</strong> ganado. El<br />

aperador se apresta con agrado a satisfacer<br />

los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> los muchachos. Al fin y al cabo<br />

no se hace ningún daño. Todo el ganado está<br />

<strong>de</strong>stinado al sacrificio, y poco im<strong>por</strong>ta <strong>que</strong> sea<br />

toreado antes. Apartan unas vaquillas <strong>que</strong><br />

apenas si embisten. No acusan casta ni nervio.<br />

Ya va cundiendo el <strong>de</strong>saliento entre los<br />

aficionados y sus espectadores, cuando una<br />

<strong>de</strong> las becerras -novilla, mejor-, hace plaza<br />

enérgicamente contra el <strong>de</strong>safío <strong>de</strong> Curro<br />

Camará.<br />

La resistencia <strong>de</strong> la res a unirse a la<br />

piara <strong>de</strong>notaba su <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> pelea. Es<br />

entonces cuando en Curro Camará y en el<br />

hijo <strong>de</strong>l Bebé chico -los compañeros <strong>de</strong><br />

Manolete- surgen un aliento <strong>de</strong> in<strong>de</strong>cisión. El<br />

tamaño <strong>de</strong> la res, el <strong>de</strong>samparo <strong>de</strong> a<strong>que</strong>l<br />

262<br />

campo, la inseguridad en sí mismo, todo<br />

influye en el fenómeno <strong>que</strong> tantos toreros<br />

buenos ha malogrado en el curso <strong>de</strong> la<br />

historia <strong>de</strong> la Gran Fiesta <strong>de</strong> España.<br />

Manuel Rodríguez aprovecha los momentos<br />

<strong>de</strong> incertidumbre <strong>de</strong> los compañeros<br />

y, a<strong>de</strong>lantándose <strong>por</strong> su cuenta, con paso<br />

lento, pero muy seguro hacia la vaca, muestra<br />

a la res el engaño a menos <strong>de</strong> un metro <strong>de</strong><br />

distancia. La res se arranca una vez y otra y<br />

otra, hasta seis o siete; es llevada <strong>por</strong> el<br />

capotillo <strong>de</strong>l chaval en otros tantos lances <strong>de</strong><br />

una suavidad lenta y templada <strong>que</strong> <strong>de</strong>jó<br />

maravillada a la tan exigua como heterogénea<br />

concurrencia. Tras el recorte final,<br />

Manuel Rodríguez -ya podría llamarse con<br />

orgullo Manolete- se retiró a su puesto con la<br />

misma solemnidad y el mismo empa<strong>que</strong> <strong>que</strong><br />

había presidido su incipiente toreo. El grupo,<br />

con esa espontaneidad <strong>que</strong> el campo contagia<br />

a las personas, tributó al chaval la primera<br />

ovación <strong>que</strong> éste habría <strong>de</strong> oír en toda su vida.<br />

Manolete <strong>de</strong>claró <strong>de</strong>spués <strong>que</strong> nunca olvidó<br />

el sonido <strong>de</strong> a<strong>que</strong>llas palmas, <strong>que</strong> fueron las<br />

<strong>que</strong> más hondamente calaron en su alma.<br />

De vuelta <strong>de</strong> esta excursión Manuel<br />

Rodríguez pisaba fuerte <strong>por</strong> las calles <strong>de</strong>l<br />

barrio <strong>de</strong> la Merced, <strong>que</strong> horas <strong>de</strong>spués se<br />

llenaron <strong>de</strong>l comentado <strong>de</strong> su hazaña. La<br />

madre se enteró como <strong>por</strong> ensalmo; pero no<br />

dijo ni una sola palabra. Notó, sí, <strong>que</strong> los ojos<br />

<strong>de</strong>l muchacho, normalmente tímidos, tenían<br />

a<strong>que</strong>lla noche una luz extraña, encendidos en<br />

vitalidad y brío. La alegría y la pena, en misteriosa<br />

aleación, causaron en doña Angustias<br />

un gran silencio. Pero todo el barrio hablaba<br />

<strong>de</strong>l hijo <strong>de</strong> Manolete.<br />

Para siempre el chiquillo Manuel<br />

Rodrí-guez <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> ser el Sagañón, apodo un<br />

tanto <strong>de</strong>spectivo con <strong>que</strong> se le conoció en el<br />

barrio a su padre hasta <strong>que</strong> tomó la altemativa<br />

con el sobrenombre <strong>de</strong> Manolete. <strong>Los</strong> mismos<br />

muchachos compañeros <strong>de</strong> afición empezaron,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la gesta <strong>de</strong> Lobatón, a llamarle<br />

con el apodo familiar, <strong>que</strong> él habría <strong>de</strong> colocar<br />

en la cúspi<strong>de</strong> <strong>de</strong> la torería, en don<strong>de</strong> tienen<br />

su órbita las figuras geniales. Todo giró ya en


el mundo para Manuel Rodríguez alre<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> su vocación torera.<br />

Pasaba las horas en su casa, encerrado<br />

en una habitación, toreando con todo lo<br />

<strong>que</strong> encuentra a mano y <strong>que</strong> su imaginación<br />

pue<strong>de</strong> convertir en toro. Las personas<br />

mayores <strong>que</strong> llegan al sitio don<strong>de</strong> el<br />

muchacho ejercita su intuitiva predisposición<br />

se asombran <strong>de</strong> los modos <strong>que</strong> a<strong>que</strong>l tiene<br />

para traducir las reglas <strong>de</strong>l toreo. Cuando la<br />

madre, siente las vocecillas con <strong>que</strong> el niño<br />

<strong>de</strong>safía a los muebles <strong>de</strong> la habitación, oye<br />

la sentencia <strong>de</strong>l padre: «Lo lleva en la masa<br />

<strong>de</strong> la sangre y será torero.»<br />

Empiezan <strong>por</strong> entonces, <strong>de</strong> manera<br />

continuada para Manolete -en toda Córdoba<br />

se le llama ya <strong>de</strong> esta manera-, las excur-<br />

(Imagen cortesía <strong>de</strong> <strong>de</strong> Caja Sur.)<br />

MIURA - 2002<br />

siones taurinas, solo o acompañado <strong>de</strong> otros<br />

muchachos. Alguna vez va invitado, aun<strong>que</strong><br />

con la advertencia <strong>de</strong> <strong>que</strong> «toreará si pue<strong>de</strong>.»<br />

Una verda<strong>de</strong>ra nube <strong>de</strong> torerillos <strong>de</strong> todos los<br />

pueblos <strong>de</strong> la región inva<strong>de</strong>n los campos <strong>de</strong><br />

Andalucía, don<strong>de</strong> se presienten faenas <strong>de</strong><br />

tientas o se adivina ganado <strong>de</strong> casta.<br />

Don Antonio Cañero, invitado <strong>de</strong> honor<br />

<strong>de</strong> una fiesta a la <strong>que</strong> fue Manolete, «<strong>por</strong><br />

si podía torear», riñó la timi<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l muchacho<br />

con unas palabras <strong>que</strong> sonaron en el ánimo<br />

<strong>de</strong> éste como si fueran latigazos : «O te<br />

arrimas a la vaca o te vas a tu casa.» Y<br />

Manolete se arrimó bien. Tanto <strong>que</strong> Cañero<br />

miraba asombrado la manera <strong>de</strong> torear, el sitio<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> toreaba el muchacho, <strong>de</strong>l cual<br />

no tenía la menor noticia. Alguien le afirmó:<br />

263


e. En<br />

drillas<br />

mpezó<br />

el...<br />

ra. El<br />

r el<br />

se,<br />

MIURA - 2002<br />

-Es el hijo <strong>de</strong> Manolete...<br />

Y Cañero repitió la sentencia <strong>que</strong> presidía<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> recién nacido la vida <strong>de</strong> a<strong>que</strong>l<br />

chaval:<br />

-Lo lleva en la masa <strong>de</strong> la sangre.<br />

No hay más <strong>que</strong> verlo. ¡Será torero!<br />

A los trece años <strong>de</strong> edad, en una finca<br />

cordobesa <strong>de</strong> don Florentino Sotomayor,<br />

Manolete recibió su bautismo <strong>de</strong> sangre. No<br />

dijo nada a nadie, hasta <strong>que</strong> <strong>por</strong> el camino <strong>de</strong><br />

vuelta comunicó a los compañeros con cierta<br />

timi<strong>de</strong>z <strong>que</strong> estaba herido. Tuvo <strong>que</strong> enseñar<br />

la lesión para <strong>que</strong> lo creyeran. Apuntaba <strong>de</strong><br />

a<strong>que</strong>lla manera el fiero estoicismo <strong>que</strong><br />

distinguióle en la incipencia <strong>de</strong> todos los<br />

compañeros: habría <strong>de</strong> ser andando el tiempo<br />

una <strong>de</strong> las notas admirables <strong>de</strong>l torero famoso.<br />

Curro Camará se opuso a <strong>que</strong> siguiera<br />

andando hasta Córdoba.<br />

Lo llevaron nuevamente a la finca.<br />

Marcial Lalanda, <strong>que</strong> había dirigido la faena,<br />

le hizo una cura <strong>de</strong> urgencia y lo trasladó<br />

<strong>de</strong>spués a Córdoba en su automóvil. Este<br />

primer contacto <strong>de</strong> Manolete con un torero<br />

<strong>de</strong> altura colmó sus ilusiones, y casi bendijo<br />

en su interior a la vaca <strong>que</strong> lo había herido,<br />

<strong>por</strong><strong>que</strong> le había brindado la atención personal<br />

<strong>de</strong> una relevante figura <strong>de</strong> la torería <strong>de</strong> a<strong>que</strong>l<br />

tiempo.<br />

El nuevo «gesto» <strong>de</strong> Manolete ro<strong>de</strong>a<br />

el nombre <strong>de</strong>l muchacho <strong>de</strong> un ambiente en<br />

todo el barrio, y aun en la afición <strong>de</strong> Córdoba<br />

entera, <strong>de</strong> aureola <strong>que</strong> no había tenido nunca<br />

ningún aficionado. Ni siquiera Curro Camará,<br />

el <strong>que</strong> los buenos taurinos <strong>de</strong> Córdoba tenían<br />

pre<strong>de</strong>stinado a llevar <strong>por</strong> todo el área nacional<br />

la gloria <strong>de</strong> los «Califas». Sucedió en este<br />

or<strong>de</strong>n a Llaverito, más tar<strong>de</strong> nada menos <strong>que</strong><br />

Guerrita, y <strong>por</strong> los días <strong>de</strong>l bautismo <strong>de</strong> sangre<br />

<strong>de</strong> Manolete, don Rafael Guerra Beja-rano,<br />

<strong>que</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el recoleto salón <strong>de</strong>l círculo <strong>que</strong><br />

lleva su nombre pontifica:<br />

«Dicen <strong>que</strong> el chiquillo <strong>de</strong> Manolete<br />

tiene muy buenas maneras. Y también dicen<br />

<strong>que</strong> no le duelen las «cornás.»<br />

264<br />

Esto está mejor. Pero <strong>de</strong> ahí no pasa.<br />

El Guerra no fue nunca amigo <strong>de</strong> elogios <strong>de</strong>smesurados<br />

ni infundados. Era un hombre<br />

seco. Diríamos <strong>que</strong> un típico cordobés tocado<br />

<strong>de</strong> un senequismo <strong>que</strong>, en la capital <strong>de</strong>l<br />

Califato, transmina <strong>de</strong> muchos lugares y <strong>de</strong><br />

muchas personas. El mismo Manolete, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

niño, fue <strong>de</strong> muy pocas palabras y pocas atenciones<br />

para los aduladores. Des<strong>de</strong> <strong>que</strong> su<br />

nombre empezó a sonar fuerte en el ambiente<br />

torero <strong>de</strong> Córdoba, y sobre todo en el barrio<br />

<strong>de</strong> la Merced, el muchacho no pasó ni una<br />

sola vez ante la puerta <strong>de</strong>l Club Guerrita. Ni<br />

siquiera <strong>por</strong> la calle Gondomar: se escon<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>l Califa y <strong>de</strong> sus comentarios.<br />

Se acuerda <strong>de</strong> <strong>que</strong> un día Rafael, sin<br />

conocerlo, lo <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong> una <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>hesas,<br />

don<strong>de</strong> con otros chiquillos cogían bellotas. No<br />

quiere enfrentarse nuevamente con el Guerra,<br />

ahora <strong>que</strong> su nombre es conocido y elogiado.<br />

Pero lleva muy íntimamente pegado a la<br />

carne <strong>de</strong> su pecho, junto al corazón, un escapulario<br />

<strong>que</strong> Guerrita regaló a su padre, y<br />

<strong>que</strong> la madre le colocó a la muerte <strong>de</strong> éste.<br />

Manolete llevó este escapulario toda su vida<br />

y con él entró en la eternidad <strong>de</strong> Dios.<br />

Siendo torero famoso y mimado en<br />

todos los medios toreros <strong>de</strong> España,<br />

Manolete seguía impertérrito, sin pasar <strong>por</strong> la<br />

calle <strong>de</strong> Gondomar, en ella estaba la Librería<br />

Lu<strong>que</strong>. Temía encontrar la mirada y la palabra<br />

<strong>de</strong> Guerrita. Posiblemente éste no se había<br />

«entregado» aún, representando como representaba<br />

el manoletismo uno <strong>de</strong> los<br />

sucesos más brillantes <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>l toreo.<br />

Cada tar<strong>de</strong> Manuel Rodríguez, al hacer el paseo<br />

en una plaza <strong>de</strong> toros, apretaba contra<br />

su pecho el escapulario <strong>que</strong> el Guerra le<br />

regaló a su padre.<br />

En 1930 hace Manolete su primera<br />

salida pública a los ruedos. Fue en la escuela<br />

taurina <strong>de</strong> Montilla (Córdoba), don<strong>de</strong> se daban<br />

festivales domingueros, bajo la inmediata<br />

dirección <strong>de</strong> su primo Cantiplas, novillero <strong>de</strong><br />

tronío <strong>por</strong> entonces. Es la primera vez también<br />

<strong>que</strong> Manuel Rodríguez pidió el favor <strong>de</strong> alguien<br />

para torear. Todavía no había buscado -ni


encontrado- el padrinazgo <strong>de</strong> <strong>que</strong> tan pródigo<br />

es el ambiente <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s con abolengo<br />

torero, para los <strong>que</strong> empiezan el camino <strong>de</strong><br />

la gloria con algunas probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> llegar.<br />

Nadie le ha ofrecido a<strong>que</strong>l apoyo. Su timi<strong>de</strong>z<br />

empieza a crearle dificulta<strong>de</strong>s.<br />

En las mismas tertulias <strong>de</strong> aficionados<br />

en las <strong>que</strong> tiene, como llevamos dicho,<br />

un predicamento muy superior al <strong>de</strong> todos,<br />

Manuel Rodríguez apenas si <strong>de</strong>spega los<br />

labios. Está siempre serio y como triste,<br />

escuchando cuanto hablan los <strong>de</strong>más. A<br />

veces, Curro Camará, lo saca <strong>de</strong>l silencio<br />

chascando los <strong>de</strong>dos a guisa <strong>de</strong> crótola:<br />

-¡Eh, tú, pasmaol... ¿Qué dices a todo<br />

esto... ?<br />

La media sonrisa llena <strong>de</strong> suave<br />

amargura <strong>que</strong> Manolete llevó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

infancia, como nota fundamental <strong>de</strong> su<br />

carácter, se dibujaba entonces en los labios<br />

(Imagen cortesía <strong>de</strong> <strong>de</strong> Caja Sur.)<br />

MIURA - 2002<br />

<strong>por</strong> toda respuesta. En la escuela taurina <strong>de</strong><br />

Montilla mató Manolete el primer becerro <strong>de</strong><br />

toda su vida. Obtuvo un gran triunfo. Brindó<br />

la faena a don Ricardo González, dueño <strong>de</strong> la<br />

finca Lobatón, el cortijo don<strong>de</strong>, según llevamos<br />

dicho, toreó <strong>por</strong> vez primera, y este señor<br />

le regaló un billete <strong>de</strong> veinticinco pesetas, el<br />

dinero inicial <strong>que</strong> el toreo produjo al torero <strong>que</strong><br />

más dinero ganó -hasta él- en toda la historia<br />

<strong>de</strong> la Fiesta.<br />

En octubre <strong>de</strong> este mismo año<br />

Manolete torea ante un público más numeroso<br />

y ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> cierto aparato. Vestido <strong>de</strong> corto<br />

-como los toreros en fiesta <strong>de</strong> asueto-, y en<br />

la Venta <strong>de</strong> Vargas, próxima a la ciudad, mata<br />

una becerra, consiguiendo un éxito extraordinario.<br />

Des<strong>de</strong> a<strong>que</strong>l día empieza alguien a ponerle<br />

el reparo <strong>de</strong> su «poca gracia» y la seriedad<br />

<strong>de</strong> su cara. Pero en esta misma serie-<br />

265


MIURA - 2002<br />

dad, <strong>que</strong> hermana perfectamente con la<br />

conjugación especial <strong>de</strong> todos sus movimientos,<br />

encuentran los buenos aficionados el<br />

fundamento <strong>de</strong>l arte <strong>de</strong>l nuevo gran torero <strong>de</strong><br />

Córdoba. Ya <strong>por</strong> entonces es el chiquillo <strong>de</strong><br />

Manolete la esperanza torera <strong>de</strong> la capital <strong>de</strong>l<br />

Califato. Las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> solera taurina,<br />

como Córdoba, como Sevilla, como Cádiz,<br />

necesitan tener siempre el hito <strong>de</strong> un nombre<br />

sobre el <strong>que</strong> se discuta, sobre el <strong>que</strong> se<br />

cimente la pasión. Y Córdoba lo tenía en<br />

Manolete <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>que</strong> <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> torear<br />

Machaquito.<br />

El nombre <strong>de</strong>l nuevo ídolo va<br />

conquistando aceleradamente tono y categoría<br />

en toda la comarca. Hoy es escenario<br />

<strong>de</strong> sus triunfos Bujalance (Córdoba). Después,<br />

Cabra (Córdoba). Más tar<strong>de</strong>, otro pueblo<br />

u otra cortijada. El eco <strong>de</strong>l nombre <strong>de</strong><br />

Manolete se a<strong>de</strong>ntra con seguridad y firmeza<br />

en el ambiente taurino <strong>de</strong> su tierra.<br />

Hasta 1933 pasó su vida profesional<br />

<strong>de</strong>dicado íntegramente al aprendizaje. Quedaron<br />

atrás los libros y los días <strong>de</strong>l colegio.<br />

Alterna sus actuaciones regulares con<br />

asomadas a los cortijos don<strong>de</strong> hay faena y<br />

don<strong>de</strong> con frecuencia es llamado. En los ratos<br />

perdidos Manolete pintaba cuadritos <strong>de</strong><br />

escenas taurinas mal trazados, pero<br />

impresos <strong>de</strong> un realismo formidable, los conservó<br />

en la intimidad <strong>de</strong> su hogar, en calidad<br />

<strong>de</strong> mudos testigos <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>svelos y <strong>de</strong> su<br />

preocupación jamás saciada <strong>de</strong> cosas <strong>de</strong>l<br />

toreo.<br />

En este mismo año <strong>de</strong> 1933 Manolete<br />

fue re<strong>que</strong>rido <strong>por</strong> el conocido hombre <strong>de</strong><br />

negocios taurinos don Juan José Lara, para<br />

figurar como torero serio en el elenco musical<br />

<strong>que</strong> bajo la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> los Califas va a<br />

empren<strong>de</strong>r una jira <strong>por</strong> todos los ruedos <strong>de</strong><br />

España. Y Manuel Rodríguez y Sánchez<br />

(Manolete), como Frascuelo en sus primeros<br />

pasos <strong>por</strong> el toreo, <strong>que</strong>dó enrolado en un<br />

espectáculo <strong>de</strong> mojiganga. Actúa o actuó en<br />

muchas plazas <strong>de</strong> España y Francia.<br />

No pasa <strong>de</strong>sapercibido su papel, <strong>que</strong><br />

en muchas reseñas se convierte en el nervio<br />

266<br />

<strong>de</strong> las referencias. Termina su contrato con<br />

los Califas en Málaga, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces,<br />

auxiliado <strong>por</strong> el fiel amigo Curro Molina, <strong>que</strong> le<br />

sirvió <strong>de</strong> apo<strong>de</strong>rado, administrador y mozo <strong>de</strong><br />

espada, actúa siempre en espectáculos<br />

serios <strong>de</strong> más o menos cuantía.<br />

Vistió el traje <strong>de</strong> luces, <strong>por</strong> vez primera<br />

en una actuación <strong>de</strong> los Califas en una plaza<br />

francesa. Era a<strong>que</strong>l día el jefe <strong>de</strong> una cuadrilla<br />

regular <strong>que</strong> integraron él, otro aficionado<br />

<strong>de</strong> Córdoba llamado Piripi y dos franceses<br />

apellidados Gárcena.<br />

Desconectado <strong>de</strong> los Califas,<br />

Manolete actúa en 1934 menos veces, pero<br />

cuando lo hace se aprieta con el éxito, <strong>que</strong><br />

es, en las primeras corridas, su aliado<br />

inseparable. No le faltan <strong>de</strong>tractores en los<br />

mismos medios taurinos cordobeses los tuvo<br />

hasta casi pasada la hora <strong>de</strong> su rotundo triunfo<br />

<strong>que</strong> le imputan los <strong>de</strong>fectos <strong>de</strong> «codillear» y<br />

<strong>de</strong> su poca gracia, como si el toreo fuera<br />

cosas <strong>de</strong> comedias. No obstante, dos éxitos<br />

muy señalados en este mismo año <strong>de</strong> 1934 -<br />

en el mes <strong>de</strong> julio en Ubeda y en el <strong>de</strong> agosto<br />

en la misma Córdoba- <strong>de</strong>paran a Manolete<br />

sus primeros partidarios incondicionales, <strong>que</strong>,<br />

andando el tiempo, habrían <strong>de</strong> constituir<br />

legiones en toda España y en todos los sitios<br />

<strong>de</strong>l mundo don<strong>de</strong> alienta la Gran Fiesta <strong>de</strong><br />

España.<br />

<strong>Los</strong> partidarios cordobeses <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n<br />

a cada escena la gloria futura <strong>que</strong> para la<br />

torería cordobesa representará el nombre <strong>de</strong><br />

Manolete. Después <strong>de</strong>l triunfo <strong>de</strong> Córdoba, la<br />

plaza <strong>de</strong> Écija es escenario <strong>de</strong> otro triunfo.<br />

Manolete va entrando <strong>por</strong> esta época con<br />

lentitud, pero con firmeza, en la condición <strong>de</strong><br />

torero serio. Él mismo lo presiente y no hace<br />

nada <strong>por</strong> aligerar su carrera. Por su propia<br />

iniciativa o <strong>por</strong> la <strong>de</strong>l fiel Curro Molina, va apartando<br />

<strong>de</strong>l camino todos los obstáculos.<br />

Cuenta para ello con una voluntad férrea y<br />

con una confianza ilimitada en su propia valía.<br />

El año 1935 trae a Manolete, novillero<br />

ya -esta es la primera tem<strong>por</strong>ada <strong>que</strong> hace<br />

en calidad <strong>de</strong> tal-, dos noveda<strong>de</strong>s trascen<strong>de</strong>ntales.<br />

Su presentación en la plaza <strong>de</strong>


Tetuán <strong>de</strong> las Victorias, <strong>de</strong> la capital <strong>de</strong><br />

España, y el nombramiento <strong>de</strong> su primer<br />

apo<strong>de</strong>rado, don José Molina Abela, <strong>que</strong> arrostró<br />

la responsabilidad <strong>de</strong> llevar a Manolete ante<br />

el público <strong>de</strong> la capital <strong>de</strong> España, sin estar<br />

suficientemente placeado, para seguir el<br />

lenguaje y argumentación <strong>de</strong> los amigos <strong>que</strong><br />

<strong>por</strong> a<strong>que</strong>llos días se opusieron a la <strong>de</strong>cisión<br />

<strong>de</strong>l director artístico <strong>de</strong>l diestro. Acertó éste<br />

plenamente, <strong>por</strong><strong>que</strong> Manolete conquistó un<br />

triunfo glorioso en las dos novilladas <strong>que</strong> toreó<br />

en la plaza <strong>de</strong> Tetuán <strong>de</strong> las Victorias. Y si<br />

bien es cierto <strong>que</strong> este triunfo no le abrió <strong>de</strong><br />

par en par las puertas <strong>de</strong> la torería, sirvióle<br />

para tomar contacto con públicos regulares y<br />

entendidos, severos e intransigentes, con los<br />

<strong>que</strong> hasta entonces no había tenido ninguna<br />

relación.<br />

Es muy curioso señalar <strong>que</strong> estas<br />

dos novilladas las torease Manolete con el<br />

mexicano Silverio Pérez, <strong>que</strong> en 1945 habría<br />

<strong>de</strong> ser en la tierra azteca, contrapunto <strong>de</strong> sus<br />

MIURA - 2002<br />

éxitos. Des<strong>de</strong> Tetuán <strong>de</strong> las Victorias don<strong>de</strong><br />

Manuel Rodríguez se abre paso a las<br />

columnas <strong>de</strong> los periódicos nacionales pasa<br />

a Córdoba en la <strong>que</strong> actúa <strong>por</strong> vez primera,<br />

en una novillada formal y <strong>de</strong> categoría. Es la<br />

fecha <strong>de</strong>l 25 <strong>de</strong> julio y forman con Manolete el<br />

cartel, Pericás y Edmundo Cepeda. No tuvo<br />

suerte. Ni en esta novillada, ni en otras dispuestas<br />

en pueblos cercanos a Córdoba.<br />

Pero había <strong>de</strong> lograr en la plaza <strong>de</strong> <strong>Los</strong><br />

Tejares, antes <strong>de</strong> <strong>que</strong> la temorada finalizase,<br />

un triunfo <strong>de</strong> clamor actuando mano a mano<br />

con uno <strong>de</strong> los novilleros <strong>de</strong> moda <strong>por</strong><br />

entonces. El Indio. En las postrimerías <strong>de</strong>l<br />

ejercicio <strong>de</strong> 1935, este triunfo <strong>de</strong> Manolete fue<br />

como una llamada recia a todas las plazas<br />

<strong>de</strong> España para 1936.<br />

Trajo este año <strong>de</strong> 1936 para Manolete<br />

el inicio <strong>de</strong> un andar firme <strong>por</strong> el camino <strong>que</strong><br />

había <strong>de</strong> conducirle al plano <strong>por</strong> don<strong>de</strong><br />

discurrieron todas las figuras cumbres <strong>de</strong> la<br />

torería <strong>de</strong> cualquier época <strong>de</strong> la historia. La<br />

(Imagen cortesía <strong>de</strong> <strong>de</strong> Caja Sur.)<br />

267


MIURA - 2002<br />

verdad es <strong>que</strong> el propio Manolete, en su<br />

calenturienta imaginación, nunca aspiró a<br />

tanto. Mucho menos sus fieles seguidores.<br />

La primera corrida <strong>de</strong> la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1936<br />

la toreó en Córdoba, el día 2 <strong>de</strong> mayo. La<br />

ciudad <strong>de</strong> los Califas consi<strong>de</strong>raba ya <strong>por</strong><br />

entonces a Manolete como su torero, <strong>de</strong>l <strong>que</strong><br />

la prensa <strong>de</strong> Madrid, dijo meses antes <strong>que</strong><br />

estaba llamado a resucitar la suerte <strong>de</strong>l<br />

volapié.<br />

Es notable <strong>que</strong> todo el mundo parase<br />

mientes en los primeros pasos <strong>de</strong> Manolete,<br />

en su forma <strong>de</strong> matar a los toros y pocos en<br />

la manera <strong>de</strong> torearlos. El mismo Camará<br />

consi<strong>de</strong>raba a su po<strong>de</strong>rdante como un<br />

matador <strong>de</strong> toros <strong>de</strong> ban<strong>de</strong>ra. Yo me acuerdo<br />

<strong>de</strong> cierta novillada en El Puerto <strong>de</strong> Santa<br />

María, la última <strong>que</strong> Manolete toreó con tal<br />

categoría, a la <strong>que</strong> fui <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Sevilla, en compañía<br />

<strong>de</strong>l maestro Maña Váz<strong>que</strong>z. Cuando<br />

Manolete mató su segundo novillo Camará<br />

vino hacia las localida<strong>de</strong>s don<strong>de</strong> estábamos<br />

Juan Váz<strong>que</strong>z y yo y dijo con énfasis dirigiéndose<br />

al primero.<br />

268<br />

-¡Qué matador <strong>de</strong> toros, don Juan!<br />

Muy poco tiempo <strong>de</strong>spués, «Manolete<br />

sin per<strong>de</strong>r su condición <strong>de</strong> estilista <strong>de</strong> la suerte<br />

<strong>de</strong> matar, habría <strong>de</strong> revelarse como un<br />

verda<strong>de</strong>ro innovador <strong>de</strong> la escuela clásica<br />

belmontina. A<strong>que</strong>l día (02-05-1936) es el primero<br />

<strong>que</strong> Manolete sale a hombros <strong>de</strong> una<br />

multitud entusiasmada <strong>por</strong> la puerta gran<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> la plaza <strong>de</strong> <strong>Los</strong> Tejares: la vieja plaza <strong>de</strong><br />

Córdoba, en cuyo compás casi <strong>de</strong> convento<br />

y bajo la parra <strong>que</strong> daba sombra a la entrada,<br />

estreché alguna vez la mano cordial <strong>de</strong><br />

Manolete ya convertido en figura suprema <strong>de</strong><br />

la torería <strong>de</strong> su tiempo.<br />

La pálida cara <strong>de</strong>l torero a la <strong>que</strong> la<br />

emoción <strong>de</strong>l triunfo se hace más acentuada<br />

todavía, llega en volandas al barrio <strong>de</strong> la<br />

Merced, don<strong>de</strong> vuelven a resonar las palmas<br />

y los vítores <strong>de</strong> las jornadas <strong>de</strong> otros toreros<br />

famosos. Las campanas <strong>de</strong> la iglesia <strong>de</strong><br />

Santa Marina <strong>de</strong> las Aguas, permanecen<br />

mudas aún. Pero el ambiente <strong>de</strong>l barrio se<br />

estremece con la posibilidad <strong>de</strong> <strong>que</strong> a<strong>que</strong>l 2<br />

<strong>de</strong> mayo, haya llegado en hombros hasta el<br />

barrio el continuador <strong>de</strong> los Rafaeles.<br />

Toda la prensa <strong>de</strong> España recogió el<br />

eco <strong>de</strong> las admirables crónicas <strong>que</strong> hizo con<br />

motivo <strong>de</strong>l primer triunfo <strong>de</strong> Manolete en la<br />

ciudad <strong>que</strong> lo vio nacer, José Luis <strong>de</strong> Córdoba,<br />

enrolado en el primer grupo <strong>de</strong> seguidores <strong>de</strong>l<br />

torero. Por tres veces salió Manuel Rodríguez<br />

a hombros <strong>de</strong> la plaza <strong>de</strong> Córdoba en la<br />

primera parte <strong>de</strong> esta tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1936 y<br />

cuando había empezado a recoger el fruto <strong>de</strong><br />

sus éxitos, en contratos para diversas plazas<br />

<strong>de</strong> España, estalló el Movimiento <strong>que</strong> paralizó<br />

todas las activida<strong>de</strong>s taurinas.<br />

He dicho antes, nos dice don Enri<strong>que</strong><br />

Vila, <strong>que</strong> muchos vieron en Manolete una gran<br />

figura <strong>de</strong> estocadista y pocos al torero<br />

revolucionario <strong>que</strong> habría <strong>de</strong> ser casi <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

sus comienzos triunfales. En efecto, Manuel<br />

Rodríguez tenía logradas ya al tiempo <strong>de</strong> su<br />

doctorado, una soltura y un garbo toreando<br />

con capa y muleta, <strong>que</strong> aún conservando la<br />

nota primitiva <strong>de</strong> su reciedumbre <strong>de</strong> la <strong>que</strong> no<br />

habría <strong>de</strong> <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse nunca, impone a su<br />

toreo una gracia <strong>que</strong> no es la <strong>que</strong> tanto añoran<br />

sus <strong>de</strong>tractores.<br />

La gracia <strong>de</strong> Manolete no es liviana ni<br />

fácil; sino la <strong>que</strong> se traduce en belleza y en<br />

armonía, en perfección <strong>de</strong> movimientos, en<br />

matemática sobriedad, en conjunción maravillosa.<br />

Mas con todo esto y <strong>por</strong> encima <strong>de</strong><br />

todo esto, Manolete afianza <strong>por</strong> días su fama<br />

<strong>de</strong> matador <strong>de</strong> estilo, <strong>de</strong> gran estilo, <strong>que</strong> no<br />

es lo mismo <strong>que</strong> matador fácil. Se le ve claramente<br />

la recreación con <strong>que</strong> realiza la<br />

suerte <strong>de</strong> matar en algunos momentos. Como<br />

los cantadores buenos templan en su alma,<br />

para ellos mismos, una copla <strong>que</strong> acaso no<br />

salga a flor <strong>de</strong> labios.<br />

Manolete disfruta ejecutando la suerte<br />

<strong>de</strong> matar con sentimiento. Lo cogen los toros<br />

muchas veces en este momento, pero él no<br />

ceja, y cuando cruzado con los cuernos,<br />

perdido el arbitrio <strong>de</strong> ellos, MANOLETE SE<br />

IBA TRAS LA ESPADA, hasta el morrillo, la


escuálida figura <strong>de</strong>l torero se tornaba distinta,<br />

aureolada <strong>de</strong> una gloria <strong>que</strong> rendía sin<br />

condiciones a los aficionados <strong>de</strong> cualquier<br />

ten<strong>de</strong>ncia. Manolete conquistó sus primeros<br />

y más entusiastas partidarios entre los viejos<br />

toreros <strong>de</strong> Córdoba y Sevilla <strong>que</strong> veían resucitarse<br />

en él unos tiempos al parecer idos<br />

para siempre.<br />

Después <strong>de</strong> las novilladas <strong>de</strong><br />

Córdoba, <strong>de</strong> comienzo <strong>de</strong> la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong><br />

1936, se produce el primer encuentro <strong>de</strong><br />

Manolete con el <strong>que</strong> habría <strong>de</strong> ser su<br />

apo<strong>de</strong>rado famoso, D. José Flores Camará,<br />

ex matador <strong>de</strong> toros, <strong>de</strong> los tiempos <strong>de</strong><br />

Joselito el Gallo, partidario incondicional <strong>de</strong><br />

Joselito, <strong>que</strong> había <strong>de</strong> dirigir en el tiempo y<br />

en el espacio, <strong>de</strong> manera feliz, a un torero<br />

<strong>que</strong> era precisamente la antítesis <strong>de</strong> Joselito<br />

el Gallo. Se ha hablado mucho y se ha escrito<br />

más, <strong>de</strong> lo <strong>que</strong> podríamos llamar la ecuación<br />

Manolete-Camará. La gestión <strong>de</strong>l segundo es<br />

uno <strong>de</strong> los hechos más comentados en el<br />

ambiente <strong>de</strong> la Fiesta <strong>de</strong> lo <strong>que</strong> va <strong>de</strong> siglo.<br />

Con frecuencia en un plano extra-taurino.<br />

Manolete y Camará o Camará y Manolete -<br />

<strong>que</strong> «tanto monta, monta tanto»-, integraron<br />

una sola personalidad en el mundo <strong>de</strong> la<br />

Fiesta.<br />

Des<strong>de</strong> el primer momento <strong>de</strong> sus relaciones<br />

comerciales. «Camará» era un<br />

admirador ciego e incondicional <strong>de</strong>l arte <strong>de</strong><br />

Manolete y éste un seguidor ciego <strong>de</strong> las<br />

normas <strong>de</strong> aquél. No sé si alguna vez discutieron<br />

sobre temas <strong>de</strong> la incumbencia <strong>de</strong><br />

ambos. Creo <strong>que</strong> no hubo necesidad <strong>de</strong> esta<br />

discusión, entre otras razones, <strong>por</strong><strong>que</strong> habían<br />

establecido entre los dos el criterio absoluto<br />

o absolutista <strong>que</strong> <strong>de</strong> <strong>por</strong> sí excluye el examen<br />

<strong>de</strong> otros. De esta conclusión brotó una nueva<br />

manera <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r el profesionalismo<br />

taurino. La economía con todas sus secuelas,<br />

entra <strong>de</strong> lleno en el mismo y sin <strong>que</strong> se<br />

suprima <strong>de</strong>l toreo el aire romántico <strong>que</strong> lo ha<br />

caracterizado siempre, los números cuentan<br />

<strong>por</strong> encima <strong>de</strong> cualquier circunstancia. <strong>Los</strong><br />

números y las probabilida<strong>de</strong>s. Camará pasa<br />

<strong>por</strong> ser el primer fisiócrata <strong>de</strong>l toreo, pero es<br />

MIURA - 2002<br />

preciso reconocer <strong>que</strong> la ley <strong>de</strong>l mínimo<br />

esfuerzo se apoya en su interpretación personal,<br />

en una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la resposabilidad poco<br />

frecuente. Yo sé <strong>que</strong> la vez primera <strong>que</strong><br />

Manolete fue a torear a México, en el mismo<br />

momento <strong>de</strong> su arribada a la capital azteca,<br />

Camará <strong>de</strong>claró ante los periodistas:<br />

-No sé si Manolete va a gustar o no<br />

en México. Lo <strong>que</strong> sí sé es <strong>que</strong> en el toreo <strong>de</strong><br />

México se terminó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este momento la<br />

comodidad.<br />

No todos los <strong>que</strong> opinan sobre la<br />

materia taurina -<strong>que</strong> son «todos», en la<br />

acepción más amplia <strong>de</strong>l vocablo-, estiman<br />

acertada la gestión <strong>de</strong> Camará en la<br />

administración <strong>de</strong> Manolete. Diríamos mejor<br />

la dirección. Pienso <strong>que</strong> tal vez no haya en<br />

toda la historia <strong>de</strong>l toreo un mandato más<br />

acertado. Es verdad <strong>que</strong> hasta la aparición<br />

<strong>de</strong> Camará en el mundo <strong>de</strong> la Fiesta, la figura<br />

<strong>de</strong>l apo<strong>de</strong>rado había sido <strong>de</strong>sdibujada y con<br />

frecuencia borrada como en los casos <strong>de</strong><br />

Joselito y Belmonte.<br />

Nadie sabía a ciencia cierta el nombre<br />

<strong>de</strong>l apo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong> Guerrita, si es <strong>que</strong> lo<br />

tuvo.Con Camará la figura <strong>de</strong>l apo<strong>de</strong>rado logró<br />

un auge insospechado y se convierte, en ministro<br />

<strong>que</strong> abarca todas las fases <strong>de</strong> una empresa<br />

im<strong>por</strong>tante: la economía, las relaciones<br />

públicas, la gestión artística y profesional.<br />

Como quiera <strong>que</strong> el éxito -más<br />

completo acompaña a la gestión personal <strong>de</strong><br />

don José Flores Camará, Manolete termina<br />

<strong>por</strong> no tener más voluntad -el or<strong>de</strong>n profesional<br />

tan solo, ¡ay dolor- <strong>que</strong> la <strong>de</strong> Camará.<br />

Manolete fue el torero mejor dirigido y Camará<br />

(9 y 10 al pie <strong>de</strong> las páginas 270 y 271), el apo<strong>de</strong>rado<br />

mejor asistido <strong>que</strong> registran la historia.<br />

No creo <strong>que</strong> la gestión <strong>de</strong>l apo<strong>de</strong>rado<br />

pueda ser tan eficaz como para hacer <strong>de</strong> un<br />

torero malo, un torero bueno. Pero sin duda<br />

ninguna, pue<strong>de</strong> tener tanta eficacia positiva o<br />

negativa como para <strong>que</strong> un torero bueno se<br />

convierta en un nombre más <strong>de</strong> la lista sin<br />

relieve y sin personalidad. El binomio Camará-<br />

Manolete, es la expresión más cabal <strong>de</strong> la<br />

célebre frase <strong>de</strong> Bombita:<br />

269


MIURA - 2002<br />

«Manolete disfruta ejecutando la suerte <strong>de</strong> matar con sentimiento. Lo cogen los<br />

toros muchas veces en este momento, pero él no ceja, y cuando cruzado con los<br />

cuernos, perdido el arbitrio <strong>de</strong> ellos, MANOLETE SE IBA TRAS LA ESPADA, hasta el<br />

morrillo...» y, literalmente, se metía los cuernos entre las piernas y se los clavaba.<br />

El torero ha <strong>de</strong> serlo dos horas en la<br />

plaza y veintidós en la calle. Las primeras<br />

horas las cumplía Manolete a la perfección.<br />

Las restantes, Camará a la perfección,<br />

también. Las dos horas <strong>de</strong> Manolete, pro<strong>por</strong>cionaron<br />

a las veintidós <strong>de</strong> Camará, triunfos<br />

comunes <strong>de</strong> altos vuelos. Pero las veintidós<br />

<strong>de</strong> Camará pusieran a las dos <strong>de</strong> Manolete<br />

muchas veces como es fama, según el refrán<br />

castellano, <strong>que</strong> ponían las bolas <strong>de</strong>l billar a<br />

no se qué rey <strong>de</strong> España.<br />

270<br />

Camará iba al campo a seleccionar<br />

los toros; Camará se encargaba <strong>de</strong><br />

seleccionar los compañeros <strong>de</strong> actuación <strong>de</strong><br />

Manolete; Camará cuidaba los menores<br />

<strong>de</strong>talles <strong>de</strong> cada corrida y aún <strong>de</strong> cada grupo<br />

<strong>de</strong> corridas en el <strong>que</strong> intervenía Manolete, <strong>de</strong><br />

tal manera, <strong>que</strong> su influencia se repartía <strong>por</strong><br />

igual en cualquier feria, en las corridas <strong>que</strong><br />

toreaba su po<strong>de</strong>rdante y en las <strong>que</strong> no toreaba.<br />

Muchos <strong>de</strong> los vicios y corruptelas <strong>de</strong>l<br />

toreo mo<strong>de</strong>mo son atribuidos a esta influencia<br />

absoluta <strong>de</strong> Camará; pero no es cierto.<br />

(9) La feria sevillana <strong>de</strong> 1945 fue prueba bien elocuente <strong>de</strong> lo <strong>que</strong> <strong>de</strong>cimos. Camará ajustó a<br />

su po<strong>de</strong>rdante para cuatro corridas, la <strong>de</strong> <strong>Miura</strong> incluida, sabiendo <strong>que</strong> Carlos Arruza, <strong>que</strong> ya<br />

<strong>por</strong> entonces era el más acusado contrapunto <strong>de</strong> la gloria manoletista, no vendría más <strong>que</strong> a<br />

dos. La víspera <strong>de</strong> a<strong>que</strong>lla feria me reuní con Camará en el Hotel <strong>de</strong> Inglaterra <strong>de</strong> la metrópoli<br />

andaluza. Hablamos <strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> la feria. Camará estaba hondamente preocupado.<br />

Sabía bien la dureza <strong>de</strong> la prueba <strong>que</strong> «Manolete», en la plenitud <strong>de</strong> su gloria, venía a sostener.<br />

Me acuerdo perfectamente <strong>que</strong> Camará me preguntó con cierto temor...: ¿Cómo está el<br />

ambiente, amigo Vila...? Todo -le contesté yo sinceramente-, todo está tocado <strong>de</strong>l interés <strong>de</strong><br />

Arruza. Camará me contestó con firmeza: Vamos a <strong>de</strong>jarlo así. «Manolete» sabrá resolverlo<br />

con dignidad. Así fue, en efecto. Ya hemos contado cómo salió Manolete <strong>de</strong> la plaza <strong>de</strong> la<br />

Real Maestranza al término <strong>de</strong> a<strong>que</strong>l grupo <strong>de</strong> corridas memorables.


Ya he contado en páginas anteriores<br />

una anécdota <strong>de</strong> Badajoz muy elocuente a<br />

estos efectos. Es posible <strong>que</strong> Camará<br />

procurase siempre la máxima comodidad, y<br />

esto lejos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r serle imputado como<br />

<strong>de</strong>fecto, es su mayor timbre <strong>de</strong> gloria. Pero<br />

en los casos en <strong>que</strong> había <strong>que</strong> arrostrar en<br />

todo evento la responsabilidad <strong>de</strong> figura máxima<br />

<strong>de</strong>l toreo, ni Manolete ni Camará soslayaron<br />

esta responsabilidad. Sea como si<br />

todos reconocen <strong>de</strong> grado, o <strong>por</strong> fuerza, <strong>que</strong><br />

la gestión mercantil <strong>de</strong> Camará en el<br />

manoletismo -no mirando ahora la cuestión<br />

sino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el plano económico-, dio al toreo,<br />

a todo el toreo, un tono <strong>que</strong> no había tenido<br />

jamás en el or<strong>de</strong>n crematístico.<br />

Las cincuenta mil pesetas <strong>de</strong>l sueldo<br />

<strong>de</strong> Manolete en la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1942, es el<br />

comienzo y el cimiento <strong>de</strong> la revolución<br />

económica <strong>que</strong> el toreo mo<strong>de</strong>rno está experimentando<br />

en nuestros días. Las veinticinco<br />

mil pesetas <strong>de</strong> Belmonte <strong>de</strong> los años treinta y<br />

aún <strong>de</strong> los años veinte, <strong>que</strong>daron en la<br />

economía <strong>de</strong> la Fiesta como el aeroplano <strong>de</strong><br />

Bleriot en la historia <strong>de</strong> la aviación. Sin embargo,<br />

Belmonte dijo una vez muy donosamente<br />

<strong>que</strong> le gustada saber qué torero<br />

sería capaz <strong>de</strong> ganar en un año lo suficiente<br />

para comprar una finca como Gómez<br />

Car<strong>de</strong>ña, <strong>que</strong> él adquirió con las utilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1927. Cuando Juan dijo esto<br />

aún no había alumbrado en el toreo ni siquiera<br />

la posibilidad <strong>de</strong> <strong>que</strong> un día saliera a torear<br />

Manuel Benítez (el Cordobés).<br />

En la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1937, Manolete,<br />

soldado al servicio <strong>de</strong> la patria, torea<br />

exclusivamente funciones <strong>de</strong> tipo patriótico en<br />

la provincia <strong>de</strong> Córdoba y en otras, <strong>que</strong> el<br />

Ejército Nacional liberó en los primeros días<br />

<strong>de</strong>l Alzamiento. En algunas <strong>de</strong> estas funciones<br />

alternó con el apo<strong>de</strong>rado señor Flores<br />

Camará, <strong>de</strong>l <strong>que</strong> se dijo <strong>que</strong> la gloria <strong>de</strong><br />

Manolete había resucitado en él las aspira-<br />

MIURA - 2002<br />

ciones <strong>de</strong> los días <strong>de</strong> la alternativa con<br />

Joselito (el Gallo). Pero Camará (10) toreó con<br />

Manolete para limar muchas asperezas <strong>de</strong><br />

las maneras <strong>de</strong> éste completamente<br />

autodidactas y <strong>por</strong> lo mismo in<strong>de</strong>clinables.<br />

<strong>Los</strong> éxitos <strong>que</strong> logran en todo el curso <strong>de</strong> 1937<br />

no tienen, como es lógico, resonancia<br />

nacional. Le siguen cogiendo los toros.<br />

Un torero no pue<strong>de</strong> estar expuesto<br />

siempre a <strong>que</strong> lo cojan los toros. Aun<strong>que</strong> toree<br />

en el sitio en <strong>que</strong>, según Bombita, -los toros<br />

cogen a todos. La cogida, como opina Cossío,<br />

es tal vez el mayor fracaso <strong>de</strong> un torero,<br />

aun<strong>que</strong> <strong>por</strong> pura paradoja imprima carácter a<br />

los triunfos. Ya <strong>de</strong> figura suprema <strong>de</strong>l toreo,<br />

Manolete seguía empeñado en mantenerse<br />

frente a todos los toros en el terreno <strong>de</strong> privilegio<br />

<strong>que</strong> fue su característica. Cierta tar<strong>de</strong><br />

Juan Belmonte Campoy <strong>que</strong> toreaba con él,<br />

le dijo afectuosamente cuando Manolete<br />

venía maltrecho a <strong>de</strong>jar los avíos <strong>de</strong> matar a<br />

un toro <strong>que</strong> lo había cogido varias veces.<br />

-Así no pue<strong>de</strong> ser, Manuel.<br />

-Pues tiene <strong>que</strong> ser, contestó<br />

Manolete con nostálgica se<strong>que</strong>dad.<br />

En 1938 empieza a dibujarse en<br />

Manolete el torero genial <strong>que</strong> habría <strong>de</strong> ser<br />

andando el tiempo. Hastá entonces su<br />

personalidad era basada <strong>por</strong> los incondicionales<br />

-el mismo apo<strong>de</strong>rado lo siguió<br />

proclamando-, en su estilo como matador <strong>de</strong><br />

toros. Siempre ha sido esta postura la más<br />

difícil <strong>que</strong> un torero pueda adoptar en su línea<br />

profesional. Manolete no se lo había propuesto<br />

<strong>de</strong> una manera concreta.<br />

Le sale <strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro eso <strong>de</strong> <strong>que</strong>rer matar<br />

bien a todos los toros, especialmente a a<strong>que</strong>llos<br />

en los <strong>que</strong> él ve bien el momento <strong>de</strong> la<br />

muerte. En estos instantes, Manolete sublima<br />

la ejecución <strong>de</strong> la suerte <strong>de</strong> tal manera, <strong>que</strong><br />

algunas <strong>de</strong> sus esto-cadas pudieran figurar<br />

(10) La realidad es <strong>que</strong> en nigún momento pensó volver Camará al ejercicio activo <strong>de</strong> su<br />

profesionalismo, ya abandonado muchos años atrás. No obstante, toreó con Manolete, su<br />

po<strong>de</strong>rdante, varias veces, pero con la condición <strong>de</strong> <strong>que</strong> estas fiestas habían <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> carácter<br />

benéfico y si el aparato solemne <strong>de</strong> las corridas formales.<br />

271


en el acerbo <strong>de</strong>l mejor matador <strong>de</strong> toros <strong>de</strong><br />

todos los tiempos. De nada valen las lecciones<br />

teóricas <strong>de</strong> Camará. El sigue el impulso<br />

<strong>de</strong> su corazón y es fama <strong>que</strong> Islero lo cogió,<br />

<strong>por</strong> ese empeño <strong>de</strong> recrearse en matar bien<br />

a un toro al <strong>que</strong> ya había toreado mucho.<br />

En este mismo año <strong>de</strong> 1938 Manolete<br />

se presentó en la plaza <strong>de</strong> la Real Maestraza<br />

<strong>de</strong> Sevilla. Fue el suceso el día 26 <strong>de</strong> mayo.<br />

Alternaron con él, Torerito <strong>de</strong> Triana y Juan<br />

Belmonte Campoy y fue el ganado <strong>de</strong> Ortega.<br />

Manolete era esperado <strong>por</strong> la afición <strong>de</strong> Sevilla<br />

con gran expectación. <strong>Los</strong> gran<strong>de</strong>s toreros<br />

<strong>de</strong> córdoba han contado siempre a la sombra<br />

<strong>de</strong> la Giralda con un afecto especial, al<br />

margen <strong>de</strong>l recio localismo <strong>de</strong> los sevillanos.<br />

Manolete se acopló <strong>de</strong> tal manera en la<br />

metrópoli <strong>de</strong> Andalucía, <strong>que</strong> andando el tiempo<br />

habría <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir a cuantos lo quisieran escuchar<br />

<strong>que</strong> la plaza <strong>de</strong> Sevilla era don<strong>de</strong> más<br />

a gusto toreaba.<br />

No triunfó Manolete en Sevilla el día<br />

<strong>de</strong> su presentación. Sin embargo, <strong>de</strong>jó en el<br />

ruedo <strong>de</strong>l Arenal, la impronta <strong>de</strong> unas<br />

maneras genuinas <strong>que</strong> impresionaron<br />

reciamente. Sobre todo a la hora <strong>de</strong> matar.<br />

También la afición sevillana en general, calificó<br />

a Manolete <strong>de</strong> estocadista <strong>de</strong> gran estilo.<br />

Volvió a torear en Sevilla en los meses<br />

<strong>de</strong> julio y agosto. Aún toreó nuevamente en la<br />

Real Maestranza en el mes <strong>de</strong> octubre<br />

actuando esta vez con Pepe Luis Váz<strong>que</strong>z.<br />

Era el ganado <strong>de</strong> Villamarta. Manolete<br />

conquistó a<strong>que</strong>lla tar<strong>de</strong> un triunfo apoteósi-<br />

co. Le cortó una oreja a su novillo primero y<br />

las dos y el rabo al segundo. <strong>Los</strong> aficionados<br />

sevillanos pusieron ese día a Manolete el<br />

marchamo <strong>de</strong> torero excepcional (11).<br />

En 1939 Manolete torea nuevamente<br />

<strong>de</strong> novillero en la plaza <strong>de</strong> Sevilla unos días<br />

antes <strong>de</strong> la corrida <strong>de</strong> su alternativa. Alternó<br />

con Riverito y el Yoni en una novillada <strong>de</strong> Santa<br />

Coloma, gran<strong>de</strong> y po<strong>de</strong>rosa. Mató a su toro<br />

segundo <strong>de</strong> tan impresionante manera, <strong>que</strong><br />

aún la recuerdan con emoción los aficionados<br />

<strong>de</strong> entonces. A<strong>que</strong>lla actuación <strong>de</strong> Manolete<br />

constituyó sin duda una <strong>de</strong> las efeméri<strong>de</strong>s<br />

más brillantes <strong>de</strong>l toreo sevillano en los últimos<br />

tiempos.<br />

Manuel Rodríguez (Manolete), toreó<br />

su última novillada en la plaza <strong>de</strong> toros <strong>de</strong> El<br />

Puerto <strong>de</strong> Santa María. Organizó la Fiesta el<br />

siempre entusiasta y patriota general Quipo<br />

<strong>de</strong> Llano a fin <strong>de</strong> recaudar fondos para socorrer<br />

a los heróicos <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong>l Santuario<br />

<strong>de</strong> Nuestra Señora <strong>de</strong> la Cabeza (Jaén, Andalucía).<br />

Se lidiaron en ella reses <strong>de</strong>l con<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> la Corte y las torearon Gallito, Manolete y<br />

Paquito Casado, precedidos <strong>de</strong>l joven<br />

rejoneador lusitano Mascarenas. Manolete le<br />

cortó una oreja a su primer novillo y las dos<br />

orejas al segundo. Pero le seguían cogiendo<br />

los toros. Su primero <strong>de</strong> a<strong>que</strong>lla tar<strong>de</strong> le dio<br />

una voltereta terrible. La misma noche <strong>de</strong> la<br />

corrida Manolete llevó al general Queipo sus<br />

honorarios íntegros para engrosar los fondos<br />

recaudados.<br />

11) El novillo segundo <strong>de</strong> a<strong>que</strong>lla corrida lo cogió <strong>de</strong> manera muy aparatosa a la hora <strong>de</strong><br />

matar. «Manolete», <strong>de</strong>scalzo y sin mirarse a la taleguillas siquiera, se perfiló <strong>de</strong> nuevo,<br />

realizando esta vez la suerte <strong>de</strong> tan perfeta ejecución, <strong>que</strong> su estocada, <strong>de</strong> la <strong>que</strong> el novillo<br />

rodó sin puntilla; <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los vuelos <strong>de</strong> la muleta, se cuenta en los anales taurinos sevillanos<br />

como una <strong>de</strong> las «acabadas» <strong>que</strong> se recuerdan. La noche <strong>de</strong> a<strong>que</strong>lla misma corrida, Camará se<br />

presentó en ña tertulia <strong>de</strong> la acera <strong>de</strong>l Ayuntamiento sevillano <strong>de</strong> la <strong>que</strong> era alma don<br />

Domingo Ruiz. Se charlaban <strong>de</strong> cosas intrascen<strong>de</strong>ntes y Camará le dijo a Domingo Ruiz,<br />

apo<strong>de</strong>rado a la sazón <strong>de</strong> Pepe Luis Váz<strong>que</strong>z: «Creo, Domingo, <strong>que</strong> es el momento <strong>de</strong> <strong>que</strong><br />

organicemos una novillada para <strong>que</strong> la toreen mano a mano, Manolete y Pepe Luis...»<br />

Domingo se neó en redondo. Insistió Camará, en insistió en la negativa Domingo Ruiz...<br />

Camará apuró su <strong>de</strong>mannda con esta pregunta: «¿Es <strong>que</strong> Pepe Luis le tiene miedo en Sevilla a<br />

Manolete?... Y Domingo, con a<strong>que</strong>l donaire <strong>que</strong> le distinguía le contestó: ¿Miedo...? ¿Por qué<br />

le va a tener miedo Pepe Luis a Manolete...?<br />

¿Es <strong>que</strong> Manolete lo va a coger, quizá...?<br />

272


Yo intervine, nos dice don Enri<strong>que</strong> Vila,<br />

aun<strong>que</strong> indirectamente, en la contratación <strong>de</strong><br />

la alternativa <strong>de</strong> Manolete. Acompañé en las<br />

gestiones al maestro Juan María Váz<strong>que</strong>z <strong>que</strong><br />

las realizó en nombre <strong>de</strong> la Asociación <strong>de</strong> la<br />

Prensa, organizadora <strong>de</strong> la corrida. Me<br />

acuerdo <strong>que</strong> nos reunimos con Camará, en<br />

el bar Jerezano, <strong>de</strong>l <strong>que</strong> era propietario el<br />

padre <strong>de</strong> un gran torero sevillano: Juan Luis<br />

<strong>de</strong> la Rosa.<br />

Ya no existe el mentado bar. Las<br />

conversaciones no tuvieron nunca ningún<br />

punto <strong>de</strong> fricción. Camará, estaba ansioso <strong>de</strong><br />

dar la altemativa a su po<strong>de</strong>rdante y la<br />

Asociación <strong>de</strong> la Prensa <strong>de</strong> Sevilla le brindaba<br />

ocasión solemne. Yo escribía <strong>por</strong> entonces<br />

la crítica taurina en el diario FE, entrañable<br />

para mí, también <strong>de</strong>saparecido, y en calidad<br />

<strong>de</strong> «ban<strong>de</strong>rillero <strong>de</strong> confianza» <strong>de</strong>l maestro<br />

Váz<strong>que</strong>z, estuve presente en el arreglo <strong>de</strong> la<br />

alternativa <strong>de</strong> Manolete. Tenía éste sólo<br />

contratada al tiempo <strong>de</strong>l doctorado, otra<br />

corrida para El Puerto <strong>de</strong> Santa María, <strong>de</strong> Pablo<br />

Romero, con Domingo Ortega y Pascual<br />

Már<strong>que</strong>z.<br />

El camino tenía <strong>que</strong> abrírselo<br />

Manolete a punta <strong>de</strong> éxitos, como efecti-<br />

vamente ocurrió. Estaba entonces el torero<br />

en un plan <strong>de</strong> arrollarlo todo y no había toro<br />

difícil para él, ni obstáculo <strong>que</strong> lo arredrara.<br />

Se hizo el cartel <strong>de</strong>finitivo para la altemativa.<br />

Chicuelo sería el padrino <strong>de</strong> la ceremonia y<br />

Gitanillo <strong>de</strong> Triana el testigo. El ganado, <strong>de</strong><br />

Clemente Tassara. Manolete cobraría doce<br />

mil pesetas, <strong>de</strong> las cuales <strong>de</strong>jada dos mil a<br />

beneficio <strong>de</strong> los fondos sociales <strong>de</strong> la entidad<br />

<strong>de</strong> los periodistas sevillanos.<br />

Fue el suceso el día (02-07-1939). A<br />

pesar <strong>de</strong> las anormalida<strong>de</strong>s <strong>que</strong> la guerra española<br />

impuso al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l toreo en todo<br />

el mapa nacional, Manolete acabó su tem<strong>por</strong>ada<br />

<strong>de</strong> 1939 con dieciséis corridas toreadas.<br />

Estas corridas fueron ganadas a pulso, una<br />

tras otra, y se <strong>de</strong>sarrollaron <strong>de</strong> la manera<br />

siguiente: el día <strong>de</strong> la alternativa, naturalmente,<br />

tenía <strong>que</strong> triunfar. Manolete se había aliado<br />

con el éxito <strong>de</strong> tan recia manera, <strong>que</strong> sus<br />

triunfos eran algo con-natural con sus actuaciones<br />

<strong>de</strong> esta época. Al toro <strong>de</strong> altemativa le<br />

cortó las dos orejas, y a los dos <strong>de</strong> Pablo<br />

Romero, <strong>que</strong> mató en la corrida en El Puerto<br />

<strong>de</strong> Santa María, también. La personalidad <strong>de</strong><br />

Manuel Rodríguez iba cristalizando con inusitada<br />

y creciente firmeza en el Califa III. En<br />

Un hermano <strong>de</strong> «Indiano» y <strong>de</strong>l mismo pelo le causó la muerte a «Manolete», pero ¿a<br />

cuántos diestros no le pro<strong>por</strong>cionaron fama, gloria y dinero los <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>?<br />

273


MIURA - 2002<br />

agosto, toreó tres tar<strong>de</strong>s: Algeciras, Jaén y<br />

San Sebastián. Triunfó en las tres, con<br />

especial fuerza en la <strong>de</strong> San Sebastián <strong>que</strong><br />

le abría <strong>de</strong> par en par las puertas <strong>de</strong>l Norte.<br />

La corrida <strong>de</strong> San Sebastián fue solicitada<br />

<strong>por</strong> Camará al empresario señor<br />

Pagés, sin condiciones. Precisamente el <strong>que</strong><br />

habría <strong>de</strong> pagar más caras las actuaciones<br />

<strong>de</strong>l Califa. Yo me acuerdo haberle oído referir<br />

al señor Pagés, dice don Enri<strong>que</strong> Vila, <strong>que</strong> en<br />

alguna corrida <strong>de</strong> Manolete, en la <strong>que</strong> él era<br />

espectador, se <strong>de</strong>cía para sus a<strong>de</strong>ntros cada<br />

vez <strong>que</strong> el torero ejecutaba un pase <strong>de</strong> muleta<br />

más emocionante <strong>que</strong> el anterior: «Más<br />

dinero en el contrato». Y así fue.<br />

Toreó todos los domingos <strong>de</strong><br />

septiembre, siempre con resultado triunfal y<br />

se dio <strong>por</strong> primera vez, el caso <strong>de</strong> un torero<br />

<strong>que</strong> se doctora con una sola corrida<br />

contratada y no se <strong>que</strong>da sin torear ninguna<br />

jomada <strong>de</strong> fiesta a partir <strong>de</strong> la altemativa. Toda<br />

España se va llenando <strong>de</strong> la gloria <strong>de</strong> Manolete;<br />

cuyo nombre va conquistando una consi<strong>de</strong>ración<br />

mítica. Es el héroe <strong>de</strong> todas las<br />

corridas <strong>que</strong> torea Y para <strong>que</strong> no falte nada a<br />

esta aureola, hay siempre en los triunfos<br />

manoletistas un girón <strong>de</strong> tragedia. Lo siguen<br />

cogiendo los toros todas las tar<strong>de</strong>s, <strong>por</strong><strong>que</strong><br />

él se seguía colocando en el sitio en <strong>que</strong> los<br />

toros cogen.<br />

El día (01-10-1939) hace Manolete su<br />

presentación como matador en Barcelona,<br />

don<strong>de</strong> tantos lauros habría <strong>de</strong> conquistar a lo<br />

largo <strong>de</strong> toda su carrera. Le cortó lasdos orejas<br />

y el rabo al toro primero <strong>que</strong> mató. Aún<br />

toreó otra en la plaza monumental <strong>de</strong> Barcelona.<br />

En este mismo mes <strong>de</strong> octubre, el día<br />

12, festividad <strong>de</strong> la Virgen <strong>de</strong>l Pilar, confirmó<br />

su doctorado en Madrid, <strong>de</strong> manos <strong>de</strong> Marcial<br />

Lalanda, con ganado <strong>de</strong> Antonio Pérez, <strong>de</strong><br />

San Fernando. Le cortó las dos orejas a su<br />

toro segundo y salió <strong>de</strong> la plaza en hombros.<br />

Casi se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir <strong>que</strong> el éxito <strong>de</strong> Madrid es<br />

el primero <strong>que</strong> Manolete conquista en calidad<br />

<strong>de</strong> torero revolucionario. Según llevamos<br />

dicho incluso sus más intransigentes partidarios,<br />

contaron siempre a Manuel Rodríguez<br />

274<br />

en la lista <strong>de</strong> los matadores <strong>de</strong> toros distinguidos<br />

en todas las épocas.<br />

El día <strong>de</strong> Madrid, Manolete toreó a un<br />

toro <strong>de</strong> manera tan extraña <strong>por</strong> a<strong>que</strong>llos días,<br />

<strong>que</strong> salió <strong>de</strong> la plaza convertido en un torero<br />

excepcional. Todo el estatismo majestuoso<br />

<strong>de</strong> <strong>que</strong> habría <strong>de</strong> informar en el curso <strong>de</strong>l<br />

tiempo a sus maneras <strong>de</strong> torear, vióse<br />

claramente expuesto en la faena al toro sexto<br />

<strong>de</strong> a<strong>que</strong>lla corrida memorable. El público<br />

entusiasmado le proclamó ya primera figura<br />

<strong>de</strong>l toreo. Lo <strong>que</strong> yo había previsto para dos<br />

años más tar<strong>de</strong> en mi mo<strong>de</strong>sta crónica <strong>de</strong>l<br />

diario FE <strong>de</strong> Sevilla, <strong>de</strong>l día 3 <strong>de</strong> julio. La<br />

manera <strong>de</strong> citar a los toros, <strong>de</strong> embarcarlos<br />

en el engaño y vaciarlos en unos muletazos<br />

<strong>de</strong> increíble dimensión, armonizado todo esto<br />

con el hieratismo <strong>de</strong> la figura, causó en Madrid<br />

una verda<strong>de</strong>ra sensación. <strong>Los</strong> mismos toreros<br />

<strong>que</strong>daron admirados con a<strong>que</strong>lla manera <strong>de</strong><br />

torear <strong>que</strong> había <strong>de</strong> crear un punto y aparte<br />

en el toreo <strong>de</strong> los años cuarenta.<br />

En 1940 Manolete firma un total <strong>de</strong> sesenta<br />

corridas, pero no pue<strong>de</strong> torear mas <strong>que</strong><br />

cincuenta. Siguen cogiéndolo los toros más<br />

<strong>de</strong> lo conveniente. En esas cincuenta<br />

corridas. Manolete logra un tanto <strong>por</strong> ciento<br />

<strong>de</strong> triunfo nunca igualado en el toreo <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

los días <strong>de</strong> Joselito (el Gallo). A la tesis <strong>de</strong><br />

<strong>que</strong> el <strong>de</strong> Córdoba es un torero corto,<br />

Manolete respon<strong>de</strong> con la práctica <strong>de</strong> torear<br />

un numero <strong>de</strong> toros <strong>que</strong> probablemente no<br />

alcanzó nadie hasta él.<br />

Ya podían ser buenos o malos. De<br />

esta forma se afianza con una <strong>de</strong>mostración<br />

plena, la teoría <strong>de</strong> <strong>que</strong> no es largo el torero<br />

<strong>que</strong> más variado repertorio <strong>de</strong> suertes sea<br />

capaz <strong>de</strong> hacer, sino el <strong>que</strong> torée más toros<br />

con el repertorio <strong>que</strong> sea. En este or<strong>de</strong>n el<br />

índice <strong>de</strong> los triunfos manoletistas se alza<br />

con mucho sobre todos los toreros <strong>que</strong> le<br />

precedieron en la condición <strong>de</strong> primera figura,<br />

excepción hecha como <strong>de</strong>cimos, <strong>de</strong> Joselito.<br />

Como dije antes, España se va<br />

llenando <strong>de</strong> la gloria manoletista. El apo<strong>de</strong>rado<br />

administra hasta un límite también<br />

<strong>de</strong>sconocido, <strong>por</strong> entonces, los triunfos <strong>de</strong>l


po<strong>de</strong>rdante. A mediados <strong>de</strong> esta misma<br />

tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1940, Manolete es el torero más<br />

caro <strong>de</strong> toda la lista <strong>de</strong> matadores <strong>de</strong> toros. Y<br />

también el más barato, puesto <strong>que</strong> al conjuro<br />

<strong>de</strong> su nombre las plazas empiezan a llenarse<br />

todas las tar<strong>de</strong>s.<br />

Con este signo paradógico, Manolete<br />

pasaba a la historia <strong>de</strong> la economía taurina.<br />

Gana esta economía un punto <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>za<br />

colosal en los primeros días <strong>de</strong> Manolete. Son<br />

los propios empresarios los <strong>que</strong> se encargan<br />

<strong>de</strong> proclamar <strong>que</strong> siendo Manolete el torero<br />

<strong>que</strong> cobra más, es el <strong>que</strong> más beneficios les<br />

re<strong>por</strong>ta, sencillamente <strong>por</strong><strong>que</strong> llena las plazas.<br />

Partió su carrera gloriosa en esa tem<strong>por</strong>ada<br />

<strong>de</strong> la misma Feria <strong>de</strong> Sevilla, en la<br />

<strong>que</strong> toreó tres tar<strong>de</strong>s cortando orejas en dos<br />

y saliendo en hombros <strong>por</strong> la Puerta <strong>de</strong>l<br />

Príncipe, la primera. Todos los ruedos<br />

españoles <strong>de</strong> im<strong>por</strong>tancia se van regando <strong>de</strong><br />

los éxitos <strong>de</strong> Manolete. Madrid, en junio, y<br />

seguidamente en este mismo mes, Castellón<br />

y Alicante; Murcia, en julio; San Sebastián y<br />

Bilbao, en agosto; Granada y Albacete, en septiembre;<br />

Valencia y Jaén, en octubre. De uno<br />

a otro confín <strong>de</strong>l mapa torero <strong>de</strong> España, las<br />

nuevas maneras manoletistas causan el<br />

asombro <strong>de</strong> la gente <strong>que</strong> va creando alre<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>l III Califa una aureola mítica.<br />

La campaña <strong>de</strong> 1941 no sólo marca<br />

para Manolete la reválida triunfal <strong>de</strong> la <strong>de</strong> 1940,<br />

sino <strong>que</strong> señala uno <strong>de</strong> los hitos <strong>de</strong> mayor<br />

gloria en toda la carrera <strong>de</strong>l ingente torero.<br />

Fue la corrida toreada en Madrid a beneficio<br />

<strong>de</strong> los damnificados en la catástrofe <strong>de</strong><br />

Santan<strong>de</strong>r. Ese día, el crítico D. Celestino<br />

Espinosa, <strong>que</strong> ya había hecho popular el<br />

seudónimo <strong>de</strong> R. Cap<strong>de</strong>villa, escribió <strong>de</strong><br />

Manolete lo siguiente:<br />

-«Mató y superó <strong>por</strong> cien veces todo<br />

el toreo natural <strong>que</strong> existe registrado en los<br />

anales <strong>de</strong> la lidia. Sin enmendar un solo<br />

milímetro, airoso y erguido, soldadas las<br />

piernas como una columna <strong>que</strong> gira y tirando<br />

<strong>de</strong>l toro con hebras <strong>de</strong> seda, el cordobés trazó<br />

<strong>de</strong> cuatro tiempos los cuadrantes <strong>que</strong> tiene<br />

la rosa. Cuando la res cayó patas arriba, <strong>de</strong><br />

MIURA - 2002<br />

una estocada cordobesa, patas arriba se <strong>que</strong>da<br />

la tar<strong>de</strong>, y yo creo <strong>que</strong> todo el arte <strong>de</strong><br />

torear.»<br />

Fue el día <strong>que</strong> el maestro Clarito<br />

escribió la frase más certera y exacta <strong>de</strong><br />

cuantas se ha dicho o escrito en la copiosa<br />

bibliografía manoletista: Tiene el arte <strong>de</strong> los<br />

<strong>que</strong> no tienen valor y el valor <strong>de</strong> los <strong>que</strong> no<br />

tienen arte. Ya está en plena floración el torero<br />

genial <strong>que</strong> hay en Manolete. Ningún po<strong>de</strong>r<br />

humano pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>tener su marcha triunfal<br />

hasta los más altos puestos <strong>de</strong>l toreo <strong>de</strong> todos<br />

los tiempos.<br />

En la Feria <strong>de</strong> Sevilla <strong>de</strong> este año<br />

Manolete realiza con un toro <strong>de</strong> Villamarta una<br />

<strong>de</strong> las faenas más grandiosas <strong>que</strong> se registra<br />

en el coso maestrante, en todos los tiempos.<br />

Yo encabezaba mi crónica <strong>de</strong>l diario «Fe» <strong>de</strong>l<br />

día siguiente con estas palabras:<br />

Pasarán los días y los años, pero no<br />

pasará nunca el recuerdo <strong>de</strong> la faena <strong>de</strong><br />

«Manolete» al séptimo toro <strong>de</strong> la corrida <strong>de</strong><br />

ayer tar<strong>de</strong>.<br />

<strong>Los</strong> <strong>de</strong>más toreros <strong>de</strong>l cartel habían<br />

triunfado también, pero todo <strong>que</strong>dó oscurecido<br />

<strong>por</strong> la avalancha <strong>de</strong>l toreo manoletista. Pagés,<br />

el empresario, me dijo <strong>por</strong> la noche <strong>de</strong> la<br />

corrida: Cuando pasa <strong>por</strong> una plaza <strong>de</strong> toros<br />

un torbellino como el <strong>de</strong> esta tar<strong>de</strong>, hasta la<br />

historia se para. Barcelona, inmediatamente<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Sevilla, registra otro triunfo <strong>de</strong> la<br />

misma naturaleza. Y <strong>de</strong>spués las ferias <strong>de</strong><br />

Córdoba, Algeciras, Plasencia y Granada, en<br />

todas las cuales Manolete <strong>de</strong>sgrana ante el<br />

pasmo <strong>de</strong> los públicos una clase <strong>de</strong> toreo<br />

<strong>que</strong> no tiene parangón en la historia <strong>de</strong> la<br />

Fiesta, <strong>por</strong><strong>que</strong>, como en el caso <strong>de</strong> Belmonte,<br />

empieza en él y es posible <strong>que</strong> termine en él<br />

también.<br />

En esta tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1941 Manolete<br />

torea en Barcelona <strong>por</strong> vez primera <strong>de</strong> director<br />

<strong>de</strong> lidia, para dar la altemativa al espada<br />

sevillano Manuel Martín Váz<strong>que</strong>z. Fue testigo<br />

<strong>de</strong> la ceremonia Pepe Luis Váz<strong>que</strong>z, el torero<br />

<strong>que</strong> estaba, <strong>por</strong> muchas razones, llamado a<br />

ser el rival <strong>de</strong>l Califa III. Toda esta tem<strong>por</strong>ada<br />

fue como <strong>de</strong> plenitud formativa. Des<strong>de</strong> La<br />

275


MIURA - 2002<br />

Coruña a Almería; <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Barcelona a Sevilla,<br />

todos los confines <strong>de</strong> España se llenan <strong>de</strong><br />

arte <strong>de</strong> Manolete.<br />

Se dio en 1941 lo <strong>que</strong> yo había <strong>de</strong><br />

llamar uniformidad triunfal <strong>de</strong> Manolete, <strong>que</strong><br />

fue la tónica <strong>de</strong> todos los toreros geniales <strong>que</strong><br />

reinaron solos. Por<strong>que</strong> la verdad es <strong>que</strong>, a<br />

estos efectos <strong>de</strong>l imperio <strong>de</strong> la Gran Fiesta,<br />

en 1941, 1942, 1943 y 1944 Manolete, como<br />

el Guerra y antes Paquiro, reinó solo. Son los<br />

tres emperadores <strong>de</strong>l toreo.<br />

Manolete tiene <strong>que</strong> competir mucho<br />

más tar<strong>de</strong> con él mismo, y a pesar <strong>de</strong> ello,<br />

los públicos, como a Rafael Guerra (Guerrita),<br />

como a Joselito, empiezan a notarle y tenerle<br />

en cuenta la circunstancia <strong>de</strong> <strong>que</strong> siempre<br />

está bien. Ya casi al final <strong>de</strong> la tem<strong>por</strong>ada<br />

Manolete torea tres tar<strong>de</strong>s casi seguidas en<br />

Madrid. Obtuvo triunfos clamorosos en las<br />

dos últimas.<br />

El balance <strong>de</strong> esta tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1941<br />

fue: cincuenta y siete corridas toreadas <strong>de</strong><br />

las sesenta y seis <strong>que</strong> había contratado. Al<br />

final <strong>de</strong>l ejercicio Manolete es, sin ninguna discusión,<br />

la primera figura <strong>de</strong>l toreo. <strong>Los</strong><br />

compañeros empiezan a hacer con él el punto<br />

y aparte glorioso, el <strong>que</strong> se ha hecho siempre<br />

con los toreros geniales.<br />

La tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1942 completa la<br />

personalidad <strong>de</strong> Manolete. Mayor <strong>de</strong> edad -<br />

ha cumplido veinticuatro años-, en pleno<br />

dominio <strong>de</strong> su voluntad y <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>stinos, rico<br />

y popular, Manuel Rodríguez reafirma y<br />

(12) Eduardo Pagés, empresario consciente <strong>de</strong> su función, había formado en 1942 la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />

prescindir en sus organizaciones <strong>de</strong> una vez para siempre <strong>de</strong>l nombre <strong>de</strong> «Manolete», sin pensar,<br />

sin duda alguna, <strong>que</strong> éste habría <strong>de</strong> alcanzar en el toreo la altura <strong>que</strong> conquistó, el año<br />

<strong>que</strong> estuvo <strong>de</strong>sligado <strong>de</strong> él, precisamente. La separación fue <strong>por</strong> una cuestión puramente administrativa.<br />

Según tengo entendido, <strong>por</strong> unas diferencias <strong>de</strong> honorarios respecto <strong>de</strong> Domingo<br />

Ortega, <strong>que</strong> toreaba <strong>por</strong> entonces auspiciado o dirigido <strong>por</strong> Pagés. En realidad, no había<br />

ninguna razón para <strong>que</strong> Ortega ganase más dinero <strong>que</strong> «Manolete», y Camará reclamó la<br />

diferencia, según mis noticias, en la Feria <strong>de</strong> Valladolid <strong>de</strong> 1942. En el inviemo <strong>de</strong> 1943-44 las<br />

diferencias <strong>que</strong>daron zanjadas. Cuando yo le pregunté a Pagés cuál había sido el móvil <strong>de</strong><br />

volver a la contratación <strong>de</strong> «Manolete», contestó muy sensatamente: «Amigo Vila, yo soy un<br />

comerciante y tengo <strong>que</strong> tener en mi tienda la mercancía <strong>que</strong> reclama el público.» No sé si fue<br />

esta exactamente la frase, pero el contenido es el mismo. Eduardo Pagés, <strong>de</strong>l <strong>que</strong> guardo una<br />

memoria gratísima, se fue <strong>de</strong> esta vida sin realizar el sueño <strong>de</strong> toda ella: Vivir en Sevilla; ser<br />

únicamente empresario <strong>de</strong> la Real Maestranza y fundar en la metrópoli andaluza un gran periódico<br />

taurino, en el <strong>que</strong>, bondadosamente, me tenía reservado un puesto.<br />

276<br />

solidifica su vocación torera. No vive más <strong>que</strong><br />

para la profesión. No es huraño, como tratan<br />

<strong>de</strong> esentarle. Es, sencillamente, reconcentrado<br />

en su i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> alcanzar una línea taurina<br />

con la <strong>que</strong> sueña <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niño.<br />

El mes <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1942 ofrece para<br />

su historia el primer bache profesional. Torea<br />

en él nueve corridas -incluidas las <strong>de</strong> la Feria<br />

<strong>de</strong> Sevilla- y en ninguna <strong>de</strong> ellas corta orejas.<br />

A<strong>que</strong>lla feria fue francamente mala. Se hizo<br />

bajo la fórmula <strong>de</strong> don Eduardo Pagés: cuatro<br />

corridas, cuatro gana<strong>de</strong>rías, cuatro toreros, y<br />

Manolete no salió <strong>de</strong> ella bien parado. Fue<br />

cuando Pagés tomó una <strong>de</strong>cisión muy seria:<br />

prescindir en el futuro <strong>de</strong> Manolete (12). Tanto,<br />

<strong>que</strong> hizo <strong>de</strong>cir a K-Hito, el <strong>que</strong> luego habría<br />

<strong>de</strong> calificar a Manolete <strong>de</strong> monstruo <strong>de</strong>l<br />

toreo, en una famosa crónica:<br />

-Se ha roto el frente <strong>de</strong> las primeras<br />

figuras.<br />

El bache para algunos célebres<br />

toreros ha durado tem<strong>por</strong>adas enteras, acabó<br />

para Manolete con el mes <strong>de</strong> abril. En mayo<br />

se hizo nuevamente la luz en su carrera<br />

triunfal, y en las siete corridas <strong>que</strong> toreó<br />

conquista doce orejas, cinco rabos y una pata.<br />

Junio trae al acerbo triunfal manoletista los<br />

éxitos <strong>de</strong> Bilbao, Algeciras y Barcelona. Ya<br />

está nuevamente en la línea gloriosa <strong>que</strong><br />

informa su carrera <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la mañana <strong>de</strong><br />

Lobatón. La Feria <strong>de</strong> Valencia <strong>de</strong> este año es<br />

un hito monumental en la historia <strong>de</strong> Manolete.


Toreó tres corridas y cortó en ellas 9 orejas,<br />

4 rabos y 2 patas.<br />

Toda la afición <strong>de</strong> España, congregada<br />

en la ciudad <strong>de</strong>l Turia, miró con verda<strong>de</strong>ro<br />

asombro la creciente superación <strong>que</strong> <strong>de</strong> su<br />

arte hizo Manolete. En los días intermedios<br />

<strong>de</strong> estas corridas valencianas, Manolete toreó<br />

dos en Barcelona, cortando en ellas seis<br />

orejas, dos rabos y dos patas. La afición entera<br />

<strong>de</strong> España está ya rendida a la evi<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong>l nuevo arte. Apartir <strong>de</strong> Valencia los triunfos<br />

en 1942 se cuentan <strong>por</strong> sus actuaciones.<br />

Entre los mismos toreros, Manolete es<br />

un islote <strong>de</strong> gloria insuperable...<br />

-¡Manolete...! A ése vamos a <strong>de</strong>jarlo<br />

aparte...! se oye <strong>por</strong> doquier y en todas las<br />

tertulias don<strong>de</strong> se habla <strong>de</strong> toros y <strong>de</strong> toreros.<br />

Hay una gran anécdota manoletista en<br />

la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1942. El 6 <strong>de</strong> septiembre, en<br />

Barcelona, Manolete torea <strong>por</strong> vez primera<br />

«mirando al tendido.» No fue un <strong>de</strong>splante. El<br />

toro no tenía mucho aparato y la gente lo protestó.<br />

Manolete, para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r la normalidad<br />

<strong>de</strong> la corrida, se puso a torear como si el toro<br />

no estuviera en el ruedo. Después <strong>de</strong> a<strong>que</strong>llo<br />

el propio Manolete <strong>de</strong>claró <strong>que</strong>, a su juicio, el<br />

público tenía razón, y para <strong>de</strong>mostrarlo prácticamente<br />

se puso a torear el toro sin mirarlo<br />

siquiera. No obstante, la faena produjo en la<br />

afición un verda<strong>de</strong>ro estu<strong>por</strong>. Y en todos los<br />

medios españoles don<strong>de</strong> la noticia llegaba con<br />

vuelos <strong>de</strong> novedad y trascen<strong>de</strong>ncia.<br />

Esta misma manera <strong>de</strong> torear la<br />

prodigó luego con toros <strong>de</strong> respeto y <strong>de</strong><br />

pitones <strong>de</strong>scomunales. Entonces la gente se<br />

ponía en pie. Allí no había bromas. Muchos<br />

inteligentes <strong>de</strong>l toreo criticaron a Manolete esta<br />

manera <strong>de</strong> torear. Él sabía mejor <strong>que</strong> nadie<br />

<strong>que</strong> estaba ayuna <strong>de</strong> valor técnico, y jamás la<br />

llevó a efecto en plazas <strong>de</strong> responsabilidad,<br />

como la <strong>de</strong> Sevilla, <strong>por</strong> ejemplo, don<strong>de</strong><br />

siempre toreó con arreglo al más estricto<br />

patrón <strong>de</strong> ortodoxia pura. El balance <strong>de</strong> 1942<br />

es éste: setenta y dos corridas toreadas <strong>de</strong><br />

las noventa y una <strong>que</strong> contrató. Y éxitos en<br />

profusión no conocida en la historia <strong>de</strong> torero<br />

alguno.<br />

MIURA - 2002<br />

A partir <strong>de</strong> abril Manolete se puso en<br />

plan <strong>de</strong> torear a todos los toros, fueran éstos<br />

como fuesen, <strong>de</strong> tal manera <strong>que</strong> muy<br />

posiblemente alanzó, en este or<strong>de</strong>n, una<br />

pro<strong>por</strong>ción superior al noventa <strong>por</strong> ciento. Con<br />

todo, apenas acabada la tem<strong>por</strong>ada se refugia<br />

en los campos <strong>de</strong> Salamanca. Es la se<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

sus estancias la <strong>de</strong>liciosa mansión <strong>de</strong> San<br />

Femando, la finca don<strong>de</strong> pasta la vacada <strong>de</strong><br />

Antonio Pérez Tabemero. Manolete vive encantado<br />

en a<strong>que</strong>l refugio, cercado <strong>de</strong> amistad<br />

fratemal <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> don Antonio, uno <strong>de</strong><br />

los cuales, Juan María, había <strong>de</strong> ser, andando<br />

el tiempo, matador <strong>de</strong> toros <strong>de</strong> buen estilo.<br />

La amistad manoletista acabó <strong>de</strong><br />

pren<strong>de</strong>r en él la chispa <strong>de</strong> la afición, y no quiso<br />

soslayar la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> ser matador <strong>de</strong> alternativa,<br />

<strong>que</strong> logró a buen precio <strong>de</strong> sangre. Des<strong>de</strong><br />

Salamanca Manolete pasa a las tierras<br />

andaluzas <strong>que</strong> conocieron sus primeras ilusiones<br />

y sus primeros sinsabores. En los<br />

cortijos <strong>de</strong> la tierra <strong>de</strong>l Sur es recibido con<br />

honores <strong>de</strong> primera figura <strong>de</strong>l toreo...<br />

En 1942 Manolete -la administración<br />

<strong>de</strong> Manolete- juzga conveniente separarse <strong>de</strong><br />

la relación comercial con Eduardo Pagés, el<br />

empresario <strong>que</strong> <strong>por</strong> entonces alcanza mayor<br />

extensión para sus organizaciones... se sintió.<br />

Y precisamente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esta separación,<br />

Manuel Rodríguez logra, en la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong><br />

1943, ¡su índice mayor <strong>de</strong> corridas toreadas:<br />

setenta y cinco! Como en 1942, Manolete<br />

marcó su paso <strong>por</strong> todos los ruedos españoles,<br />

<strong>de</strong>jando en ellos la impronta <strong>de</strong> su toreo<br />

genial.<br />

La tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1943 es <strong>de</strong> gran<br />

trascen<strong>de</strong>ncia para Manolete y para todos los<br />

<strong>que</strong> hubieran <strong>de</strong> seguirle en la línea <strong>de</strong> los<br />

toreros privilegiados. La gran revolución<br />

económica <strong>que</strong> se aprecia en el toreo <strong>de</strong><br />

nuestro tiempo la inició Manolete en 1943,<br />

fijando sus honorarios en la entonces fabulosa<br />

cantidad <strong>de</strong> cincuenta mil pesetas. Esto<br />

<strong>de</strong>termina una subida <strong>de</strong> los sueldos <strong>de</strong> todos<br />

los toreros, en el precio <strong>de</strong> los toros <strong>de</strong> lidia y,<br />

<strong>por</strong> en<strong>de</strong>, el <strong>de</strong> las localida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las corridas.<br />

Toda la economía <strong>de</strong> la Gran Fiesta <strong>de</strong><br />

277


MIURA - 2002<br />

España se encarama <strong>de</strong> un solo salto a una<br />

altura <strong>que</strong> no se sospechaba siquiera en los<br />

días en <strong>que</strong> Juan Belmonte puso el precio <strong>de</strong><br />

veinticinco mil pesetas a sus actuaciones.<br />

Se produjo en todo el ámbito <strong>de</strong> la<br />

Fiesta el mismo revuelo <strong>que</strong> cuando Rafael<br />

Molina (Lagartijo) dijo <strong>que</strong> cobraría cinco mil<br />

pesetas <strong>por</strong> torear; o cuando el Guerra señaló<br />

la cantidad <strong>de</strong> seis mil pesetas para sus honorarios;<br />

o cuando Joselito y Belmonte, allá<br />

<strong>por</strong> los años 1915 y 1916, empezaron a percibir<br />

siete mil quinientas pesetas <strong>de</strong> sueldo<br />

<strong>por</strong> corrida. Pero este revuelo se acalla pronto<br />

<strong>por</strong> la avalancha triunfal <strong>de</strong> Manolete. Pronto<br />

se abren <strong>de</strong> nuevo todas las rutas <strong>de</strong>l toreo a<br />

esta carrera gloriosa <strong>de</strong> éxitos ininterrumpidos.<br />

Manolete sintetiza en él mismo al torero<br />

genial y al matador <strong>de</strong> estilo, <strong>que</strong> ha ido perfeccionando<br />

<strong>de</strong> manera maravillosa. Ya no lo<br />

cogen los toros casi nunca. Empiezan <strong>por</strong> entonces<br />

a sonar en los medios españoles la<br />

necesidad <strong>de</strong> buscarle un competidor.<br />

Pero fueron <strong>que</strong>dando atrás todos los<br />

toreros <strong>que</strong> ofrecían alguna posibilidad.<br />

Incluso Pepe Luis Váz<strong>que</strong>z, <strong>que</strong> estaba<br />

llamado, <strong>por</strong> muchas razones <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n taurino,<br />

a <strong>de</strong>tener la marcha militar <strong>que</strong> es para el<br />

nuevo gran torero <strong>de</strong> Córdoba su paso <strong>por</strong><br />

todos los ruedos españoles. No hay más rival<br />

<strong>de</strong> Manolete <strong>que</strong> el propio Manolete.<br />

La altura <strong>de</strong> toda la Fiesta se sostiene<br />

sobre el pilar <strong>de</strong> su nombre. «Manolete,<br />

Manolito», escribió el maestro K-Hito en una<br />

crónica <strong>que</strong> se hizo muy popular. Esta empresa<br />

<strong>de</strong> mantener <strong>por</strong> sí mismo todo el<br />

aparato <strong>de</strong>l toreo es privilegio <strong>que</strong> ha<br />

correspondido en el curso <strong>de</strong> la historia a muy<br />

pocos toreros. Tal vez Paquiro y el Guerra solamente,<br />

con anterioridad a Manolete, pues<br />

la genialidad <strong>de</strong> Joselito se vio complementada<br />

<strong>por</strong> la revolución <strong>de</strong> Belmonte; el<br />

po<strong>de</strong>río <strong>de</strong> Cúchares, con el di<strong>que</strong> <strong>de</strong> la formación<br />

enciclopédica <strong>de</strong>l Chiclanero; la inmensidad<br />

<strong>de</strong> Lagartijo, con la sobriedad colosal<br />

<strong>de</strong> Frascuelo.<br />

No hay en el tiempo <strong>de</strong> Manolete nada<br />

paralelo <strong>que</strong> oponer a su nombre. Y <strong>por</strong> esta<br />

278<br />

razón manda en las organizaciones taurinas<br />

con idéntica fuerza, en las corridas <strong>que</strong> él<br />

torea y en las <strong>que</strong> no torea. Tal vez sea un<br />

poco fuerte la frase, pero <strong>por</strong> este tiempo pudo<br />

<strong>de</strong>cir Manolete a los cuatro vientos, como<br />

Guerrita en sus días <strong>de</strong> emperador: Primero,<br />

yo; <strong>de</strong>spués, nadie; <strong>de</strong>spués, el qué sea...<br />

exactamente como Fuentes.<br />

En 1944 Manolete encontró todas las<br />

puertas abiertas, es <strong>de</strong>cir, se arregla con el<br />

empresario señor Pagés, <strong>de</strong>l <strong>que</strong> estuvo absolutamente<br />

<strong>de</strong>sligado todo el año 1943.<br />

Vuelve a la Feria <strong>de</strong> Sevilla, <strong>de</strong> la <strong>que</strong> sólo<br />

faltó, en todos los años <strong>de</strong> su carrera, la<br />

tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong>l mismo año. La <strong>de</strong> Sevilla es<br />

una <strong>de</strong> las plazas <strong>de</strong> Pagés. Manolete comete,<br />

respecto a dicha Feria, un error muy grave.<br />

Soslaya en la misma la corrida <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>.<br />

Es el primer torero <strong>de</strong> altura <strong>que</strong> lo hace, y<br />

abre con ello un camino <strong>por</strong> el <strong>que</strong> habrían <strong>de</strong><br />

andar tantos en el curso <strong>de</strong> los años<br />

sucesivos. Yo escribía entonces en el diario<br />

«Fe», <strong>de</strong> Sevilla; cuando se hizo pública la<br />

ausencia <strong>de</strong> Manolete <strong>de</strong>l cartel <strong>de</strong> la corrida<br />

<strong>de</strong> <strong>Miura</strong>, empecé a publicar una serie <strong>de</strong><br />

artículos con el título común <strong>de</strong> Yo soy<br />

manoletista, <strong>que</strong> valieron bien poco.<br />

El po<strong>de</strong>río <strong>de</strong> Manolete estaba ya <strong>por</strong><br />

encima <strong>de</strong>l bien y <strong>de</strong>l mal. Después <strong>de</strong>l primer<br />

artículo <strong>de</strong> a<strong>que</strong>llos, <strong>que</strong> tuvo -naturalmenteen<br />

la afición sevillana un eco muy extenso,<br />

recibí una carta <strong>de</strong> don Eduardo Pagés, gran<br />

amigo mío, rogándome <strong>que</strong> suspendiera la<br />

campaña, nos dice Vila. Me costaba mucho<br />

hacerlo; pero Pagés me lo pedía en nombre<br />

<strong>de</strong> un sentimentalismo al <strong>que</strong> nunca jamás<br />

he vuelto la cara en mi vida.<br />

Puesto <strong>que</strong> no había <strong>de</strong> conseguir mi<br />

objetivo -<strong>que</strong> Manolete toreara los <strong>Miura</strong>s-, no<br />

tenía, en cierto modo, <strong>de</strong>recho a causar a un<br />

amigo un gran perjuicio. Pagés me <strong>de</strong>cía en<br />

la carta <strong>que</strong> si yo no suspendía la campaña<br />

iniciada, Manolete no iría a torear la Feria <strong>de</strong><br />

Sevilla, con lo <strong>que</strong> se le irrogaba un <strong>que</strong>branto<br />

grave.<br />

«Andando el tiempo supe <strong>de</strong> buena<br />

fuente <strong>que</strong> Pagés había escrito la carta <strong>de</strong>


eferencia <strong>por</strong> indicación <strong>de</strong>l apo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong><br />

Manolete. Todavía no me he arrepentido <strong>de</strong><br />

a<strong>que</strong>lla claudicación, <strong>que</strong> cuento ahora <strong>por</strong><br />

primera vez», nos dice don Enri<strong>que</strong> Vila. No<br />

fue la única <strong>de</strong> mi vida profesional motivada<br />

<strong>por</strong> razones <strong>de</strong> leal amistad. Cuando José<br />

Igacio Sánchez Mejías -<strong>que</strong> santa gloria hayase<br />

disponía a pasar al grado <strong>de</strong> matador <strong>de</strong><br />

toros en la plaza <strong>de</strong> Sevilla, me dijo un día<br />

<strong>que</strong> mi crónica <strong>de</strong> la altemativa sería para él<br />

<strong>de</strong> una gran trascen<strong>de</strong>ncia. Era amigo y quise<br />

complacerle. Después <strong>de</strong> la corrida José<br />

Maña <strong>de</strong>l Rey, a la sazón director <strong>de</strong>l diario<br />

«Fe», me llamó a su <strong>de</strong>spacho y me dijo:<br />

-Si yo no conociera bien las razones<br />

<strong>que</strong> te han inducido a escribir esta crónica, a<br />

hora mismo cesabas en tu cometido en el<br />

periódico.<br />

La vida <strong>de</strong> cualquier cronista taurino<br />

está llena <strong>de</strong> hechos <strong>de</strong> esta naturaleza, <strong>que</strong><br />

la mayoría interpreta siempre en el peor<br />

sentido. Mas como ante dije, aún no me remuer<strong>de</strong><br />

la conciencia lo más mínimo -la<br />

conciencia profesional pura- <strong>de</strong> no haber<br />

causado un perjuicio a Pagés en los años<br />

1944 ni <strong>de</strong> haber hecho lo posible <strong>por</strong> agrandar<br />

la actuación <strong>de</strong> Mejías el día <strong>de</strong> su<br />

doctorado.<br />

A partir <strong>de</strong> la Feria sevillana <strong>de</strong> 1944<br />

Manolete volvió a encontrarse con la gloria<br />

en todos los medios españoles. La misma<br />

Sevilla incluida, don<strong>de</strong> triunfó en las dos<br />

corridas <strong>que</strong> toreó. A mediados <strong>de</strong> ese año,<br />

probablemente a mediados <strong>de</strong> junio, Manolete<br />

levanta en la plaza <strong>de</strong> Madrid, para la<br />

posteridad, el monumento <strong>de</strong> su faena al toro<br />

sobrero <strong>de</strong> la corrida organizada <strong>por</strong> la<br />

Asociación <strong>de</strong> la Prensa.<br />

El famoso toro Pinto Barreiro. Al<br />

<strong>de</strong>cir <strong>de</strong> muchos y calificados aficionados, la<br />

faena <strong>de</strong> Manolete a este toro es la mejor <strong>de</strong><br />

cuantas se han realizado en la plaza Monumental<br />

<strong>de</strong> las Ventas, <strong>de</strong> la capital <strong>de</strong> España.<br />

El eco <strong>de</strong> los clamores multitudinarios con<br />

<strong>que</strong> fue ilustrada llenó todo el ámbito <strong>de</strong> Madrid.<br />

Manolete fue paseado en hombros entre<br />

un <strong>de</strong>lirio <strong>de</strong> la multitud <strong>por</strong> la calle <strong>de</strong> Alcalá y<br />

MIURA - 2002<br />

llevado <strong>de</strong> esta manera hasta el hotel don<strong>de</strong><br />

se hospedaba, en la plaza <strong>de</strong>l Ángel.<br />

Convertido en ídolo nacional, su retrato<br />

fue expuesto en los escaparates <strong>de</strong> los<br />

comercios y pegados en las esquinas <strong>de</strong> las<br />

calles. El diario «Arriba» escribió esta frase<br />

contun<strong>de</strong>nte:<br />

«Manolete, monumento nacional.»<br />

Como en los días <strong>de</strong> Lagartijo, como en los<br />

días <strong>de</strong> Belmonte, toda la intelectualidad<br />

española se siente atraida <strong>por</strong> el exponente<br />

racial <strong>que</strong> es, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su puesto <strong>de</strong>l toreo,<br />

Manuel Rodríguez (Manolete). Su nombre<br />

traspasa la frontera con categoría <strong>de</strong> símbolo<br />

y empieza a conquistar el signo <strong>de</strong> universalidad<br />

<strong>de</strong> los genios.<br />

Por tercera vez, en la crónica <strong>de</strong> la<br />

Gran Fiesta <strong>de</strong> España, se da el caso <strong>de</strong> un<br />

torero <strong>que</strong> pasa <strong>por</strong> la fuerza <strong>de</strong> su<br />

personalidad a ser centro <strong>de</strong> gravedad <strong>de</strong> una<br />

atención literaria <strong>de</strong> altura. <strong>Los</strong> más claros<br />

ingenios <strong>de</strong> todas las activida<strong>de</strong>s intelectuales<br />

coinci<strong>de</strong>n en la admiración. Y si la reina<br />

Isabel II tuvo la intención <strong>de</strong> honrar a Paquiro<br />

con el titulo <strong>de</strong> con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Chiclana, los literatos<br />

<strong>de</strong> más nombre, los artistas <strong>de</strong> más señalada<br />

inspiración, los grupos <strong>de</strong> selección <strong>de</strong> cualquier<br />

talento, tienen <strong>por</strong> a<strong>que</strong>llos días para<br />

Manolete las más claras flores en revistas y<br />

periódicos. Des<strong>de</strong> el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Real<br />

Aca<strong>de</strong>mia Española, en su artículo<br />

memorable, La hora <strong>de</strong> Córdoba, hasta el<br />

más mo<strong>de</strong>sto re<strong>por</strong>tero <strong>de</strong> provincia, <strong>de</strong>dica<br />

a la hazaña <strong>de</strong> Manolete con el toro <strong>de</strong> Pinto<br />

Barreiro panegíricos ditirámbicos.<br />

De la misma América, <strong>que</strong> aún no le<br />

ha visto, empiezan a llegar testimonios <strong>que</strong><br />

atribuyen a Manolete la consi<strong>de</strong>ración<br />

mitológica <strong>que</strong> él lue-go había <strong>de</strong> ganar tan a<br />

pulso en todo el otro conti-nente don<strong>de</strong> alienta<br />

la Gran Fiesta <strong>de</strong> España. El genio <strong>de</strong><br />

Manolete se esparce <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Madrid a todos<br />

los confines <strong>de</strong>l mapa torero, en un juego permanente<br />

con la muerte. Las ferias <strong>de</strong>l Norte,<br />

<strong>de</strong> Valencia, <strong>de</strong> Pamplona, las plazas <strong>de</strong>l<br />

Sur..., todas van siendo escenarios <strong>de</strong> triunfos<br />

apoteósicos. Hasta el festival <strong>que</strong> organi-<br />

279


MIURA - 2002<br />

za en Jerez <strong>de</strong> la Frontera don Álvaro<br />

Domecq, a beneficio <strong>de</strong>l Oratorio <strong>de</strong> San Juan<br />

Bosco, <strong>de</strong> a<strong>que</strong>lla ciudad.<br />

En la noche <strong>de</strong>l día (11-11-1944), se<br />

celebró en Madrid el homenaje <strong>de</strong> la<br />

intelectuali-dad a Manolete, figura universal.<br />

Alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l torero <strong>de</strong> rigurosa eti<strong>que</strong>ta <strong>de</strong><br />

su clase -traje corto negro y camisa rizada-,<br />

se sentaron un centenar <strong>de</strong> escritores y<br />

artistas <strong>de</strong> todas las especialida<strong>de</strong>s. Fue,<br />

como <strong>de</strong>cía la convocatoria <strong>de</strong>l acto:<br />

Un homenaje a la fiesta <strong>de</strong> toros, la<br />

fiesta viril y española concentrándolo en la<br />

persona <strong>de</strong>l toreo cordobés, Manuel<br />

Rodríguez (Manolete). A<strong>que</strong>l acto sólo tenía<br />

dos antece<strong>de</strong>ntes en la historia <strong>de</strong>l toreo <strong>de</strong><br />

todas las épocas.<br />

El organizado <strong>por</strong> Mariano <strong>de</strong> Cavia<br />

en honor <strong>de</strong> Lagartijo y el <strong>que</strong> dispuso Valle<br />

Inclán en honor <strong>de</strong> Belmonte. Con Manolete,<br />

ocuparon la presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l acto, D. José<br />

280<br />

FOTO No. 70.<br />

María Alfaro, presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la asociación <strong>de</strong><br />

la Prensa madrileña y vicepresi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> las<br />

Cortes; el director <strong>de</strong> la Acaremia española,<br />

D. José María Pemán, D. Julián Pemartín, D.<br />

Víctor <strong>de</strong> la Sema, D. Raimundo Femán<strong>de</strong>z<br />

Cuesta; el Marqués <strong>de</strong> la Valdavia, D. José<br />

<strong>Los</strong>ada <strong>de</strong> la Torre, D. Xavier <strong>de</strong> Echarri, el<br />

con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Foxá y K-Hito.<br />

Al final se produjo un tomeo literario<br />

en honor e Manolete. Dijo Adriano <strong>de</strong>l Valle:<br />

«Allí naciste torero<br />

<strong>por</strong><strong>que</strong> lo quiso tu sino,<br />

con tu tristeza <strong>de</strong> sauce<br />

con tu empa<strong>que</strong> <strong>de</strong> obelisco,<br />

Facistol, centras el ruedo<br />

como quien sostiene un libro,<br />

si <strong>de</strong>l Guerra la sentencia,<br />

la estampa <strong>de</strong> Lagartijo.»<br />

Dijo, el con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Foxá:<br />

«Dos mil años <strong>de</strong> lidia sobre<br />

esta piel <strong>de</strong> España<br />

(¡Oh cráteres <strong>de</strong> luna <strong>de</strong><br />

su redonda tierral)<br />

hacia ti, Manolete,<br />

<strong>que</strong> das ritmo y medida<br />

el anárquico empuje <strong>de</strong>l<br />

instinto y <strong>de</strong> la fuerza.»<br />

«Y así ganar, tar<strong>de</strong> tras<br />

tar<strong>de</strong> al toro,<br />

a la luz, a la arena,<br />

al clavel reventón <strong>que</strong><br />

se <strong>de</strong>shoja,<br />

muerte <strong>por</strong> la ansiedad en<br />

la barrera<br />

al relámpago rojo<br />

<strong>de</strong> la espada<br />

y al aplauso <strong>que</strong> ardiente<br />

se <strong>de</strong>speña.»<br />

Dijo, José María Alfaro.


AI final <strong>de</strong> toda a<strong>que</strong>lla lluvia <strong>de</strong> flores<br />

Manolete, se limitó a dar las gracias y <strong>de</strong>spués<br />

corrió a escon<strong>de</strong>rse en los campos <strong>de</strong><br />

Salamanca y <strong>de</strong> Andalucía don<strong>de</strong> están sus<br />

mayores encantos: el aire, el sol, el toro...<br />

En 1944, Manolete es una auténtica<br />

figura nacional. Figura <strong>de</strong>l toreo ya lo era<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía algunos años. Mas tal vez sea el<br />

propio Manolete el primer torero <strong>que</strong> gana la<br />

condición <strong>de</strong> figura universal. Su nombre se<br />

repite en todos los rincones <strong>de</strong>l globo y se<br />

pronuncia en todos los idiomas. Manolete tiene<br />

la gentileza <strong>de</strong> enviar a Sir Wiston<br />

Churchill, jefe <strong>de</strong>l Gobierno inglés, la cabeza<br />

<strong>de</strong> un toro <strong>de</strong> Escobar <strong>que</strong> mató en Valencia,<br />

<strong>que</strong> tenía señalado en el testuz como un lunar,<br />

el símbolo <strong>de</strong> la victoria <strong>de</strong>l famoso político.<br />

Churchill suspendió durante unos instantes<br />

su formidable tarea al frente <strong>de</strong> la guerra,<br />

para escribir una carta <strong>de</strong> agra<strong>de</strong>cimiento a<br />

Manolete.<br />

El día (18-07-1944), se presentó a<br />

torear en Madrid, Carlos Arruza <strong>que</strong> había sido<br />

llamado para dar <strong>por</strong> terminado el famoso<br />

pleito <strong>que</strong> los toreros españoles y mexicanos<br />

mantenían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía algunos años, Carlos<br />

Arruza sería con el tiempo, duro rival <strong>de</strong><br />

Manolete o al menos competidor en el fervor<br />

público. Estaban éstos cansados <strong>de</strong> la<br />

uniformidad triunfal <strong>de</strong> Manuel Rodríguez<br />

como en sus días respectivos lo estuvieron<br />

<strong>de</strong>l Guerra y <strong>de</strong> Joselito.<br />

Ningún torero <strong>de</strong> España pudo alcanzar<br />

<strong>por</strong> la <strong>de</strong>sidia <strong>de</strong> todos, la categoría suficiente<br />

para enfrentarse a la avalancha <strong>de</strong>l Califa<br />

III. Carlos Arruza ganó esta condición en<br />

tres comidas. Puso en ellas un aire nuevo <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong><strong>por</strong>tividad, <strong>que</strong> no se conocía hasta<br />

entonces en España. Lució un enciclopedismo<br />

<strong>que</strong>, aun<strong>que</strong> sin clase entonces, había <strong>de</strong><br />

ganar muy buen estilo al contacto con el toreo<br />

manoletista. Y los públicos vieron el cielo<br />

abierto. Manolete se alzó sobre esta circunstancia<br />

y en la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1945, dio la<br />

medida exacta <strong>de</strong> la excelsitud <strong>de</strong> su arte, empezando<br />

en la Feria <strong>de</strong> Sevilla en la <strong>que</strong> toreó<br />

cuatro corridas, la <strong>de</strong> <strong>Miura</strong> incluida; Carlos<br />

MIURA - 2002<br />

Arruza solo toreó dos, y cada tar<strong>de</strong> fue<br />

creciendo su altura en el triunfo.<br />

El público sevillano hizo a Manolete,<br />

a<strong>que</strong>llos días, homenajes grandiosos <strong>de</strong><br />

ovaciones y vítores. La tar<strong>de</strong> última cuando<br />

ya el gran torero se iba <strong>de</strong> la plaza, la multitud<br />

se alzó en los gra<strong>de</strong>-ríos como <strong>por</strong> ensalmo<br />

y tributó a Manolete una ovación soberana,<br />

llena <strong>de</strong> emoción, <strong>que</strong> obligó al espada a<br />

pararse en el centro <strong>de</strong>l ruedo tan <strong>de</strong>recho<br />

como entre los cuernos <strong>de</strong>l toro. Se quitó la<br />

montera e inclinó ligeramente la cabeza, en<br />

señal <strong>de</strong> gratitud. Por sus mejillas corrían unas<br />

lágrimas. El rostro <strong>de</strong> Manolete en a<strong>que</strong>lla escena,<br />

se iluminó con una luz <strong>que</strong> nunca se<br />

había visto en él. Simuló el abrazo con <strong>que</strong><br />

<strong>que</strong>da llevarse la emoción <strong>de</strong> Sevilla y así<br />

permaneció durante un lapso <strong>de</strong> tiempo lleno<br />

<strong>de</strong> alegría. Sobre ella, la media sonrisa <strong>de</strong><br />

su dulce amargura.<br />

En toda la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1945,<br />

Manolete y Arruza, torearon muchas corridas<br />

juntos. El nuevo aire <strong>de</strong>l toreo arrucista, ganó<br />

en España muchos a<strong>de</strong>ptos y mucho<br />

entusiasmo entre los públicos <strong>de</strong> todos los<br />

medios. De tal manera, <strong>que</strong> el mentado torero<br />

<strong>que</strong> no pudo ganar en su país la condición <strong>de</strong><br />

primera figura, la conquistó en España, casi<br />

dos meses <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberse presentado<br />

en la corrida <strong>de</strong> Madrid.<br />

Por lo <strong>de</strong>más, el contacto con las maneras<br />

<strong>de</strong> torear <strong>de</strong> Manolete y <strong>de</strong> los buenos<br />

toreros españoles, fueron perfilando y limpiando<br />

las <strong>de</strong> Carlos Arruza <strong>de</strong> aristas extrañas,<br />

<strong>de</strong> tal forma, <strong>que</strong> sin per<strong>de</strong>r su auténtica y<br />

arrolladora personalidad, el torero azteca fuer<br />

formando un nuevo estilo con el <strong>que</strong> habría<br />

<strong>de</strong> asom-brar a los aficionados <strong>de</strong> México, al<br />

regreso a su país natal.<br />

Al final <strong>de</strong> este año <strong>de</strong> 1945, Manolete<br />

hace su primer viaje a México, don<strong>de</strong> era esperado<br />

con una expectación enorme. El<br />

empresario Antonio Algara (q.s.g.h.) preparó<br />

el viaje hasta en los menores <strong>de</strong>talles y el<br />

grupo <strong>de</strong> corridas <strong>de</strong> abono en <strong>que</strong> había <strong>de</strong><br />

intervenir Manolete más minuciosamente aún.<br />

La consi<strong>de</strong>ración mítica <strong>que</strong> Manolete había<br />

281


MIURA - 2002<br />

ganado en México con el eco <strong>de</strong> sus triunfos<br />

en España, formó un ambiente en el<br />

taurinismo azteca como no se había conocido<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los tiempos <strong>de</strong> las tem<strong>por</strong>adas felices<br />

<strong>de</strong> Rodolfo Gaona. Después <strong>de</strong> las primeras<br />

actua-ciones, Manolete habría <strong>de</strong> superar en<br />

la tierra azteca la popularidad <strong>de</strong>l célebre<br />

torero <strong>de</strong> León <strong>de</strong> Aldama. Nunca torero<br />

alguno <strong>de</strong> la historia discurrió en México <strong>por</strong><br />

un ambiente tan elevado como lo hizo<br />

Manolete <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el día mismo <strong>de</strong> su<br />

presentación, <strong>que</strong> fue como tenía <strong>que</strong> ser:<br />

gloriosamente triunfal, y para <strong>que</strong> no faltaba<br />

nada en este triunfo se dio en él la nota trágica<br />

<strong>de</strong> <strong>que</strong> el toro sexto <strong>de</strong> la corrida le infirió una<br />

cornada grave. Antes, como era natural, le<br />

había cortado las orejas al toro <strong>de</strong> la<br />

altemativa, al <strong>que</strong> hizo una faena <strong>de</strong> muleta<br />

sensacional. Se dio la circunstancia <strong>de</strong> haber<br />

en a<strong>que</strong>lla corrida una emoción española <strong>de</strong><br />

tipo sentimental <strong>que</strong> imprimió al triunfo <strong>de</strong><br />

Manolete un carácter especialísimo.<br />

Había en la plaza muchos exiliados <strong>de</strong><br />

nuestra guerra <strong>de</strong> diversas condiciones y<br />

altura política. Con esa fuerza <strong>que</strong> el toreo ha<br />

tenido siempre <strong>de</strong> nexo entre la gente <strong>de</strong><br />

todas las clases sociales, uniendo al noble<br />

con el estado llano; al intelectual con el menos<br />

formado espiritualmente; al rico, con el pobre,<br />

la emoción española fue tan intensa en a<strong>que</strong>lla<br />

jomada, <strong>que</strong> las voces <strong>de</strong> «Viva España»<br />

resonaron con fuerza arrolladora en el ámbito<br />

<strong>de</strong> la vieja plaza <strong>de</strong>l Toreo, mientras Manolete<br />

toreaba <strong>de</strong> muleta al toro <strong>de</strong> su doctorado.<br />

Mexicanos y españoles rivalizaron en las<br />

muestras <strong>de</strong> admiración.<br />

Por la noche, en la silenciosa<br />

habitación <strong>de</strong> la clínica don<strong>de</strong> fue llevado<br />

Manolete, coincidieron el político Indalecio<br />

282<br />

Prieto <strong>que</strong> llegó a interesarse <strong>por</strong> su estado y<br />

Pepe Bejar significado falangista <strong>de</strong><br />

Barcelona, amigo íntimo <strong>de</strong> Manolete, <strong>que</strong> había<br />

<strong>que</strong>rido acompañarle en su primera excursión<br />

a tierras americanas. Indalecio Prieto<br />

comentaba:<br />

-Ha tenido <strong>que</strong> venir Manolete <strong>de</strong><br />

España, para <strong>que</strong> yo estreche en México la<br />

mano <strong>de</strong> un falangista.<br />

Todas las actuaciones <strong>de</strong> Manolete en<br />

México durante el invierno, se marcaron con<br />

éxitos colosales, En todas las plazas <strong>de</strong> la República<br />

azteca -pero, <strong>de</strong>sgraciadamente no,<br />

en la San Pedro en la hermosa ciudad <strong>de</strong><br />

Zacatecas-, <strong>que</strong>rían ver a Manolete y se improvisaban<br />

funciones con un montaje<br />

extraordinario, simplemente para <strong>que</strong> Manuel<br />

Rodríguez fuese a torear. No im<strong>por</strong>taba ni el<br />

día, ni la hora, ni el coste <strong>de</strong> la función.<br />

El negocio taurino alcanzó entonces<br />

en México una altura como nunca había tenido<br />

y todos los toreros aztecas y españoles<br />

subieron automáticamente su cotización al<br />

mismo tiempo <strong>que</strong> el precio <strong>de</strong> los toros y <strong>de</strong><br />

las localida<strong>de</strong>s. <strong>Los</strong> días <strong>que</strong> toreaba Manuel<br />

Rodríguez (Manolete), el agio callejero alcanzó<br />

pro<strong>por</strong>ciones insospechadas. El nombre<br />

<strong>de</strong>l gran torero <strong>de</strong> Córdoba era repetido <strong>por</strong><br />

doquier en todos los climas sociales, políticos<br />

y artísticos, al mismo ritmo <strong>que</strong> en el medio<br />

típico <strong>de</strong> la Fiesta.<br />

En todo este concierto fraternizaron<br />

<strong>de</strong> manera intensa y emocional los españoles<br />

exilia-dos, a los <strong>que</strong> el nombre <strong>de</strong> Manolete<br />

hizo más patente el recuerdo <strong>de</strong> la patria. Se<br />

organizaron en honor <strong>de</strong>l torero homenajes y<br />

ban<strong>que</strong>tes. En uno <strong>de</strong> ellos hubo <strong>que</strong> suprimir<br />

la ban<strong>de</strong>ra tricolor <strong>de</strong> la República española,<br />

(13) Silverio Pérez fue durante algún tiempo en México contrapunto <strong>de</strong> la rivalidad <strong>de</strong><br />

Manolete. En una corrida en la <strong>que</strong> torearon en un mano a mano, cuando ambos estaban en la<br />

puerta <strong>de</strong> cuadrillas para iniciar el paseíllo, un partidario <strong>de</strong> Silverio, <strong>que</strong> los tenía allí muy<br />

intransigentes, empezó a vocearle <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el gra<strong>de</strong>río: «Silverio, haber si le dad fuerte a ese<br />

pelao No le <strong>de</strong>s cuartel...» Silverio, con la cabeza baja escuchaba el aliento <strong>de</strong> su<br />

incondicional sin <strong>de</strong>cir palabra. El vocero seguía en sus treces, y cuando la música inició sus<br />

sones para empezar el <strong>de</strong>sfile, Silverio levantó la vista al sitio <strong>de</strong> don<strong>de</strong> partían las voces y dijo<br />

con énfasis: Cállense, hermanos, cállesen ya, no me lo vayan a enojar,,,


a la <strong>que</strong> el Gobierno <strong>de</strong> México reconocía<br />

todavía entonces -esa situación hace mucho<br />

terminó-, <strong>por</strong> la ban<strong>de</strong>ra nacional, <strong>por</strong><strong>que</strong> Manuel<br />

Rodríguez se negó a sentarse bajo una<br />

enseña <strong>que</strong> no era la suya.<br />

<strong>Los</strong> más conspicuos representantes<br />

<strong>de</strong> la República se afanaban <strong>por</strong> cultivar el<br />

trato <strong>de</strong>l torero <strong>que</strong>, ni solícito ni esquivo,<br />

convivía con todos, siguiendo sin proponérselo,<br />

la línea <strong>de</strong> neutralidad <strong>que</strong> los toreros<br />

han guardado siempre sin or<strong>de</strong>n político en<br />

sus relaciones con las multitu<strong>de</strong>s. Nunca fue<br />

la política buena aliada <strong>de</strong> los toreros. Ni<br />

cuando Manuel Lucas Blanco sostiene cruenta<br />

pelea <strong>que</strong> le llevó al patíbulo, ni cuando<br />

Frascuelo pelea arma al brazo junto al du<strong>que</strong><br />

<strong>de</strong> Sesto <strong>por</strong> la restauración <strong>de</strong> la monarquía.<br />

Manolete, con arreglo al convenio establecido<br />

para la reanudación <strong>de</strong> las<br />

relaciones entre los toreros españoles y<br />

mexicanos, tuvo <strong>que</strong> revalizar su alternativa<br />

en la plaza <strong>de</strong>l Toreo <strong>de</strong> México. Fue este<br />

suceso el día (0912-1945). Silverio Pérez fue<br />

el padrino <strong>de</strong> la ceremonia (13) y Eduardo<br />

Solórzano el testigo. El ganado <strong>de</strong> la vacada<br />

zacatecana <strong>de</strong> Torrecilla, propiedad <strong>de</strong> D.<br />

Julián Llaguno. El <strong>de</strong> la altemativa se llamó<br />

Gitano, el sexto, el <strong>que</strong> lo cogió, Cacharro.<br />

Fue tal la revolución <strong>que</strong> causó Manuel<br />

Rodríguez (Manolete) en México, <strong>que</strong> aún mediada<br />

la tem<strong>por</strong>ada se pensó en la construcción<br />

<strong>de</strong> una plaza <strong>de</strong> doble cabida <strong>de</strong> la<br />

vieja <strong>de</strong>l Toreo, <strong>que</strong> permitiese la satisfacción<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> localida<strong>de</strong>s. Cada tar<strong>de</strong> <strong>que</strong><br />

Manolete toreaba, se <strong>que</strong>daban sin verle miles<br />

y miles <strong>de</strong> personas y las entradas se vendían<br />

en la calle con un sobreprecio tan alto,<br />

<strong>que</strong> se dio el caso <strong>de</strong> cambiarse dos barreras<br />

para una <strong>de</strong> estas corridas, <strong>por</strong> un automóvil<br />

recién estrenado. El nombre <strong>de</strong> Manolete<br />

traspasó en México en un par <strong>de</strong> meses todas<br />

las fronteras imagi-nables. Cuando salía <strong>de</strong>l<br />

hotel, tenía <strong>que</strong> hacerlo protegido <strong>por</strong> la policía<br />

<strong>de</strong> tráfico, <strong>que</strong> seguía su automóvil para<br />

librarlo <strong>de</strong> la avalancha <strong>de</strong>l público. Se<br />

pusieron en circulación mercancías con el<br />

nombre <strong>de</strong> Manolete... En los sitios en <strong>que</strong><br />

MIURA - 2002<br />

éste aparecía con su media sonrisa <strong>de</strong> suave<br />

amargura en el semblante, el entusiasmo <strong>de</strong><br />

la gente era in<strong>de</strong>scriptible. El triunfo <strong>de</strong><br />

Manolete en México, había superado quizás<br />

en sólo unos meses al <strong>que</strong> tenía conquistado<br />

en España en tres o cuatro años... Yo<br />

recuerdo <strong>que</strong> una <strong>de</strong> las noches <strong>de</strong> la famosa<br />

Feria <strong>de</strong> Sevilla <strong>de</strong> 1945, Pagés el empresario,<br />

me dijo refiriéndose a Manolete:<br />

-Ya no le falta más <strong>que</strong> triunfar en México.<br />

Pero ni Pagés, ni nadie, sospechaba entonces<br />

<strong>que</strong> el triunfo <strong>de</strong> Manolete en México<br />

iba a alcanzar las pro<strong>por</strong>ciones citadas.<br />

La tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1946, pasó en<br />

blanco para Manolete. Sólo vistió el traje <strong>de</strong><br />

luces para torear con absoluto <strong>de</strong>sinterés, la<br />

corrida <strong>de</strong> la Beneficencia madrileña, la<br />

víspera <strong>de</strong> empren<strong>de</strong>r su segundo viaje a<br />

América. Era el cartel <strong>de</strong> a<strong>que</strong>l día, Gitanillo<br />

<strong>de</strong> Triana, Manolete y Luis Miguel Dominguín,<br />

precedidos <strong>de</strong>l rejoneador Álvaro Domecq y<br />

Diez. <strong>Los</strong> toros <strong>de</strong> Carlos Núñez.<br />

Todas las rutas españolas <strong>que</strong><br />

conducen a la capital <strong>de</strong> España, se llenaron<br />

la víspera <strong>de</strong> caravanas <strong>que</strong> iban a Madrid con<br />

el expreso motivo <strong>de</strong> ver a Manolete. La<br />

<strong>de</strong>manda <strong>de</strong> localida<strong>de</strong>s fue tal <strong>que</strong> se<br />

explicaba uno fácilmente <strong>que</strong> en México, estuvieran<br />

construyendo ya <strong>por</strong> a<strong>que</strong>llos días la<br />

plaza monumental, <strong>que</strong> lleva el nombre <strong>de</strong> la<br />

capitalidad, para <strong>que</strong> todos pudieran ver al torero<br />

<strong>de</strong> Córdoba.<br />

«Yo también fui <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Sevilla a ver a<br />

Manolete a pesar <strong>de</strong> <strong>que</strong> <strong>por</strong> a<strong>que</strong>llos días<br />

me había <strong>de</strong>spedido <strong>de</strong>l periódico y no<br />

escribía <strong>de</strong> toros en ninguna parte. Pero no<br />

quise per<strong>de</strong>rme el acontecimiento. Camará<br />

tuvo la gentileza <strong>de</strong> reservarme las entradas»,<br />

dice Vila. Como tenía <strong>que</strong> ser, Manolete<br />

conquistó un triunfo <strong>de</strong> clamor en su toro<br />

segundo al <strong>que</strong> cortó las dos orejas. En todo<br />

el año <strong>de</strong> 1946, se había puesto el traje <strong>de</strong><br />

luces. Pero Madrid, era Manolete y era el día<br />

<strong>de</strong> la corrida <strong>de</strong> Beneficencia. El toro lo cogió<br />

a la hora <strong>de</strong> matar <strong>por</strong> el pecho y se llevó enredado<br />

entre los cuernos un pedazo <strong>de</strong>l<br />

corbatín. Mas era necesario todo a<strong>que</strong>llo...<br />

283


MIURA - 2002<br />

Al día siguiente, Manolete se montaba<br />

en un avión rumbo a Lima, don<strong>de</strong> habían<br />

fundado la Feria <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> los Milagros<br />

para <strong>que</strong> él la torease. Aún subsiste esta Feria,<br />

como una <strong>de</strong> las más im<strong>por</strong>tantes <strong>de</strong> cuantas<br />

se dan al otro lado <strong>de</strong>l mar. De Perú pasó a<br />

Colombia y a Venezuela.<br />

En el mes <strong>de</strong> enero, llegó nuevamente<br />

a México e hizo una media tem<strong>por</strong>ada<br />

sensacional. No pudo terminarla, <strong>por</strong><strong>que</strong> el<br />

convenio <strong>que</strong> se había establecido en 1944<br />

entre los toreros españoles y mexicanos<br />

<strong>que</strong>dó roto inesperadamente. Ya había<br />

empezado a funcionar la plaza monumental<br />

y es notable en los fastos toreros mexicanos<br />

la tar<strong>de</strong> <strong>que</strong> dio en ella Manolete alternando<br />

mano a mano con Lorenzo Garza (14 y 15), el<br />

último <strong>de</strong> los toreros aztecas a los <strong>que</strong> la afición<br />

<strong>de</strong> allá señaló el papel <strong>de</strong> rivalizar con<br />

Manuel Rodríguez.<br />

Primero fue Silverio Pérez, luego Luis<br />

Procuna, más tar<strong>de</strong> Armillita y <strong>de</strong>spués<br />

Lorenzo Garza. A todos fue <strong>de</strong>rrotando<br />

enteramente <strong>de</strong> forma <strong>que</strong> en menos <strong>de</strong> dos<br />

284<br />

tem<strong>por</strong>adas, Manolete había conquistado el<br />

imperio absoluto <strong>de</strong>l toreo mexicano en la<br />

misma pro<strong>por</strong>ción <strong>que</strong> el <strong>de</strong> España. No se<br />

movió una hoja en todo el campo <strong>de</strong> la torería<br />

azteca sin contar con Manolete.<br />

Esta corrida <strong>que</strong> señalamos <strong>de</strong> su segunda<br />

tem<strong>por</strong>ada en la plaza «México», y la<br />

celebrada el día (17-02-1946) en la vieja <strong>de</strong>l<br />

Toreo, alternando con Pepe Luis Váz<strong>que</strong>z y<br />

Luis Procuna, fueron los triunfos más rotundos<br />

<strong>de</strong> la interminable serie <strong>de</strong> ellos <strong>que</strong> logró<br />

«Manolete» en la tierra azteca. Manuel<br />

Rodríguez toreó en su primera tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong><br />

América 34 corridas; en la segunda llevaba<br />

toreadas 16 cuando suspendió sus actuaciones<br />

<strong>por</strong> la ruptura <strong>de</strong>l convenio.<br />

En a<strong>que</strong>lla corrida <strong>de</strong>l 17 <strong>de</strong> febrero,<br />

sucedió un hecho digno <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacar. Luis<br />

Procuna -según nos contó, don Enri<strong>que</strong><br />

Rodríguez, erudito taurino zacatecano <strong>que</strong> la<br />

presenció- «le dio un baño a cada uno <strong>de</strong> los<br />

toreros españoles. Al finalizar la corrida, Pepe<br />

Luis le dijo a Manolete: La ventaja <strong>que</strong><br />

tenemos es <strong>que</strong> Luis es muy irregular,<br />

(14) La última corrida <strong>de</strong> batalla <strong>de</strong> las <strong>que</strong> «Manolete» tuvo <strong>que</strong> librar en México para<br />

conquistar el imperio absoluto <strong>de</strong>l toreo en a<strong>que</strong>l país, la toreó mano a mano con Lorenzo<br />

Garza. La expectación <strong>que</strong> esta corrida había levantado en la capital azteca era enorme. <strong>Los</strong><br />

ánimos estaban muy cal<strong>de</strong>ados y las entradas se habían agotado enteramente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tres días<br />

antes. Camará estaba preocupado <strong>por</strong> la responsabilidad <strong>que</strong> a él le incumbía en el resultado<br />

<strong>de</strong> a<strong>que</strong>lla contienda.<br />

Mientras «Manolete» se vestía <strong>de</strong> torero la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> la corrida, nadie habló ni na sola palabra<br />

en la habitación <strong>de</strong>l torero. Todos los rostros parecían asistir a una escena <strong>de</strong> dolor. Cuando<br />

Camará se puso a sujetarle los machos <strong>de</strong> la taleguilla a «Manolete» -esta parte <strong>de</strong>l atuendo<br />

<strong>de</strong>l torero le estaba reservada a Camará tradicionalmente-, le preguntó: ¿Por qué tiene usted<br />

esa cara tan seria...? ¿Por qué la voy a tener, Manolo?... Cambie usted el gesto, Pepe, <strong>que</strong> si<br />

Dios me tiene en pie esta tar<strong>de</strong>, voy a formar ahí la <strong>que</strong> no está en los escritos! Y la formó.<br />

Cuando se acabó a<strong>que</strong>lla corrida, en el toreo mexicano se formó, con Manuel Rodríguez<br />

(Manolete), el punto y aparte <strong>que</strong> se había formado en toda la torería española.<br />

(15) <strong>Los</strong> honorarios <strong>de</strong> «Manolete» en las últimas corridas <strong>que</strong> tomó en México alcanzaron<br />

cifras realmente fabulosas. La tar<strong>de</strong> <strong>que</strong> toreó mano a mano con Lorenzo Garza, estos<br />

honorarios fueron doscientos mil pesos, al cambio <strong>de</strong> entonces un millón <strong>de</strong> pesetas.<br />

«Manolete» acabó en México mientras él toreó, o <strong>por</strong> lo menos, en las corridas en <strong>que</strong><br />

actuaba, con la costumbre muy mexicana <strong>de</strong> pedir el toro sombrero, el espada <strong>que</strong> no había<br />

tenido suerte en el turno correspondiente. Para evitar esta perniciosa práctica, Camará<br />

señalaba para sobrero <strong>de</strong> la corrida los dos toros más gran<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> más cuernos <strong>que</strong> había en<br />

la vacada <strong>de</strong> don<strong>de</strong> procedía la corrida programada. Se exponía a <strong>que</strong> uno <strong>de</strong> los <strong>que</strong> en el<br />

sorteo correspondieran a «Manolete» se inutilizara o fuera protestado, y su po<strong>de</strong>rdante tuviese<br />

<strong>que</strong> cargar con uno <strong>de</strong> los regalos señalados. Pero era seguro <strong>que</strong> ningún torero <strong>que</strong> actuase<br />

con «Manolete» tuviese la intención <strong>de</strong> matar voluntariamente un toro sobrero.


<strong>por</strong><strong>que</strong>, si fuera estable en sus actuaciones,<br />

aquí en México, Manolo, tendríamos muy<br />

poco a nada <strong>que</strong> hacer.» El testimonio tiene<br />

un gran valor histórico y <strong>que</strong>da reseñado.<br />

Aún se mantiene en México viva y pujante<br />

la admiración manoletista. Las nuevas<br />

generaciones <strong>de</strong> aficionados <strong>que</strong> no lo<br />

conocieron, conservan como testimonio<br />

apreciable <strong>de</strong> afecto y <strong>de</strong> admiración, los<br />

relatos <strong>de</strong> los <strong>que</strong> en los años 40 fueron<br />

testigo <strong>de</strong> una carrera <strong>de</strong> gloria insospechada,<br />

a cuya gran<strong>de</strong>za se rindió toda la historia<br />

<strong>de</strong>l toreo mexicano antigua y mo<strong>de</strong>rna.<br />

Manolete, sigue siendo el auténtico<br />

emperador <strong>de</strong>l toreo en todo un país <strong>que</strong> le<br />

aclamó <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>lirante como torero y<br />

como figura humana.<br />

<strong>Los</strong> gestos y las gestas <strong>de</strong> Manuel<br />

Rodríguez (Manolete) en México y en todos<br />

los sitios <strong>de</strong> América don<strong>de</strong> alienta la Gran<br />

Fiesta <strong>de</strong> España, le crearon un ambiente <strong>de</strong><br />

tal naturaleza <strong>que</strong> bien pudieron <strong>de</strong>cir:<br />

«Es verdad. Manolete es verdad y no<br />

un mito...» como habían preguntado a José<br />

Vicente Puente. Todavía al cabo <strong>de</strong> los años<br />

cuando se oye hablar a un aficionado mexicano<br />

<strong>de</strong> Manolete se le nota una emoción -<br />

así lo ha visto este autor en el rostro <strong>de</strong> los<br />

amigos zacatenanos <strong>que</strong> lo vieron torear en<br />

la plaza México-, <strong>de</strong> la <strong>que</strong> sin <strong>que</strong>rer se<br />

contagia el más escéptico.<br />

El día 22 <strong>de</strong> junio, empezó Manolete<br />

la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1947, última <strong>de</strong> su gloriosa<br />

carrera y <strong>de</strong> su vida. La empezó con el<br />

propósito <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong>finitivamente el<br />

profesionalismo taurino cuando se cumplieran<br />

los compromisos contraídos. Unas treinta<br />

corridas. «Vi <strong>por</strong> última vez a Manolete el día<br />

24 <strong>de</strong> este mismo mes <strong>de</strong> junio en la plaza<br />

<strong>de</strong> Badajoz -nos relató don Enri<strong>que</strong> Vila-. Por<br />

la noche cenamos en el parador nacional <strong>de</strong><br />

Mérida (Badajoz, Extremadura). Hablamos<br />

sólo breves momentos.<br />

-¿Es verdad, Manuel -le pregunté-,<br />

<strong>que</strong> se retira usted <strong>de</strong>finitivamente cuando<br />

termine esta tem<strong>por</strong>ada?<br />

MIURA - 2002<br />

-Es verdad, me contestó con acento<br />

firme. Si Dios quiere, cuando toree las<br />

corridas <strong>que</strong> tengo ajustadas, <strong>de</strong>jaré ser<br />

torero.<br />

La intención <strong>de</strong> hacer una tem<strong>por</strong>ada<br />

corta se vio pronto enteramente <strong>de</strong>sbordada<br />

<strong>por</strong> la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> los empresarios. En todas<br />

partes era llamado Manolete, <strong>por</strong><strong>que</strong> la gente<br />

<strong>de</strong>cía en lugar <strong>de</strong> «quiero ir a los toros»,<br />

«quiero ir a ver a Manolete». Pesaba sobre el<br />

nombre <strong>de</strong>l torero cordobés la responsabilidad<br />

íntegra <strong>de</strong> una Fiesta puesta a altura,<br />

gloriosa y sobre su arte singular. La presencia<br />

<strong>de</strong> Manolete, era lo <strong>que</strong> daba tono a los<br />

grupos <strong>de</strong> comidas <strong>que</strong> se integraban en España.<br />

Lo mismo a las corridas <strong>que</strong> toreaba<br />

él, <strong>que</strong> a las <strong>que</strong> no toreaba.<br />

En este año <strong>de</strong> 1947, el entusiasmo<br />

taurino <strong>de</strong> todos los medios españoles<br />

alcanzó un nivel no conocido y en todas las<br />

carreteras <strong>de</strong> España, coincidian los<br />

aficionados más heterogéneos al conjuro <strong>de</strong><br />

la emoción manoletista. En el norte, singularmente,<br />

pues, <strong>por</strong> razones <strong>de</strong> estrategias -<br />

permítasenos la frase-, Manolete no fue a<br />

torear la Feria <strong>de</strong> Bilbao <strong>de</strong> a<strong>que</strong>l año.<br />

La gran feria vizcaitarra se dio pobre,<br />

sin la savia <strong>que</strong> Manuel Rodrlguez infundía a<br />

cualquier cartel. Las corridas <strong>de</strong> Vitoria, fueron<br />

espectáculo <strong>de</strong> una pasión emocional in<strong>de</strong>scriptible.<br />

La tem<strong>por</strong>ada última <strong>de</strong> su vida, fue<br />

la más dura para Manolete. Todas las tar<strong>de</strong>s,<br />

en todos los sitios y con todos los toros, tenía<br />

<strong>que</strong> com<strong>por</strong>tarse como si empezara su carrera.<br />

<strong>Los</strong> públicos enar<strong>de</strong>cidos y apasionados<br />

aguardaban a Manolete posesos <strong>de</strong> una<br />

espectación tan extraña, como enorme y esa<br />

se traducía en vítores y <strong>de</strong>nuestos mezclados<br />

con el exponente <strong>que</strong> tan im<strong>por</strong>tante papel<br />

jugó siempre en la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> todos los<br />

toreros geniales.<br />

JoseIito (el Gallo), fue <strong>de</strong>spedido <strong>de</strong><br />

la plaza <strong>de</strong> Madrid con una pita, la tar<strong>de</strong> antes<br />

<strong>de</strong> la tragedia <strong>de</strong> Talavera <strong>de</strong> la Reina. El<br />

Guerra dijo a todo el <strong>que</strong> lo quisiera oír <strong>que</strong> él<br />

no se había ido <strong>de</strong> los toros <strong>por</strong> las buenas,<br />

sino <strong>que</strong> lo habían <strong>de</strong>spedido los públicos.<br />

285


MIURA - 2002<br />

Manolete aprendía cada tar<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

a<strong>que</strong>lla tem<strong>por</strong>ada, <strong>que</strong> la siguiente tenía <strong>que</strong><br />

arrimarse a los toros, fueran éstos como fuesen,<br />

igual <strong>que</strong> si empezara su carrera y<br />

tuviera <strong>que</strong> conquistar todo lo <strong>que</strong> ya tenía<br />

<strong>de</strong> gloria y <strong>de</strong> fortuna. Pero allí estaba él,<br />

<strong>de</strong>recho, inconmovible, en pleno po<strong>de</strong>río <strong>de</strong><br />

su arte y <strong>de</strong> su bravura, incontenible, rindiendo<br />

a las muchedumbres hostiles en una avalancha<br />

casi taumatúrgica <strong>de</strong> buen estilo.<br />

Manolete, tenía <strong>que</strong> rendir a los<br />

públicos en todas partes antes <strong>que</strong> a los toros,<br />

en esta campaña <strong>de</strong> 1947. Él lo sabía y no se<br />

asustaba <strong>de</strong> esta grave responsabilidad. En<br />

cualquier plaza don<strong>de</strong> él actuaba los toros<br />

mayores tenían <strong>que</strong> ser los suyos. No podía<br />

torear reses terciadas en ningún sitio.<br />

El lema <strong>de</strong> Paquiro «los toros mayores<br />

para los toreros mejores», fue entoces<br />

puesto en práctica <strong>de</strong> manera inflexible. El toro<br />

<strong>de</strong> su gran triunfo <strong>de</strong> Madrid, pesó más <strong>de</strong><br />

trescientos kilogramos en canal. El <strong>de</strong> su éxito<br />

<strong>de</strong> Pamplona, pesó tambien más <strong>de</strong><br />

trescientos kilogramos. El <strong>que</strong> lo hirió <strong>de</strong><br />

muerte, Islero, doscientos noventa y cinco kilogramos.<br />

La mañana <strong>de</strong>l día 28 <strong>de</strong> agosto,<br />

Manolete llegó a Linares sobre las doce. Tomó<br />

un frugal almuerzo y se acostó. La corrida<br />

había tenido, lo <strong>que</strong> en el argot <strong>de</strong> la fiesta se<br />

llama, una velocidad colosal y las entradas<br />

se habían vendido totalmente. Ya conoce el<br />

lector la anécdota <strong>de</strong> estos toros <strong>que</strong> se<br />

lidiaron en Linares y las cosas <strong>que</strong> tuvieron<br />

<strong>que</strong> pasar para <strong>que</strong> Manolete se encontrara<br />

con Islero la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>l 28 <strong>de</strong> agosto.<br />

Formaban la terna <strong>de</strong> matadores, Gitanillo<br />

<strong>de</strong> Triana, Manolete y Luis Miguel<br />

Dominguín. La transcurrió normalmente hasta<br />

<strong>que</strong> salió, el toro cuarto, durante cuya lidia el<br />

público empezó a <strong>de</strong>nostar a Manolete,<br />

<strong>por</strong><strong>que</strong> se daba el caso <strong>de</strong> <strong>que</strong> la gente le<br />

chillaba, no cuando él estaba mal, sino<br />

cuando no estaba bien, el torero <strong>que</strong> se suponía<br />

impuesto.<br />

En el caso <strong>de</strong> la corrida <strong>de</strong> Linares,<br />

Gitanillo <strong>de</strong> Triana. Por contra Luis Miguel<br />

286<br />

Dominguín, había <strong>de</strong>sorejado a su toro<br />

primero. En quinto lugar salió Islero, <strong>de</strong> pelo<br />

negro, marcado con el numero 21, apretado<br />

<strong>de</strong> cuemos, <strong>que</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los primeros<br />

momentos <strong>de</strong>mostró su falta <strong>de</strong> bravura. Pero<br />

no había opción para Manolete.<br />

Tenía <strong>que</strong> triunfar a cualquier precio;<br />

nadie supuso <strong>que</strong> este precio alcanzaría tan<br />

alto grado. Lo toreó con la muleta <strong>de</strong> manera<br />

<strong>que</strong> asombró a los mismos toreros, según<br />

<strong>de</strong>claración expresa <strong>de</strong> D. Domingo<br />

GonzáIez, padre y apo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong> Luis Miguel<br />

Dominguín. <strong>Los</strong> ban<strong>de</strong>rilleros intentaron varias<br />

veces separarlo <strong>de</strong> Islero, con el <strong>que</strong> formó<br />

grupos <strong>de</strong> belleza y emoción arrebatadora.<br />

Para contener los continuos <strong>de</strong>rrotes <strong>de</strong>l toro,<br />

Manolete le tomaba los cuernos <strong>por</strong> la mazorca,<br />

como en la memorable tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> la<br />

Feria <strong>de</strong> Abril <strong>de</strong> 1914, lo hizo Juan Belmonte.<br />

El público estaba realmente atónito y sobrecogido<br />

ante la sucesión <strong>de</strong> a<strong>que</strong>llas escenas<br />

espeluznantes.<br />

Aun así, no faltó en el gra<strong>de</strong>río una voz<br />

<strong>que</strong> grito «¡teatro!» La multitud reaccionó<br />

contra la insensata protesta y el autor <strong>de</strong> ella<br />

<strong>que</strong> sigue en el anónimo, escapó ileso <strong>por</strong><strong>que</strong><br />

Manolete embargó más aún a la muchedumbre,<br />

en la apretada emoción <strong>de</strong> su faena.<br />

Se perfiló para matar en la suerte contraria.<br />

Bemardo Camicerito, salió <strong>de</strong>l burla<strong>de</strong>ro para<br />

advertirle, con voz firme, <strong>de</strong>terminante y<br />

preocupada:<br />

-¡Ligero, Manolo...!<br />

Pero Manolo había <strong>de</strong>cidido rematar<br />

la faena monumental, regocijándose en la<br />

suerte <strong>de</strong> matar, sin parar mientes ni en <strong>que</strong><br />

el toro había sido <strong>de</strong>masiado toreado, ni en<br />

circunstancias distintas <strong>de</strong> lo <strong>que</strong> no fuera<br />

matar bien. Se fue <strong>de</strong>spacio tras la espada<br />

cuya empuñadura apoyaba en el corazón.<br />

Lento, firme, obsesionado con la belleza <strong>de</strong><br />

la suerte, se volcó sobre los cuernos <strong>de</strong>l toro.<br />

El miureño no tuvo más <strong>que</strong> esperarlo para<br />

pren<strong>de</strong>rlo y mientras Manolete enterraba todo<br />

el esto<strong>que</strong> en el mismo hoyo <strong>de</strong> las agujas,


Islero enterraba todo el pitón en el muslo <strong>de</strong><br />

Manolete, partiendo la femoral. A los primeros<br />

latidos <strong>de</strong> la sangre, libre, cayó <strong>de</strong>smayado<br />

el torero, mientras el toro rodaba a su lado<br />

como una pelota. Un chorro <strong>de</strong> sangre<br />

espeluznante siguió a Manolete hasta la enfermería.<br />

En toda la plaza cayó pesadamente<br />

la impresión <strong>de</strong> a<strong>que</strong>lla sangre y se hizo un<br />

silencio agobiador y expectante. Uno <strong>de</strong> los<br />

médicos <strong>que</strong> intervinieron en la operación <strong>que</strong><br />

se hizo a Manolete <strong>de</strong>claró <strong>que</strong> la cornada,<br />

en una <strong>de</strong> las trayectorias -la <strong>de</strong> arriba-, tenía<br />

veintisiete centímetros <strong>de</strong> profundidad.<br />

El estado <strong>de</strong> postración en <strong>que</strong> puso<br />

a Manolete la pérdida <strong>de</strong> sangre le produjo un<br />

«shock» muy alarmante. Le fueron aplicadas<br />

inmediatamente las primeras transfusiones,<br />

y ya anochecido se le trasladó con el mayor<br />

cuidado a una habitación <strong>de</strong>l Hospital Civil.<br />

Las horas <strong>de</strong> la noche hasta <strong>que</strong> con el alba,<br />

día 29, Manolete exhaló el úÍtimo aliento,<br />

fueron agotadoras.<br />

Gitanillo <strong>de</strong> Triana voló más <strong>que</strong> corrió<br />

en el mismo coche <strong>de</strong> Manolete, a Madrid,<br />

para llevar a Linares a don Luis Jiménez<br />

Guinea, director a la sazón <strong>de</strong>l Sanatorio <strong>de</strong><br />

Toreros, <strong>que</strong> había operado a Manolete varias<br />

veces. El señor Jiménez Guinea examinó ya<br />

<strong>de</strong> madrugada a Manolete, y éste, con un tono<br />

débil <strong>de</strong> angustiosa esperanza, le preguntó:<br />

¿Me va usted a operar, don Luis...?<br />

Don Luis se volvió a Madrid sin hacer<br />

nada; <strong>por</strong><strong>que</strong> no había nada <strong>que</strong> hacer. En<br />

realidad, <strong>de</strong> verdad, Manolete había entrado<br />

ya muerto en la enfermería <strong>de</strong> la plaza. En<br />

ningún momento <strong>de</strong> las horas <strong>que</strong> estuvo vivo<br />

perdió Manolete el cono-cimiento. Se dio<br />

cuenta en todo instante <strong>de</strong> <strong>que</strong> se moría. Dicen<br />

<strong>que</strong> las pocas veces <strong>que</strong> habló durante la<br />

noche fue para exclamar:<br />

-Qué primo -tonto- he sido...!<br />

Poco antes <strong>de</strong> morir, Manolete se confesó,<br />

y en ningún instante <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> tener <strong>de</strong> su<br />

MIURA - 2002<br />

mano, con apretada efusión, la imagen <strong>de</strong>l<br />

Cristo <strong>de</strong> los Faroles <strong>de</strong> Córdoba, <strong>que</strong> lo<br />

acompañaba siempre. Recibió a la muerte<br />

con una dignidad <strong>de</strong> caballero cristiano y<br />

hombre cabal, <strong>que</strong> emocionó a cuantos le<br />

ro<strong>de</strong>aban en a<strong>que</strong>l instante. Ni un gesto <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sesperación, ni una <strong>que</strong>ja <strong>de</strong> dolor... A<strong>que</strong>lla<br />

frase tremenda <strong>de</strong> Valle Inclán en la gloria<br />

belmontina:<br />

«Juanito, hijo, no te falta más <strong>que</strong><br />

morir en la plaza», se cumplía en Manolete<br />

con terrible contun<strong>de</strong>ncia. Rezó con fervor y<br />

sin el más leve recuerdo para sus <strong>de</strong>svíos<br />

humanos, allí presentes. La Provi<strong>de</strong>ncia le<br />

libró <strong>de</strong> ellos en el momento justo. Y con el<br />

alba <strong>de</strong>l día 29, el alma <strong>de</strong> Manolete volaba a<br />

la gloria <strong>de</strong> Dios, esa gloria <strong>que</strong> no se esfuma<br />

<strong>por</strong> toda la etemidad, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar en la<br />

tierra la otra, siempre miserable, la <strong>que</strong> se<br />

extingue con la vida.<br />

Quedaba rota para los hombres una<br />

<strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s toreras más gloriosa <strong>de</strong> la<br />

crónica general <strong>de</strong> la Gran Fiesta <strong>de</strong> España.<br />

Para la historia se abrían <strong>de</strong> par en par las<br />

páginas <strong>que</strong> están reservadas a los genios.<br />

El Califato <strong>de</strong> Córdoba alcanza el número III<br />

con una dignidad inmensa.<br />

El día (29-08-1947) periódicos, diarios<br />

y revistas escritos en todos los idiomas <strong>de</strong>l<br />

mundo daban la noticia <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong><br />

Manolete. España entera se llenó <strong>de</strong> dolor <strong>de</strong><br />

la tragedia. «Yo me enteré apenas amanecido,<br />

con esa celeridad <strong>que</strong> las malas noticias<br />

ganan en el ambiente en <strong>que</strong> cada cual se<br />

<strong>de</strong>senvuelve», nos <strong>de</strong>jó escrito don Enri<strong>que</strong><br />

Vila.<br />

Por la mañana <strong>de</strong> ese día el cadáver<br />

<strong>de</strong> Manolete fue trasladado a Córdoba, don<strong>de</strong><br />

recibió cristiana sepultura, en el cementerio<br />

<strong>de</strong> la Salud. Antes se le impuso la Gran<br />

Cruz <strong>de</strong> la Beneficencia, <strong>que</strong> el Gobiemo le<br />

concedió a título póstumo, <strong>por</strong> su <strong>de</strong>sinteresada<br />

colaboración en muchas fiestas <strong>de</strong><br />

caridad, entre ellas la comida <strong>de</strong> la Beneficencia<br />

madrileña.<br />

La lista negra <strong>de</strong> la vacada <strong>de</strong> <strong>Miura</strong><br />

registraba un nuevo nombre. Este -Dios<br />

287


MIURA - 2002<br />

quiera <strong>que</strong> sea el último-, fue uno <strong>de</strong> los<br />

toreros <strong>de</strong> más y mejores dimensiones <strong>de</strong><br />

todos los tiempos:<br />

MANUEL RODRIGUEZ Y SÁNCHEZ<br />

(MANOLETE).<br />

Don Enri<strong>que</strong> Vila finalizó con éste espléndido<br />

re<strong>por</strong>taje -<strong>que</strong> él, mejor <strong>que</strong> nadie,<br />

ha podido escribir sobre tan insigne figura <strong>de</strong><br />

la Tauromaquia- su libro ya multicidado:<br />

MIURAS (Más <strong>de</strong> cien años <strong>de</strong> gloria y <strong>de</strong><br />

tragedia), <strong>de</strong>l <strong>que</strong> este autor transcribió<br />

muchos párrafos en honor <strong>de</strong>l crítico taurino,<br />

todo los referente a los ciento veinticinco años<br />

<strong>de</strong> la famosa vacada <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>: Su formación,<br />

sus glorias, sus tragedias, sus anécdotas.<br />

«Naturalmente, no hemos procurado agotar<br />

el tema. Simplemente, esbozarlo.»<br />

«Plumas más brillantes <strong>que</strong> la mía habrían<br />

podido escribir mejor y más concienzudamente<br />

<strong>de</strong> un asunto <strong>que</strong> tantas posibilida<strong>de</strong>s<br />

ofrecía, nos dice don Enri<strong>que</strong> Vila con<br />

mo<strong>de</strong>stia excelsa. De todas formas, como dije<br />

al principio, abona mi intención haberla puesto<br />

en práctica limpia <strong>de</strong> toda i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> lucro,<br />

para mi propia recreación, con la espontaneidad<br />

y sencillez <strong>que</strong> esta nota imprime a la<br />

expresión <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as.<br />

Fue mi ilusión escribir un re<strong>por</strong>taje<br />

para entretener a los más, aficionados o no a<br />

la Gran Fiesta <strong>de</strong> España. Y reivindicar <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong> la Fiesta la emoción <strong>de</strong>l toro,<br />

esencia viva y complementaria <strong>de</strong> la emoción<br />

<strong>de</strong>l toreo <strong>que</strong> trajo Belmonte y <strong>de</strong> la <strong>que</strong> en<br />

nuestros días existen brotes <strong>de</strong> belleza<br />

arrebatadora», concluyó diciendo el señor<br />

Vila.»<br />

Una <strong>de</strong> esas «plumas brillantes» -tiene<br />

toda la razón don Enri<strong>que</strong>-, <strong>que</strong> escribió una<br />

documentada biografía <strong>de</strong> Manolete, fue la <strong>de</strong><br />

mi amigo y maestro, el doctor don Il<strong>de</strong>fonso<br />

Montero Agüera, catedrático <strong>de</strong> Anatomía <strong>de</strong><br />

la Facultad <strong>de</strong> Veterinaria <strong>de</strong> Córdoba<br />

(España), <strong>que</strong> se nos fue para siempre en el<br />

2000. El profesor Montero dirigió en los últimos<br />

meses <strong>de</strong> su vida una tesis profesional,<br />

288<br />

sobre un tema relacionado con los toros bravos:<br />

«Lesiones anatómicas producidas en el<br />

toro <strong>por</strong> los trebejos empleados en la lidia.»<br />

Obra científica única y magistralmente realizada<br />

<strong>por</strong> el doctor zacatecano Pedro Martínez<br />

Arteaga.<br />

La referida tesis doctoral fue escrita,<br />

como señalé, <strong>por</strong> el zacatecano doctor M.V.Z<br />

Pedro Martínez Arteaga y se publicó en<br />

Córdoba en mayo <strong>de</strong> 1998, obteniendo, <strong>de</strong>l<br />

Tribunal Calificador, reunido en Córdoba el día<br />

26 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong>l citado año, la calificación <strong>de</strong><br />

«Sobresaliente cum lau<strong>de</strong>.» Fue un hecho<br />

memorable, ya <strong>que</strong> <strong>por</strong> primera vez, un profesional<br />

veterinario, egresado <strong>de</strong> la Facultad<br />

<strong>de</strong> Veterinaria <strong>de</strong> la Universidad Autónoma <strong>de</strong><br />

Zacatecas (México), realizaba una tesis en<br />

España, obteniendo el título <strong>de</strong> Doctor.<br />

Restaba actualizar la obra <strong>de</strong> don Enri<strong>que</strong>.<br />

Al escribir estas últimas líneas logré<br />

cumplir una i<strong>de</strong>a <strong>que</strong> nació en mi como<br />

gratitud a don Eduardo II <strong>Miura</strong> al conce<strong>de</strong>rme<br />

la posibilidad <strong>de</strong> curar sus toros en Zahariche;<br />

pero, sobre todo, <strong>de</strong> haber podido tranquilizar<br />

1930: A los trece años <strong>de</strong> edad, en una finca<br />

cordobesa <strong>de</strong> don Florentino Sotomayor,<br />

Manolete recibió su bautismo <strong>de</strong> sangre. No<br />

dijo nada a nadie, hasta <strong>que</strong> <strong>por</strong> el camino <strong>de</strong><br />

vuelta a Córdoba comunicó a los compañeros<br />

con cierta timi<strong>de</strong>z <strong>que</strong> estaba herido. Tuvo <strong>que</strong><br />

enseñar la lesión para <strong>que</strong> lo creyeran. Hace<br />

Manolete su primera salida pública a los<br />

ruedos. Fue en la escuela taurina <strong>de</strong> Montilla,<br />

don<strong>de</strong> se daban festivales domingueros, bajo<br />

la inmediata dirección <strong>de</strong> su primo Cantiplas,<br />

novillero <strong>de</strong> tronío <strong>por</strong> entonces.<br />

En la escuela taurina <strong>de</strong> Montilla mató<br />

Manolete el primer becerro <strong>de</strong> toda su vida.<br />

Obtuvo un gran triunfo. Brindó la faena a don<br />

Ricardo González, dueño <strong>de</strong> la finca Lobatón,<br />

el cortijo don<strong>de</strong>, según llevamos dicho, toreó<br />

<strong>por</strong> vez primera, y este señor le regaló un<br />

billete <strong>de</strong> veinticinco pesetas, el dinero inicial<br />

<strong>que</strong> el toreo produjo al torero <strong>que</strong> más dinero<br />

ganó -hasta él- en toda la historia <strong>de</strong> la Fiesta<br />

En octubre <strong>de</strong> 1930 Manolete toreó<br />

ante un público más numeroso y ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong>


cierto aparato. Vestido <strong>de</strong> corto -como los<br />

toreros en fiesta <strong>de</strong> asueto-, y en la Venta <strong>de</strong><br />

Vargas, próxima a la ciudad, mata una<br />

becerra, con éxito extraordinario.<br />

1933: Hasta este año pasa su vida profesional<br />

<strong>de</strong>dicado íntegramente al aprendizaje.<br />

Quedaron atrás los libros y los días <strong>de</strong>l colegio.<br />

Alterna sus actuaciones regulares con<br />

asomadas a los cortijos don<strong>de</strong> hay faena y<br />

don<strong>de</strong> con frecuencia es llamado. En los ratos<br />

perdidos Manolete pintaba. Pintaba unos<br />

cuadritos <strong>de</strong> escenas taurinas mal trazados,<br />

pero impresos <strong>de</strong> un realismo formidable.<br />

Estos cuadritos los conservó en la intimidad<br />

<strong>de</strong> su hogar, en calidad <strong>de</strong> mudos testigos <strong>de</strong><br />

sus <strong>de</strong>svelos y <strong>de</strong> su preocupación jamás<br />

saciada <strong>de</strong> cosas <strong>de</strong>l toreo.<br />

En este mismo año fue re<strong>que</strong>rido <strong>por</strong><br />

el conocido hombre <strong>de</strong> negocios taurinos don<br />

Juan José Lara, para figurar como torero serio<br />

en el elenco musical <strong>que</strong> bajo la <strong>de</strong>nominación<br />

<strong>de</strong> los Califas va a empren<strong>de</strong>r una jira<br />

<strong>por</strong> todos los ruedos <strong>de</strong> España.<br />

1934: Ya <strong>de</strong>sconectado <strong>de</strong> los Califas,<br />

Manolete actúa menos veces, pero cuando<br />

lo hace se aprieta con el éxito, <strong>que</strong> es, en las<br />

primeras corridas, su aliado inseparable.<br />

En el mes <strong>de</strong> julio en la plaza <strong>de</strong> Úbeda<br />

(Jaén, Andalucía) obtuvo un gran éxito.<br />

En el mes agosto en la misma<br />

Córdoba, <strong>de</strong>paran a Manolete sus primeros<br />

partidarios incondicionales, <strong>que</strong>, andando el<br />

tiempo, habrían <strong>de</strong> constituir numerosas<br />

legiones en toda España y en todos los sitios<br />

<strong>de</strong>l mundo don<strong>de</strong> alienta la Gran Fiesta <strong>de</strong><br />

España.<br />

En Écija tuvo otro triunfo ese mismo<br />

año. Por su propia iniciativa o <strong>por</strong> la <strong>de</strong>l fiel<br />

Curro Moli-na, va apartando <strong>de</strong>l camino todos<br />

los obstáculos.<br />

1935: El año <strong>que</strong> trae a Manolete, novillero ya<br />

-esta es la primera tem<strong>por</strong>ada <strong>que</strong> hace en<br />

calidad <strong>de</strong> tal-, dos noveda<strong>de</strong>s trascen<strong>de</strong>ntales.<br />

Su presentación en la plaza <strong>de</strong><br />

Tetuán <strong>de</strong> las Victorias, <strong>de</strong> la capital <strong>de</strong><br />

MIURA - 2002<br />

España, y el nombramiento <strong>de</strong> su primer apo<strong>de</strong>rado,<br />

don José Molina Abela, <strong>que</strong> arrostró<br />

la responsabilidad <strong>de</strong> llevar a Manolete ante<br />

el público <strong>de</strong> la Corte, sin estar suficientemente<br />

placeado, para seguir el lenguaje y argumentación<br />

<strong>de</strong> los amigos <strong>que</strong> <strong>por</strong> a<strong>que</strong>llos<br />

días.<br />

Manolete, en la plaza <strong>de</strong> Tetuán <strong>de</strong> las<br />

Victoria en Madrid y conquistó un triunfo glorioso<br />

en las dos novilladas <strong>que</strong> toreó en dicha<br />

plaza. Es muy curioso señalar <strong>que</strong> estas<br />

dos novilladas las torease Manolete con el<br />

mexicano Silverio Pérez, <strong>que</strong> en 1945 habría<br />

<strong>de</strong> ser en la tierra azteca, contrapunto <strong>de</strong> sus<br />

éxitos<br />

El 25 <strong>de</strong> julio toreó Manolete con<br />

Pericás y Edmundo Cepeda. No tuvo suerte.<br />

Ni en esta novillada, ni en otras dispuestas<br />

en pueblos cercanos a Córdoba.<br />

En diciembre <strong>de</strong> 1935, logró en la<br />

plaza <strong>de</strong> los Tejares, en Córdoba, un triunfo<br />

<strong>de</strong> clamor actuando mano a mano con uno<br />

<strong>de</strong> los novilleros <strong>de</strong> moda <strong>por</strong> entonces: El<br />

Indio. Este triunfo <strong>de</strong> Manolete fue como una<br />

llamada recia a todas las plazas <strong>de</strong> España<br />

para 1936.<br />

1936: Trajo este año para Manuel Rodríguez<br />

(Manolete) el inicio <strong>de</strong> un andar firme <strong>por</strong> el<br />

camino <strong>que</strong> había <strong>de</strong> conducirle al plano <strong>por</strong><br />

don<strong>de</strong> discurrieron todas las figuras cumbres<br />

<strong>de</strong> la torería <strong>de</strong> cualquier época <strong>de</strong> la historia.<br />

La verdad es <strong>que</strong> el propio Manolete, en su<br />

calenturienta imaginación, nunca aspiró a<br />

tanto. Mucho menos sus fieles seguidores.<br />

El (02-05-1936) tuvo lugar la primera<br />

corrida <strong>de</strong> la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> ese año y Manolete<br />

la toreó en Córdoba, La ciudad <strong>de</strong> los Califas<br />

consi<strong>de</strong>raba ya <strong>por</strong> entonces a Manolete<br />

como su torero, <strong>de</strong>l <strong>que</strong> la prensa <strong>de</strong> Madrid,<br />

dijo meses antes <strong>que</strong> estaba llamado a<br />

resucitar la suerte <strong>de</strong>l volapié.<br />

A<strong>que</strong>l día 2 <strong>de</strong> mayo es el primero <strong>que</strong><br />

Manolete sale a hombros <strong>de</strong> una multitud entusiasmada<br />

<strong>por</strong> la puerta gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> la plaza<br />

<strong>de</strong> los Tejares: la vieja plaza <strong>de</strong> Córdoba, en<br />

cuyo compás casi <strong>de</strong> convento y bajo la parra<br />

289


MIURA - 2002<br />

<strong>que</strong> daba sombra a la entrada, estreché<br />

alguna vez la mano cordial <strong>de</strong> Manolete ya<br />

convertido en figura suprema <strong>de</strong> la torería <strong>de</strong><br />

su tiempo.<br />

Hacia mediados <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1936,<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las novilladas <strong>de</strong> Córdoba <strong>de</strong><br />

comienzo <strong>de</strong> la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1936, se<br />

produce el primer encuentro <strong>de</strong> Manolete con<br />

el <strong>que</strong> habría <strong>de</strong> ser su apo<strong>de</strong>rado famoso,<br />

D. José Flores Camará, ex matador <strong>de</strong> toros,<br />

<strong>de</strong> los tiempos <strong>de</strong> Joselito el Gallo, partidario<br />

incondicional <strong>de</strong> Joselito el Gallo, <strong>que</strong> había<br />

<strong>de</strong> dirigir en el tiempo y en el espacio, <strong>de</strong><br />

manera feliz, a un torero <strong>que</strong> era precisamente<br />

la antítesis dé Joselito el Gallo.<br />

1937: En esta tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1937, Manuel<br />

Rodríguez Sánchez (Manolete), soldado al<br />

servicio <strong>de</strong> la patria, torea exclusivamente<br />

funciones <strong>de</strong> tipo patriótico en la provincia <strong>de</strong><br />

Córdoba y en otras, <strong>que</strong> el Ejército Nacional<br />

liberó en los primeros días <strong>de</strong>l Alzamiento.<br />

1938: Empieza a dibujarse en Manolete el<br />

torero genial <strong>que</strong> habría <strong>de</strong> ser andando el<br />

tiempo. Hasta entonces su personalidad era<br />

basada <strong>por</strong> los incondicionales -el mismo<br />

apo<strong>de</strong>rado lo siguió proclamando-, en su estilo<br />

como matador <strong>de</strong> toros. Siempre ha sido esta<br />

postura la más difícil <strong>que</strong> un torero pueda<br />

adoptar en su línea profesional. Manolete no<br />

se lo había propuesto <strong>de</strong> una manera<br />

concreta.<br />

El 26 <strong>de</strong> mayo Manolete hizo su presentación<br />

en la plaza <strong>de</strong> la Real Maestraza<br />

<strong>de</strong> Sevilla. Alternaron con él, Torerito <strong>de</strong> Triana<br />

y Juan Belmonte Campoy y fue el ganado <strong>de</strong><br />

Ortega. Manolete era esperado <strong>por</strong> la afición<br />

<strong>de</strong> Sevilla con gran expectación. No triunfó<br />

Manolete en Sevilla el día <strong>de</strong> su presentación.<br />

En los meses <strong>de</strong> julio y agosto volvió<br />

Manolete a torear en Sevilla.<br />

En octubre volvió a torear en la Real<br />

Maes-tranza actuando esta vez con Pepe Luis<br />

Váz<strong>que</strong>z. Era el ganado <strong>de</strong> Villamarta.<br />

Manolete conquistó a<strong>que</strong>lla tar<strong>de</strong> un triunfo<br />

apoteósico. Le cortó una oreja a su novillo<br />

290<br />

primero y las dos y el rabo al segundo. <strong>Los</strong><br />

aficionados sevillanos pusieron -ese día a<br />

Manolete el marchamo <strong>de</strong> torero excepcional.<br />

El novillo segundo <strong>de</strong> a<strong>que</strong>lla corrida lo<br />

cogió <strong>de</strong> manera muy aparatosa a la hora <strong>de</strong><br />

matar.<br />

1939: Toreó nuevamente <strong>de</strong> novillero en la<br />

plaza <strong>de</strong> Sevilla unos días antes <strong>de</strong> la corrida<br />

<strong>de</strong> su alternativa. Alternó con Riverito y el Yoni<br />

en una novillada <strong>de</strong> Santa Coloma, gran<strong>de</strong> y<br />

po<strong>de</strong>rosa. Mató a su toro segundo <strong>de</strong> tan impresionante<br />

manera, <strong>que</strong> aún la recuerdan<br />

con emoción los aficionados <strong>de</strong> entonces.<br />

A<strong>que</strong>lla actuación <strong>de</strong> Manolete constituyó sin<br />

duda una <strong>de</strong> las efeméridás más brillantes<br />

<strong>de</strong>l toreo sevillano en los últimos tiempos.<br />

Ese mismo año Manuel Rodríguez, toreó<br />

su última novillada en la plaza <strong>de</strong> El Puerto<br />

<strong>de</strong> Santa María (Cádiz). Organizó la Fiesta el<br />

general Quipo <strong>de</strong> Llano a fin <strong>de</strong> recaudar<br />

fondos para socorrer a los heróicos<br />

<strong>de</strong>fensores <strong>de</strong>l Santuario <strong>de</strong> Nuestra Señora<br />

<strong>de</strong> la Cabeza. Se lidiaron en ella reses <strong>de</strong>l<br />

con<strong>de</strong> <strong>de</strong> la Corte y Manolete le cortó una oreja<br />

a su primer novillo y las dos orejas al segundo.<br />

Pero le seguían cogiendo los toros. Su<br />

primero <strong>de</strong> a<strong>que</strong>lla tar<strong>de</strong> le dio una voltereta<br />

terrible. La misma noche <strong>de</strong> la corrida<br />

Manolete llevó al general Queipo sus honorarios<br />

íntegros para engrosar los fondos recaudados.<br />

El 2 <strong>de</strong> julio, Manolete tomó la<br />

alternativa. Manuel Jiménez (Chicuelo) sería<br />

el padrino <strong>de</strong> la ceremonia y Gitanillo <strong>de</strong> Triana<br />

el testigo. El ganado, <strong>de</strong> Clemente Tassara.<br />

Manolete cobraría doce mil pesetas, <strong>de</strong> las<br />

cuales <strong>de</strong>jada dos mil a beneficio <strong>de</strong> los fondos<br />

sociales <strong>de</strong> la entidad <strong>de</strong> los periodistas<br />

sevillanos.<br />

La tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1939, apesar <strong>de</strong> las<br />

anormalida<strong>de</strong>s <strong>que</strong> la guerra española impuso<br />

al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l toreo en todo el mapa<br />

nacional, Manolete toreó dieciséis corridas<br />

toreadas. Estas corridas fueron ganadas a<br />

pulso, una tras otra, y se <strong>de</strong>sarrollaron <strong>de</strong> la<br />

manera siguiente: el día <strong>de</strong> la alternativa,


naturalmente, tenía <strong>que</strong> triunfar. Al toro <strong>de</strong><br />

altemativa le cortó las dos orejas, y a los dos<br />

<strong>de</strong> Pablo Romero, <strong>que</strong> mató en la corrida <strong>de</strong><br />

El Puerto, también. La personalidad <strong>de</strong> Manuel<br />

Rodríguez iba cristalizando con firmeza en el<br />

Califa III.<br />

En agosto <strong>de</strong> 1939, toreó tres tar<strong>de</strong>s:<br />

Algeciras, Jaén y San Sebastián. Triunfó en<br />

las tres, con especial fuerza en la <strong>de</strong> San<br />

Sebastián <strong>que</strong> le abría <strong>de</strong> par en par las<br />

puertas <strong>de</strong>l Norte.<br />

En septiembre <strong>de</strong> 1939 toreó todos los<br />

domingos <strong>de</strong> dicho mes, siempre con<br />

resultado triunfal y se dio <strong>por</strong> primera vez, el<br />

caso <strong>de</strong> un torero <strong>que</strong> se doctora con una<br />

sola corrida con-tratada y no se <strong>que</strong>da sin<br />

torear ninguna jomada <strong>de</strong> fiesta a partir <strong>de</strong> la<br />

altemativa.<br />

El día 1 <strong>de</strong> octubre, hizo Manolete su<br />

presentación como matador <strong>de</strong> toros en la<br />

plaza <strong>de</strong> Barcelona, don<strong>de</strong> tantos lauros<br />

habría <strong>de</strong> conquistar a lo largo <strong>de</strong> toda su<br />

carrera. Le cortó lasdos orejas y el rabo al<br />

toro primero <strong>que</strong> mató. Aún toreó otra corrida<br />

en la plaza <strong>de</strong> Barcelona.<br />

El 12 <strong>de</strong> octubre, festividad <strong>de</strong> la Virgen<br />

<strong>de</strong>l Pilar, confirmó su doctorado en Madrid,<br />

<strong>de</strong> manos <strong>de</strong> Marcial Lalanda, con<br />

ganado <strong>de</strong> Antonio Pérez, <strong>de</strong> San Fernandó.<br />

Le cortó las dos orejas a su toro segundo y<br />

salió <strong>de</strong> la plaza en hombros, bajo incesantes<br />

ovaciones.<br />

1940: Firma un total <strong>de</strong> sesenta corridas,<br />

pero no toreó más <strong>que</strong> cincuenta. Siguen<br />

cogiéndolo los toros más <strong>de</strong> lo conveniente.<br />

A mediados <strong>de</strong> esta misma tem<strong>por</strong>ada<br />

<strong>de</strong> 1940, Manolete es el torero más caro <strong>de</strong><br />

toda la lista <strong>de</strong> matadores <strong>de</strong> toros. Y también<br />

el más barato, puesto <strong>que</strong> al conjuro <strong>de</strong> su<br />

nombre las plazas empiezan a llenarse todas<br />

las tar<strong>de</strong>s.<br />

1941: La campaña <strong>de</strong> 1941 no sólo marca<br />

para Manolete la reválida triunfal <strong>de</strong> la <strong>de</strong> 1940,<br />

sino <strong>que</strong> señala uno <strong>de</strong> los hitos <strong>de</strong> mayor<br />

gloria en toda la carrera <strong>de</strong>l ingente torero.<br />

MIURA - 2002<br />

Fue la corrida toreada en Madrid a beneficio<br />

<strong>de</strong> los damnificados en la catástrofe <strong>de</strong><br />

Santan<strong>de</strong>r. Fue el día <strong>que</strong> el maestro Clarito<br />

escribió la frase más certera y exacta <strong>de</strong><br />

cuantas se ha dicho o escrito en la copiosa<br />

bibliografía manoletista: Tiene el arte <strong>de</strong> los<br />

<strong>que</strong> no tienen valor y el valor <strong>de</strong> los <strong>que</strong> no<br />

tienen arte.<br />

En la Feria <strong>de</strong> Sevilla <strong>de</strong> 1941 afloró el<br />

torero genial <strong>que</strong> había en Manolete, frente a<br />

un toro <strong>de</strong> Villamarta, al <strong>que</strong> hizo una <strong>de</strong> las<br />

faenas más grandiosas <strong>que</strong> se registra en el<br />

coso maes-trante, en todos los tiempos.<br />

En esta tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1941 Manolete<br />

toreó en Barcelona <strong>por</strong> vez primera <strong>de</strong> director<br />

<strong>de</strong> lidia, para dar la altemativa al espada<br />

sevillano Manuel Martín Váz<strong>que</strong>z. Fue testigo<br />

<strong>de</strong> la ceremonia Pepe Luis Váz<strong>que</strong>z, el torero<br />

<strong>que</strong> estaba, <strong>por</strong> muchas razones, llamado a<br />

ser el rival <strong>de</strong>l gran Califa III.<br />

Toda esta tem<strong>por</strong>ada fue como <strong>de</strong> plenitud<br />

formativa. Des<strong>de</strong> La Coruña a Almería;<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Barcelona a Sevilla, todos los confines<br />

<strong>de</strong> España se llenan <strong>de</strong> arte <strong>de</strong> Manolete. Se<br />

da en 1941 lo <strong>que</strong> yo había <strong>de</strong> llamar uniformidad<br />

triunfal <strong>de</strong> Manolete, <strong>que</strong> fue la tónica<br />

<strong>de</strong> todos los toreros geniales <strong>que</strong> reinaron<br />

solos. Por<strong>que</strong> la verdad es <strong>que</strong>, a estos<br />

efectos <strong>de</strong>l Imperio <strong>de</strong> la Fiesta, en 1941,<br />

1942, 1943 y 1944 Manolete, como antes el<br />

Guerra y antes Paquiro, reinó solo.Ya casi al<br />

final <strong>de</strong> la tem<strong>por</strong>ada Manolete toreó tres<br />

tar<strong>de</strong>s casi seguidas en Madrid, con triunfos<br />

clamorosos las dos últimas. El balance <strong>de</strong> la<br />

tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1941: 57 corridas <strong>de</strong> las sesenta<br />

y seis <strong>que</strong> había contratado.<br />

1942: Ese año, toreó Manolete en la Feria Valladolid<br />

y Camará reclamó al empresario<br />

Pagés la diferencia, <strong>de</strong> honorarios entre<br />

Domingo Ortega y Manolete. Por ello, en<br />

1942 Manolete -la administración <strong>de</strong><br />

Manolete- juzga conveniente separarse <strong>de</strong> la<br />

relación comercial con Eduardo Pagés, el empresario<br />

<strong>que</strong> <strong>por</strong> entonces alcanza mayor extensión<br />

para sus organizaciones. Y precisamente<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esta separación, Manuel<br />

291


MIURA - 2002<br />

Rodríguez logra, en la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1943,<br />

¡su índice mayor <strong>de</strong> corridas toreadas: setenta<br />

y cinco! Como en 1942, Manolete marca su<br />

paso <strong>por</strong> todos los ruedos españoles, <strong>de</strong>jando<br />

en ellos la impronta <strong>de</strong> su toreo genial.<br />

La tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1942 completa la<br />

personalidad <strong>de</strong> Manolete. Mayor <strong>de</strong> edad -<br />

ha cumplido veinticuatro años-, en pleno<br />

dominio <strong>de</strong> su voluntad y <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>stinos, rico<br />

y popular, Manuel Rodríguez reafirma y<br />

solidifica su vocación torera. No vive más <strong>que</strong><br />

para la profesión. No es huraño, como tratan<br />

<strong>de</strong> asentarle. Es, sencillamente, reconcentrado<br />

en su i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> alcanzar una línea taurina<br />

con la <strong>que</strong> sueña <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niño.<br />

El mes <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1942 ofrece para<br />

su historia el primer bache profesional. Torea<br />

en él nueve corridas -incluidas las <strong>de</strong> la Feria<br />

<strong>de</strong> Sevilla- y en ninguna <strong>de</strong> ellas corta orejas.<br />

A<strong>que</strong>lla feria fue francamente mala. Se hizo<br />

bajo la fórmula <strong>de</strong> Pagés: cuatro corridas,<br />

cuatro gana<strong>de</strong>rías, cuatro toreros, y Manolete<br />

no salió <strong>de</strong> ella bien parado. Tanto, <strong>que</strong> hizo<br />

<strong>de</strong>cir a K-Hito, el <strong>que</strong> luego habría <strong>de</strong> calificar<br />

a Manolete <strong>de</strong> monstruo <strong>de</strong>l toreo, en una<br />

famosa crónica:<br />

Se ha roto <strong>de</strong>finitivamente el frente <strong>de</strong><br />

las primeras figuras.<br />

En mayo se hizo nuevamente la luz<br />

en su carrera triunfal, y en las siete corridas<br />

<strong>que</strong> toreó conquista doce orejas, cinco rabos<br />

y una pata.<br />

En Junio trae al acerbo triunfal<br />

manoletista los éxitos <strong>de</strong> Bilbao, Algeciras y<br />

Barcelona. Ya está nuevamente en la línea<br />

gloriosa <strong>que</strong> informa su carrera <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

mañana <strong>de</strong> Lobatón.<br />

En la Feria <strong>de</strong> Valencia <strong>de</strong> 1942 es un<br />

hito monumental en la historia <strong>de</strong> Manolete.<br />

Toreó tres corridas y cortó en ellas nueve<br />

orejas, cuatro rabos y dos patas. Toda la<br />

afición <strong>de</strong> España, congre-gada en la ciudad<br />

<strong>de</strong>l Turia, miró con verda<strong>de</strong>ro asombro la<br />

creciente superación <strong>que</strong> <strong>de</strong> su arte hizo<br />

Manolete. El (06-09-1942), en los días<br />

intermedios <strong>de</strong> estas corridas valencianas,<br />

Manolete toreó dos en Barcelona, cortando<br />

292<br />

en ellas seis orejas, dos rabos y dos patas.<br />

La afición entera <strong>de</strong> España está ya rendida<br />

a la evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l nuevo arte. Ese día 6 <strong>de</strong><br />

septiembre, en la corrida <strong>de</strong> Barcelona,<br />

Manolete torea <strong>por</strong> vez primera «mirando al<br />

tendido».<br />

El balance <strong>de</strong> 1942 es éste: setenta y<br />

dos corridas toreadas <strong>de</strong> las noventa y una<br />

<strong>que</strong> con-trató. Y éxitos en profusión no<br />

conocida en la historia <strong>de</strong> torero alguno.<br />

1943: El empresario Pagés no tuvo<br />

relaciones con Manolete, pero en el inviemo<br />

<strong>de</strong> 1943-44 las diferencias <strong>que</strong>daron<br />

zanjadas.<br />

En 1943 se inició la carrera gloriosa<br />

<strong>de</strong> Manolete en la Feria <strong>de</strong> Sevilla, en la <strong>que</strong><br />

toreó tres tar<strong>de</strong>s cortando orejas en dos y<br />

saliendo a hombros <strong>por</strong> la Puerta <strong>de</strong>l Príncipe,<br />

la primera. Todos los ruedos españoles<br />

<strong>de</strong> im<strong>por</strong>tancia se van regando <strong>de</strong> los éxitos<br />

<strong>de</strong> Manolete. Madrid, en junio, y seguidamente<br />

en este mismo mes, Castellón y Alicante; Murcia,<br />

en julio; San Sebastián y Bilbao, en agosto;<br />

Granada y Albacete, en septiembre; Valencia<br />

y Jaén, en octubre. De uno a otro confín <strong>de</strong>l<br />

mapa torero <strong>de</strong> España, las nuevas maneras<br />

manoletistas causan el asombro <strong>de</strong> la gente<br />

<strong>que</strong> va creando alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>l III<br />

Califa una aureola mítica.<br />

La tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1943 es <strong>de</strong> gran<br />

trascen<strong>de</strong>ncia para Manolete y para todos los<br />

<strong>que</strong> hubieran <strong>de</strong> seguirle en la línea <strong>de</strong> los<br />

toreros privilegiados. La gran revolución<br />

económica <strong>que</strong> se aprecia en el toreo <strong>de</strong><br />

nuestro tiempo la inició Manolete en 1943,<br />

fijando sus honorarios en la entonces fabulosa<br />

cantidad <strong>de</strong> cincuenta mil pesetas. El revuelo<br />

se acalla <strong>por</strong> la marcha triunfal <strong>de</strong><br />

Manolete.<br />

1944: Encuentra todas las puertas abiertas,<br />

es <strong>de</strong>cir, se arregla con el empresario señor<br />

Pagés, <strong>de</strong>l <strong>que</strong> estuvo absolutamente <strong>de</strong>sligado<br />

todo el año 1943. Vuelve a la Feria <strong>de</strong><br />

Sevilla, <strong>de</strong> la <strong>que</strong> sólo faltó, en todos los años<br />

<strong>de</strong> su carrera, la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong>l mismo año.


En la Feria <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> Sevilla, <strong>de</strong> 1944,<br />

Manolete comete, un error muy grave. Soslaya<br />

en la misma la corrida <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>. Es el primer<br />

torero <strong>de</strong> altura <strong>que</strong> lo hace, y abre con ello<br />

un camino <strong>por</strong> el <strong>que</strong> habrían <strong>de</strong> andar tantos<br />

en el curso <strong>de</strong> los años sucesivos.<br />

El 18 <strong>de</strong> julio, se presentó a torear en<br />

Madrid, Carlos Arruza, <strong>que</strong> había sido llamado<br />

para dar <strong>por</strong> terminado el famoso pleito<br />

<strong>que</strong> los toreros españoles y mexicanos<br />

mantenían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía algunos años.<br />

En 1944, Manolete es una auténtica<br />

figura nacional. Figura <strong>de</strong>l toreo ya lo era<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía algunos años.<br />

Manolete tuvo la gentileza <strong>de</strong> enviar a<br />

Sir Wisnton Churchill, jefe <strong>de</strong>l Gobierno inglés,<br />

la cabeza <strong>de</strong> un toro <strong>de</strong> Escobar <strong>que</strong> mató en<br />

Valencia, <strong>que</strong> tenía señalado en el testuz como<br />

un lunar, símbolo <strong>de</strong> la victoria <strong>de</strong>l famoso<br />

político. Churchill suspendió durante unos<br />

instantes su formidable tarea al frente <strong>de</strong> la<br />

guerra, para escribir una carta a Manolete<br />

agra<strong>de</strong>ciéndole el <strong>de</strong>talle.<br />

1945: Este año se alzó sobre la superioridad<br />

<strong>que</strong> hubiese podido tener Carlos Arruza, dando<br />

la medida exacta <strong>de</strong> la excelsitud <strong>de</strong> su<br />

arte, empezando en la Feria <strong>de</strong> Sevilla en la<br />

<strong>que</strong> toreó cuatro corridas, la <strong>de</strong> <strong>Miura</strong> incluida;<br />

Carlos Arruza sólo toreó dos, y cada tar<strong>de</strong><br />

fue creciendo su altura en el triunfo. Manolete<br />

vuelve a encontrarse con la gloria en todos<br />

los medios españoles. La misma Sevilla<br />

incluida, don<strong>de</strong> triunfó en las dos corridas <strong>que</strong><br />

toreó. A mediados <strong>de</strong> este año Manolete levanta<br />

en la plaza <strong>de</strong> Madrid, para la posteridad,<br />

el monumento <strong>de</strong> su faena al toro sobrero <strong>de</strong><br />

la corrida organizada <strong>por</strong> la Asociación <strong>de</strong> la<br />

Prensa. El famoso Pinto Barreiro. Al <strong>de</strong>cir<br />

<strong>de</strong> muchos y calificados aficionados, la faena<br />

<strong>de</strong> Manuel Rodríguez a este toro es la<br />

mejor <strong>de</strong> cuantas se han realizado en la plaza<br />

Monumental <strong>de</strong> las Ventas, <strong>de</strong> la capital <strong>de</strong><br />

España.<br />

En la noche <strong>de</strong>l día (11-11-1945), se<br />

celebró en Madrid el homenaje <strong>de</strong> la<br />

intelectualidad a Manolete, figura universal. Al-<br />

MIURA - 2002<br />

re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l torero vestido con la rigurosa<br />

eti<strong>que</strong>ta <strong>de</strong> su clase -traje corto negro y<br />

camisa rizada-, se sentaron más <strong>de</strong> un<br />

centenar <strong>de</strong> escritores y artistas <strong>de</strong> todas las<br />

especialida<strong>de</strong>s. Fue, como <strong>de</strong>cía la<br />

convocatoria <strong>de</strong>l acto, Un homenaje a la fiesta<br />

<strong>de</strong> toros, la fiesta viril y española con-centrándolo<br />

en la per-sona <strong>de</strong>l toreo cordobés,<br />

Manuel Rodríguez (Manolete).<br />

En toda la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1945,<br />

Manolete y Arruza, torearon muchas corridas<br />

juntos. El nuevo aire <strong>de</strong>l toreo arrucista, ganó<br />

en España muchos a<strong>de</strong>ptos y mucho<br />

entusiasmo entre los públicos <strong>de</strong> todos los<br />

medios.<br />

En diciembre <strong>de</strong> 1945, Manolete hace<br />

su primer viaje a México, don<strong>de</strong> era esperado<br />

con una expectación enorme. El empresario<br />

Antonio Algara (q.s.g.h.) preparó el viaje hasta<br />

en los menores <strong>de</strong>talles y el grupo <strong>de</strong> corridas<br />

<strong>de</strong> abono en <strong>que</strong> había <strong>de</strong> intervenir Manolete<br />

más minuciosamente aún. La consi<strong>de</strong>ración<br />

mítica <strong>que</strong> Manolete había ganado en México<br />

con el eco <strong>de</strong> sus triunfos en España, formó<br />

un ambiente en el taurinismo azteca como<br />

no se había conocido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los tiempos <strong>de</strong><br />

las tem<strong>por</strong>adas felices <strong>de</strong> Rodolfo Gaona.<br />

Des<strong>de</strong> el día mismo <strong>de</strong> su presentación<br />

en la plaza México, Manolete fue como<br />

tenía <strong>que</strong> ser: gloriosamente triunfal, y para<br />

<strong>que</strong> no faltaba nada en este triunfo se dio en<br />

él la nota trágica <strong>de</strong> <strong>que</strong> el toro sexto <strong>de</strong> la<br />

corrida <strong>que</strong> le infirió una cornada grave.<br />

Todas las actuaciones <strong>de</strong> Manolete en<br />

México durante este invierno, se marcaron<br />

con una se<strong>de</strong> <strong>de</strong> éxitos colosales. En todas<br />

las plazas <strong>de</strong> la República azteca -<br />

<strong>de</strong>sgraciadamente no en la San Pedro <strong>de</strong> la<br />

hermosa ciudad <strong>de</strong> Zacatecas, aun<strong>que</strong> sí la<br />

conoció, acompañado <strong>de</strong>l gana<strong>de</strong>ro<br />

zacatecano don Julián Llaguno González-,<br />

<strong>que</strong>rían ver a Manolete y se improvisaban funciones<br />

con un montaje extraordinario,<br />

simplemente para <strong>que</strong> Manuel Rodríguez fuese<br />

a torear.<br />

El (09-12-1945), con arreglo al<br />

convenio establecido para la reanudación <strong>de</strong><br />

293


MIURA - 2002<br />

las relaciones entre los toreros españoles y<br />

mexicanos, Manolete tuvo <strong>que</strong> revalizar su<br />

alternativa en la plaza <strong>de</strong> El Toreo <strong>de</strong> México.<br />

Silverio Pérez fue el padrino <strong>de</strong> la ceremonia<br />

y Eduardo Solórzano el testigo. El ganado,<br />

<strong>de</strong> la vacada zacatecana <strong>de</strong> Torrecilla, propiedad<br />

<strong>de</strong> D. Julián Llaguno. El toro <strong>de</strong> la<br />

altemativa se llamó Gitano, el sexto, el <strong>que</strong><br />

lo cogió, tenía el nombre <strong>de</strong> Cacharro.<br />

Silverio Pérez, el gran torero mexicano<br />

<strong>que</strong> confirmó la altemativa <strong>de</strong> Manolete en<br />

México, vino a España a torear, -o <strong>por</strong> lo<br />

menos, con la intención <strong>de</strong> hacerlo- en la tem<strong>por</strong>ada<br />

<strong>de</strong> 1945. Estuvo <strong>de</strong> espectador en la<br />

memorable Feria manoletista <strong>de</strong> Sevilla. Después<br />

<strong>de</strong> la última corrida dijo a unos amigos:<br />

-Con este Manolete no hay nada <strong>que</strong><br />

hacer aquí. Y se volvió a México <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

torear una sola corrida, <strong>que</strong> ya tenía ajustada,<br />

en la Feria <strong>de</strong> Jerez, en la <strong>que</strong> estuvo muy<br />

bien, <strong>por</strong> cierto.<br />

1946: El día 17 <strong>de</strong> febrero en la vieja plaza <strong>de</strong><br />

El Toreo <strong>de</strong> la Con<strong>de</strong>sa, alternando con Pepe<br />

Luis Váz<strong>que</strong>z y Luis Procuna, fueron los triunfos<br />

más rotundos <strong>de</strong> la interminable serie <strong>de</strong><br />

ellos <strong>que</strong> logró Manolete en la tierra azteca.<br />

Manuel Rodríguez toreó en su primera tem<strong>por</strong>ada<br />

<strong>de</strong> América 34 corridas; en la segunda<br />

llevaba toreadas 16 cuando hubo <strong>que</strong><br />

suspen<strong>de</strong>r sus actuaciones <strong>por</strong> la ruptura <strong>de</strong>l<br />

convenio.<br />

La tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> 1946, pasó en<br />

blanco para Manolete. Sólo vistió el traje <strong>de</strong><br />

luces para torear con absoluto <strong>de</strong>sinterés, la<br />

corrida <strong>de</strong> la Beneficencia madrileña, la víspera<br />

<strong>de</strong> empren<strong>de</strong>r su segundo viaje a<br />

América. Era el cartel <strong>de</strong> a<strong>que</strong>l día, Gitanillo<br />

<strong>de</strong> Triana, Manolete y Luis Miguel Dominguín,<br />

precedidos <strong>de</strong>l rejoneador don Álvaro Domecq<br />

y Diez. <strong>Los</strong> toros <strong>de</strong> Carlos Núñez.<br />

Manolete se montó en un avión rumbo<br />

a Lima al finalizar la tem<strong>por</strong>ada en España,<br />

don<strong>de</strong> habían fundado la Feria <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong><br />

los Milagros para <strong>que</strong> él la torease. Aún<br />

subsiste esta feria, como una <strong>de</strong> las más<br />

im<strong>por</strong>tantes <strong>de</strong> cuántas se dan al otro lado<br />

294<br />

<strong>de</strong>l mar. Des<strong>de</strong> el Perú, Manolete pasó a Colombia<br />

y a Venezuela.<br />

1947:En el mes <strong>de</strong> enero, llegó nuevamente<br />

a México e hizo una media tem<strong>por</strong>ada sensacional.<br />

No pudo terminarla, <strong>por</strong><strong>que</strong> el<br />

convenio <strong>que</strong> se había establecido en 1944<br />

entre los toreros españoles y mexicanos<br />

<strong>que</strong>dó roto inesperadamente. Esta corrida<br />

<strong>que</strong> señalamos fue la su segunda tem<strong>por</strong>ada<br />

en la plaza México.<br />

Des<strong>de</strong> primeros <strong>de</strong> 1947, empezó a<br />

funcionar la Plaza Monumental y es notable<br />

en los fastos toreros mexicanos la tar<strong>de</strong> <strong>que</strong><br />

dio en ella Manolete alternando mano a mano<br />

con Lorenzo Garza, el último <strong>de</strong> los toreros<br />

aztecas a los <strong>que</strong> la afición <strong>de</strong> allá señaló el<br />

papel <strong>de</strong> rivalizar con Manuel Rodríguez.<br />

La última corrida <strong>de</strong> batalla <strong>de</strong> las <strong>que</strong><br />

Manolete tuvo <strong>que</strong> librar en México para conquistar<br />

el imperio absoluto <strong>de</strong>l toreo en a<strong>que</strong>l<br />

país, la toreó mano a mano con Lorenzo<br />

Garza. La expectación <strong>que</strong> esta corrida había<br />

levantado en la capital azteca era enorme.<br />

<strong>Los</strong> honorarios <strong>de</strong> Manolete en las últimas<br />

corridas <strong>que</strong> tomó en México alcanzaron<br />

cifras realmente fabulosas. La tar<strong>de</strong> <strong>que</strong> toreó<br />

mano a mano con Lorenzo Garza, estos<br />

honorarios fueron doscientos mil pesos, al<br />

cambio <strong>de</strong> entonces un millón <strong>de</strong> pesetas.<br />

El día 22 <strong>de</strong> junio, empezó Manolete<br />

la tem<strong>por</strong>ada <strong>de</strong> España en 1947, última <strong>de</strong><br />

su gloriosa carrera y <strong>de</strong> su vida. La empezó<br />

con el propósito <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong>finitivamente el<br />

profesionalismo taurino cuando se cumplieran<br />

los compromisos contraídos. Unas treinta<br />

corridas. «Vi <strong>por</strong> última vez a Manolete el día<br />

24 <strong>de</strong> este mismo mes <strong>de</strong> junio en la plaza<br />

<strong>de</strong> Badajoz. Por la noche coinci-dimos a<br />

cenar en el parador nacional <strong>de</strong> Mérida. Hablamos<br />

breves momentos. Hacía mucho tiempo<br />

<strong>que</strong> no lo habíamos hecho», nos dice<br />

Enri<strong>que</strong> Vila.<br />

La mañana <strong>de</strong>l día 28 <strong>de</strong> agosto,<br />

Manolete llegó a Linares sobre las doce. Tomó<br />

un frugal almuerzo y se acostó. La corrida<br />

había tenido, lo <strong>que</strong> en el argot <strong>de</strong> la fiesta se


llama, una velocidad colosal y las entradas<br />

se habían vendido totalmente. Por la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>l<br />

citado día, en la plaza <strong>de</strong> Linares (Jaén,<br />

Andalucía), el toro Islero, <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>, dio a<br />

Manolete tan certera y terrible comada <strong>que</strong> el<br />

inmenso torero, vértice <strong>de</strong> toda la fiesta <strong>por</strong><br />

entonces, <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> existir a la madrugada<br />

siguíente en un cuartito recoleto <strong>de</strong>l hospital<br />

municipal.<br />

Ya conoce el lector la anécdota <strong>de</strong><br />

estos toros <strong>que</strong> se lidiaron en Linares y las<br />

cosas <strong>que</strong> tuvieron <strong>que</strong> pasar para <strong>que</strong><br />

Manolete se encontrara con Islero la tar<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>l 28 <strong>de</strong> agosto. Formaban la terna <strong>de</strong><br />

matadores, Gitanillo <strong>de</strong> Triana, Manolete y<br />

Luis Miguel Dominguín. La transcurrió normalmente<br />

hasta <strong>que</strong> salió, el toro cuarto, durante<br />

-cuya lidia el público empezó a <strong>de</strong>nostar a<br />

Manolete, <strong>por</strong><strong>que</strong> se daba el caso <strong>de</strong> <strong>que</strong> la<br />

gente le chillaba, no cuando él estaba mal,<br />

MIURA - 2002<br />

sino cuando no estaba bien, el torero <strong>que</strong> se<br />

suponía impuesto <strong>de</strong> forma casi radical. Con<br />

la luz <strong>de</strong>l alba <strong>de</strong>l día (29-08-1947), Manolete<br />

expiró y entró en el tunel <strong>de</strong> la eternidad y en<br />

arcano <strong>de</strong> los recuerdos <strong>de</strong> los aficionados..<br />

SÁNCHEZ Criado (Manuel). Puntillero<br />

<strong>de</strong> la Real Maestranza <strong>de</strong> Sevilla. «También<br />

los más mo<strong>de</strong>stos, como los más encumbrados,<br />

figuran en la relación <strong>de</strong> víctimas <strong>de</strong><br />

los toros <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>, lista trágica <strong>que</strong> Dios quiera<br />

<strong>que</strong><strong>de</strong> cerrada para siempre», nos dice don<br />

Enri<strong>que</strong> Vila. También sucumbió víctima <strong>de</strong><br />

cornada <strong>de</strong> una res <strong>de</strong> <strong>Miura</strong>: la vaca llamada<br />

Beata, lidiada en un festejo <strong>de</strong> menor cuantía.<br />

Se formó tal barrullo en el ruedo, <strong>que</strong> el presi<strong>de</strong>nte,<br />

para evitar un conflicto <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n público,<br />

or<strong>de</strong>nó <strong>que</strong> la res fuese apuntillada.<br />

Cuando se disponía a cumplir lo dispuesto,<br />

recibió una comada en el vientre <strong>de</strong> la <strong>que</strong><br />

falleció tras intensos dolores a los pocos días.<br />

Manolete se inscribió, <strong>de</strong>sgraciadamente, en la lista <strong>de</strong> los diestros <strong>que</strong>, como<br />

Joselito, acumuló más gloria y tragedia <strong>de</strong> la Tauromaquia.<br />

(Foto cortesía <strong>de</strong> Caja Sur).<br />

295


MIURA - 2002<br />

Un «Minuto <strong>de</strong> Silencio» se convierte<br />

en una «Página sin Letras»,<br />

recordando a Manuel Rodríguez<br />

Sánchez (Manolete).<br />

296

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!