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común. Su uso es indistinto y hasta la fecha no se ha constatado intencionalidad alguna a la hora de emplear la palabra alcaide o tenente en ninguno de los textos consultados. Únicamente deben resaltarse casos como León donde se utilizaba el vocablo tenente para referirse al responsable de la ciudad y al jefe militar de las torres o fortaleza, sobre todo durante los inicios de la Baja Edad Media, lo que suponía la pervivencia de una herencia de la etapa precedente en que la distinción entre tenentes y alcaides era mucho más nítida; sin embargo, la progresiva desaparición de los tenentes de la villa irá dando paso al predominio de los alcaides y del término alcaide para referirse al titular del castillo. Por otro lado, durante la plenitud bajomedieval a veces se observa una distinción formal entre ¡enente y alcaide, para referirse al titular de la alcaidía y a su lugartaniente respectivamente, con el objeto de distinguir a uno y otro; esta diferenciación se fijaba en un sentidojerárquico y económico, ya que el primero era de rango social superior y llevaba los derechos economicos adscritos al cargo 3; en otros casos, ni siquiera se establecía esta distinción, sino que sencillamente se utiliza el término alcaide para referirse al lugarteniente, dando pie a pequeñas confusiones que el propio contexto de las fuentes suele resolver. Un último elemento a tener en consideración es la terminología propia de la documentación. Expresiones como ... que tenga de nos la fortaleza , “... que lleve en tenencia con el castiello etc. refuerzan la idea de que en la Baja Edad Media alcaide y tenente frieron palabras utilizadas indistintamente pero con una diferencia de matiz muy ténue, a veces inapreciable, aunque sumamente importante. Así, alcaide designaba al oficio y al titular, mientras que tenente y sobre todo tenencia aludían nl carácter de la función desempeñada por estos personajes y también a la percepción de unos derechos economicos anejos cuyo importe fijaba la monarquía según diversos criterios. El uso del vocablo caMillero fue mucho menos frecuente, pero también se empleó para referirse a los alcaides, al ser un derivado del vocablo castillo y. por tanto, alusivo a la condición y fuíción del guardián’. Finalmente, conviene Inencionar a los caseros. tenentes de palacios y casas de recreo utilizadas por la monarquía o la nobleza durante los períodos estivales o de retiro privado. Los individuos así designados cumplían la misma función que los tenentes de las fortalezas; sin embargo. la denominación que se utilizaba para referirse a ellos aludía claramente al tipo de edificios cuya 2Así, cuando en 1441 el rey JuaN II mandó entregar el alcázar a DON FERNANDO AlVAREZ DE TOLEIn. conde dc Alba, ordenó al alcaide (FERNÁN LÓpí:y. 1)5 SAlDAÑA) y al tenente (PEDRO MALDONADO) que pusiesen la fortaleza a disposición del noble, A(rchivo) (de la) C(asa) (de) A(lba). e. 2-46, 1441-Marzo-19-Avila. Pubí. A. VAcA LORENZO & JA. BONntá, Salamanca en la docu,nentación medieval de la Casa de Alba, Salamanca. 1988, n0 23. pp. 68-69. ‘Por ejetaplo, en A(rchivo) H(istórieo) N(acional), Osuna, Leg. 214’. n0 11, 1407-Enero-lS Sábado-Segovia fol. 3 Y’. se dice lo Siouicnte con respecto dci alcaide del alcázar dc Segovia: A/fon Garría de Cae/lar, cantador mayor del (dicho! sennor Rey don Enrnque, de buena memoria que Dios perdone, e caMellero e oicayde e tenedor del alca~ar de Segovia .7 - 924
guarda se les había encomendado y en los que, por lo general, predominaba un estilo de construcción civil y doméstica, combinado con elementos castrenses que permitían su defensa en caso de necesidad. 2. LOS ACTOS DE ELECCIÓN, NOMBRAMIENTO Y TOMA DE POSESIÓN: DESARROLLO FORMAL Y CONTENIDO SIMBÓLICO. Como es bien sabido a la monarquía correspondía por principio llevar a cabo la eleccion y nombramiento de los alcaides de las fortalezas situadas bajo su jurisdicción. Esta capacidad, a la vez un derecho y una prerrogativa inherentes al poder monárquico, confería a los reyes castellano-leoneses el control directo sobre los castillos del reino, así como un amplio margen de acción a la hora de escoger a las personas que consideraban más aptas para el desempeño de este cargo 5. El estudio de los actos de elección y nombramiento de alcaides a lo largo de la Baja Edad Media en Castilla debe plantearse según dos coordenadas complementarias: por un lado, es preciso profundizar en las razones que impulsaron la voluntad regia en el momento de escoger a los tenentes, éstas fueron muy variadas y respondieron a condicionamientos muy diversos, según podrá comprobarse en breve; por otra parte, es conveniente deternerse en el desarrollo formal de los actos de elección, nombramiento y toma de posesión recogidos por la documentación de finales del siglo XV y, en menor medida, por otras fuentes del período. 2.1. Principales directrices de la actuación regia. La elección de un nuevo alcaide estaha sometida a diversos condicionamientos que influían directamente sobre la voluntad monárquica. El carácter eminentemente militar del oficio exigía el nombramiento de individuos capacitados para desempeñarlo convenientemente, asunto sobre el que las fuentes jurídicas insistían constantemente y que siempre pesó sobre la conciencia de los reyes en el momento de su actuación. Este hecho explica el absoluto predominio de la nobleza al frente de las plazas fortificadas dependientes de la Corona: sin embargo, la extracción social de los tenentes es un aspecto que será analizado más adelante. Por ahora interesa averiguar cuáles fueron los criterios inmediatos que influyeron en el ánimo de los reyes en el momento de designar a los diferentes titulares de los castillos. ‘Sobre este punto véase M~ Concepción QUINTANtLL~ Ráso, ‘La tenencia dc fortalezas en Castilla durante la Baja Edad Media’. En la España Medieval, 5, Madrid (1986), p. 873. 925
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guarda se les había encomendado y en los que, por lo general, predominaba un estilo <strong>de</strong> construcción<br />
civil y doméstica, combinado con elementos castrenses que permitían su <strong>de</strong>fensa en caso <strong>de</strong> necesidad.<br />
2. LOS ACTOS DE ELECCIÓN, NOMBRAMIENTO Y TOMA DE POSESIÓN: DESARROLLO FORMAL Y<br />
CONTENIDO SIMBÓLICO.<br />
Como es bien sabido a <strong>la</strong> monarquía correspondía por principio llevar a cabo <strong>la</strong> eleccion y<br />
nombramiento <strong>de</strong> los alcai<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s fortalezas situadas bajo su jurisdicción. Esta capacidad, a <strong>la</strong> vez<br />
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el control directo sobre los castillos <strong>de</strong>l reino, así como un amplio margen <strong>de</strong> acción a <strong>la</strong> hora <strong>de</strong><br />
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posesión recogidos por <strong>la</strong> documentación <strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l siglo XV y, en menor medida, por otras<br />
fuentes <strong>de</strong>l período.<br />
2.1. Principales directrices <strong>de</strong> <strong>la</strong> actuación regia.<br />
La elección <strong>de</strong> un nuevo alcai<strong>de</strong> estaha sometida a diversos condicionamientos que influían<br />
directamente sobre <strong>la</strong> voluntad monárquica. El carácter eminentemente militar <strong>de</strong>l oficio exigía el<br />
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el momento <strong>de</strong> su actuación. Este hecho explica el absoluto predominio <strong>de</strong> <strong>la</strong> nobleza al frente <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />
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inmediatos que influyeron en el ánimo <strong>de</strong> los reyes en el momento <strong>de</strong> <strong>de</strong>signar a los diferentes titu<strong>la</strong>res<br />
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‘Sobre este punto véase M~ Concepción QUINTANtLL~ Ráso, ‘La tenencia dc fortalezas en Castil<strong>la</strong> durante <strong>la</strong> Baja Edad<br />
Media’. En <strong>la</strong> España Medieval, 5, Madrid (1986), p. 873.<br />
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