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constituía un signo inequívoco de debilidad y podía acarrear graves consecuencias, ya que un destacamento militar mal alimentado y sin medios para protegerse del frío durante un asedio o durante un ataque por sorpresa difícilmente podía cumplir con sus obligaciones defensivas. Muchas veces, esta situación llegaba a oídos de los enemigos que aprovechaban para arreciar sus ataques contra un castillo y apoderarse de él. Así sucedió a finales del siglo XIII y principios del XIV. en plena guerra castellano-aragonesa. Lorca, uno de los objetivos más deseados por JAIME II, se encontraba en una situación bastante precaria. Ya en 1299 las tropas aragonesas se habían dispuesto en torno a la villa para tomarla; los vecinos y moradores reclamaron algún tipo de socorro para hacer frente a aquella situación. La reina DOÑA MARíA DE MOLINA ordenó el envío de pan y armas suficientes para tres anost Sin embargo, no se consiguió remediar el problema, pues al año siguiente LOPE FERNÁNDEZ, alcaide del alcázar de Lorca, solicité a la soberana bastimento para la fortaleza, petición que fue escuchada y satisfecha 283. Según las Partidas la máxima responsabilidad en materia de aprovisionamiento recaía sobre el alcaide del castillo, al cual le correspondía procurar el mantenimiento necesario a la guarnición y cuidar de que en ningún momento faltase el sustento2M. La negligencia en este campo o la excesiva ambición personal de algunos tenentes desencadela pérdida de fortalezas con un alto valor militar y estratégico. El caso de Gibraltar en 1333 puede ilustrar suficientemente esta realidad. El alcaide VASCO PÉREZ DE MEIRA apenas pontaba con los artículos necesarios para garantizar la alimentación de sus hombres. Su desmesurada codicia le había llevado a invertir todo el dinero de su tenencia en la adquisición de beredades para sí mismo. Unicamente. la fortuna salvé a la plaza durante un corto espacio de flempo. ya que una barca cargada de trigo, perdida en medio de la tormenta, llegó a la costa próxima a la fortaleza y fue tomada por la guarnición que pudo alimentarse de su contenido a lo largo de un mes285. A pesar de los esfuerzos realizados por la monarquía, y, en particular, por 28~”Crónica de Femando IV”. Cránicas de los Reves de Castilla, 1, op; cit; nota 189, Cap. VI, p. 116. 283, E estando lodos en Berlanga, vino y un freyle de Uclés, que decían Lope Ferrandez. que ten fa el alcázar de Lorca por don loan .%lanuel. que ¡o leída por el Res’, é dijo á la Reina que avía menester para aquel alcázar hastecimiento: ¿ la Reina le din la ¿go hanecinziento de armas é vianda cuauito ovo menester, é toda su tenencia, é envióle ende lilégo con todo recubdo , Ibídem, Cap. VII, p. ES. 284.. en todo tiempo tenga ... el castillo bastecido de viandas, e mayormente de agua, que es cosa que pueden ‘nenos escusar que las otras. Otrosí se deben bastecer de pan, de aquello que entendieren que íofls se puede tener segund el avre de la tierra. E ¿‘sso mismo deten fazer de carnes, e de pescados e non deten olvidar la sal, ni el olio, ni las legumbres ... e ayer molinos o toadas de ulano, e carbón, e leña . Partidas II, XVIII. lO. 285, el esto olieron con que se mantenían, ca non tenían pan mas de para un mes, el esto era por culpa de aquel Vasco ¡‘erez de Meyra que avía tomado los dineros que? Rey le posíera para retenencia e hastecimíento del logas el compró delios heredades, et tenía el castíello deshastecido . - Crónica de Alfonso XI”, Crónica de los Reves de Castilla, 1, Gp; cii; 881

el almirante de Castilla, que durante el cerco que los moros pusieron contra Gibraltar intentaba lanzar sacos de harina al interior del castillo ayudándose de un trabuco sin demasiado éxito~ 6, la pérdida de tan importante enclave defensivo era una realidad palpable. Finalmente, El alcaide pacté con los musulmanes la entrega de la fortaleza a cambio de que permitiesen salir libremente a todos los cristianos acanttmados en ella. Esta conducta, así como su mala gestién de los recursos para el abastecimiento del castillo, le valieron el calificativo de traidor. Además, cuando los musulmanes penetraron en la torre del homenaje hallaron numerosas provisiones que hubieran permitido la subsistencia de los castellanos durante, al menos, cinco días, el tiempo necesario para la llegada de ALFONSO Xl en socorro de Gibraltar~. Sin embargo. este tipo de consecuencías no siempre podía achacarse a los alcaides. Muchas veces, las tenencias que debía librar la Corona para el sostenimiento del sistema defensivo del reino eran insuficientes, no llegaban íntegras a su destino o ni siquiera se llegaban a pagar, dando origen a situaciones muy variadas. Así, algunos alcaides optaron por abandonarse a su suerte, otros trataron de reclamar por todos los medios el libramiento de las cuantías necesarias para estos menesteres y, finalmente, otros se inclinaron a la práctica de actividades delictivas que les reportaban los ingresos precisos para sostenerse a sí mismos y a su guarnición, e incluso les permitían obtener beneficios extraordinarit)588. La monarquía procuró cuidar con esmero el abastecimiento de los castillos situados bajo su jurisdicción; sin embargo, no siempre dispuso de los recursos financieros necesarios para afrontar los elevados gastos que representaba el mantenimiento de las guarniciones. No obstante, las principales noticias sobre cl avituallamiento de las fortalezas se localizan en las regiones fronterizas, sobre todo nota 94. Cap. CV, p. 239. 2Sf’, ci fizo poner dos trabucos en dos naves, et con aquellos trabucos lat¡zti.hanles las talegas de la farína, el como quier que algo caía dentro en el castíello, pero to mas caía fuera, el tomahanlo tos Moros.’ et por esto el Almirante non dexaba de les mandar lanzar farina con aquellos trabucos , ibídem, Cap. CXV. p. 248. 282.. Et Vasco Pere¿ v’ev¿’ndo que le non acorrian con vianda, et aquellas gentes laceraban tanjo, salió al Infante Abomelique et entrególe el castiello, e’ pedióle que le dexase salir los Christianos A salvo. Et el Infante otorgógelo. et pedióle los Moros que él tenia ... Et los Moros desque cobraron el casriello itietieron toda la su flota en el atarazana de la villa de Gibraltar: et Vasco Perezfué de mala ventura en facer esto, ca el día que él entregó el castíello á los Moros, fallaron farina el vianda en el apartamiento et en la torre que él tenía en el castiello, que les podiera ahondar cinco dios. El si él posiera en el talante de facer lo que era tenido, que era entregar el castiello á su señor, 6 morir en él, non moriera; ca podiera partir aquella vianda á las gentes, el oviera y cinco días, et 6 los quatro días los acorriera el Rey; el así non fin cára él de tan mala ventora como fincó. nin cobráran los Moros el castiello ...“, ibid cm, p. 249. obstante, es preciso aclarar que no todas las toaifctrias cometidas por los alcaides dc las fortalezas sc relacionaban directamente con la falta de recursos económicos, algunos practicaron este tipo de actividades por deseo propio y porque de ese modo conseguían ingresos generalmente mAs provechosos que los que podría librar la Hacienda regia. 882

constituía un signo inequívoco <strong>de</strong> <strong>de</strong>bilidad y podía acarrear graves consecuencias, ya que un<br />

<strong>de</strong>stacamento militar mal alimentado y sin medios para protegerse <strong>de</strong>l frío durante un asedio o durante<br />

un ataque por sorpresa difícilmente podía cumplir con sus obligaciones <strong>de</strong>fensivas. Muchas veces, esta<br />

situación llegaba a oídos <strong>de</strong> los enemigos que aprovechaban para arreciar sus ataques contra un castillo<br />

y apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong> él. Así sucedió a finales <strong>de</strong>l siglo XIII y principios <strong>de</strong>l XIV. en plena guerra<br />

castel<strong>la</strong>no-aragonesa. Lorca, uno <strong>de</strong> los objetivos más <strong>de</strong>seados por JAIME II, se encontraba en una<br />

situación bastante precaria. Ya en 1299 <strong>la</strong>s tropas aragonesas se habían dispuesto en torno a <strong>la</strong> vil<strong>la</strong><br />

para tomar<strong>la</strong>; los vecinos y moradores rec<strong>la</strong>maron algún tipo <strong>de</strong> socorro para hacer frente a aquel<strong>la</strong><br />

situación. La reina DOÑA MARíA DE MOLINA or<strong>de</strong>nó el envío <strong>de</strong> pan y armas suficientes para tres<br />

anost Sin embargo, no se consiguió remediar el problema, pues al año siguiente LOPE<br />

FERNÁNDEZ, alcai<strong>de</strong> <strong>de</strong>l alcázar <strong>de</strong> Lorca, solicité a <strong>la</strong> soberana bastimento para <strong>la</strong> fortaleza, petición<br />

que fue escuchada y satisfecha 283.<br />

Según <strong>la</strong>s Partidas <strong>la</strong> máxima responsabilidad en materia <strong>de</strong> aprovisionamiento recaía sobre el<br />

alcai<strong>de</strong> <strong>de</strong>l castillo, al cual le correspondía procurar el mantenimiento necesario a <strong>la</strong> guarnición y<br />

cuidar <strong>de</strong> que en ningún momento faltase el sustento2M. La negligencia en este campo o <strong>la</strong> excesiva<br />

ambición personal <strong>de</strong> algunos tenentes <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>né <strong>la</strong> pérdida <strong>de</strong> fortalezas con un alto valor militar<br />

y estratégico. El caso <strong>de</strong> Gibraltar en 1333 pue<strong>de</strong> ilustrar suficientemente esta realidad. El alcai<strong>de</strong><br />

VASCO PÉREZ DE MEIRA apenas pontaba con los artículos necesarios para garantizar <strong>la</strong> alimentación<br />

<strong>de</strong> sus hombres. Su <strong>de</strong>smesurada codicia le había llevado a invertir todo el dinero <strong>de</strong> su tenencia en<br />

<strong>la</strong> adquisición <strong>de</strong> bereda<strong>de</strong>s para sí mismo. Unicamente. <strong>la</strong> fortuna salvé a <strong>la</strong> p<strong>la</strong>za durante un corto<br />

espacio <strong>de</strong> flempo. ya que una barca cargada <strong>de</strong> trigo, perdida en medio <strong>de</strong> <strong>la</strong> tormenta, llegó a <strong>la</strong><br />

costa próxima a <strong>la</strong> fortaleza y fue tomada por <strong>la</strong> guarnición que pudo alimentarse <strong>de</strong> su contenido a<br />

lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> un mes285. A pesar <strong>de</strong> los esfuerzos realizados por <strong>la</strong> monarquía, y, en particu<strong>la</strong>r, por<br />

28~”Crónica <strong>de</strong> Femando IV”. Cránicas <strong>de</strong> los Reves <strong>de</strong> Castil<strong>la</strong>, 1, op; cit; nota 189, Cap. VI, p. 116.<br />

283, E estando lodos en Ber<strong>la</strong>nga, vino y un freyle <strong>de</strong> Uclés, que <strong>de</strong>cían Lope Ferran<strong>de</strong>z. que ten fa el alcázar <strong>de</strong> Lorca<br />

por don loan .%<strong>la</strong>nuel. que ¡o leída por el Res’, é dijo á <strong>la</strong> Reina que avía menester para aquel alcázar hastecimiento: ¿ <strong>la</strong><br />

Reina le din <strong>la</strong> ¿go hanecinziento <strong>de</strong> armas é vianda cuauito ovo menester, é toda su tenencia, é envióle en<strong>de</strong> lilégo con todo<br />

recubdo , Ibí<strong>de</strong>m, Cap. VII, p. ES.<br />

284.. en todo tiempo tenga ... el castillo bastecido <strong>de</strong> viandas, e mayormente <strong>de</strong> agua, que es cosa que pue<strong>de</strong>n ‘nenos<br />

escusar que <strong>la</strong>s otras. Otrosí se <strong>de</strong>ben bastecer <strong>de</strong> pan, <strong>de</strong> aquello que entendieren que íofls se pue<strong>de</strong> tener segund el avre <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> tierra. E ¿‘sso mismo <strong>de</strong>ten fazer <strong>de</strong> carnes, e <strong>de</strong> pescados e non <strong>de</strong>ten olvidar <strong>la</strong> sal, ni el olio, ni <strong>la</strong>s legumbres ... e ayer<br />

molinos o toadas <strong>de</strong> u<strong>la</strong>no, e carbón, e leña . Partidas II, XVIII. lO.<br />

285, el esto olieron con que se mantenían, ca non tenían pan mas <strong>de</strong> para un mes, el esto era por culpa <strong>de</strong> aquel<br />

Vasco ¡‘erez <strong>de</strong> Meyra que avía tomado los dineros que? Rey le posíera para retenencia e hastecimíento <strong>de</strong>l logas el compró<br />

<strong>de</strong>lios hereda<strong>de</strong>s, et tenía el castíello <strong>de</strong>shastecido . - Crónica <strong>de</strong> Alfonso XI”, Crónica <strong>de</strong> los Reves <strong>de</strong> Castil<strong>la</strong>, 1, Gp; cii;<br />

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