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hacer guerra y paz de la fortaleza cada vez que el rey lo ordenase- y acoger al rey en su interior cuando lo solicitaîe. Sin embargo, la dimensión militar del oficio de alcaide dependía de dos factores primordiales: el emplazamiento de la fortaleza y las circunstancias concretas de cada momento. Por lo general, los castillos fr~~nterizc~s solían encomendarse a personal cualificado para el desempeño de actividades militares. Durante la Baja Edad Media ahundan los ejemplos en esta línea, aunque existen ciertas diferencias entre el sentido que se otorgó a los diferentes nombramientos. A lo largo de los siglos XIII y XIV las actividades repobladoras adquirieron especial protagonismo y muchos alcaides actuaron como defensores del territorio próximo a la fortaleza, proporcionando a las tierras circundantes la seguridad y protección necesarias para acometer con éxito las tareas de repoblacicin. Este fenómeno fue particularmrnte intenso en el sector meridional del reino castellano-leonés, Muchos monarcas concedieron excenciones y facilidades a los pobladores: por ejemplo, en 1335 ALFONSO XI don6 a Úhcda el castillo y villa de Tíscar junto con algunas mercedes de pan y dinero para facilitar el asentamiento de SO pobladore?. El caso de Alcalá la Real es el paradigma de fortaleza fronteriza cuyos alcaides gozaron de un fuerte protagonismo militar durante la Baja Edad Media; sin embargo. su análisis excede el ámbito de estudio dc esta Tesis-a. En otras regiones fronterizas del reino se documentan casos de alcaides que se destacaron en el desempeño de actividades ligadas a la defensa de estas áreas; aunque en otro capítulo se profundizará en estos aspectos conviene mencionar algunos ejemplos con carácter ilustrativo. Algunos tenentes de fortalezas fronterizas coordinaron las labores defwsivas en sectores concretos desde los enclaves que controlahan. Así, DIEGO DEL ÁGUILA, miembro del Consejo Real y alcaide de Ciudad Rodrigo, recihii, a principios del reinado de los REYES CATÓLICOS amplias facultades militares sobre la villa y su tierraO’. Buena prueba de ello es que en 1476 los soberanos enviaron
una carta a los concejos y vecinos de Salamanca y Ciudad Rodrigo. ordenando que todos los habitantes y capitanes de la comarca se uniesen al alcaide para hacer guerra a Pormgakm; este personaje contaba tambien con una nutrida guarnición en la fortaleza, formada por gentes experimentadas en el oficio de las armas, lo que le proporcionaba un amplio margen de maniobra, según podrá comprobarse al estudiar la organizacion de los contingentes humanos al servicio de las fortalezas. En 1478 DONA ISABEL mando a las villas y ciudades de la frontera castellano-portuguesa que acudiesen a los llamamientos realizados por DON ÁLVARO DE ZÚÑIGA, duque de Arévalo, conde de Plasencia y miembro del Consejo Real, con motivo de la defensa de la fortaleza de Segura de Portngal”“. De este testimonio se infiere que la actuaciún del duque de Arévalo se centraría en la protección del castillo y de sus alrededores. SANCHO DEL AGUILA, alcaide y corregidor de Trujillo, tambien actuí, militarmente durante el tiempo que ejerció estos oficios: valga como ejemplo el ataque que preparo contra la fortaleza de Orellana en el que participaron unos 2.500 peone~~. En otros casos, los alcaides prestaron SU apoyo en ciertas operaciones militares restringidas. En 1485 se ordenó a ALFONSO DE VALDERRÁBANO, alcaide de las torres de León, y a PEDRO ORTIZ, alcaide de la fortaleza de Valencia de Don Juan, que ayudasen al capitán DON FERNANDO DE ACUÑA a someter la villa de Ponferrada, ya que últimamente recibía el ataque de algunos caballeros gallegos’“. Sin embargo, la valoracicin de estns datos dehe realizarse con prudencia. En la mayor parte de los casos, las atribuciones militares se ciñeron al ámbito de la fortaleza y rebasaron pocas veces este límite. SU principal cometido consistía en ordenar el funcionamiento interno del castillo, atendiendo a sus necrsiades más perentorias, asunto que ya ha sido objeto de estudio en páginas precedentes. Durante los períodos de confrontack’x helica muchos ttxentrs aprovechahan la coyuntura para realizar incursiones rápidas en territorio enemigo. Así, los distintos alcaides que se han indentiticadc para rl castillo de Noudar, arrebatado a los portugueses el 6 de Junio de 1475”“. se dedicaban a caprurar
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hacer guerra y paz <strong>de</strong> <strong>la</strong> fortaleza cada vez que el rey lo or<strong>de</strong>nase- y acoger al rey en su interior<br />
cuando lo solicitaîe.<br />
Sin embargo, <strong>la</strong> dimensión militar <strong>de</strong>l oficio <strong>de</strong> alcai<strong>de</strong> <strong>de</strong>pendía <strong>de</strong> dos factores primordiales: el<br />
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militares. Durante <strong>la</strong> Baja Edad Media ahundan los ejemplos en esta línea, aunque existen ciertas<br />
diferencias entre el sentido que se otorgó a los diferentes nombramientos. A lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> los siglos XIII<br />
y XIV <strong>la</strong>s activida<strong>de</strong>s repob<strong>la</strong>doras adquirieron especial protagonismo y muchos alcai<strong>de</strong>s actuaron<br />
como <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong>l territorio próximo a <strong>la</strong> fortaleza, proporcionando a <strong>la</strong>s tierras circundantes <strong>la</strong><br />
seguridad y protección necesarias para acometer con éxito <strong>la</strong>s tareas <strong>de</strong> repob<strong>la</strong>cicin. Este fenómeno<br />
fue particu<strong>la</strong>rmrnte intenso en el sector meridional <strong>de</strong>l reino castel<strong>la</strong>no-leonés, Muchos monarcas<br />
concedieron excenciones y facilida<strong>de</strong>s a los pob<strong>la</strong>dores: por ejemplo, en 1335 ALFONSO XI don6 a<br />
Úhcda el castillo y vil<strong>la</strong> <strong>de</strong> Tíscar junto con algunas merce<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pan y dinero para facilitar el<br />
asentamiento <strong>de</strong> SO pob<strong>la</strong>dore?. El caso <strong>de</strong> Alcalá <strong>la</strong> Real es el paradigma <strong>de</strong> fortaleza fronteriza<br />
cuyos alcai<strong>de</strong>s gozaron <strong>de</strong> un fuerte protagonismo militar durante <strong>la</strong> Baja Edad Media; sin embargo.<br />
su análisis exce<strong>de</strong> el ámbito <strong>de</strong> estudio dc esta Tesis-a. En otras regiones fronterizas <strong>de</strong>l reino se<br />
documentan casos <strong>de</strong> alcai<strong>de</strong>s que se <strong>de</strong>stacaron en el <strong>de</strong>sempeño <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s ligadas a <strong>la</strong> <strong>de</strong>fensa<br />
<strong>de</strong> estas áreas; aunque en otro capítulo se profundizará en estos aspectos conviene mencionar algunos<br />
ejemplos con carácter ilustrativo.<br />
Algunos tenentes <strong>de</strong> fortalezas fronterizas coordinaron <strong>la</strong>s <strong>la</strong>bores <strong>de</strong>fwsivas en sectores concretos<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los enc<strong>la</strong>ves que contro<strong>la</strong>han. Así, DIEGO DEL ÁGUILA, miembro <strong>de</strong>l Consejo Real y alcai<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong> Ciudad Rodrigo, recihii, a principios <strong>de</strong>l reinado <strong>de</strong> los REYES CATÓLICOS amplias faculta<strong>de</strong>s<br />
militares sobre <strong>la</strong> vil<strong>la</strong> y su tierraO’. Buena prueba <strong>de</strong> ello es que en 1476 los soberanos enviaron