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3.2. Alfonso XI y Pedro 1: el refuerzo del poder monárquico (1312-1369) El reinado de FERNANDO IV, a caballo entre los siglos XIII y XIV, fue un período de transición violenta en el que la nobleza consiguió obtener amplias parcelas de poder a costa de la monarquía. Esta rncxspada situaci6n sc prol~u~g(, durante Ia conflictiva minOria de .kLFONSO XI, etap durante la cual el equilibrio de fuerzas se decantó del lado nobiliario. Cuando el soberano alcanzí, la mayoría de edad el panorama político del reino castellano-leonés se modifich considerablemente al reforzarse la autoridad regia mediante la actuación directa del monarca en los principales asuntos del reino. PEDRO I fue en algunos aspectos continuador de la labor emprendida por su padre, aunque sus preocupaciones siguieron en ocasiones una orientaci6n diferente. 3.2. I Alfonso XI: El reinado de ALFONSO XI comprende dos fases bien diferenciadas: la primera se extendi6 desde 1312 hasra 1325 coincidiendo con su minoría de edad, y la segunda abarcó desde 1325 hasta su muerte, acaecida en 1350. A lo largo de amhos períodos el nombramiento de alcaides en las fortalezas vinculadas a la Corona estuvo condicionado por la evolución del poder m«nárquicoz”. Entre 13 12 y 1325 los distintos tutores que se disputaron cl control sobre cI rey y sohre sus reinos designaron directamente a los tenentes de las fortalezas enclavadas en sus correspondientes áreas de intluencia 0 tutorías. En tkrminos generales puede afirmarse que estos personajes actuaron siguiendo sus propias directrices y sin ninguna clase de coordinaciím política, hecho que motiv6 el estado dc confusi6n reinaole en Castilla durante aquellos años. La atenta lectura de las fuentes del período dunuestra como los tutores, todos ellos pertenecientes a la alta nobleza. situaron al frente de los castillos que controlaban a individuos de su plena confianza, casi siempre ligados a ellos por lazos feudovasalláticos y encuadrados dentro de la categoría de los hidalgos y escuderos, aunque no siempre los textos informan sobre su identidad o adscripción social.
En teoría estos alcaides tenían las fortalezas en nombre del rey y se suponía que al llegar a la mayoría de edad se las entregarían“‘. Sin embargo, en la práctica todos ellos actuaron mediatizados por sus señores y defendieron sus intereses particulares. Así, la iglesia de San Salvador de Ávila, controlada al principio del reinado por DOÑA MARíA DE MOLINA y por el infante DON PEDRO, estuvo en manos de DON SANCHO, obispo electo de Ávila. a cuyas gentes del% encomendarse la custodia del rey-niño dentro del templo para evitar que cayese en manos de los restantes tutores”“. La guarda de Palencia, perteneciente a la tutoría de DON PEDRO, fue confiada al principio del reinado a DON ALFONSO, hermano de la reina”‘. La mayor parte de los tutores procuraron recabar el máximo apoyo entre sus seguidores y partidarios. a los cuales recompensaron con la tenencia de importantes plazas fortificadas. DON J~JAN MANUEL entregó la alcaidía del alcázar de Segovia a uno de sus vasallos en 1324”“; de forma parecida actui, el infante DON FELIPE, que a partir de 1324 tuvo en el alcäzar de Zamora a un alcaide f’dwmhk a su tutoría”’ y cn San Pedro de Latarce a ALVAR NÚÑEZ OSORIO’“‘, caballero que alcanzaría un gran protagonismo político en los primeros años de reinado en solitario de ALFONSO XI. Durante los años de la minoría se estipularon algunas disposiciones importantes sobre el nombramiento de alcaides en las fortalezas reales. De entrada, se insistió de nuevo en la necesidad de entregar los alcázares urbanos a caballeros y hombres buenos de villas y ciudades, ya que estos edificios eran posadas delos rrey~ y por tanto convenía confiar su defensa a personas de discreta posicii,n social, en lugar de a grandes nobles mucho más interesados en las ventajas que el control
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En teoría estos alcai<strong>de</strong>s tenían <strong>la</strong>s fortalezas en nombre <strong>de</strong>l rey y se suponía que al llegar a <strong>la</strong><br />
mayoría <strong>de</strong> edad se <strong>la</strong>s entregarían“‘. Sin embargo, en <strong>la</strong> práctica todos ellos actuaron mediatizados<br />
por sus señores y <strong>de</strong>fendieron sus intereses particu<strong>la</strong>res. Así, <strong>la</strong> iglesia <strong>de</strong> San Salvador <strong>de</strong> Ávi<strong>la</strong>,<br />
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ALFONSO, hermano <strong>de</strong> <strong>la</strong> reina”‘.<br />
La mayor <strong>parte</strong> <strong>de</strong> los tutores procuraron recabar el máximo apoyo entre sus seguidores y<br />
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