MIURAS Parte 11 - Fiestabrava
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MIURA - 2002<br />
más espectacular y glorioso triunfo de toda<br />
su carrera. No hay que decir que le dieron las<br />
dos orejas y el rabo del mentado toro. Nunca<br />
olvidó Fermín Murillo aquel éxito, y ya nos<br />
ocupamos del tema en anteriores páginas.<br />
En la Feria de Abril sevillana de 1963,<br />
triunfó el diestro portugués José Julio, en la<br />
tradicional corrida de Miura.<br />
1964: En 1964 se lidiaron, seis corridas de<br />
toros y dos de novillos, todos nacidos en<br />
Zahariche.<br />
En 1964 destacaron los llamados Saltarín,<br />
Merino, Yerbero, Zamorano,<br />
Ahumadillo, Alfilerero y Zabaleto I. Este<br />
último se lidió en la plaza de Linares y fue el<br />
primero de esta vacada que mató Santiago<br />
Martín (el Viti). Ya hemos dicho antes que el<br />
apoderado del diestro se negó a firmar el<br />
contrato de esta corrida y lo hizo por sí mismo<br />
el propio poderdante. Por cierto, un detalle que<br />
ignorada tal vez el Viti al tiempo de firmar<br />
aquel contrato. El Zabaleto I que le proporcionó<br />
tan grandioso triunfo -le cortó las dos<br />
orejas y el rabo- estaba marcado con el mismo<br />
número de Islero, el toro que hirió de<br />
muerte a Manolete, el 21, y era del mismo<br />
pelo negro.<br />
En 1964, en la tradicional Feria de<br />
Linares, Santiago Martín (el Viti) logró un éxito<br />
apoteósico en la corrida de Miura, con el toro<br />
Zabaleto I. También esta corrida la toreó el<br />
Viti a solicitud propia, y ya hemos relatado<br />
cómo el apoderado, señor Díaz Flores, se<br />
negó a firmar el contrato, teniendo que hacerlo<br />
el diestro por se.<br />
El diestro Fermín Murillo, desorejó en<br />
su vida a muchos de Miura y con alguno, el<br />
llamado Notario, de la corrida de Bilbao de<br />
1964, conquistó el éxito mayor de toda su vida<br />
de torero. El lo proclamó así, y, además, le<br />
escribió a Eduardo Miura una carta emocionante<br />
dándole las gracias por haber mandado<br />
a Bilbao semejante toro, y a Dios por haber<br />
permitido que en el sorteo le tocara a él.<br />
Esta clase de relación de Murillo con<br />
los toros de Miura no es nueva en la historia<br />
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de la vacada, como veremos luego; pero sí<br />
muy digna de tener en cuenta para la anécdota<br />
de ella. Fermín Murillo no era amigo personal<br />
de Eduardo II Miura, pero tenía éste grandes<br />
deseos de conocerle. Y Murillo también de<br />
conocer a don Eduardo.<br />
1965: En 1965 se lidiaron nueve corridas de<br />
toros y una de novillos, nacidos en Zahariche.<br />
El 25 de mayo, un toro de la vacada<br />
de Miura conquistó un nuevo y espectacular<br />
triunfo con el toro Hocicudo, lidiado en la plaza<br />
de Madrid el día señalado. Fue su matador<br />
Santiago Martín (el Viti), que revalidó así la<br />
hazaña de Linares, cortándole a otro «miura»<br />
las orejas en la capital de España. La actuación<br />
en dicha corrida fue apoteósica. El<br />
público, entusiasmado con el valor y el arte<br />
del torero salmantino, se alzó en los asientos<br />
durante una de las vueltas al ruedo y le hizo<br />
objeto de uno de los homenajes más<br />
grandiosos y hasta espectaculares que se<br />
habrá dado en la plaza madrileña.<br />
En los primeros días julio de 1965,<br />
durante la «pamplonada», en la que se<br />
celebra todos los años la tradicional<br />
«miurada», a una corrida de dicha ganadería<br />
se le otorgó el premio de la mejor de su Feria.<br />
Toda ella fue extraordinaria, pero especialmente<br />
destacaron los toros llamados Gazapero<br />
y Miseria.<br />
NOTA.<br />
En 1965 -fecha aproximada- se<br />
publicó un reportaje verdaderamente singular,<br />
de la pluma del notable escritor taurino<br />
mexicano, don Agustín Linares, que dejó al<br />
descubierto la gran calidad de toros que<br />
puede lograrse cruzando la noble sangre de<br />
las vacas bravas mexicanas con la agresiva<br />
y temperamental de Miura.<br />
«Se ha dado el caso, no infrecuente,<br />
de que un toro extraordinario, de sangre Miura,<br />
hace pasar a la historia una ganadería, como<br />
la mexicana de Santo Domingo. Tal es el caso<br />
del que en vida se llamó Comanche, merecedor<br />
de una crónica que necesariamente