Emilia Pardo Bazán, Los pazos de Ulloa - Inicio
Emilia Pardo Bazán, Los pazos de Ulloa - Inicio
Emilia Pardo Bazán, Los pazos de Ulloa - Inicio
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
mismo amo, robándole en la venta <strong>de</strong>l fruto, dándolo a un precio y abonándoselo a otro,<br />
engañándole en la administración y en los arriendos, pegándosela, como usted me enseña, por<br />
activa y por pasiva... - Y usted dirá...<br />
Este modo dialogado era un recurso <strong>de</strong> la oratoria trampetil, <strong>de</strong>l cual echaba mano cuando quería<br />
persuadir al auditorio. El gobernador le interrumpió:<br />
- Con permiso <strong>de</strong> usted lo diré yo mismo. ¿Qué cuenta le tiene a ese galopín prestarle a su amo<br />
los miles <strong>de</strong> duros que tan trabajosamente le ha cogido?<br />
-¡Me caso!... - votó el secretario -. <strong>Los</strong> miles <strong>de</strong> duros, como usted me enseña, no se prestan sin<br />
hipoteca, sin garantías <strong>de</strong> una clás o <strong>de</strong> otra, y el Primitivo no ha nacido en el año <strong>de</strong> los tontos.<br />
Así queda seguro el capital y el amo sujeto.<br />
- Comprendo, comprendo - articuló con viveza el Gobernador. Queriendo dar una muestra <strong>de</strong> su<br />
penetración, añadió: - Y le conviene sacar diputado al señorito, para disponer <strong>de</strong> más influencia<br />
en el país y po<strong>de</strong>r hacer todo cuanto le acomo<strong>de</strong>...<br />
Trampeta miró al funcionario con la mezcla <strong>de</strong> asombro y <strong>de</strong> gozosa ironía que las personas <strong>de</strong><br />
educación inferior muestran cuando oyen a las más elevadas <strong>de</strong>cir una simpleza gorda.<br />
- Como usted me enseña, señor gobernador - pronunció -, no hay nada <strong>de</strong> eso... Don Pedro,<br />
diputado <strong>de</strong> oposición o in<strong>de</strong>pendiente o conforme les dé la gana <strong>de</strong> llamarle, servirá <strong>de</strong> tanto a<br />
los suyos como la carabina <strong>de</strong> Ambrosio... Primitivo, arrimándose a un servidor <strong>de</strong> usted o al<br />
judío, con perdón, <strong>de</strong> Barbacana, conseguiría lo que quisiese ¿eh?, sin necesidad <strong>de</strong> sacar<br />
diputado al amo... Y Primitivo, hasta que le dio la ventolera, siempre fue <strong>de</strong> los míos... Zorro<br />
como él no lo hay en toda la provincia... Ése ha <strong>de</strong> acabar por envolvernos a Barbacana y a mí.<br />
- Y entonces Barbacana ¿por qué se ha <strong>de</strong>clarado a favor <strong>de</strong>l señorito?<br />
- Porque Barbacana va con los curas a don<strong>de</strong> lo lleven. Ya sabe lo que hace... Usted, un suponer,<br />
está ahí hoy y se larga mañana; pero los curas están siempre, y lo mismo el señorío... los<br />
Limiosos, los Mén<strong>de</strong>z...<br />
Y dando suelta al torrente <strong>de</strong> su rencor, el cacique añadió apretando los puños:<br />
-¡Me caso con Dios! Mientras no hundamos a Barbacana, no se hará nada en Cebre.<br />
-¡Corriente! Pues facilítenos usted la manera <strong>de</strong> hundirlo. Ganas no faltan.<br />
Trampeta se quedó un rato pensativo, y con la cuadrada uña <strong>de</strong>l pulgar, quemada <strong>de</strong>l cigarro, se<br />
rascó la perilla.<br />
- Lo que yo cavilo es ¿qué cuenta le tendrá al raposo <strong>de</strong> Primitivo esta diputación <strong>de</strong>l amo?...<br />
Ahora se aprovecha <strong>de</strong> dos cosas: lo que le pilla como hipoteca y lo que le mama corriendo con<br />
los gastos electorales y presentándole luego, como usted me enseña, las cuentas <strong>de</strong>l Gran<br />
Capitán... Pero si vencen y me hacen diputado a mi señor don Pedro, y éste vuela para Madrí, y<br />
allí pi<strong>de</strong> cuartos por otro lado, que sí pedirá, y abre el ojo para ver las picardías <strong>de</strong> su<br />
mayordomo, y no se vuelve a acordar <strong>de</strong> la moza ni <strong>de</strong>l chiquillo..., entonces...<br />
Tornó a rascarse la perilla, suspenso y meditabundo, como el que persigue la solución <strong>de</strong> un<br />
problema muy intrincado. Sus agudísimas faculta<strong>de</strong>s intelectuales estaban todas en ejercicio.<br />
Pero no daba con el cabo <strong>de</strong> la ma<strong>de</strong>ja.<br />
- Al caso - insistió el gobernador -. De lo que se trata es <strong>de</strong> que no nos <strong>de</strong>rroten<br />
vergonzosamente. El candidato es primo <strong>de</strong>l ministro; hemos respondido <strong>de</strong> la elección.<br />
- Contra el candidato <strong>de</strong> la Junta <strong>de</strong> Orense.<br />
-¿Piensa usted que allá admiten esas distinciones? Estamos a triunfar contra cualquiera. No<br />
an<strong>de</strong>mos con circunloquios; ¿cree usted que vamos a salir rabo entre piernas? ¿Sí o no?<br />
Trampeta permanecía in<strong>de</strong>ciso. Al cabo levantó la faz, con el orgullo <strong>de</strong> un gran estratégico,<br />
seguro siempre <strong>de</strong> inventar algún ardid para burlar al enemigo.<br />
- Mire usted - dijo -, hasta la fecha Barbacana no ha podido acabar con este cura, aunque me ha<br />
jugado dos o tres buenas... Pero a jugarlas no me gana él ni Dios... Sólo que a mí no se me<br />
ocurren las mejores tretas hasta que tocan a romper el fuego... Entonces ni el diablo discurre lo<br />
que yo discurro. Tengo aquí - y se dio una puñada en la negruzca frente - una cosa que rebulle,<br />
97