10.05.2013 Views

Emilia Pardo Bazán, Los pazos de Ulloa - Inicio

Emilia Pardo Bazán, Los pazos de Ulloa - Inicio

Emilia Pardo Bazán, Los pazos de Ulloa - Inicio

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

-¿Saben - <strong>de</strong>cía medio llorando y salivando aún <strong>de</strong> risa - un caso que pasó entre el canónigo<br />

Castrelo y un señor muy chistoso, Ramírez <strong>de</strong> Orense?<br />

-¡El canónigo Castrelo! - exclamaron el cura <strong>de</strong> Boán y el marqués -. ¡Qué apunte! ¡De órdago!<br />

Ése las suelta... como la torre <strong>de</strong> la Catedral.<br />

- Pues verán, verán cómo encontró con la horma <strong>de</strong> su zapato don<strong>de</strong> menos se lo pensaba. Era<br />

una noche en el Casino, y estaban jugando al tresillo. Castrelo se puso, como <strong>de</strong> costumbre, a<br />

espetar cuentos <strong>de</strong> caza..., ¡mentira todos! Después <strong>de</strong> que se hartó, quiso encajar uno<br />

<strong>de</strong>scomunal y dijo así muy serio: «Sabrán uste<strong>de</strong>s que una mañana salí yo al monte, y entre unas<br />

matas oí así... un ruido sospechoso. Me acerco muy <strong>de</strong>spacito... el ruido seguía, dale que tienes.<br />

Me acerco más..., y ya no me cabe duda <strong>de</strong> que hay allí escondida una pieza. Armo, apunto,<br />

disparo..., ¡pum, pum! ¿Y qué creerán uste<strong>de</strong>s que maté, señores?» Todo el mundo a nombrar<br />

animales diferentes: que lobo, que zorro, que jabalí, y hasta hubo quien nombró a un oso...<br />

Castrelo a <strong>de</strong>cir que no con la cabeza..., hasta que por último saltó: «Pues ni zorro, ni lobo, ni<br />

jabalí... Lo que maté era... ¡un tigre <strong>de</strong> Bengala!»<br />

- Hombre, don Eugenio... ¡No fastidiar! - gritaron unánimemente los cazadores -. ¿Había <strong>de</strong><br />

atreverse Castrelo?... ¿Cómo no le <strong>de</strong>shicieron el morro <strong>de</strong> una bofetada allí mismo?<br />

Don Eugenio, no consiguiendo que le oyesen, hacía con la mano señas <strong>de</strong> que faltaba lo mejor<br />

<strong>de</strong>l cuento.<br />

-¡Paciencia! - exclamó por fin -. Tengan paciencia, que no se acabó. Pues, señor, ya uste<strong>de</strong>s<br />

compren<strong>de</strong>rán que en el Casino se armó una gresca. Empezaron a insultar a Castrelo y a tratarlo<br />

<strong>de</strong> mentiroso en su cara. Sólo el señor <strong>de</strong> Ramírez estaba muy formal, y apaciguaba a los<br />

alborotadores. «No hay que asombrarse, no hay que asombrarse; yo les contaré a uste<strong>de</strong>s una<br />

cosa que me pasó a mí cazando, que es más rara todavía que la <strong>de</strong>l señor <strong>de</strong> Castrelo.» El<br />

canónigo empieza a escamarse y la gente a aten<strong>de</strong>r. «Sabrán uste<strong>de</strong>s que una mañana salí yo al<br />

monte, y, entre unas matas, oí así... un ruido sospechoso. Me acerco muy <strong>de</strong>spacito... El ruido<br />

seguía, dale que tienes. Me acerco más... Ya no me cabe duda <strong>de</strong> que hay allí escondida una<br />

pieza. Armo..., apunto..., disparo... ¡Pum, pum!... ¿Y qué creerá usted que maté, señor<br />

canónigo?» «¿Cómo <strong>de</strong>monios lo he <strong>de</strong> saber? Sería... un león.» «¡Ca!» «Pues sería... un<br />

elefante.» «¡Caaa!» «Sería... lo que usted guste, caramba.» «¡Una sota <strong>de</strong> bastos, señor <strong>de</strong><br />

Castrelo! ¡Era una sota <strong>de</strong> bastos!»<br />

Minutos <strong>de</strong> no enten<strong>de</strong>rse. El ratón reía con una especie <strong>de</strong> hipo agudo; el señorito <strong>de</strong> Limioso,<br />

ronca y gravemente; el cura <strong>de</strong> Boán, no sabiendo cómo <strong>de</strong>sahogar el regocijo, pateaba en el<br />

suelo y abofeteaba a la mesa.<br />

-¡Ey! - gritó don Eugenio -. Bico-<strong>de</strong>-rato, ¿no te has tropezado tú nunca con ningún tigre? Echa<br />

un vasito y cuéntanos si te encontraste alguno por ahí, hom.<br />

Atizóse el ratón su medio cuartillo; brilláronle los ojuelos, limpió el labio con la bocamanga <strong>de</strong><br />

la mugrienta chaqueta, y <strong>de</strong>claró con acento sincero y candoroso:<br />

- Lo que es trigues..., por estos montes no <strong>de</strong>be <strong>de</strong> los haber, que si no, ya los tendría matados;<br />

pero les diré lo que me pasó un día <strong>de</strong> la Virgen <strong>de</strong> Agosto...<br />

-¿A las tres y diez minutos <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>? - preguntó don Eugenio.<br />

- No..., habían <strong>de</strong> ser las once <strong>de</strong> la mañana, y pue<strong>de</strong> que aún no las fuesen. ¡Pero créanme, como<br />

que esa luz nos está alumbrando! Venía yo <strong>de</strong> tirar a las tórtolas en un sembrado, y me encontré<br />

a la chiquilla <strong>de</strong>l tío Pepe <strong>de</strong> Naya, que traía la vaca mismo cogida así y hacía a<strong>de</strong>mán <strong>de</strong><br />

arrollarse una cuerda a la muñeca. «Buenos días.» «Santos y buenos.» «¿Me da las rulas?» «¿Y<br />

qué me das por ellas, rapaza?» «No tengo un ichavo triste.» «Pues déjame mamar <strong>de</strong> la vaquiña,<br />

que rabio <strong>de</strong> sed.» «Mame luego, pero no lo chupe todo.» Me arrodillo así el ratón medio se<br />

hincó <strong>de</strong> hinojos ante el abad <strong>de</strong> Naya, y or<strong>de</strong>ñando en la palma <strong>de</strong> la mano, con perdón, zampo<br />

la leche. ¡Qué fresca! «Vaya, rapaza... ¡San Antón te guar<strong>de</strong> la vaca!» Ando, ando, ando, ando, y<br />

al cuarto <strong>de</strong> legua <strong>de</strong> allí me entra un sueño por todo el cuerpo..., como que me voy quedando<br />

tonto. ¡A escotar! Me meto por el monte arriba, y llegando a don<strong>de</strong> hay unos tojos más altos que<br />

84

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!