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Adicción al sexo, un problema silencioso - Universidad Cooperativa ...

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162 <strong>Adicción</strong> <strong>al</strong> <strong>sexo</strong>, <strong>un</strong> <strong>problema</strong> <strong>silencioso</strong><br />

Contextu<strong>al</strong>ización<br />

La hipersexu<strong>al</strong>idad o adicción <strong>al</strong> <strong>sexo</strong> es <strong>un</strong>a<br />

necesidad incontrolable de <strong>sexo</strong> de todo tipo,<br />

desde relaciones sexu<strong>al</strong>es con otras personas<br />

hasta masturbación o consumo de pornografía.<br />

La hipersexu<strong>al</strong>idad se caracteriza por <strong>un</strong>a<br />

frecuente estimulación genit<strong>al</strong> que, <strong>un</strong>a vez<br />

<strong>al</strong>canzada, puede no resultar en la satisfacción<br />

emocion<strong>al</strong> (o sexu<strong>al</strong>), a largo plazo, del individuo.<br />

En cambio, va acompañada, en ocasiones,<br />

de sentimientos de m<strong>al</strong>estar y culpa. Se<br />

piensa que esta insatisfacción es la que <strong>al</strong>ienta<br />

la elevada frecuencia de estimulación sexu<strong>al</strong>,<br />

así como síntomas psicológicos y neurológicos<br />

adicion<strong>al</strong>es (Groneman, 2001).<br />

El concepto de hipersexu<strong>al</strong>idad sustituye<br />

los antiguos conceptos de ninfomanía (furor<br />

uterino) y satiriasis. La ninfomanía se consideraba<br />

como <strong>un</strong> desorden psicológico, exclusivamente<br />

femenino, caracterizado por <strong>un</strong>a<br />

libido muy activa y <strong>un</strong>a obsesión con el <strong>sexo</strong>.<br />

En los hombres, el desorden era llamado satiriasis.<br />

Actu<strong>al</strong>mente, los términos “ninfomanía”<br />

y “satiriasis” no aparecen listados como desórdenes<br />

específi cos en el Manu<strong>al</strong> Diagnóstico y<br />

Estadístico de los Trastornos Ment<strong>al</strong>es (dsmiv),<br />

a<strong>un</strong>que permanecen como parte de la<br />

Clasifi cación Internacion<strong>al</strong> de Enfermedades<br />

(cie-10) (Groneman, 2001).<br />

El umbr<strong>al</strong> para lo que constituye la hipersexu<strong>al</strong>idad<br />

está sujeto <strong>al</strong> debate, y los críticos<br />

preg<strong>un</strong>tan si puede existir <strong>un</strong> umbr<strong>al</strong> diagnóstico.<br />

El deseo sexu<strong>al</strong> varía considerablemente<br />

en los humanos; lo que <strong>un</strong>a persona<br />

consideraría como deseo sexu<strong>al</strong> norm<strong>al</strong> podría<br />

ser entendido por otros como excesivo y,<br />

por otros, como bajo.<br />

El consenso entre aquellos que consideran<br />

la hipersexu<strong>al</strong>idad como <strong>un</strong> desorden consiste<br />

en que el umbr<strong>al</strong> se <strong>al</strong>canza cuando el comportamiento<br />

causa incomodidad o impide<br />

el f<strong>un</strong>cionamiento soci<strong>al</strong>. Los hipersexu<strong>al</strong>es<br />

pueden tener <strong>problema</strong>s labor<strong>al</strong>es, familiares,<br />

económicos y soci<strong>al</strong>es; su deseo sexu<strong>al</strong> les<br />

obliga a acudir frecuentemente a prostíbulos,<br />

comprar artículos pornográfi cos, re<strong>al</strong>izar con<br />

frecuencia llamadas a líneas eróticas y mantener<br />

relaciones sexu<strong>al</strong>es con desconocidos,<br />

haciendo que su vida gire en torno <strong>al</strong> <strong>sexo</strong>. Según<br />

Singer (1995), la hipersexu<strong>al</strong>idad puede<br />

expresarse también en aquellos con desórdenes<br />

bipolares durante periodos de manía. Personas<br />

que sufren de desorden bipolar pueden<br />

presentar continuamente enormes oscilaciones<br />

en la libido, dependiendo de su estado de<br />

ánimo. Alg<strong>un</strong>as veces, la necesidad psicológica<br />

de actividad sexu<strong>al</strong> es mucho más <strong>al</strong>ta de lo<br />

que ellos reconocen como norm<strong>al</strong> y, a veces,<br />

está muy por debajo de ello.<br />

La hipersexu<strong>al</strong>idad es <strong>un</strong>a de las dependencias<br />

menos conocidas y visibles, puesto que las<br />

personas que la padecen suelen mantenerla<br />

oculta y disimularla, sobre todo con las personas<br />

conocidas (con las que se muestran incluso<br />

como tímidos). Se estima que hasta el 6% de<br />

la población la padece, y que sólo el 2% de<br />

los afectados son mujeres. Tiene tratamiento<br />

siempre, pero cuando la persona que lo padece<br />

sea capaz de reconocerlo (Singer, 1995). Cabe<br />

anotar que la cultura ayuda a invisibilizar<br />

<strong>un</strong> poco este comportamiento adictivo en el<br />

hombre, en la medida en que le es permitido<br />

mantener relaciones sexu<strong>al</strong>es sin importar la<br />

frecuencia de éstas, ya que es visto como <strong>al</strong>go<br />

propio de su <strong>sexo</strong> y dentro de los parámetros<br />

norm<strong>al</strong>es; por el contrario, en la mujer es considerado<br />

<strong>al</strong>go indigno, no bien visto soci<strong>al</strong>mente,<br />

y repercute de manera más visible en<br />

el contexto en el que se desenvuelve.<br />

En décadas anteriores, el comportamiento<br />

sexu<strong>al</strong> compulsivo fue visto primariamente<br />

como <strong>un</strong>a cuestión de v<strong>al</strong>ores y carácter. No<br />

se concebía el término “adicción sexu<strong>al</strong> o<br />

compulsión sexu<strong>al</strong>” como <strong>un</strong> trastorno. El<br />

<strong>sexo</strong> adictivo no había emergido como <strong>un</strong> área<br />

legítima de cuestionamiento científi co, a pesar<br />

de los esfuerzos de los pioneros en el tema<br />

como Anthony y Hollander (1993). En la<br />

década de los ochenta el campo de la adicción<br />

estaba aún enfocado en el <strong>al</strong>coholismo y no<br />

se había integrado la drogodependencia como<br />

<strong>un</strong> componente viable para la mayor parte de<br />

Revista de la Facultad de Psicología <strong>Universidad</strong> <strong>Cooperativa</strong> de Colombia -Volumen 6, Número 10 / enero-j<strong>un</strong>io 2010

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